CAPÍTULO 21: La Cámara de los Sustos Perennes (Poppy)
Ok, he decidido narrar yo para poder enterarnos de todo y aclarar algunas cosas.
1. Aiden y Drake se están peleando por una chica (mi queridísima Annabeth), de ahí sus continuas hostilidades mutuas.
2. Annie, pobrecita, no se entera de nada; no sabe que está en medio de un triángulo amoroso, ni la más remota idea de que ella fue la verdadera razón de que Drake huyera (para el que no se haya enterado, ese es el secreto de Drake; le da bastante vergüenza, pero a mí me parece super romántico), ni hablar de sospechar que Aiden es medio-pesadilla y huérfano de madre (más o menos). Yo, por mi parte se lo contaría, pero los chicos me matarían si descubriera cualquiera de sus "confidencias involuntarias" (chicos; que se le va hacer).
3. Tengo memoria fotográfica (sí, se que es una cámara de fotos; estuve casi una década dentro de la mente de Annabeth ¿recordáis? Es normal que sepa lo que ella).
4. ¿Alguien más se ha dado cuenta de que Ocaso desaparece del mapa cuando Annie está en peligro de muerte? Es raro, y eso viniendo de la amiga imaginaria de la Lamicury.
Bueno...por donde íbamos...¡ah, sí!; acabamos de entrar en la Cámara de los Sustos Perennes, el lugar donde tus mayores miedos se vuelven realidad.
Era un salón no muy grande, de 16 metros cuadrados o así (no soy contratista, no tengo ni idea); las paredes, de obsidiana pulida, tenían grabados de todo menos alentadores. Si los describo al detalle, puede que me denuncien por provocarles pesadillas a sus futuros hijos y nietos; mejor sólo digamos que esos grabados plasmaban todas las pesadillas que cualquier ser vivo ha tenido desde antes de la prehistoria. Tiemblo sólo de recordarla. Al fondo del salón había una puerta de piedra más clara; cerrada a cal y canto y, por lo que veía, a prueba de magia.
Primero, corrimos hacia el otro lado de la cámara; pero, poco a poco, nos fuimos parando hasta que nos detuvimos por completo. Nuestros peores miedos nos clavaron los pies al suelo.
Y, claro, gracias a que leo las mentes y mi óptima memoria, vi y recuerdo cada uno de ellos.
Mi pesadilla
Una niebla negruzca me ataba de pies y manos, dejándome impotente. Me obligaba a mirar en una dirección y, aunque cerraba los ojos fuertemente, veía aquella escena. La niebla estaba atacando a mis amigos, que yacían inconscientes y llenos de heridas sangrantes. Lo peor; cuanto más me enfadaba, más densa se hacía la niebla.
Entonces me dejó bajar la vista y pude comprobar, con horror, que la niebla provenía de mí. Que yo era la causante del dolor de mis amigos.
Esa era, sin duda alguna, mi peor pesadilla: hacer daño, de manera involuntaria, a mis seres queridos.
Pesadilla de Annabeth
Ella estaba en el centro de una sala enorme. En una esquina estaba Drake; en la opuesta, Aiden. Ambos estaban maniatados, colgados de una jaula sobre un abismo sin fondo. Annabeth sabía que, en el instante en el que ella decidiera en que dirección ir, el chico del lado opuesto caería; pero si no se movía, los dos morirían.
Ese era el mayor miedo de Annabeth: que una decisión suya pueda acarrear muertes.
(Y, a mí me da en la nariz, que eran justo esos dos quienes colgaban sobre el abismo porque ella no se decidía entre los dos en el campo amoroso; pero ella evita pensar en el tema, así que no lo sé seguro)
Pesadilla de Aiden
El chico en cuestión estaba frente una gran multitud en la que destacaban Annabeth y un hombre de unos cuarenta y tantos que se parecía bastante a Aiden físicamente.
El hombre, sin duda su padre, se acercó y le arrancó la piel del rostro (pude sentir su dolor, tanto físico como psicológico; lo juro), dejando al descubierto un rostro completamente distinto; él del monstruo que temía ser.
Pude escuchar las risas, los bufidos, las palabras de su padre "me has decepcionado, eres igual que tu madre" y las palabras de Annabeth "nunca podría estar cerca de ti, híbrido asqueroso" (tengo claro que la Annie real no diría eso ni nada parecido, pero el sueño era así).
Esa era la peor pesadilla de Aiden: que su pasado alejara a sus seres queridos de su lado.
Pesadilla de Drake
El elfo corría por un bosque (uno normalito, no como los que hay por El Eclipse de la Razón; detalle insignificante, pero igualmente extraño). Le perseguían un grupo de adolescentes vestidos de manera similar a él (cazadores, supongo). Los chicos le llaman traidor, además de otras obscenidades que no pienso mencionar.
En un momento dado, alguien le tira al suelo; entre puñetazo y puñetazo, Drake pudo distinguir a su padre.
Justo en ese instante, Annabeth aparece y le grita: "¡Eres un débil!" (de verdad, no sé que les ha dado a los dos chicos para pensar que Annie les criticará por cualquier cosa; si la conocieran como yo, que sería bastante complicado por lo que no les culpo, sabrían que Annabeth odia las críticas sin fundamento).
Esa era la peor pesadilla de Drake: parecer débil ante las personas cuya opinión le importa.
Pesadilla de Ocaso
El hada estaba en pie, con Annabeth detrás, herida. Ocaso defendía a su protegida con uñas y dientes de su atacante, pero era en vano; a medida de que a la Annabeth del sueño se le escapaba la vida de las manos, Ocaso se disolvía en polvo brillante.
En ese momento comprendí el porqué de las desapariciones de Ocaso: el puente de la guardiana, el lazo que une a la guardiana con su protegida, hacía que, si la protegida estaba en el umbral de la muerte, la guardiana le acompañara al cruzarlo.
Esa era la peor pesadilla de Ocaso:que el mismo lazo que la empujaba a proteger a Annabeth le impidiera hacerlo.
Pues...os preguntaréis que pasó, ¿verdad? Fue gracias a mi memoria (¿qué no me creéis? Juzgadlo vosotros mismos):
Mi pesadilla
La escena se repetía, o eso parecía, ya que (en realidad, la quinta vez que empezó la pesadilla de nuevo) me invadía una tremenda sensación de dejavú. Entonces me di cuenta: había algo que no cuadraba en la imagen; no sabría señalarlo con el dedo, pero un detalle, insignificante a ojos de los demás, me reveló que aquel horrible (y repetitivo; pero no os voy a engañar, cada vez que lo veía era más dura que la anterior) momento era una ilusión.
Y, como todo el mundo sabe, los sueños (o, en este caso, las ilusiones) no se vuelven realidad si se habla de ellos.
Cogí aire y grité a pleno pulmón:
-¡Temo...
...dañar a los seres que aprecio por culpa de mis tonterías!-aceptemoslo, las proyecciones de furia son imposibles de crear si el ser al que pretende imitar no tiene ira acumulada.
Rápidamente, al ver que estaba de nuevo en la sala de las paredes de obsidiana, mandé un mensaje a todos con las instrucciones para salir de la pesadilla.
La primera fue Annie:
-¡Me asusta que mis decisiones no sean las correctas y que dañen a alguien!-gritó y, al verme, añadió-: No soy ninguna superheroina, ¿qué te esperabas?
La segunda fue Ocaso:
-¡Él no poder decidir por mi misma y que eso pueda causarme la muerte me da pavor!-al ver a Annie, añadió, roja hasta las orejas-El día que te conocí no iba a aterrizar, la atadura que me une a ti me obligó a bajar parando mis alas. Si tú mueres, yo también; siento no haberlo mencionado antes.
Mientras Ocaso hablaba, Annie había invocado una espada; cuando dijo la última palabra, sonó un crac. Annabeth acababa de cortar la cadena que las unía.
-Ya no-repuso, con una sonrisa en la cara, y se explicó-: esto va a ser peligroso y no pienso llevar a nadie a la tumba si voy yo, ¿entendido?
El grito de Aiden fue bastante oportuno (porque empezó justo cuando Annabeth terminó de hablar):
-¡Tengo miedo a que me repudien al saber mi verdadera identidad!-se dio cuenta de que estábamos despiertas y se sonrojó. Me miró con cara de cachorrito abandonado, esperando a que me explicase por él.
-Vas a tener que decírselo. Aprovecha ahora que el elfo está dormido.
-Vale-me fulminó con la mirada-. Mi madre es una pesadilla, literalmente; yo, consecuencia de la fusión de un ángel y una pesadilla, soy un híbrido. A mi madre la encerraron por cubrirme las espaldas, gracias a un pequeño error que tuve al practicar con mis poderes en solitario. Creo que ya está.
-Se te olvida decir que gracias a esos poderes ilegales de pesadilla le salvaste el cerebro a Annabeth y que estas locamente enamorado de ella.
-¡Poppy!
-¿Qué? Es verdad.
La cara de sorpresa de las chicas no tenía precio; sobretodo la de Annie. Juraría que oigo los engranajes funcionar en su superpoderosa mente, intentando encajar todas las piezas del puzzle que le acaban de tirar a la cara (oh, espera; sí que los oigo: tic tac, tic tac...).
-¡Temo mostrarme débil y cobarde ante los que me importan!-gritó Drake; y luego, en un susurro, añadió-: sobretodo ante Annabeth...
-¡Ah, sí!-añadí, fingiendo que lo había olvidado-: él también te ama con toda su alma y se están peleando por ti.
-¡¿Qué?!-reaccionó por fin.
-Lo que has oído.
-Bueno, dado que todos han confesado algo, yo no me voy a quedar atrás; sé porqué tu padre y todo tu pueblo me odia: la anterior Lamicury y tu padre, Derek, salieron, y la ruptura no fue agradable, creo yo.
-Eso explica muchas cosas...-pensó Drake en voz alta (o quizás no y sólo estoy leyendo sus pensamientos sin querer; aunque estoy un 90% segura de que lo dijo en voz alta).
En ese momento, un sonido de entrechocar de rocas nos distrajo y vimos, sorprendidos, que la puerta estaba abierta. Se habría abierto al superar (o al menos admitir) nuestros miedos.
Pero, al cruzar la puerta, pude oír claramente a alguien pensar:
"Genial, pequeños aspirantes a héroe, perfecto; directos a la boca del lobo". Y lo peor; aquella voz de sus pensamientos era alarmantemente familiar.
Rogué mentalmente que yo hubiera oído mal y no fuera realmente ella; con paso firme, crucé el portón, que se cerró tras de mí.
¡Confesiones! ¿Alguien se esperaba que Ocaso, en calidad de guardiana, tuviera que morir junto a Annabeth? Ya no, pero aún así.
Una pregunta, ¿preferís que Annie salga con Drake (Drannie) o con Aiden (Aideth)? Yo, personalmente, no me decido: ¡ambos son tan monos! Espero comentarios al respecto.
Chao,
Mireia
Nota: los nombres de los ships no son definitivos, acepto sugerencias.
2/2 fin de maratón.
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