Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 12: La traidora imaginaria

Me giré lentamente y la vi. Aquella joven de cabellera negra ondulada y tez de copos de nieve que simplemente no podía existir.

"No es real, te la inventaste tú cuando tenías diez añitos" me decía mi parte racional. Pero yo sabía que no me la estaba imaginando. Tenía ante mí el rostro de mi amiga imaginaria.

Era casi igual de como para recordaba: alta, delgada, de cabello largo de obsidiana y piel blanquísima. Aunque algo fallaba. Sus ojos verde claros no brillaban divertidos; eran opacos, sin un ápice de alegría.

- Ay, Anny Bethy, cuánto tiempo sin verte- ella era la única que me llamaba así (ya lo sé; tengo un gusto horrible para los motes). El apodo, que en mi infancia me solía reconfortar, me dio un escalofrío por toda la columna vertebral-. Ha sido una espera muy larga. Demasiada. Quiero jugar contigo, amiguita-. Hablaba como una niña pequeña, poniendo pucheros; pero la imagen en su conjunto me ponía nerviosa (a saber porque).

- Tú...tú no existes- tartamudeé insegura. ¿Qué le diríais vosotros a una amiga imaginaria que se ha materializado y ahora es tangible? Si os vierais en esa situación, cosa altamente improbable, también os temblaría la voz.

- Ah, si... el tema de mi existencia, casi se me había olvidado. A ver, ¿cómo explico yo esto? Digamos que después de tenerme encerrada en aquel rincón de tu mente durante taaaaantos años, el entrar en contacto con la magia me ha servido de llave. ¿No es genial? Ahora podemos estar juntas de nuevo.

- No deberías existir, esto es demasiado surrealista para ser cierto.-ante mis palabras, la expresión de su rostro se tornó fría y distante, concordando con su opaca mirada.

- Ya veo... me has sustituido. Debí imaginarmelo, nadie encierra a nadie sin una razón.

- Poppy...yo...- no sabía que decirle. Lo que había hecho, visto desde su perspectiva de víctima, era horrible. ¿Pero cómo podía saber yo que abandonar los juegos infantiles iba a traer ESTAS consecuencias?

Un pesado silencio se impuso en la sala. Yo no tenía ni la menor idea de como reaccionar. Poppy estaba seria mirando al vacío entre nosotras. Y los demás presentes, incluido el rey, no parecían querer interrumpir. Un grito rompió aquel silencio irreal.

- ¡HA SIDO ESA DAPHNE, ¿VERDAD?!- era Poppy quien hablaba, pero su tono de voz ya no parecía de niña pequeña. Era más ácido; literalmente, escupió el nombre de Daphne-. ¡ELLA ME QUITÓ EL PUESTO! ¡HUBIESE SEGUIDO SIENDO TU MEJOR AMIGA SI NO FUERA POR ESA ASQUEROSA! ¡Y TODO POR QUE ELLA ES TANGIBLE!- también escupió la palabra tangible, como si fuera el peor insulto existente.

Lentamente, Poppy empezó a flotar entre nubes de tormentas, rodeada de rayos violetas. En aquel mundo de magia, su rabia y dolor tomaban forma material y se tornaban peligrosos (¿qué? He estado estudiando). Levantó el brazo poco a poco, como saboreando el momento.

Y, sin más, los recuerdos de mi infancia me atacaron (supongo que porque esos eran sus poderes). Vi a aquella niña que me hacía la vida imposible en primaria (Heather, creo; la llamábamos Hearthless. Y sí; el apodo no es mío) y a Poppy interponiendose entre yo y un puñetazo que acabó traspasandola. Vi a una clase entera riéndose de mi por haber levantado la mano en clase y a Poppy gritándoles que se callaran con su voz inaudible. Y vi aquel momento en el que me tocó el hombro para animarme antes de entrar por la puerta del nuevo colegio. Antes de encontrar a Daph y de que Poppy se desvaneciera entre los rayos del sol mañanero.

Todos momentos en los que Poppy me había intentado ayudar y no había podido por no ser tangible. Personas tangibles que nos habían hecho sufrir, una chica material que le había quitado a su única amiga... Cada uno de esos instantes había alimentado el odio que sentía por los seres que se pueden tocar.

Un segundo, ¿cómo había podido sacar esa conclusión si me estaban taladrando el cerebro? Porque no era sólo de forma figurada, la cabeza me dolía enormemente, como si hubiera una partida de dardos en mi cráneo y el cerebro fuera la diana, y me salía sangre de la nariz por culpa de mis heridas mentales.

Pero, volviendo al tema, ¿cómo me era posible pensar?

Porque yo te estoy ayudando, idiota, dijo una voz inconfundible en mi cabeza.

¿Cómo? Eso era ya demasiado imposible. La tenía delante, gritándome una sarta de improperios. No podía ser.

"¿Poppy?", pregunté, algo confusa.

Por fin te has dado cuenta de que ella no soy yo. La verdad, ¿cómo me pudiste confundir con esa cría adolescente rabiosa? Era bastante obvio que era una proyección de furia, un ser de esos hechos de rabia acumulada. ¿Para qué lo explico si sé que lo has estudiado?, su tono me dejó claro que era ella, la Poppy que yo recordaba y adoraba. Y no la que tenía delante, aquella impostora y ladrona que odiaba todo lo tangible. Vale, ahora tranquilizate. Voy a crear un muro para que tu cerebro no se rompa en pedazos. Utiliza el tiempo lo mejor que puedas.

Al instante, mi cerebro dejó de dolerme. No había más cuchillitos en los recovecos de mi mente. Me levanté del suelo (hasta el momento no me había dado cuenta de que me había caído) y miré a la proyección de furia a los ojos.

- ¡Con que te diste cuenta! Estoy impresionada, Lamicury. Supongo que por eso la Reina de las Sombras te quiere fuera del mapa. Eres un estorbo en sus planes.

Con que conocía a esa impresentable... Tenía sentido, las dos eran seres de pesadilla. Sonreí al pensar que Sombras (yo la llamo así) me tenía tantísimo miedo.

No malgastes mis esfuerzos, ataca de una vez, dijo Poppy en mi cabeza. Prácticamente, lo gritó.

Le hice caso. Invoqué los elementos y me dispuse a combatir a aquel monstruo con el rostro de mi amiga imaginaria.

Fue una batalla cruel y feroz. Ella lanzaba rayos. Yo, ráfagas de viento y fuego. Ella irradiaba negatividad y ganas de vengarse por algo que ni siquiera le había sucedido a ella. Yo, fuerza y determinación por mantener el honor de mi nombre.

Todo ocurrió demasiado deprisa, no pude reaccionar a tiempo. Me dio el rayo en la cabeza. El escudo de Poppy se quebró. Todo se volvió borroso. Lo último que vi antes de desmayarme fue a Aiden corriendo hacia mi con expresión preocupada.

El mundo se volvió negro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro