Capitulo Treinta y Seis.
-Stiles-
—¡Decide donde jodidos va el sofá o voy a terminar arrojandolo por una ventana, Stiles!
El rostro de Derek estaba rojo cuando hablo, mirandome como si quisiera golpearme. Él y Scott habían estado moviendo los muebles de la casa para que quedara más comoda y no tan de revista, ya que la habíamos comprado amueblada. Yo por mi parte me había divertido atormentandolos y haciendo que pasearan los muebles por toda la casa.
Habían pasado apenas un par de días del nacimiento de los bebes y ya teniamos la mayor parte de la casa ordenada, solo faltaba la sala y los sofás. Inclinando mi cabeza a un lado, hice una mueca y fingi pensar un momento mientras veia sus rostros volverse cada vez más rojos, al hacer fuerza para sostener el sofá o tal vez era el enojo hacia mi, quien sabe.
—Alli creo que esta bien. —asentí, haciendoles un gesto para que lo dejaran en el suelo. Una vez lo hicieron hice una mueca—. No, saben que, creo que me gustaba más del otro lado.
—Pues te jodiste, no pienso levantar un mueble más. —Scott levanto las manos en señal de alto antes de dejarse caer sobre el sofá—. Eres peor que una mujer en sus dias.
—Ese fue un comentario muy machista, Scotty —señale, ganandome una mirada fulminante de su parte.
—Lo has estado haciendo por gusto, ¿verdad? —Derek se acerco a mi y me rodeo con sus brazos—. Nos has utilizado como tu entretenimiento toda la mañana.
Me encogi de hombros, dedicandole una pequeña sonrisa—. ¿Que puedo decir? Me aburro mucho encerrado aquí adentro.
—Estoy seguro de que podemos encontrar formas más divertidas de entretenerte. —murmuró en mi oido, besando y mordiendo mi mandibula.
—¿En serio? —se quejo Scott—. No les basto con los bebes que tienen, aún estan de calientes.
—Callate, tu solo estas celoso porque Isaac no te presta atención. —le enseñe la lengua, ganandome una segunda mirada fulminante.
—Y si tu sigues así pareceras un conejo en poco tiempo. —contraataco—. Ya te veo, rodeado de niños jalandote la ropa y lloriqueando.
Scott chillo y salto del sofá cuando los cojines lo atacaron, comenzando a golpearlo por todos lados. Estaba comenzando a tomarle el gusto a ese tipo de truquitos y cada vez me salian mejor y más controlados. Era increible.
Una vez que el moreno había salido huyendo de la habitación, como la pequeña rata pulgosa que era, me giré hacia Derek y rodé su cuello con mis brazos. poniendo me puntas de pie para encontrarme con sus labios a medio camino cuando se inclino. El beso fue suave y tierno, sin ningun apuro real.
Eso fue hasta que el pequeño monitor sobre la mesa raton comenzo a emitir suaves sonidos de llanto.
—Te toca. —murmuré sobre los labios de Derek.
—Yo fui la ultima vez, te toca a ti. —se defendio—. Además, la última vez fue el biberón y un cambio de pañales, vale por dos.
—Ese metodo de puntuación no me parece muy justo.
—Tu lo impusiste cuando los bebes lloraron a las tres de la mañana y me enviaste a mi —me recordó—. Jodete, ahora ve a atenderlos.
Dejando un rapido beso en sus labios, me giré y cori escaleras arriba hacia la habitación de los bebes. La misma estaba a un lado de la nuestra, tenia dos grandes ventanas a un lado dando la suficiente luz para hacer brillar las paredes pintadas de un claro tono verde y adornada con ositos. Las dos cunas estaban contra una pared, con el cambiador en el centro y suficientes juguetes a su alrededor como para poner una jugueteria. Lobos babosos, habían gastado un dineral en ello.
Caminando hasta una de las cunas, de donde provenia el llanto, le sonrei suavemente a Ian. El pequeño era un revoltoso de primera, Oliver por su parte era todo lo contrario, es más, me había tocado despertarlo varias veces para que tomara el biberon. Melissa había venido a revisarlos y había dicho que estaban perfectamente. Papá había prometido darse una vuelta esa tarde, lo que esperaba ansioso.
—Hey, revoltoso. —musité, sacandolo de su cuna y poniendolo contra mi pecho—. Ya, pequeño, papá te tiene.
Me meci suavemente con él en brazos en un intento de calmar su llanto cuando mi mirada se poso en la cuna, justo donde Ian había estado acostado había una hoja doblada. Estaba muy seguro de no haber dejado algo así adentro de la cuna, joder, no había tocado un cuaderno desde hacia días.
Tomando la hoja con manos temblorosas, la abri y lei el mensaje, logrando que todo dentro de se estremeciera de miedo. Arrojando la hoja dentro de la cuna nuevamente, aprete mis manos alrededor de Ian antes de girarme hacia Oliver, quien dormia tranquilamente.
—¡Derek! —grité, sabiendo que el lobo me escucharia donde estuviese.
Ian dejo de llorar, moviendo la cabeza a los lados seguramente en busca de su biberon pero no me movi a de mi lugar a un lado de la cuna de Oliver hasta que Derek y Scott aparecieron en la puerta.
—¿Que paso? —Derek cruzo la habitación rapidamente, envolviendome en sus brazos al ver que estaba temblando.
Girandome, apunte a la hoja dentro de la cuna de Ian. Derek fruncio el ceño un momento antes de soltarme y tomar la hoja, volviendo a abrirla para leer el mensaje.
—Si no te tengo a ti, tomare uno de tus bebes —leyó—. No me hagas llegar a eso, Stiles. Te quiere, Gea.
—Estaba debajo de Ian, Derek —solloce—. Él estuvo aquí, toco a los bebes.
—Hijo de perra. —gruño el moreno, dirigiendose a la puerta rapidamente.
—¡Derek! —chillé, apresurandome tras él pero sin salir de la habitación por miedo de dejar solo a Oliver—. Derek, no me dejes solo, por favor. —Derek me miró sobre su hombro, sabia que las lagrimas estaban bajando por mis mejillas en ese momento pero no podia detenerme—. Por favor, tengo miedo.
Sus ojos verdes se detuvieron en mi un momento antes de pasar al bebé acurrucado en mis brazos. Asintió, girandose hacia Scott—. Dile a la manada que venga aquí, tenemos que buscar la manera de encontrar a Gea y deshacernos de él.
Scott lo miró un segundo antes de asentir y bajar las escaleras corriendo. Ni siquiera pude ver al moreno desaparecer por las mismas antes de verme rodeado por los brazos de Derek—. Estaremos bien, Stiles —musitó—. Te lo prometo, no dejaré que los tenga, a ninguno de ustedes.
—Él estuvo aquí, podria haberselos llevado, Derek —musite—. Se habria llevado a nuestros bebes y ni siquiera nos hubiesemos dado cuenta.
—Pero no lo hizo y fue un estupido al amenazarnos, porque ahora sabemos que viene y protegeremos a los bebes y a ti. —musito antes de pasar a mi lado y dirigirse a la cuna de Oliver, sacandolo de la misma y acunandolo en sus brazos—. Vamos abajo, Stiles.
Asentí, siguiendolo por el pasillo y bajando las escaleras para dirigirme a la cocina—. Debo darle el biberon a Ian. —explique cuando el moreno me miró confuso. Asintió, siguiendome dentro y tomando el coche que habíamos dejado allí, acercandolo para poder meter a Oliver dentro.
—Dame a Ian. —pidio—. Lo pondré dentro del coche mientras preparas el biberon.
—No —negué—. Puedo hacerlo con él en brazos.
—Stiles.
—Dejame tenerlo un poco más —rogue con los ojos cristalizados—. Tengo miedo de soltarlo.
—No le pasara nada, a ninguno de los dos —aseguró—. Estoy aquí, Stiles, confia en mi, no dejaré que nada malo les pase.
Miré a Ian en mis brazos antes de concentrarme en los verdes ojos de Derek. Sabia que nunca dejaria que lastimaran a nuestros hijos pero no podia soltarlo, aún no. El moreno parecio ver mi vasilacion porque suspiro y me hizo un gesto para que me sentara en la isla, acercando el coche a mi lado.
—Yo preparo el biberon y tu se los das, ¿si? —propuso.
—Si —asentí—. Gracias, Derek.
Dejando un suave beso en mi cabello, comenzo a preparar el biberon mientras acunaba a Ian en mis brazos y mantenia un ojo sobre Oliver. Vivir con el miedo de que pudiesen lastimar a mis bebes era una real mierda pero no podia hacer nada por ello.
—La manada viene hacia aquí —aviso Scott, entrando a la cocina—. Tambien llame a Liam y Zayn, dijeron que vendrian... ahora.
Musito la ultima palabra en el momento en que los susodichos aparecieron dentro de la cocina. Di un salto fuera, aferrandome a Derek en cuanto se acerco a mi y me envolvio en sus brazos.
—Mierda, Stiles, lo siento —se disculpo Zayn, mirandome con pena—. No pensé en que te asustariamos, solo queria evitar la demora de conducir hasta aquí.
—Él esta bien. —aseguró Derek, rodeandonos con sus brazos.
—Bien —acepto—. ¿Que sucedio?
—Esto. —Derek le cedio la hoja que había tenido en su bolsillo—. Stiles lo encontró debajo de Ian.
Observé por el rabillo del ojo como ambos leian la nota y maldecian por lo bajo. Zayn fue el primero en levantar la mirada hacia nosotros—. Esto complica mucho las cosas.
—¿Que quieres decir?
—He estado investigando, hablando con varias droxgeas que estan en contra de la forma de gobernar de Gea —explico—. Al parecer, el tipo realmente esta loco. Tanto es así que esta dispuesto a pagar un dineral al que lo ayude a atraparte.
Jadee, apretandome más cerca de Derek. Sus brazos se apretaron a mi alrededor, teniendo cuidado de Ian—. Si eso es cierto, ¿por que no hay un monton de droxgeas atacando la casa?
—Porque todo el mundo esta en contra de llevar a un humano a su aldea —me miró con una mueca—. Son ofender, Stiles, pero ellos consideran a los seres humanos el ser más bajo que existe. Tener un rastro de sangre de droxgea en ti, solo te hace un error a sus ojos.
—Gente simpatica. —murmuré.
Él se encogio de hombros—. Son unos hijos de perra discriminadores pero sus pretensiones podrian ayudarnos.
—¿De que hablas? —Derek me hizo volver a la silla antes de ponerse a preparar el biberon nuevamente.
—Hablo de que, muchas droxgeas estan en contra de llevar a Stiles allí, varias estan dispuestas a ponerse en contra de Gea para detenerla.
—¿Quiere decir que se pondran encontra de su rey?
—Gea no es el rey, es un mero principe —explico—. Si lo quitan, su hermano Tea tomaria su lugar. He hablado con él, será un gran gobernante y esta dispuesto a ayudarnos en lo que sea.
—¿Quiere decir que empezara una guerra? —musite horrizado.
—La guerra empezo desde el dia en que Gea te dio su "obsequio" en el bosque, Stiles.
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