Capitulo Trece.
-Derek-
—Dale tu camiseta y toma alguna prenda que tenga su aroma —me informo Deaton por telefono, luego de verme obligado a recurrir a él para poder manejar mejor la situación. La última vez que habían alejado a Stiles de mi, el chico había enfermado. No tenia ningún plan para que eso volviese a suceder.
—¿Para que? Stiles no podria sentir mi aroma en la camiseta.
—Tiene tu olor, Derek —explicó—. Aunque Stiles no sea un lobo y no pueda identificarlo, el estar rodeado de tu aroma lograra tranquilizarlo lo suficiente para que no sufra una crisis. Pero vas a tener que encontrar la forma de reunirte con él por al menos unos minutos al día lo que resta de la semana u Stiles enfermara y tu lobo se volverá loco.
—Bien —musité—. ¿Que hay de los ojos de Stiles?
—¿Que sucede con ellos?
—Se volvieron grises luego de que lo reclamara —explique, apretando mejor a Stiles a mi lado cuando el chico comenzo a removerse. Había llorado por lo que su padre le había dicho hasta quedarse dormido, sabia que debia despertarlo para ir al instituto pero aún no podia soltarlo.
La línea quedo en silencio por un momento antes de que Deaton volviese a hablar—. ¿Has notado algun otro cambio en él desde ese momento?
—¿Además de que parece estar encogiendose? —pregunté, recordando que me había dado cuenta de ello en el baño durante la crisis de Stiles. No se lo había dicho por miedo a que el chico enloqueciera aún más.
—¿Encogiendose?
—Si, debe tener al menos unos cinco o seis centimetros menos. —dije—. Y el aroma a flores aún sigue adherido a él, aunque ahora esta mezclado con mi olor. ¿Tienes alguna idea de lo que esta sucediendo?
—Es obvio que tu reclamación a comenzado con algún proceso de conversión en Stiles —explico—. Pero no tenemos modo de saber en que exactamente se esta transformando hasta que esto termine.
Suspiré—. ¿Hay alguna posibilidad de que se este convirtiendo en una droxgea?
—No, no lo creo —aseguró—. A diferencia de los hombres lobos, las droxgeas deben nacer de esa forma, no pueden transformarse. Al menos jamás se ha sabido de una que allá podido hacerlo, no hay nada en los libros.
—Bien, eso elimina mi unica teoria.
—¿Que hay de la mancha en su cuello? —preguntó.
Moviendo suavemente a Stiles, busque alguna marca en su cuello encontrando una pequeña mancha en un lado de su cuello que tenia una extra forma a... ¿una flor? Sacudí la cabeza, seguramente estaba imaginando cosas—. Tiene una pequeña mancha pero la mayoria ya desaparecio.
—Eso es bueno, creo —dijo—. Sería bueno que los demás lo vigilaran mientras esten en el instituto y me avisen ante cualquier cambio.
—No creo que eso sea posible —admití. Había escuchado al sheriff llamando al instituto de Stiles para que lo mantuviesen alejado de mis betas, había inventando una excusa barata que al parecer la persona del otro lado se había creido—. El sheriff no va a estar contento de que alguno de nosotros se acerque a Stiles.
—Tenemos que encontrar la manera —urgio—. Debo hacerle una revisión cada par de días, por si ocurre algun cambio drastico en él. No sabemos lo que le sucede, es peligroso que no este bajo observación.
—Lo sé, Deaton, pero no puedo ir contra la voluntad de su padre, eso meteria en problemas a Stiles.
—Stiles ya esta en un problema. —me recordó.
—¿Crees que no lo sé? —gruñi, logrando que Stiles se revolviera hasta que abrió los ojos mirandome con el ceño fruncido—. Te llamo luego, Daeton.
Corté la llamada antes de que pudiese agregar algo y me giré hacia Stiles, quien me miraba adormilado—. ¿Que hora es? —murmuró.
—Tarde —hice una mueca—. Creo que deberias vestirte ahora si quieres llegar a tus clases.
Frunciendo el ceño, se estiro para tomar mi celular y miró la pantalla. Lo atrapé en el momento en que iba a rodar fuera de la cama gracias a su apuro. El chico se zafó de mis brazos y corrió hacia su closet, sacando ropa y arrojandola al suelo antes de elegir algo y cambiarse.
Poniendome de pie, lo atrape en una de sus vueltas y lo atraje a mi pecho, besandolo lentamente. Stiles parecio luchar contra mi por unos segundos antes de comenzar a devolver el beso, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.
—Deaton dice que si llevas algo con mi olor no tendrás una crisis —dije contra sus labios—. Encontraré la forma de vernos, pequeño, te lo prometo.
—Sé que lo harás. —sonrió, acercandose para dejar otro pequeño beso. Separandome, alcance mi chaqueta, que estaba sobre la silla del escritorio, y la coloque sobre sus hombros, logrando que me mirara sorprendido—. ¿Me darás tu chaqueta?
—Si —tomé la camiseta que se había quitado—. Yo me llevo esto.
—Esta bien. —musitó.
Sin poder contenerme, lo acerque para dejar otro beso en sus rosados labios—. ¿Quieres que te lleve al instituto?
—No es necesario —aseguró—. Iré en mi jeep.
—¿Seguro?
Asintió—. Tu tienes que ir a investigar lo del omega.
—Si, Erika ha estado llamandome —hice un gesto con mi celular—. Creo que descubrio algo importante.
—¿Que estas esperando para ir? —preguntó divertido.
Lo abracé más fuerte—. No quiero dejarte.
—Tengo que ir la instituto de igual manera —me dio un pequeño empujón hacia la ventana—. Ve.
Me dirigi a la ventana con resignación, robandole un último beso antes de subir por la ventana. Una vez que estuve de pie en el suelo, caminé un par de casas hasta donde Scott había movido mi auto y me subi. Estaba a punto de girar la llave dentro del encendido cuando mi celular comenzo a sonar.
—¡Derek! —chilló Erika en cuanto puse el telefono en mi oido—. Algo nos ataco en el bosque mientras seguiamos el rastro, necesitamos que vengas.
—¿Alguien salió herido? —giré la llave y aprete el acelerador, saliendo hacia la carretera.
—Isaac.
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