Capitulo Cuarenta y Seis.
-Scott-
Dejando una de las espadas que las droxgeas nos habían cedido sobre la isla, apoye mis manos sobre el frio marmol y cerré los ojos por un momento. Estaba harto de todo el drama que se vivia a mi alrededor, lo único que queria era que todo terminase para poder arrojarme en mi cama y dormir un fin de semana entero. Joder, me conformaria con dormir un par de horas con la tranquilidad de que nadie iba a atacar a mi amigo y su familia.
—¿Estas bien? —dos manos cayeron sobre mis hombros, logrando que levantara la mirada para ver sobre mi hombro. Isaac me dedico una mirada preocupada.
Le sonreí debilmente, dandome la vuelta y apoyando la cadera en la isla—. Bien.
—¿Seguro?
—Solo estoy preocupado —hice una mueca con la boca—. Quiero que esto termine de una vez, no me gusta tener siempre el peligro flotando sobre la cabeza de las personas que quiero.
—Tea dice que seguramente termine hoy —musitó—. Luego volveremos a nuestras vidas normales.
Lo miré por un segundo antes de antes de eliminar el espacio entre nosotros y unir nuestros labios. Isaac jadeo sorprendido pero no tardo en enredar sus brazos alrededor de mi cintura y responder el beso. Había estado queriendo hacerlo desde hacia semanas pero el miedo a lo que sucediera luego me había detenido todas las veces que había estado tentado. Luego del beso en la cocina, había huido como la gallina que Stiles aseguraba que era.
Pero ya estaba harto de hacerlo, ahora queria intentarlo y al parecer Isaac estaba de acuerdo si la mano que se acercaba peligrosamente a mi trasero tenia algo que decir.
—No coman pan delante de los que no tenemos dientes. —Tea nos arrojo algun tipo de polvo azul que logró que ambos nos apartaramos de golpe.
Lo miré mal, sacudiendome la ropa—. ¿Que jodidos era esa cosa?
—Harina de colores. —arrojó otro puñado, esta vez rojo—. ¡Wiii!
—¿Estuviste masticando pasto o que? —Isaac se sacudió de golpe cuando la droxgea le arrojo otro puñado amarillo—. ¡Deja de hacer eso!
—Su alpha me envio a hacerlo —aseguró, lanzandome un puñado rosa—. ¡Oh pero que bonito te queda ese color! Resalta tu orientación sexual.
—En serio, ¿que te sucede? —pregunté.
Se encogio de hombros—. Estoy nervioso y cuando me pongo nervioso actuo raro. —se apareció frente a Isaac y pego sus manos manchadas de algo parecida a la pintura en su rostro—. Ahora, dale un beso a él y dispersenlo —me señalo antes de hacer un gesto extraño moviendo las manos.
—No voy a besarlo porque tu me lo digas.
—Oh pero bien que tenias tu lengua en su garganta cuando llegué. —rio.
—Tea, estoy a dos segundos de golpearte —gruñi—. ¿Por qué jodidos nos arrojaste esta cosa?
Tea suspiro como si explicarlo fuera patoso antes de guardar las bolsita que tenia en la mano—. A los demonios los confunden los colores vibrantes, estoy ayudando con el camuflaje.
—¿No era más facil ponernos ropa de colores?
La droxgea miró a Isaac como si hubiese dicho una blasfemia—. ¿Y eso que hubiese tenido de divertido?
La puerta detrás trasera se abrio de golpe, dejando ver a un jadeante Aiden—. Los demonios —musitó—. Estan aquí.
—Mierda —Tea musito antes de hacernos un gesto para que salieramos—. ¿Que jodidos estan esperando? Vayan a ayudar a su alpha, enviare a mis droxgeas. ¡Vayanse!
Pasando a su lado, corrimos fuera de la casa. No tuvimos que ir muy lejos antes de ver a varios demonios apareciendo en el borde del predio. Esto era malo, esas cosas eran más de diez y demasiado grandes. Droxgeas comenzaron a aparecer, totalmente armadas a nuestro alrededor, eramos más por lo que esperaba que no nos costara mucho derrotarlos.
Miré a Isaac a mi lado y me prometi a mi mismo que si saliamos librados de esta no dejaria pasar la oportunidad de una relación con él.
-Derek-
Vi el demonio salir de detrás de un árbol en el momento exacto que terminaba de poner una de las trampas. Aiden corrió hacia la casa a advertir a los demás mientras Ethan y yo intentabamos detener a las bestias de llegar a la misma. Sabia que no podriamos hacerlo por mucho tiempo cuando más comenzaron a aparecer junto a un par de droxgeas.
Esto iba a ponerse feo y finalmente acepte que Tea tenia razón al decir que Stiles estaba mejor lejos.
—¡Derek, detrás de ti! —me giré en el momento exacto que Ethan grito, esquivando la garra que venia hacia mi en el momento justo.
Lanzandome al frente, use mis garras para rasgar todos los lugares a los que logré llegar. Tea apareció cerca, lanzando una espada en mi dirección y cortando la cabeza de uno de los demonios con un suave movimiento.
—Las droxgeas con manchas de colores en la ropa son de nuestro equipo. —chilló, lanzandose al ataque como un guerrero de la pelicula 300.
Mate a dos demonios antes de sentir un ardor agudo en mi hombro que me tuvo gritando en un segundo. Llevando mi brazo hacia atrás, golpee al vampiro en el estomago logrando que me soltara y girandome para encararlo. El tipo era horrible. Un poco más alto que yo con una piel grisasea casi violeta, largo cabello oscuro y grasoso y ojos de drogadicto sin posibilidad de recuperación.
La cosa solto un grito que sono como un ratón siendo aplastado antes de lanzarse en mi dirección. Contrarreste su peso con el mío mientras lo goleaba con la hoja de la espada, cortando su pierna como si fuese mantequilla. Joder, amaba de lo que estuviese hecha la maldita cosa.
—¡Derek! —la voz de Tea hizo eco en mis oidos, logrando que me volteara para verlo pelear con un vampiro. Corrí para ayudarlo pero este negó rapidamente con la cabeza—. Deten a Aires —chilló, haciendo una seña hacia la droxgea de cabello rojo fuego que corria hacia la casa—. ¡Es la pareja de Gea!
—Joder. —mascullé, corriendo detrás del mismo y logrando derribarlo frente a los escalones frontales.
El tipo gruño, dandose vuelta y ondeando una daga que logró cortarme el brazo. Moviendome con rapidez, esquive el segundo ataque con la cosa y me puse de pie para poder hacerle frente mejor.
La sonrisa que me dedico fue demasiado macabra para mi gusto—. No puedes detenernos, lobo —gruño—. Somos más que ustedes.
—No lo creo —hice un gesto alrededor, donde la mayoria de los suyos habían caido—. Vas perdiendo.
La daga que llevaba en su mano se clavo en mi pierna antes de que pudiese hacer nada. Gruñí entre dientes sintiendo el ardor que producia en mi pierna. Moviendo la mano, hundi mis garras en su abdomen antes de empujarlo hacia atrás y cortar su garganta con un suave movimiento.
La daga seguia ardiendo demasiado, logrando que mi pierna se debilitara y cayera de rodillas en el suelo. Niall, el rubio que recordaba haber visto en la casa se acerco corriendo a mi. Y miro de la droxgea a mi antes de maldecir y alcanzar la daga, moviendola suavemente.
—¡MIERDA! —grité, apartando su mano.
—Quedate quieto, idiota —gruño—. Debo sacarla, esas cosas estaban bañadas en aconito.
—¿Como lo sabes?
Él me miró un segundo antes de suspirar—. Erika murio. —susurró—. No quito la daga que le clavaron a tiempo y la mato. Dejame ayudarte, maldita sea.
—Joder, pero hazlo rapido —susurré, comenzando a sentirme mareado.
El dolor fue agudo y parecio recorrer todo mi cuerpo, logrando que gritara por el mismo. Niall palmeo mi rostro con suavidad, haciendo que lo mirara con los ojos entrecerrados—. Necesito conseguir el antidoto —me advirtio—. No te desmayes, por favor.
Lo vi salir corriendo mientras mi mundo giraba. Realmente esas cosas estaban bañadas con aconito, el dolor era jodidamente horrible y sabia que no había manera de que sobreviviera a menos que pudiese conseguir el antidoto o cortarme la pierna.
Mire a mi alrededor, observando que la mayoria de los demonios habían caido, dejando a mi manada aún en pie. Golpeados pero vivos, me bastaba con eso.
Niall volvio, arrodillandose a mi lado—. Okey, el idiota que mataste tenia más aconito —golpeo mi rostro con suavidad—. Escuchame, hay dos posibilidades. Si este es el mismo tipo de aconito que uso contigo, te salvas, sino lo es... bien, ya sabes.
Observé el frasco en su mano con los ojos entrecerrados—. Hazme un favor —susurré—. Si me muero, dile a Stiles y los bebes que los amo, ¿si?
—Mierda, no hagas eso, me haces sentir culpable —masculló, frunciendo el ceño mientras miraba del frasco a mi pierna—. Se lo diré, te lo prometo.
—Gracias.
Asintió bruscamente, destapando el frasco y volcando el contenido sobre la herida con rapidez. El dolor fue instantaneo, cerré los ojos y pensé en Stiles.
"Te amo" susurré a través de nuestro vinculo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro