Loki se aferraba con una mano a la espalda del rubio y con la otra callaba sus labios puede que esté haciendo eso de nuevo pero no dejaría que el nombre de aquel sucio rey saliera de su boca y menos cuando ese mismo rey le dijo que era un escandaloso bajo la cama.
Era simple sexo, que desgarraba el alma del pelinegro, no podía negar que se sentía bien y al parecer ninguno de los dos lo podía hacer. Las estocadas eran fuertes y de distintas formas. Thor en verdad apreciaba a Loki y su fino cuerpo que era tan fácil de cargar y levantar. Al poco tiempo ningún gemido o jadeo pudo ser contendió, al contrario invadían el cuarto.

Ese era el trato, darse placer mutuo y nada de sentimientos, le daba un poco de sentido al por qué Loki estaba ahí y Loki no se quería mentir a si mismo a pesar de que callara los rumores antiguos fue la misma forma en la que obtuvo privilegios en su viejo reino. Y no era difícil, el pelinegro toda la vida fue consiente de que agraciado era y los reyes siempre quieren lo más placentero y precioso.