Historia original, creada en relación al 8 de Marzo. Todos los derechos reservados.

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Se quiere traspasar la idea de una forma incorrecta, cuántas veces hemos oído "puede ser tu esposa, hija o hermana", eso no les va a llegar. Porque tanto ellas como nosotras, somos simples piezas de joyería. Un bello reloj, que cambia de precio según el estado de nuestro cuerpo.

Entonces, ¿Para qué mencionarnos si solamente somos objetos que se pasean en la calle? Objetos que recibimos nuestro valor por los transeúntes a través de gritos y susurros que helan la piel.

No, piensen que son ustedes mismos. Eres tú, de niño, yendo a la escuela cuándo un desconocido se aparece frente a tí mostrándose desnudo. Eres tú, de adolescente, siendo acorralado por dos personas amenazándote; hablándote sobre lo que podrían hacer con tu persona, destruyéndote el espíritu sin aún haberte tocado. Porque luego sabrás que destruirán mucho más que eso. Porque en el caso de poder escapar sin que pase a mayores, vivirás aterrado recordando ese día y con el miedo de que llegara nuevamente; y de que esta vez no puedas escapar. Eso daría dos opciones: que usen tu cuerpo a su antojo, despojándote de todo el control que pensabas tener sobre él. Sintiendo en como te conviertes en alguien patético, perdiendo todo orgullo y sintiendo que eres mirado hacia abajo por todos los demás. Te sientes un objeto. Lo peor es que ésta sea la opción mas positiva.

La segunda, es que después de haberte usado; en medio de gritos, dolor y terror tuyo, ellos decidieran tirarte (matarte) como el objeto en el que fuiste convertido.

Falta una opción que olvidaba mencionar, en el que te conviertas es un objeto rentable. Que no solo ellos te quieran usar, sino que te dejen a tantos más. A un módico precio, claro está. Y que no solo tengas que vivir esa tortura todos los días, durante meses o años. Sino que tengas que pasar todo ese terror estando alejado de tu familia y todo al que amas. Preparándote a morir, sólo y en sufrimiento.

Ahora eres un adulto, que está enamorado. Tan enamorado que le crees, luego de golpearte, que fue un error que no volverá a cometer. Pero lo hace. Tanto que se vuelve costumbre y lo terminas asimilando como algo normal, algo que te mereces. O tal vez no, y decides dejar a esa persona; o mejor aún, denunciarla. Pero tus quejas, a pesar de estar resaltadas con moretones en tu rostro, no son escuchadas. Y esa persona vuelve, vuelve y vuelve. Aunque tú no la quieras aceptar, porque no entiende que no lo quieres a tu lado por el miedo que te genera. Esa persona no acepta un no por respuesta, porque te considera de su propiedad. Su objeto, ya que eres suyo y no hay nadie para negárselo, porque puedes estar seguro que no oirá tus palabras. No pasará mucho para que ésta persona, una a la que creíste amar, haga cesar tu respiración. Convirtiéndote solo en un número más, entre tantos otros.

Lo peor, es que ésto no es todo lo que podría pasar.

Solo por haber nacido de tal forma. Solo por haber nacido mujer.

Que nos obliga a no "tentar" al género opuesto, porque somos mercancía a disposición de quien nos vea. Un mero objeto, despojado de cualquier integridad como ser humano.

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Me inspire para esta historia, además de lo obvio, por un comentario de un conductor de mi país. Donde comparaba el que las mujeres salieran con poca ropa o pequeña a que él salga con un reloj rolex.