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Capítulo 9: Remordimientos

No hay nada más molesto que cuando tu conciencia decide hacer aparición y restregarte en la cara tus errores.

JTP.

☆☆☆

Es algo incómodo cuando la culpa y los remordimientos hacen mella en tu mente.

Es desquiciante, doloroso y perturbante sentir como te asfixias cuando empiezas a pensar en la repercusión de tus decisiones.

Y sobre todo es totalmente desconcertante el hecho de como ese círculo vicioso comienza a repetirse día tras día, porque sabes que cometiste el error y comprendes que no lo puedes volver a cometer y entiendes que la culpa va a torturarte pero aun así vuelves al inicio, vuelves a caer en el hoyo y repites un ciclo sin fin.

Y lo gracioso de la situación es que aunque quiera negarlo, ya me encontraba envuelta en esa cadena y lo peor de todo era que no quería salir.

☆☆☆

Flash Forward

Volví a la cama y me senté en ella. Miré fijamente la pantalla de mi celular que indicaba las llamadas perdidas que tenía en ese momento e inmediatamente marqué el número de Yenna.

Tenía que darle una explicación.

Esperé a que contestara pero no lo hizo, frustrada dejé el celular en la mesita y caí en cuenta de que seguía teniendo compañía.

Como un flash llegó a mi cerebro el sueño tan morboso que tuve... un sueño donde tuve sexo oral con John y lo peor del caso es que lo disfruté.

Sí, como lo oyes.

Aunque fue un sueño no tiene sentido negar algo que está más que claro. Y sobre todo estaba el hecho de que aunque hubiese sido un sueño no me hacía sentir menos culpable.

De pronto el celular volvió a sonar, desconectándome de mi regaño personal por la culpa de mis hechos.  Miré la pantalla y de nuevo, era mi prima.

Y no te voy a mentir, en ese instante al ver su nombre me entró un malestar en el estómago.

Fin del Flash Forward

—Hola —digo tímida.

No tengo ni idea de cómo comportarme.

—Mierda Mia, ¡¿por qué no me has llamado?!

La voz de Yenna es una mezcla de preocupación y enojo y eso me hace sentir cada vez peor.

Ella preocupada y yo traicionándola con su ¿cómo llamarlo? No tienen un título, pero en resumen, su nueva conquista.

Aunque si no contamos el beso, sólo la traicioné en el sueño pero al parecer mi consciencia no quiere entender ese punto ya que me siento como una zorra.

—Lo siento... no me percaté de la hora, acabo de mirar el reloj y recién me doy cuenta de lo tarde que es —respondo sincera.

—Está bien —la escucho suspirar—. Y... ¿a qué hora vas a llegar?

Mi mirada pasa de estar posada en la nada a posarse en los ojos de John, el cual me mira como si estuviera viendo su película favorita: embelesado y entretenido.

Se acerca a mí y me susurra que no va a poder llevarme debido a la tormenta y la hora que es.

—El camino de regreso es largo, por lo tanto tendrás que quedarte a dormir —me da una sonrisa cálida, que pone a latir a mil mi corazón.

Creo que sigo afectada por ese sueño.

Sí, eso debe ser.

No lo contradigo y le comunico a Yenna lo que me dice.

Sé que no habrá problema alguno en que me quede porque ni mi madre ni mi tía están en casa.

—No te preocupes.

Como predije su respuesta es positiva.

—Espero que te esté yendo muuuy bien —alarga la palabra "Muy" y suelta una risita.

Me la imagino con sus cejas alzadas moviéndolas descaradamente de arriba abajo.

—Cuídate y me cuentas todo cuando llegues, y por cierto... dale saludos a Daniel de mi parte —sus palabras están teñidas de un doble sentido y eso me hace sentir incómoda.

No le des importancia.

—No te preocupes, te quiero.

—Yo también —responde.

No me da tiempo de agregar algo más.

Ha colgado.

Miro al aparato como si el tuviera la culpa del raro comportamiento de mi prima y me quedo pensando en que estará haciendo.

Flash Forward

Recuerdas que en ese momento pensé que sus palabras tenían un doble sentido oculto pues no me equivocaba. Pero aun no es tiempo de esa conversación.

Por un momento me olvidé de quien estaba a mi lado pero... no todo es perfecto.

Tuve que volver a la realidad antes de lo previsto ya que una mano se posó en mi hombro y no tenía que ser adivina para saber de quién se trataba.

Recuerdo que volteé a verlo y tenía puesto un pantalón largo de pijama a cuadros.

En cuanto a su torso, pues... estaba descubierto ¿y lo peor? No pude controlarme y me quedé admirando su pecho. Tenía una excelente vista de su anatomía y la imagen de mis labios besándolo momentos atrás volvió a mi cabeza, haciendo que la sangre se concentrara en mis mejillas.

Ese sueño me estaba dejando en evidencia.

Fin del Flash Forward

—No me mires así —su voz me saca de mi ensoñación.

Bendito y alabado sea ese torso fornido y bien trabajado.

Y santificado sea ese abdomen bien esculpido.

Amén.

Mis ojos dejan su pecho y se dirigen a los suyos.

—No te culparé por admirar las vistas ya que yo no he perdido tiempo admirando también —su mirada reposa en mi escote.

Bajo la mirada al lugar donde están posados sus ojos y caigo en cuenta de que la blusa se ha bajado un poco dejando al descubierto uno de mis pechos el cual (para mi mala suerte) no está cubierto por mi sostén de encaje blanco, sino que mi pezón se ha salido de mismo.

¿En serio? ¿Por qué a mí?

Mi cara está del color de un tomate. Al instante me subo la blusa.

—Vamos Mia, no tienes por qué avergonzarte —agacho la cabeza.

Aunque no parezca, puedo llegar a ser muy vergonzosa.

Escucho sus pasos acercándose y siento lo cerca que está de mí. Con su mano toma mi mentón; lo alza para que lo mire.

—Eres hermosa.

Esa palabra basta para que un nudo se forme en mi estómago.

Está cada vez más cerca.

¡Oh Dios! Por favor no. Sé lo que piensa hacer.

Su cercanía, la forma en que sus ojos bajan hacia mis labios, su rostro acercándose cada vez más al mío.

Va a besarme.

No puedo permitirle que lo haga, si me besa ahora no dudo que terminemos convirtiendo mi sueño en realidad.

Me separo de él volteando mi cabeza hacia la izquierda. Su agarre desaparece y me permite pensar con claridad.

—¿Puedes prestarme algo cómodo para dormir?

Él mira mis ojos, y se queda un rato perdido en ellos. Le sostengo la mirada esperando a que salga de su trance. Cuando lo hace su mirada es de pura confusión.

—Si claro —se dirige al closet y me pasa un pantalón de pijama parecido al que lleva puesto y una franela—. Estaré abajo —da media vuelta y sale de la habitación bruscamente.

Suelto todo el aire que contienen mis pulmones como si eso me ayudara a relajarme.

Su actitud es desconcertante.

Entro al baño, me despojo de mi ropa y me pongo la que me ha prestado. Tratando de no pensar mucho me dirijo a la esquina izquierda de la cama donde está mi mochila, saco todo y lo tiro en la cama.

Organizar me ayuda a despejar la mente.

Me siento en una esquina y organizo de nuevo mi bulto. Después de unos minutos tengo todo dentro de nuevo y procedo a arreglar la cama.

Tomo mi celular y veo la hora, faltan 2 minutos para las 11. Recojo mis pertenencias, las coloco en una esquina y salgo del cuarto.

Es hora de enfrentarme a John para saber en qué habitación voy a dormir.

Bajo los escalones y lo encuentro en la cocina sirviéndose un poco de vino.

Se ve frustrado así que decido acercarme cautelosamente. Al escuchar mis pasos se voltea mirándome expectante.

No puedo evitar sentirme nerviosa.

—Me preguntaba dónde podía dormir, ya que estoy un poco agotada —su semblante cambia y de sus labios sale una sonrisa ¿Y eso por qué?—. ¿Por qué la sonrisa? —le pregunto en voz alta.

—Nada. Vamos te acompaño —sale por delante de mí y empieza a subir las escaleras.

Me quedo quieta mirando su espalda y pensando en que: Nunca me acostumbré a sus cambios de humor.

Al ver que no lo sigo se detiene.

—¿No vienes? —pregunta.

Mis pies cobran vida y lo siguen escaleras arriba.

Cuando llegamos al último piso donde se encuentran las habitaciones nos dirigimos al cuarto en donde me había quedado dormida.

—Aquí es —abre la puerta y me deja entrar primero—. Imagino que no tendrás problemas ya que hace un rato te encontré dormida aquí —me mira y me sonrojo—. Supongo que aquí fue donde te cambiaste esta mañana —su voz no es de molestia alguna. Todo lo contrario.

—Sí —digo mientras asiento.

—Bien —toma una pausa y recorre el cuarto con la mirada hasta recaerla en mí—. Aunque este es mi cuarto —agrega—. Creo que lo notaste cuando te di la pijama.

En realidad no. Mi mente estaba tan pendiente de lo que había pasado en el sueño que no me percaté de ese pequeño detalle.

Y no sé qué decir, ¿este es su cuarto? Eso significa que... ¿Vive aquí? ¿Qué pasa con la otra casa?

Mi cara delata mi confusión haciendo que me responda.

—No vivo aquí... al menos no permanentemente —lo miro aun sin comprender—. Esta es mi casa por temporada, cuando necesito alejarme de todos y estar solo.

Quiero preguntar el por qué pero prefiero callar, no vaya a ser que se enoje de nuevo.

—Si quieres puedo dormir en uno de los cuartos de al lado —propongo.

—No me molesta que duermas en mi cama, todo lo contrario, me gusta.

Su declaración me toma por sorpresa, limitándome a preguntar:

—Y... ¿Tú dónde dormirás?

—Contigo —lo observo desconcertada.

¿No me puede dar mi espacio?

Mejor dormiré en otro cuarto.

—Ni lo sueñes —¿lo había dicho en voz alta?—. Vamos Mia, ya hemos dormido juntos, ¿recuerdas?

Sí, lo recuerdo pero en ese tiempo no quería tus labios y tus manos en las zonas erógenas de mi cuerpo.

Ahora estar juntos en una cama es estar en un lugar peligroso.

Me mira unos segundos y como si pudiese leer mi mente añade:

—No haremos nada si eso es lo que temes, solo dormir —hace énfasis en la palabra dormir.

Pero dormir con él no es lo que me molesta, simplemente necesito mi espacio... Necesito pensar y con él al lado no puedo hacerlo.

—Por favor.

Se acercó a mí y agacha su cabeza para susurrarme al oído.

—Por favor Mía, como en los viejos tiempos... duerme conmigo.

●●●

11 de enero del 2016
6:30 a.m.

Flash Forward

Al día siguiente me desperté y observé las paredes del cuarto donde me encontraba, recordé donde estaba y con quién. No sabía que horas eran así que me quise levantar para tomar una ducha.

Traté y digo "traté" de levantarme pero mis piernas estaban unidas a las de John y su mano tenía prisionera mi cintura.

En ese momento me preguntaba ¿cómo habíamos llegado a estar así? Y recordé de los sucesos de esa noche, cuando me pidió que durmiera con él.

Y sólo dormir, no vayas a pensar nada malo, que te conozco.

Está de más decir que acepté y que al cabo de un rato nos estábamos acomodando para dormir.

En realidad tenía mis dudas, no quería acostarme a su lado porque... sería recordar esos viejos tiempos, esos momentos donde todo estaba bien; pero por más que mi mente estuviera en contra, mi cuerpo no quería contribuir a lo que decía mi cerebro...

Aún recuerdo como su mirada escaneaba mi rostro, como sonrió mirándome a los ojos, y al ver esa sonrisa no dude en preguntarle por qué esa cara.

¡Ay! ¿Cómo olvidar su respuesta?

"Me gusta cómo te queda mi ropa, me hace recordar aquella vez que te quedaste a dormir en mi casa, después de mi cumpleaños número 11".

No le respondí, simplemente asentí y me cubrí más con las sábanas.

No quería recordar, en ese momento no.

Me sentía débil "mentalmente" y después de ese sueño no quería enfrentar que algo había cambiado.

Minutos después cada quien estaba en su lado de la cama, solo se escuchaba el ruido de la lluvia al caer. El frío se instaló en mi cuerpo y no me dejaba dormir, él lo noto y me abrazó, enredó sus pies con los míos y pasó su brazo por mi cintura. Su aliento estaba en mi oído y susurro un:

"Te dije que te calentaría".

Esas fueron las mismas palabras de hace 10 años, cuando dormimos juntos por primera vez y el hecho de que lo recordara me hizo sonreír...

Al final así fue como quedé profundamente dormida, con su cuerpo contra el mío; calentándome, haciéndome sentir totalmente cómoda y a la vez preocupada.

Y sí, ese era el motivo por el cual no podía moverme de la cama al día siguiente. Traté de alejarme lo más despacio posible para que no se despertara y con mucha dificultad lo logré.

Me dirigí al baño, me quité la ropa y me sumergí en la bañera. Al sentir el contacto del agua y la espuma cerré los ojos y puse mi mente en blanco.

Y no creerás el susto que me llevé cuando abrí los ojos...

Fin del Flash Forward

Abro los ojos y lo primero que veo es una persona observándome.

Me reincorporo un poco, despertándome completamente.

¡Pero estará loco! ¿Cómo se le ocurre asustarme de semejante manera?

John está sentado sobre la tapa del inodoro mirándome como si me analizara.

Al parecer lleva un rato ahí y yo al estar dormida ni cuenta me di.

¿Qué cojones hace ahí? ¿Y qué horas serán?

Todas mis inquietudes las expreso en voz alta.

—¿¡Estás loco!? ¿Qué haces aquí? ¿Y qué hora es? —mi voz sale un poco ronca y agradezco que las espumas estén tapando mi desnudes.

—Vivo aquí —responde burlezco y después agrega—: las 7:45 a.m. —sus ojos siguen evaluándome.

¿En qué piensas John?

—Me refiero a qué haces aquí, en el baño —carraspeo—. Te despertaste —afirmo de manera absurda e innecesaria.

Por favor Mia, sabes que está despierto, a menos que estés hablando con un fantasma.

Siendo sincera no pude controlar el hecho de que esa estupidez saliera de mis labios.

Ya que en realidad quiero que me diga la razón por la que se ha levantado tan temprano debido a que no he hecho ningún ruido.

—No estabas así que me preocupé —se encoge de hombros.

El baño se sumerge en un completo silencio, uno que ni él ni yo nos atrevemos a romper.

Algo dentro de mí quiere explicarle, pero, ¿explicarle qué? Sólo tomé un baño no es la gran cosa.

No digo nada, él se levanta bajo mi atenta mirada y se marcha. Suelto un suspiro y me levanto.

De seguro debo estar como una pasa.

Y no me equivoco, miro mis dedos y tienen arrugas por estar tanto tiempo en el agua.

Tomo una toalla y con ella envuelvo mi cuerpo. Salgo del baño pensando que me encontraré con John pero no está. Busco en mi bulto y decido ponerme la misma ropa con la que vine. Cuando termino de cambiarme, tomo mi cepillo, mi pasta dental y me dirijo de nuevo al baño a cepillar mis dientes. Al terminar guardo todo y bajo las escaleras en busca del pelinegro para saber a qué hora nos vamos.

Cuando llego a la primera planta noto que aún sigue lloviendo y que el día está completamente gris. Ya en el primer piso lo busco por todos lados pero la cocina, el comedor y la sala están desiertos.

Una idea surge en mi cabeza.

¿Qué diría si le preparo algo de comer?

Esa pequeña pregunta corre por mi mente y decido prepararle el desayuno ya que aunque no quiera admitirlo él ha sido muy amable, es justo devolverle el favor.

Busco en la nevera y encuentro: huevos, harina, mantequilla, yogur, mermelada, rodajas de pan, arroz, queso, jamón, Leche, cereal, chocolate en polvo y en barras, canela, jugos y más.

Flash Forward

Sé lo que debes estar pensando y yo también lo pensé. Jaja.

¡Tiene de todo en esa nevera!

Y al ver tantas opciones me pregunté:

¿Qué le gustará?

Así que después de pensar por unos minutos recordé...

"Le gusta el chocolate caliente por la mañana y más si está lloviendo, espero que eso no haya cambiado".

Todavía recordaba muchos momentos que habíamos pasado juntos cuando éramos niños. Y pensando en eso, me dispuse a hacer el chocolate, y preparé varias tostadas y omelette.

10 minutos después estaba sirviendo todo cuando el pelinegro apareció.

Fin del Flash Forward

—¿Qué es todo esto? —pregunta mirando el desayuno que está puesto en la mesa.

—Pensé que querías desayunar algo cálido, por el clima —me encojo de hombros—. Además si mal no recuerdo es tu favorito.

—Veo que no lo olvidaste —no oculta la sonrisa que se planta en su rostro y eso me hace sonreír también.

Toma asiento y yo le imito. Desayunamos en silencio excepto por los halagos que él le da a mi pequeño "aperitivo". Cuando terminamos de comer, se levanta a lavar los platos.

—No tengo problema en hacerlo yo —comento.

—Tú hiciste el desayuno así que a mí me toca lavar los platos —no objeto ya que lo único que está sucio son los platos y vasos que utilizamos, porque yo limpié lo demás.

Cuando termino, Subo las escaleras, me dirijo al cuarto, busco mi celular y tomo todas mis cosas. Ya con todo listo bajo.

Él está sentado en uno de los muebles con la mirada fija en su móvil. Me acerco.

—¿A qué hora nos vamos?

—A la hora que quieras —responde apartando la mirada de su celular para concentrarse en la mía.

No sé por qué no estoy feliz con la idea de marcharnos.

—¿Ya te quieres ir?

Miro el panorama y la lluvia ha cesado. Asiento.

—Como gustes. Solo dame un momento

Sube a buscar sus cosas y después de unos minutos baja con una funda en la mano izquierda.

—Vamos.

Cierra todo bien, salimos de la casa y toma mi mano entrelazándola con la suya.

Mi cabeza está trabajando a mil por hora sólo con ese gesto.

Me siento bien pero sé que no es correcto, y aún a sabiendas de que está mal no la aparto.

Llegamos a su jeep y abre la puerta del copiloto para mí.

—Gracias —susurro.

Da la vuelta, pone la funda en el asiento trasero, luego se dirige al asiento del piloto, entra y arranca.

Flash Forward

Creí que por el camino iba a ver un silencio incómodo pero fue todo lo contrario, puso música y hablamos durante todo el trayecto de cosas triviales, incluso nos reímos varias veces.

Me sentí a gusto a su lado, como cuando éramos niños.

Fin del Flash Forward

—Llegamos —estamos frente a su casa.

No puedo creer lo rápido que se fue el tiempo.

¿Ya pasaron casi dos horas de camino?

No me lo creo.

Voy a bajarme del jeep pero John sostiene mi mano.

—¿Te divertiste? —pregunta y su cara de preocupación me da una dulzura tremenda.

—En realidad sí. Muchas gracias John.

Me acerco para darle un beso en la mejilla pero voltea el rostro haciendo que le dé un beso en sus labios.

Es solo un roce pero me sorprende lo mucho que deseo que estampe sus labios con los míos.

Me alejo de él a una distancia prudente y me fijo en la pequeña sonrisa que vuelve a adornar sus labios.

Y a decir verdad amo esa sonrisa. No es de egocentrismo, ni pícara, es la sonrisa de un niño cuando consigue lo que quiere: inocente pero divertida.

—Tengo que irme —me giro para irme pero la puerta tiene puesto el seguro—. John me tengo que ir —lo regaño.

—No sin antes despedirte de mí —su mirada es juguetona y sé lo que eso significa.

—Ya me despedí de ti.

—Pero no como se debe —reemplaza su cara de niño bueno por una traviesa.

Sé que quiere que lo bese.

Y yo también quiero que me bese.

—Vamos Mia bésame, sé que quieres hacerlo.

No lo niego, pero ya he tenido suficiente con lo de ayer.

—Me tengo que ir John, abre la puerta.

—No sin mi beso, además podemos estar aquí todo el día completo, por mí no hay problema.

Y ahí está el John egocéntrico.

De verdad que tiene que tener problemas psicológicos, nadie puede cambiar de personalidad tan rápido.

—Los amigos no se besan —replico.

—Ya nos hemos besado antes —sonríe—. Así que supongo que no somos amigos normales.

—Eso fue un reto —me defiendo.

—No importa como lo pongas sigue siendo un beso —se encoje de hombros.

—No desaprovechas una oportunidad, ¿eh? —rio levemente.

—Jamás. Además sabes muy bien que estoy tratando de conquistarte, ¿qué mejor forma de hacerlo que volviéndote adicta a mis besos?

Suspiro.

Ya lo soy.

—Vamos Mia, solo uno —promete.

—¿Solo uno? —empiezo a ceder.

—Solo uno —vuelve a afirmar acercándose más a mí—. Y no te molestare más por el día de hoy.

Sin pensarlo mucho me resigno, rompo el espacio que nos separa y lo beso.

Será un beso corto.

Al parecer nota mis intenciones porque toma mi rostro en sus manos y profundiza el beso. Mis manos instintivamente van a su pelo, acariciando y halando, acercándolo a mí, lo más que me permite el asiento.

Como dijo, sus labios pueden ser mi droga, porque cada vez que me besa me deja con ganas de más y eso puede ser peligroso.

El beso no es para nada salvaje, ésta vez es tierno y suave.

Pero yo quiero más.

Tengo que parar con esto sino sólo Dios sabrá...

Me muerde el labio inferior haciendo más difícil el querer separarme de él. Cuando lo suelta, aprovecho y me separo quedando a escasos centímetros de distancia. Mi respiración está un poco agitada y su frente se pega a la mía.

—Creo que besarte se está volviendo mi pasatiempo favorito.

Y el mío también.

Sonrío y me aparto por completo, me giro hacia la puerta y esta vez sí puedo salir. No miro hacia atrás y me encamino hacia mi casa con una sonrisa marcada en mi rostro, que por más que trato no la puedo borrar.

Al llegar a casa, veo el auto de mi madre y el de mi tía estacionados en la cochera.

Eso significa que ya están en casa.

Mierda, ahora sí que la cagué. Se supone que vuelven el lunes por la tarde.

Miro mi celular para ver la hora y me doy cuenta que son casi las dos de la tarde; miro la fecha.

¡Por Dios hoy es lunes!

Me doy una cachetada mental.

Con todo lo de John se me ha olvidado hasta la fecha.

Ahora si me morí.

Adiós mundo cruel.

Adiós al amor de mi vida: "La pizza".

Adiós a mis papis coreanos.

Adiós a mis esposos: Gregg y Jencarlos Canela.

Adiós a mi sueño de conocer Hollywood...

Adiós a mi deseo de tener 4 hijos.

Adiós...

Señor... seré una niña buena, pero por favor sacame viva de ésta.

Después de rogarle a Dios que se apiade de mí alma cojo valor y entro a la casa.

Solo espero que Diosito sea misericordioso y me permita no encontrarme con ninguna de ellas.

Miro hacia todos los lados y no veo a nadie. Me apresuro a subir las escaleras, hasta que una voz me hace quedarme estática.

—¿A dónde crees qué vas jovencita?

¡Mierda!

Me quedo helada.

Ahora sí que la he cagado.

Diosito te pedí un poco de piedad, ¿por qué tan cruel?

Al menos sácame de ésta.

Me volteo y lo primero que miro es a mi madre parada al frente de la escalera con los brazos cruzados y con una mirada amenazante.

Dios, sí, soy yo de nuevo.

¡Por favorcito apiádate de mi pobre alma!

—Hola mamá, ¿Cómo te fue? —mi voz es calmada.

A la mierda, hasta yo estoy sorprendida ya que en estos momentos lo único que no tengo es calma.

—Esa no fue la pregunta que te hice —sigue cruzada de brazos, expectante.

—¿A mi habitación? —mi respuesta suena más a una pregunta que a una afirmación y puedo ver en sus ojos que no le agradó mi contestación.

—¿Amja? Y... ¿De dónde vienes, si se puede saber? —pregunta irónicamente.

¡Ay me meo!

Está usando su tono irónico y cuando usa ese tono sólo significa una cosa: estoy en serios problemas y lo único que me salvará es hacer lo que llevo haciendo hace un tiempo:

"Mentir".

Ojo Diosito, sé que no es bueno pero situaciones extremas requieren medidas extremas.

—Estaba en casa de una compañera del instituto.

Vamos saco de las mentiras, mándame una rápido.

—Su nombre es Eva, se torció el tobillo bailando y fui a saber de ella —mi voz es segura.

He descubierto algo interesante sobre el mentir y es que para que otras personas te crean, tú debes creerte tu mentira como si fuera una verdad.

—¿Y ese bulto? —pregunta dirigiendo su mirada a la pequeña mochila que me había llevado.

—Decidí llevarle un presente, fue solo una ropa que ya no me servía. ¿Te molesta?

—No, para nada —su mirada y voz se suavizan e inmediatamente sé que se ha tragado mi pequeño teatro—. ¿Ya comiste?

Deberían contratarme en Hollywood.

Ni Johnny Depp es tan convincente.

—No, decidí comer aquí. ¿Cocinaste?

En este momento sé que el tema está zanjado y que me he librado de un castigo.

¡Gracias Diosito!

—Sí, ve date un baño y baja a comer —no espero otra palabra y me dirijo a mi habitación.

Lo único que no me cuadra es que no he visto a tía ni a Yenna y se supone que ella debía cuidarme las espaldas.

Subo a mi habitación pensando que me la encontraré pero todo está solitario.

Me doy un baño rápido y me pongo algo más cómodo. Media hora después estoy lista y cambiada.

Mi celular empieza a parpadear, mostrando una luz verde indicando que tengo un mensaje de Whatsapp, lo abro y es un mensaje de John.

John

¿Llegaste bien? 😏😏 2:11 pm.

Decido responderle.

Sí, aunque pasé unos pequeños percances con mi madre.😞😞 2:13 pm.

¿Todo bien? 😟😟 2:13 pm.

Sí, todo resuelto, pero no estaré mintiendo por ti. 😒😒😒 2:14 pm.

Sabes que lo haces porque quieres. 😉😉😉 2:15 pm.

No. Lo hago porque no tengo otra opción. 2:15 pm.

Si la tienes. 😋😋😋 2:15 pm.

¿Qué quiere decir con eso?

¿Y cuál es según tú? 😑 2:17 pm.

—¡Mia! —los gritos de mi madre interrumpen mi conversación y mi concentración.

Recuerdo que me está esperando para comer, apago mi celular y lo pongo a cargar. Bajo las escaleras aun pensando en la posible respuesta que John me puede dar.

—Vamos siéntate —al llegar a su lado me siento y comienzo a degustar la comida.

Frijoles con arroz, ensalada, quinoa y Mero guisado.

—¿Y tía y Yenna? No las he visto desde que llegué —hago una pausa con mi comida.

—Están comprando algo en la farmacia. Volverán en un rato.

Cuando termina de hablar, sigo comiendo.

Flash Forward

La comida pasó tranquila sin ningún inconveniente, con uno que otro comentario de cómo les fue en su viaje y qué hicieron.

Cosas de negocios, o eso me hicieron creer...

Me paré de la mesa, y recogí mi plato junto con todo lo que ensucié.

Al llegar al fregadero me topé con una Yenna sonriente entrando en la cocina.

Fin del Flash Forward

—¿Y tú madre? —pregunto antes de que se acerque a mí.

—Hola a ti también Mia, ¿cómo estás? Yo estoy muy bien gracias por preguntar —su tono sarcástico sale a flote causándome gracia.

—¿Y tía? —vuelvo a preguntar.

Me da una mala mirada.

—Está en la sala con tu mamá —suspiro y ella se me queda mirando—. ¿Qué es lo que te preocupa?

Esta vez soy yo quien la fulmino con la mirada.

¿Es ignorante o qué?

—¿Cómo que, qué me preocupa? ¡Por Dios Yenna! Acabo de llegar y mi madre no me encuentra en casa, donde se supone que debo estar y para completar tuve que mentirle y decirle que fui a la casa de Eva —empiezo a divagar—. Se supone que es una compañera de clase, que se torció el tobillo bailando, pero ni siquiera conozco una Eva, y mucho menos tengo amigas bailarinas... Pero fue la primera excusa que vino a mi mente y digamos que no miento bien bajo presión.

Estalla en carcajadas.

¿Qué es lo gracioso?

Su risa me resulta insultante ya que estoy hablando de algo serio.

—Lo siento. Y.... dime, ¿cómo sigue Eva? —vuelve a estallar en risas.

—Sí, sí, estás muy chistosita el día de hoy. Se supone que debías estar aquí para respaldar mi historia —le doy un codazo.

—Lo siento pero mami me pidió acompañarla a la farmacia. Creo que deberíamos averiguar qué compró.

—¿Cómo que averiguar? Se supone que estabas con ella. ¿Cómo no viste lo que compró?

—Lo siento, ella me dijo que le hiciera la fila del cajero y me entretuve viendo una revista mientras hacía la jodida fila —da un pequeño suspiro—. Había un montón de personas, ni que estuvieran regalando el dinero —se queja.

La miro incrédula.

—Te lo digo en serio, duré casi media hora parada.

—¿Y por qué es sospechoso lo que compró? —ignoro sus quejas.

—Porque escuché cuando la cajera le preguntó qué tipo de test quería, antes de irme a la fila.

—¿Un test? ¿Crees que sea uno de embarazo?

—No lo sé, creo que sí. Además compró cuatro —remarca con sus dedos—. ¿Para qué quiere cuatro test? ¿Los va a regalar por la calle o qué? —ironiza.

Niego con la cabeza sonriendo, como quien dice: "no tienes remedio".

Me da gracia su pregunta, pero aun así estoy desconcertada. ¿Para qué cuatro?

—¿Y crees que yo lo sé? —me rasco la nuca—. Supongo que tendremos que averiguarlo.

—Creo que tienes razón. A parte no entiendo porque no quiere que me entere.

—No podemos juzgar sin saber —me volteo para dar fin a la conversación y me pongo a limpiar lo que ensucié.

—Y...

—¿Y? —pregunto.

Era yo o Yenna estaba muy meticulosa el día de hoy.

—¿Cómo te fue?

Sé a qué se refiere y las imágenes de ayer y hoy llegan a mi mente como si de un flashback se tratara.

—Bien —me limito a responder sin dar detalles.

—Si lo sé —la miro incrédula.

—¿Cómo qué lo sabes?

—Se te nota en el rostro. Cuando te hice la pregunta te quedaste como boba —le salpico un poco de agua en la cara—. ¡Oye! —se queja.

—¡Claro que no! Además sólo dije bien.

—Sí, como digas. Cuando me quieras contar estoy a una puerta de la tuya —sale de la cocina sin más.

Me quedo pensando en todo, mientras voy colocando los platos en el escurridor. Decido no darle más vueltas y me dirijo a la sala. Al entrar mi vista cae en el sofá donde mi madre y mi tía hablan en murmullos. Al notarme se callan de repente.

Me acerco a ellas.

—¿Interrumpo? —pregunto con una ceja alzada.

—No, para nada cariño —tía Emma me da una sonrisa cálida—. A ver... ¿por qué no me has saludado? —finge una cara molesta.

Si cree que me voy a olvidar de esto está equivocada, pero lo dejaré estar... por ahora.

—Estabas en la farmacia y cuando llegaste estaba en la cocina lavando los platos —me acerco a ella y le doy un abrazo. Al separarnos me siento a su lado en el mueble.

—Te voy a perdonar, pero solo por esta vez —pone su dedo acusador cerca de mi cara, me toca la nariz y después lo retira con una mirada juguetona.

Si, esa es mi tía Emma, puede ser muy jovial cuando quiere y menos seria que mi madre en ocasiones.

—Está bien —sonrío—. ¿Estás enferma? —miro la bolsa de la farmacia.

—No cariño, sólo una pequeña molestia pero ya pasará.

—Unmmm, esta bien —murmuro poco convencida.

Si no hubiese llegado tan tarde de donde John tal vez hubiese sabido que trae en esa funda.

¡Verdad John!

Estábamos en una conversación, se me olvidó por completo. Es hora de ir a mi habitación.

—Bueno les daré privacidad, me voy a mi habitación —me levanto del sofá y me despido de cada una con un beso en la mejilla.

Cuando empiezo a subir las escaleras me quedo parada donde no puedan verme y aunque yo tampoco a ellas si puedo escuchar su conversación.

—¿Las compraste? —sin duda esa es mi mamá.

—Sí. Compré cuatro, ¿Estás segura de hacérnosla ahora? —supongo que se refiere a los test.

—No lo sé Emma, quizás debemos esperar.

¿Esperar? ¿Esperar qué?

—Tal vez tengas razón y solo nos estamos apresurando a los hechos. No creo que estemos embarazadas.

¿¡Qué!? Wou wouu alto ahí. Emba... ¿Qué?

Oh Dios esto tiene que ser una broma ¿verdad? Yo de seguro escuché mal.

Si eso debe ser.

—Como te dije, solo debemos esperar.

—Está bien.

No escucho más así que subo las escaleras. Al llegar a mi cuarto me tiro en la cama y cierro los ojos.

Resoplo.

Dios dime que mis oídos están llenos de cera y por eso escuché lo que escuché ahí abajo.

Se supone que ni mi madre ni mi tía tienen pareja, pero nadie queda embarazada por arte de magia.

Ya no estamos en los tiempos de Jesús.

Y no es como que ellas sean castas, pero me sorprende ya que pensé que no tenían pareja.

Vuelvo a resoplar.

Ahora tendré que hacer de Sherlock Holmes y descubrir si de verdad lo están y más aún quiénes son los descuidados que las dejaron en "cinta".

Vamos ¿Es qué no saben el uso de un condón o qué?

Con tantos métodos anticonceptivos que existen vienen justo a quedar embarazadas, y no una, ¡las dos!

¿Serán gemelos?

Mínimo hicieron un cuarteto que las dos están sospechando.

¡Iug!

No quiero la imagen de que hayan tenido una orgía en mi cerebro.

¡Borrar, borrar!

La notificación de mi celular me interrumpe de mi limpieza mental.

Lo desconecto y entro a Whatsapp.

John

1 mensaje no leído.

Dejar de mentir. 😉 2:20 pm.

Wau que fácil es para ti decirlo. 😒 4:13 pm.

¿Por qué no mejor pones en práctica tus consejos? 4:13 pm.

Touché. 4:14 pm.

Pero según tú ¿qué verdad debería decir? 4:14 pm.

Acerca de tu desaparición.

Me quedo mirando la pantalla de mi celular buscando las palabras correctas para responderle.

¿Por qué no me lo dices tú? 4:17 pm.

No tengo nada que ocultar, belleza. 😉 4:17 pm.

¿Entonces tus cambios de humor no son secretos? 😂😂 4:18 pm.

Que graciosa. 4:19 pm.

Anoche no te reías así mientras te abrazaba. 4:19 pm.

Y ahora que lo recuerdo hay algo que me pregunto ¿por qué susurrabas mi nombre cuando te encontré dormida la noche anterior? 😏 4:20 pm.

¿Qué era lo que soñabas conmigo, Mia? 😈 4:20 pm.

Casi me ahogo con mi propia Saliva. La sangre vuela hasta mis mejillas al recordar mi sueño y no sé cómo responder a eso. Al parecer lo nota porque sigue escribiendo.

Apuesto a que estás toda roja en este momento. 😂 4:21 pm.

¿Cómo lo sabes? 4:21 pm.

Cuando mando el mensaje me doy cuenta de lo tonta que fui al mandarlo.

Te conozco mejor que tú misma. 4:21 pm.

Además por como susurrabas mi nombre y lo roja que te despertaste sé que ese sueño sólo era apto para mayores de 18. 🔥🔥 4:22 pm.

¿O lo vas a negar? 4:22 pm.

No responderé a eso. 4:22 pm.

Además no era contigo, era con otro John. 4:23 pm.

Está bien cariño, si decirte eso te deja dormir tranquila pues haré como que te creo. 😉 4:23 pm.

¿Cuándo entras al instituto? 4:23 pm.

Dios ni me acordaba de la secundaria. Con todo lo que ha pasado no he tenido tiempo de pensar en eso.

Se supone que entraba la primera semana de enero pero nos informaron que entraríamos el martes 12, por el problema de la electricidad, pero que ya para esa fecha estaría arreglado.

Veo la fecha en mi celular.

¡Estamos a 11! Eso quiere decir que mañana tengo que volver a la escuela.

¡Oh por la virgen! El tiempo se fue volando.

El mensaje de John me saca de mi ensoñación.

Y vuelvo y apuesto todo lo que tengo a que ni te acordabas. 😂😂 4:25 pm.

Bueno pues no perderías nada. 4:26 pm.

Si, lo olvidé por completo. 4:26 pm.

Entro mañana y ni siquiera he arreglado el uniforme. 😪 4:26 pm.

Deberías ponerte en eso. 4:27 pm.

Ah por cierto paso por ti mañana para llevarte al instituto. 4:27 pm.

Y por Yenna claro. 4:27 pm.

No es necesario. 4:28 pm.

Sabes que no acepto un no por respuesta. 4:28 pm.

¿A qué hora quieres que pase por ti? 4:28 pm.

Digo, por ustedes* 4:28 pm.

Eres insufrible. 🤦🏻‍♀️🤦🏻‍♀️ 4:29 pm.

Está bien, a las 7:30 Te espero. 4:29 pm.

Ahí estaré, Mia. 😘 4:30 pm.

Otra vez sus emojis.

No le respondo y busco mi uniforme.

Gracias al cielo que está lavado, solo tengo que plancharlo y listo.

Busco la plancha y me pongo en la tarea.

●●●

11 de enero del 2016
6:30 p.m.

Al fin tengo todo listo y organizado: mi uniforme, medias, zapatos, y mochila.

Lo pongo en una esquina de mi closet, para mañana no tener que andar buscando como loca.

Bajo las escaleras y voy directo a la cocina a tomar un vaso de agua.

Al entrar me encuentro con tía Emma quien está haciendo la cena.

Flash Forward

Me dispuse a ayudarla y entre las dos hicimos solomillo con jugo de frutas.

Llamamos a mi madre y a Yenna y empezamos a preparar la mesa, cuando bajaron nos pusimos a comer y mientras cenábamos mi tía y mi progenitora hacían preguntas sobre el instituto.

Está demás decirte que la hora de la cena se puede transformar en la hora del interrogatorio, o si prefieres que no lo ponga tan cruel pues es la hora del chisme sobre la vida de las adolescentes que viven bajo su techo.

Fin del Flash Forward

—¿Tienen todo preparado para mañana?

Suspiro.

Mi madre y su preocupación por tener todo organizado.

—Sipi —respondemos Yenna y yo al unísono.

—Bien ¿Y se irán en el autobús?

Mi mamá y mi tía nunca nos llevan ya que ellas tienen que estar en el trabajo más temprano y por eso Yenna y yo tomamos el autobús.

Recuerdo lo que me dijo John e interrumpo a mi tía.

Que comience el espectáculo.

—No, de hecho John se ofreció a llevarnos —siento un codazo y fulmino a Yenna por el rabillo del ojo.

—¿De verdad? —asiento—. Que gusto. Tenemos mucho sin ver a nuestro niño John.

Y aquí vamos otra vez.

—Sí, fue hace años, tiene que estar todo un hombre hecho y derecho ¿Verdad Mia?

Mi madre no puede entrarse en la cabeza que no me gusta John, pero para ella él es el candidato perfecto para mí.

¿Qué, no te gusta?

Una voz en mi cabeza me cuestiona.

¿Segura de que es así?

No le presto atención y decido seguir con mi tono neutral.

—Supongo —respondo sin interés.

—¿Ya lo invitaron a cenar?

¿De veras tía?

Dime, ¿Por qué tu daña' el momento?

—Todavía, pero mañana le decimos —esta vez es Yenna la que habla.

Flash Forward

Así pasó la cena: hablando de John, de lo buen muchacho que es, de lo mucho que lo extrañan y bla bla bla. Lo único que quería en ese momento era una cena sin tener en mi mente a John.

¿Y qué consigo? Todo lo contrario.

Sin soportarlo más me paré de esa mesa, recogí mis platos y los que ya no estaban usando y me refugié en la cocina.

En realidad en ese instante no sabía por qué me molestó que hablaran de John. Pero lo que si sabía es que era incómodo y para rematar me sentía culpable cada vez que hablaban del pelinegro cerca de Yenna.

Me hacía sentir como una traicionera... Aunque si hubiese sabido lo que sé ahora no me hubiese preocupado por ese detalle.

¿Qué? No me mires así que no te voy a adelantar la historia.

Pues bien... ¿Dónde me quedé?

¡A sí! Yenna.

Bueno... Hablando de la reina de Roma, Yenna apareció en la cocina con los otros platos que faltaban.

Fin del Flash Forward

—¿Qué pasó?

—¿A qué te refieres?

—Saliste de ahí como si estuvieras molesta. ¿Por qué? Pensé que te agradaba John, si hasta son mejores amigos —Yo limpio, ella enjuaga.

—Si me agrada y lo somos —me quedo mirando la espuma un momento antes de seguir hablando—. Es solo que estoy un poco abrumada por lo de la escuela, es todo.

—¿Segura?

—Sí.

Terminamos de organizar y subimos a nuestra habitación, no sin antes despedirnos de mami y tía.

Decidimos irnos a dormir temprano ya que mañana tenemos clases.

Mientras subimos las escaleras Yenna me reclama el no haberle dicho lo de John.

—¿Por qué no me dijiste qué John nos vendrá a buscar mañana?

—Lo supe minutos antes de bajar a cenar —me encojo de hombros.

—¡Dios estoy emocionada! No he sabido de él desde nuestra cita —me sorprendo.

—Oh. ¿En serio?

—Sí, me dijo que tenía un compromiso y que no iba a estar por aquí sino hasta hoy en la noche.

—Ah bueno.

¡Por el amor de Dios!

Cada vez me siento más culpable.

—Sí, pero mañana lo volveré a ver así que vale la espera.

Su sonrisa me parte el alma, pero me trago mi culpa. Nos paramos en mi habitación y Yenna se despide de mí con un beso en la mejilla.

—Duerme bien.

—Igual tú. Te quiero.

Justo en mi corazón.

Soy una mala persona.

—Yo igual.

Cuando estoy a punto de entrar a mi cuarto Yenna me llama.

—¿Mia? —me volteo para verla—. Gracias —da media vuelta y entra a su habitación.

Me siento terrible.

Entro y le pongo seguro a la puerta. Me cambio la ropa que tengo puesta por mi pijama rojo de cuadros y me recuesto en la cama.

Flash Forward

No podía dormir, tenía un nudo en el estómago que no me lo permitía. Mi cabeza estaba en que al día siguiente tendría que ver a Yenna y a John juntos y eso me ponía mal.

¡No es lo que crees!

No es el hecho de verlos juntos lo que me molestaba. Era que no tendría el valor para mirarlos a la cara a los dos, sabiendo lo que paso esa noche.

Y si, sé que me dirás solo fueron un par de besos, y solo durmieron juntos sin sexo. Pero era simplemente eso, que me había besado varias veces con él y lo había disfrutado. Que habíamos dormido juntos y me había encantado. Y que sobre todo había tenido ese sueño morboso que me dejó con ganas de hacerlo realidad.

En ese instante no sabía cómo actuar, sólo quería desaparecer, así que descargué mi furia como todo adolescente con problemas haría:

"Con los tres pasos".

Paso 1: "Las maldiciones".

Coloqué mi cara debajo de la almohada y empecé a decir santos:

¡Maldita sea la hora en que acepte ir con él a su casa!

Y ¡maldita sea yo por ser una completa tonta y dejarme seducir!

Y después entrar en el paso dos: "Resignación y auto consuelo".

Levanté mi cara de la almohada y la miré como si ella tuviese la respuesta.

Mañana será otro día.

Y por último el paso 3: "La plegaria".

Me tire boca arriba en la cama mirando el techo mientras abrazaba la dichosa almohada, la cual había tenido que soportar mi descarga emocional.

¡Dios dame fuerzas!

Y con ese último paso me quedé profundamente dormida.

Fin del Flash Forward

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
Ciao mis bellos lectores. 😍

¿Cómo están mis dulzuras? 💕 (Espero que bien) 😇

¡Pero ya casi casi estamos entrando en la mitad! Así que aquí está el capítulo 9 actualizado y completo.

Por cierto, sé que debí subirlo ayer pero estoy remodelando mi habitación y eso me ha tomado todo el tiempo. 😪 (No veo la hora de poder terminar). 😴

Pero en fin...

¿Qué opinan del cap de hoy?

Muchos besitos ricolinos... 🤭🤭🤭🤭

Por cierto arriba les dejé una cancioncita que va muy de acorde con la situación de nuestra Mia. 😅🤣

¿Qué opinan de todo lo que ha pasado? ¿Le darían una oportunidad a John? ¿Qué pasará con Yena? (Esto y más en los próximos capítulos 😅).

Dejen sus comentarios que los leo. 🤭

Y para atormentar más... 🥁🥁🥁🥁

Adelanto del próximo capítulo

Pongo los ojos en blanco.

—Tranquila, relája la pelvis.

...

Vamos.

¡Acabemos con esto!

En serio éste día no puede iniciar mejor, primero John y ahora Luis.

—Mia, espera, quiero hablar contigo.

—Pero yo no tengo nada que hablar contigo y mucho menos quiero escuchar lo que tengas que decir.

Si les gusto el capitulo no se olviden de votar 🌟 y de comentar recuerden que su opinión es muy importante para mi.

Recuerden pasar por ¿Él o ella? Sin Censura para que se enteren de varios escenarios ocultos y picantes. 😏🤭

Los iloveo un montón mis dulzuras 😍😙😘😚 nos leemos en el próximo capítulo. (Es probable que lo suba en un rato). 😉

Att: J.T.P. 🍭🍬🍫

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