
Capítulo 2: Desapareciste
¿Por qué será que para construir la confianza se toman años pero que solo basta un segundo para volverla cenizas?
—J.T.P.
☆☆☆
Una realidad elocuente.
Asumo que todos estamos de acuerdo con este hecho, me refiero al punto de que nos esforzamos durante años cosechando la semilla de la confianza y un simple error puede destruir esos años de cosecha.
No debemos ser adivinos para determinar cuándo la rompemos, ya que cuando el momento llega la actitud de la otra persona nos lo dirá todo.
Pero esto no deja de ser curioso, ¿por qué se toma tanto tiempo para construirla y microsegundos para derrumbarla?
¿Es por el hecho de que es algo frágil?
¿Será por qué los seres humanos no manejan bien la traición?
Te tengo una pregunta... ¿alguna vez lo has sentido? Me refiero al dolor agudo que se te instala en el pecho cuando descubres que te han traicionado, a ese nudo en el estómago y la inquietud que se presenta, dado que, la persona que te clavó la daga en la espalda era de suma importancia para ti.
Incluso puede parecer algo exagerado, pero es súper difícil cuando te das cuenta de que te han usado, porque si, así me llegué a sentir cuando comprendí la situación.
A veces la vida nos enseña, de forma irónica, que nada es lo que parece y que a veces las personas no son lo que dicen ser...
☆☆☆
Flash Forward
John y yo éramos buenos amigos, los mejores se podría decir, pero un día solamente se fue y no supe nada más.
Hasta ese día donde apareció como si fuese algo habitual, como si el hecho de alborotar mis sentimientos fuera su pasatiempo favorito.
Para ser sincera lo conozco desde que tengo 4 años y el 9, a diferencia de mi prima que lo conoció años después.
Cuando cumplí los 7 empezó a gustarme, es decir, era una niña y ya sabes, esos típicos amores de niños inocentes.
Resulta que él, en ese momento, tenía 12 y como creí que no se fijaría en mí se volvió mi amor imposible, por un tiempo, un ¨Crush¨ por así decirlo, hasta que cumplí los 10 y empecé a verlo como lo que era: un mejor amigo.
Ahí fue cuando mi prima lo conoció y se interesó por él. Ella y su madre se mudaron conmigo y mi mamá para ese entonces.
Debo aclarar que Yenna es un año menor que yo, así que tenía 9 y era muy tímida por eso no se juntaba con nosotros. Recuerdo que una vez la convencí de salir los tres juntos y cuando lo vio se puso tan nerviosa que volvió a casa.
Realmente no me molestó que a mi prima le gustara, ya había superado a John, además no me puse en plan de cupido porque no quería meterme en sus vidas, es decir, si el destino los quiere juntos pues el mismo se encargará de unirlos, así que dejé que todo siguiera su ritmo, pero eso duró muy poco porque cuando cumplió los 17 se fue.
Tenía 12 años y si... pasar tiempo con él era algo que me encantaba. Visitaba a sus padres o él iba a mi casa, en realidad pasaba más tiempo ahí que en la suya, salíamos a caminar, a comer helado, cantábamos, bailábamos, jugábamos juntos, éramos tan unidos que a veces pensaban que éramos más que amigos, pero solo éramos eso... dos mejores amigos.
Ya te puedes imaginar lo mucho que me dolió su partida.
No puedo olvidar lo mucho que me lamenté no haberle prestado la suficiente atención en esos días. Sentía que el hecho de que se marchara había sido mi culpa.
Déjame y te lo explico...
Había pasado una semana evitándolo, ya que le estaba preparando una sorpresa para su cumpleaños. Había puesto tanto empeño en que pensara que tenía muchas cosas por hacer y que ellas eran más importante que su presencia que tal vez no me fijé en que él podría malinterpretar la situación de manera grave.
Como niña al fin, no había reparado en las consecuencias de mis acciones, solo me importaba que mi plan había sido un éxito y que su fiesta sorpresa estaba lista junto con un obsequio que me había costado meses de ahorro, pero que pensaba que ese esfuerzo iba a valer la pena al ver su rostro, porque era algo que él hace tiempo quería.
Cuando llegó el día de su cumpleaños ni siquiera lo llamé. Era una costumbre para nosotros llamarnos al llegar las 12 a.m. para ser los primeros en felicitarnos, y fue la primera vez que no cumplí con esa tradición. Ni siquiera lo vi en todo el día, estaba tan concentrada en que todo saliera perfecto que no fue difícil olvidarme de su presencia.
A eso de las 8 p.m. fui a buscarlo, iba con la excusa perfecta que había planeado, para hacerlo ir a mi casa y sorprenderlo. Pero al llegar a su morada irónicamente terminé siendo la sorprendida.
Estaba completamente vacía.
No había nada... ni muebles, ni mesas, ni sillas. Pasmada y totalmente desconcertada subí corriendo a su habitación pero estaba igual. De manera estúpida cerré la puerta y la abrí de nuevo, como si al hacerlo todo iba a estar en su lugar junto a un John sonriente, el cual me iba a estar esperando dentro, pero lamentablemente eso no sucedió.
Entré en cada una de las habitaciones pero obtuve el mismo resultado. Ni siquiera encontré una nota, un papel o algo que me explicara la situación. Confundida y con mis emociones hechas un lío bajé las escaleras para luego sentarme en el último escalón a meditar que podía haber pasado.
Después de unos minutos lo llamé, pero me mandaba directo al buzón. Le dejé mensajes, llamé a sus padres pero nadie me contestó. Todo era confuso, fue como si se hubiesen evaporado, como... como si nunca hubiesen existido.
Luego de volver a examinar toda la estancia decidí aceptar el hecho de que lo que veían mis ojos era real y me marché. De camino a casa pensé en que les diría a todas esas personas que había reunido en la sala de mi casa, las cuales estaban escondidas esperando mí señal para gritar sorpresa.
Y así es cómo ese día empezaron mis mentiras...
Aun con mi corta edad determiné que la única solución para salir de aquella situación era mentir. No quería hacer un escándalo ni mucho menos tener que avergonzarme por tener que cancelar todo y pedirles a todos que se marchen. Me sentía mal, no sabía cómo iba a enfrentar a todos los que me estaban esperando y lo único que quería era largarme a llorar como magdalena en mi habitación.
Para mi sorpresa pude manejar la situación de manera convincente, ¿quién pensaría que a un niño de 12 años se le ocurriría mentir acerca de que su mejor amigo se había ido de viaje con sus padres como regalo y que como no habían hablado en una semana no pudo enterarse?
Era una historia más que convincente, la cual cumplió su propósito. Todos estuvieron conformes y al final debido al esfuerzo de haber ayudado a preparar todo hicieron la fiesta como si el cumpleañero estuviese presente.
Solo duré unos pocos minutos y le comenté a mi madre que estaba cansada y que me iría a dormir a mi habitación. Les di a todos la misma excusa, subí a mi cuarto y entre lágrimas y abrazando su obsequio me quede dormida.
Fin del Flash Forward
—¿Mia? ¿Yenna? cuanto tiempo —esboza esa típica sonrisa que lo caracteriza.
—Lo mismo digo John —respondo entre dientes.
Es un shock para mí verlo después de 5 años.
Mi prima se acerca y le da un beso en la mejilla a modo de saludo, yo por el contrario algo dudosa imito su acción.
—¿Cómo están? —Apoya sus brazos en el carrito de compras y nos inspecciona con la mirada.
—Bien ¿y tú?
Se supone que debo ser educada, ¿no?
Miro de reojo a Yenna y está mirándole embobada.
¡Vaya prima mía así se hace!
—Bien, también, en lo que cabe —mira nuestro carro de compras y sube la mirada de nuevo hacia nosotras—. ¿Van a cocinar pasta? —es más una afirmación que una pregunta.
Asiento.
—¿Quieres venir? —la voz de Yenna denota confianza y seguridad.
Wauu... ¿Dónde quedó la chica que estaba babeando hace unos segundos?
Ella me mira, preguntándome con la mirada si no hay problema. Me encojo de hombros dándole a entender que no me importa si tenemos compañía.
—Sí, claro. Siempre y cuando no sea una molestia —me mira con una sonrisa, como si quisiera cerciorarse de que estoy de acuerdo con su presencia.
Al parecer aun te queda sentido común.
Yenna choca mi hombro animándome a responder. Suspiro internamente.
Será una tarde interesante.
—No eres molestia —le sonrío falsamente.
Si puedes fingir que todo está bien, yo también puedo hacerlo.
—Perfecto —Mira sus compras y se dirige a nosotras de nuevo—. Tengo que llevar esto a mi casa —alza sus gomitas, para que veamos a que se refiere—. Si quieren nos vamos juntos —propone.
Estoy a punto de negarme, pero mi prima dice "sí" antes de que pueda pronunciar palabra.
Al parecer John le sigue gustando.
Me mira buscando aprobación.
¿Después de dar el "sí" buscas mi opinión?
Sonrío sin sacar los dientes, dándole una respuesta afirmativa.
Si ella quiere pues no me opondré. No puede ser tan malo, ¿cierto?
—Nosotras iremos a buscar lo que nos hace falta. ¿Nos encontramos en la caja?
El asiente y ambas volvemos al pasillo de las pastas.
—¿Qué te pasa? —me pregunta cuando entramos en el pasillo.
—No es nada —esquivo su mirada concentrándome en los tipos de pasta que hay—. ¿Qué opinas de los tallarines?
Tomo una caja en la mano y se la paso.
—No me cambies el tema —dice mientras la toma.
—No lo hago —tomo una pausa—. ¿Qué tal los Fettuccine? —me agacho para tomarlos.
—Mia, hablo en serio —se cruza de brazos.
—Yo igual, ambas pastas son muy parecidas —digo comparándolas.
Me da una mala mirada. Suspiro y me levanto.
—¿Exactamente qué quieres que te diga? —la miro a los ojos—. Estoy bien Yenna, de verdad. Simplemente me sorprendió encontrarlo aquí, eso es todo.
Le doy una amplia sonrisa y ella asiente.
—Entonces, ¿nos llevamos los tallarines o los espaguetis?
—Espaguetis.
Inmediatamente comprendo la intención.
—¿Al estilo dominicano? —Sonrío.
—Con mucha leche y queso —decimos al unísono para luego chocar los cinco.
Después de tomar todo lo necesario nos dirigimos a la caja. Nos encontramos de nuevo con John quien inmediatamente se ofrece a pagar pero rechazo su oferta. Cuando tenemos todo dentro de las fundas salimos del supermercado.
—Por aquí —empieza a caminar hasta un jeep verde que nunca había visto.
El pelinegro abre el baúl y entra las fundas con los artículos que compramos. No nos deja ayudarle.
Cuando nos dirigimos a las puertas, miro a mi prima para saber si quiere el asiento delantero o el de atrás, pero me mira, mira la puerta delantera y de nuevo la trasera indecisa. Tomo la iniciativa, me monto atrás y cierro la puerta. Sin más remedio que montarse en el asiento de copiloto, abre la puerta delantera y se adentra en el vehículo.
Aunque debí haberlo hecho por ella lo hice por mí, después de todo no quiero estar sentada a su lado.
Minutos después estamos frente a una casa blanca con detalles verdes.
Nos invita a entrar; pero niego, dándole las gracias, mi prima también rechaza amablemente su ofrecimiento y se queda conmigo. Miro por la ventana y veo la misma casa donde 5 años atrás él había vivido.
Volvió de nuevo a ocuparla.
Por un momento se sintió como si nunca se hubiese ido.
Minutos después sale de la casa y se dirige de nuevo al jeep. Mi vivienda no queda muy lejos de la suya, sólo son unas cuadras de distancia, por ende el camino no es muy largo.
Gracias a Dios, porque no soporto más este silencio.
Cuando llegamos le digo que puede guardar el jeep en la cochera, mientras nosotras bajamos las compras.
Entro en la casa con mis nervios a flor de piel, todo lo contrario a Yenna que está con una sonrisa de oreja a oreja. Entramos todo en la cocina. Cuando termina de ayudarme ha acomodar las compras la saco a patadas para que atienda a nuestro invitado.
Bien... necesito procesarlo.
Flash Forward
Recuerdo que me dispuse a comenzar a cocinar y no es por presumir pero... como ya sabes, soy muy buena en la cocina.
En fin... escuchaba sus voces que provenían de la enramada y cada vez que lo escuchaba era asimilar que de verdad estaba ahí.
Me había acostumbrado por 5 años a que no estuviera y ahora actuaba como si nada... ambos, con un montón de cosas por aclarar decidimos callar ese día.
Sinceramente no podía entenderlo, así que solo me limite a cocinar y evitar las mil y una de las preguntas que rondaban en mi mente. A decir verdad creo que en ese momento la única parte buena era que habíamos limpiado la casa.
Fin del Flash Forward
Oigo sus risas y una débil sonrisa aparece en mi rostro. Después de unos 20 minutos tengo todo listo. Llamo a Yenna para que ponga la mesa, al escucharme viene, se lleva los platos, la cubertería y las copas. Cuando vuelve en busca de las servilletas la miro para saber si todo va bien y ella me da una sonrisa confirmándome que todo está estupendo.
Miro la hora en el reloj de la cocina:
3:58 p.m.
Pensé que era más tarde.
Dejo todo organizado y llevo la pasta y las bebidas a la mesa para que ellos se sirvan. Cuando llego Yenna está terminando de organizar todo con la ayuda de John. Pongo los espaguetis en el centro de la mesa y me siento al lado de mi prima en frente del pelinegro.
Flash Forward
Nunca olvidaré ese día.
Comimos, hablamos de algunos temas irrelevantes y hubo uno que otro halago hacia mi comida. En ningún momento le pregunté dónde estaba o por qué desapareció y ahora estaba aquí como si nada hubiese pasado y... no creas que no me picaba la curiosidad, solo no quería que Yenna se enterara.
Al día siguiente de la fiesta, las tres mujeres con las que vivo me atacaron con preguntas y como ya lo tenía todo previsto les dije la misma versión que había dicho la noche anterior, pero con más detalles:
Que los padres de John se lo habían llevado a los ángeles como regalo de cumpleaños, que pasarían un tiempo allá, que íbamos a comunicarnos por teléfono, que como habíamos durado una semana sin hablar no encontró el momento adecuado para comentármelo y que sobre todo no le gustaban las despedidas y que por eso decidió no comentarles nada a ellas.
Así que, durante todos esos años, solo fingí que hablábamos y que poco a poco fuimos distanciándonos hasta el punto en el que hablábamos de vez en cuando.
Pero en esa mesa, donde solo estábamos nosotros tres, todo surgió como si el tiempo no hubiese pasado, como si él nunca se hubiese ido y por un momento la pasé bien.
Fin del Flash Forward
Las horas pasaron rápido y sin percatarme ya son las 7:27 p.m. y está empezando a lloviznar.
La primera llovizna del año.
John decide marcharse antes de que la lluvia se torne más fuerte. Lo acompañamos hasta la puerta, se despide de nosotras, agradeciéndonos una vez más por la comida, y se va.
Me alejo volviendo a la realidad, pero mi prima se queda pegada a la puerta viendo como saca su jeep de la cochera y se marcha. Me siento en el mueble y enciendo la televisión. Después de unos minutos se sienta a mi lado con su cara de "estoy fascinada".
—¡Lo que provocan los bíceps y tríceps! —río mirándola fijamente.
—Exagerada —levanta una mano restando importancia para después decir como si fuera un secreto—: ¿Verdad que está buenísimo?
—No está mal.
Me encojo de hombros.
—¿Eres ciega? ¿No te fijaste en esa hermosa sonrisa? ¿Y en esa anatomía de dios griego?
Sí, si lo hice.
—No es como para que babees toda la alfombra, Yenna —me burlo, cambiando de tema.
—Ja-ja, qué graciosa —se acuesta en mis piernas.
—Hablo en serio, te has pasado la tarde entera babeando por él, ¿aún te gusta?
—Es guapo —responde evadiendo mi pregunta.
—Nadie ha dicho lo contrario —confirmo riendo mientras acaricio su cabello como si fuese un gatito—. Pero esa no fue mi pregunta.
—¿A ti te gusta? —vuelve a evadirme.
—Sabes que no lo puedo ver con esos ojos.
—Esa no fue mi pregunta —utiliza mis palabras en mi contra.
—Tu tampoco has contestado la mía —Detengo mis caricias y la miró fijamente—. Sabes que no hay problema alguno en que me digas la verdad, ¿cierto?.
—Esa es la verdad, no me gusta —declara, pero puedo notar cierto brillo en sus ojos.
—¿No? ¿En serio? Y yo soy esposa de Jencarlos canela, no, de Gregg Sulkin, o aún mejor tengo un amorío con los dos —digo como si fuera lo más normal del mundo.
—Ya quisieras —se mofa.
La miro mal.
—El punto aquí es, que desde que nos encontramos con él no has parado de sonreír y tienes un brillo en la mirada que deja mucho que decir —digo señalando lo obvio—. Además si no me dices pienso contarle a tía Emma acerca de esa vez que te escapaste de la escuela para ver a cierto chico que...
Interrumpe mi falsa amenaza levantándose de un tirón y se endereza en el asiento.
—Está bien, si, lo admito, me siento atraída —acepta—. Y sobretodo me siento indignada, no puedo creer que me quieras delatar.
Me mira de mala manera.
No sé por qué se me comprime el estómago al escuchar de su boca esa afirmación.
—¿Cómo crees? Por supuesto que no lo iba a hacer, solo quería darte un incentivo para que dijeras la verdad.
—Eso es jugar sucio —declara y vuelve a reposar su cabeza en mis piernas—. ¿Y qué hay de tí?
—¿De mí?
—Sí, ¿Cómo te sentiste al volverlo a ver?
—¿Tenemos que hablar de esto?
—Yo te confirmé que me atrae, ahora tú debes decirme cómo te sientes al respecto.
—Lo hiciste solo porque te extorsioné —me río.
—Pero lo hice, las circunstancias no son lo importante —reflexiona y me regala una sonrisa.
—No sé cómo me siento —respondo sincera.
—Mientras lo averiguas, ¿Te molestaría si te me adelanto? —La miro sin entender hasta que me da esa sonrisa—. Lo siento pero, es que él está bien bueno —dice a modo de disculpas.
—Ni siquiera sabes si tiene novia —digo y ella ríe levemente.
—Eso es lo de menos —hace un gesto con su mano restándole importancia al asunto.
—No sabía que eras de las que se metían en las relaciones.
—Solo cuando la ocasión lo amerita —me guiña un ojo.
—No me digas —me rio.
Ella vuelve a levantarse y se sienta correctamente para mirarme seria.
—Escucha, me interesa, así que lo quiero conocer más y cómo aún no sabes cómo te sientes al respecto —se encoje de hombros—.... sé que es tú mejor amigo y sé que anteriormente tenías sentimientos por él, así que por eso quiero tu aprobación. Pero debes prometer que sí en algún momento te molesta verme con él, o si te incómoda me lo dirás directamente.
—Está bien.
Segundos después la miro inquisitivamente
—¿Qué? —pregunta divertida.
—Nada, solo espero que esto no sea otro capricho tuyo.
Yenna es muy buena pero cuando se encapricha hasta que no consigue lo que quiere no se tranquiliza y de verdad que no tengo ganas de que ese capricho sea John.
—No lo es, ha capturado mi atención así que seguiré tu consejo y voy a intentar acercarme —dice afirmativamente, muy confiada de sí—. Además si los hombres pueden enamorar a las mujeres, ¿por qué nosotras no podemos hacer lo mismo? Estamos en el siglo 21 hay que modernizarse.
—¿Cuándo te di ese consejo? —digo riéndome —Y acerca de tu modernismo no comentaré nada, porque te conozco y sé lo intensa que puedes ser —la miro acusatoriamente.
—Solo fue una vez —dice inocente.
—Sí, pero acosaste tanto a ese pobre chico que fue un milagro que no te pusiese una orden de alejamiento —me rio recordándolo.
—En mi defensa ese día nos encontramos por casualidad.
—Después de que lo siguieras a su casa debió dudar mucho de que fuera un encuentro casual —hago comillas con mis dedos al mencionar la palabra casual.
—Solo lo hice un par de veces —se cruza de brazos fingiendo indignación.
—Fueron 5 Yenna —respondo divertida.
—En realidad fueron 7, pero ¿quién las cuenta? —sonríe y enarco una ceja—. Mirale el lado positivo, eso no pasará de nuevo porque tú me vas a ayudar —me mira fijamente.
Rio irónicamente.
—¿Quién? ¿"Sho"? —digo en español, señalándome con el dedo.
—No, la televisión que está al frente tuyo —su sarcasmo se nota a kilómetros.
—Es una buena idea —me hago la desentendida—. Te deseo suerte, hoy en día hay muchos canales donde dan telenovelas, tal vez eso te ayude a cumplir tu idea descabellada.
—Sí, sí, muy graciosa, sabes que es a tí que me refiero —toma una pausa—. Además está en nuestro código, hicimos un juramento —dice acusatoriamente.
Ahora me arrepiento de haber hecho ese juramento.
Flash Forward
Años atrás hicimos un juramento, realmente es nuestro propio código, algo que aunque fue hecho cuando éramos niñas sigue vigente hasta ahora.
Inclusive lo tenemos enmarcado en nuestras habitaciones y pues, al recordarlo no pude decir que no.
Flash Back
—Mia —me llama Yenna interrumpiendo mi lectura—. ¿Qué opinas si hacemos nuestro código de la amistad? —propone, poniendo encima de mi libro un cuaderno negro con círculos rojos.
—¿Cómo cuáles? —pregunto interesada.
—Algo que diga que nunca vamos a defraudarnos, que debemos apoyarnos en todo, y así.
—Está bien —acepto.
—Hagamos el juramento —propone emocionada.
—Espera, ¿un juramento?
Ella asiente y comienza a escribir en una hoja. Después de unos minutos me lo entrega para que firme.
Comienzo a leer
Yo: _________________________.
Juro apoyarte en las buenas y en las malas, estar ahí para lo que necesites, y velar por tu felicidad.
Prometo que nada ni nadie nos va a separar y que te ayudaré siempre, aunque sea la cosa más estúpida o la locura más descabellada.
Firma: __________.
Juntas por siempre...XOXO
Sin pensarlo mucho agarro el bolígrafo y firmo. Se lo paso y escribe lo mismo abajo para luego firmar también.
Fin del Flashback
Desde ahí ese ha sido nuestro lema:
"juntas por siempre".
Fin del Flash Forward
—Está bien —me resigno—. Te ayudaré —me brinca encima y caemos al piso.
—Gracias, gracias, gracias, gracias, eres la mejor —me da un sonoro beso en la mejilla y un abrazo que casi me deja sin aire.
—Me ee-esta-as asfixiando —digo para que me suelte. Dura unos segundos más apretándome contra sí, para después separarse de mi cuerpo permitiendo que el aire vuelva a mis pulmones.
—Lo siento, fue la emoción —se disculpa.
No puedo evitar reír.
—¿Y bien?
—¿Bien qué?
—¿Cuál es el plan? —pregunto de lo más obvia.
—Bueno tú eres más amiga de él que yo, tú sabrás lo que harás.
Pero que descarada. Eso fue hace 5 años, lo mismo que sabes tú sé yo pendeja.
Quiero decírselo pero prefiero seguirle el juego.
—Entonces eso significa que tendré que hacer todo sola —finjo indignación.
—No del todo, míralo de esta forma, tú solo tienes que hacer que tenga una cita conmigo y yo haré el resto.
—Oh sí, pan comido, prefiero el plan de la telenovela.
Mi sarcasmo siempre acompañándome.
—Que graciosa —dice sarcástica. Piensa un segundo y luego me sube sus cejas pícaramente para luego decir—: ¿Qué opinas de 2 cajas de pizza de pepperoni con borde de queso para motivarte? —dice con una sonrisa.
—Perra manipuladora —digo entre dientes—. Está bien —me resigno fingiendo pesar.
¡Todo sea por la pizza!
—Vamos júralo por el código de la amistad —levanta su mano en modo de juramento.
—Juro por el código de la amistad que haré todo lo que esté a mi alcance para conseguirte esa cita—digo alzando mi mano, imitando su acción—. ¿Feliz?
—Mucho —responde sonriente.
—Amja, ahora vete a fregar y organizar la cocina, antes que mami y tía lleguen.
—Pero... —la interrumpo.
—Tenemos un trato, ¿recuerdas?
—Está bien —se va a regañadientes a la cocina y yo enciendo la televisión y me quedo viendo un programa de crímenes hasta que ella termina de fregar.
De mi mente no sale el juramento que le hice a Yenna y ahora que lo pienso tengo un mal presentimiento sobre todo esto.
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
Ciao mis bellos lectores. 😍😍😍
¿Cómo están mis dulzuras?😙
Hasta aquí el capítulo 2 actualizado y completo.
¿Por qué nuestra Mia dirá que las personas no siempre son lo que dicen ser?
¿Qué opinan sobre la partida de John? ¿Qué hubiesen hecho en el lugar de Mia?
Y recuerden... ahora es que vienen los problemas, y todo por un juramento. 🤭
¿que creen qué Mia haga por Yenna? ¿estará dispuesta a lo que sea? Bueno sigan leyendo y lo descubrirán. 😉😉😉
Adelanto del próximo capitulo
—Tienes mucha confianza en mi —esas palabras me dejaron estupefacta.
¿A qué viene eso?
...
—¿Entonces eso quiere decir que no eres lo qué aparentas ser?
...
¿De que crees que estén hablando?
Todo esto y más en el próximo capítulo.
Si les gusto el cap voten 🌟 y comenten, recuerden, su opinión es importante para mi.
Recuerden pasar por "Sin Censura" para que descubran otros detalles jugosos de este capítulo. Les tengo 2 escenas extras, además de una que otra fotillo de nuestro bello protagonista.
(Cada día me enamoro más de John). 😍
Ahhh y también les dejé un multimedia de los cuadros de la amistad que tienen nuestro dúo en sus habitaciones. 😏
Los Iloveo un montón mis dulzuras 😘😚😙 y nos leemos en el próximo capítulo. 🤗🤗🤗
Att: J.T.P.🍭🍬🍫
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro