
Capítulo 15: Noche de encanto
Muchos dicen que el amor nos vuelve sordos, mudos y ciegos, ¿sabes que opino yo? Que nos convierte en idiotas e ingenuos.
—JTP.
☆☆☆
Realmente es curioso como este sentimiento puede nublarte la razón y el juicio
No mides consecuencias, actúas sin pensar, doblegas tu orgullo, pierdes la dignidad, no aceptas consejos que vayan en contra de lo que piensas de ese ser vivo, traicionas, hieres, o hasta matas por esa palabra de cuatro letras: A-M-O-R.
En su nombre puedes olvidar como eres, cambiar, volverte tolerante, paciente, y hasta valiente e incluso llegas a esperar todo, a soportar todo...
Muchos ven el amor como algo hermoso, y lo es, pero solo cuando es bueno y puro.
Y no es que esté en contra del amor, todo lo contrario, PERO, a decir verdad desde que el llega a nuestra vida andamos como estúpidos.
Y lo digo porque te lleva a un extremo donde aceptas de todo.
Permites que te pisoteen, que te engañen, que te manipulen, porque al fin y al cabo lo haces por amor, aceptas todas esas excusas baratas cuando te fallan porque ese amor te lleva a afirmar que esa persona va a cambiar.
Entonces sí, eso de volvernos mudos, sordos y ciegos es una completa verdad pero el hecho de que también nos convierte en idiotas e ingenuos, es mucho más que una afirmación, es la pura realidad.
Pero si no me crees ya verás de primera mano que yo, fui una de sus víctimas.
☆☆☆
Flash Forward
Después de que John me dejara en casa, con la promesa de que me iba a pasar a buscar a las 7:00 p.m, me encontré a Yenna cerrando la puerta con un pequeño bulto colgando de su mano derecha.
Había pensado que el que tuviese que salir justamente ese día y el hecho de que no iba a volver hasta el día siguiente era una coincidencia, pero...
¿Las coincidencias en verdad existen?
Fin del Flash Forward
—¿Ya te vas? —pregunto desconcertada por lo temprano que es.
—Sí, ¿no se nota? —responde sonriendo mientras agita el bulto que cargan sus brazos.
—Eso veo, pero me sorprende lo temprano que te marchas —me acerco, arreglándome la mochila.
—Me voy a alistar en la casa de Hanna —sonríe.
—Estás muy feliz por esa supuesta salida al cine.
—Es que vamos a ver The Forest.
—¿¡Qué!? Pero si prometiste verla conmigo —me cruzo de brazos mientras abro la puerta.
—Eso no es problema, puedo volverla a ver contigo —se acerca y me da un sonoro beso en la mejilla—. Ya me tengo que ir, diviértete y trata de hacer que John se olvide de Mitchell.
Se va dejándome pensativa y con un pequeño nudo en el estómago.
Entro en la casa y me dirijo a mi habitación.
Flash Forward
En ese momento no era por Yenna que estaba preocupada, sino por la persona que iba a venir a mi casa en un par de horas, y sé que había aceptado lo de tratar de ser amigos, como en los viejos tiempos, pero eso no evitaba que estuviera confundida con mi sentimientos hacia él y creeme que estar a solas con John en mi casa no era la mejor forma de mantenerme a raya.
Además era inevitable no sentirme nerviosa.
Porque, para ser honesta, que en ese tiempo no hubiese admitido lo que voy a aceptar ahora, John provoca que mis hormonas enloquezcan.
Suspiro.
Me atraía como una polilla hacia la luz y esa atracción sexual me convertía en una bomba de tiempo, y si le sumamos el hecho de que los sentimientos de amor estaban floreciendo en mi interior con cada una de sus palabras definitivamente debía de aceptar que en cualquier momento podía hacer explosión.
Pero en fin...
Los minutos pasaron y cuando me vine a dar cuenta estaba de pie en la puerta de mi casa, descalza y vestida con unos short de color azul y una blusa de tiros blanca mientras dejaba entrar al pelinegro.
Fin del Flash Forward.
—Llegaste temprano —cierro la puerta, me doy la vuelta y mi vista cae en las 2 cajas de pizza que sostienen sus manos—. Pero no me quejo.
Le sonrío, le quito una caja de las manos y tomo rumbo a la cocina.
—Si hubiese sabido que por traer pizza me recibirías con una sonrisa la hubiese traído mucho antes.
Esta vez es él quien me regala una sonrisa y no puedo evitar sentir un nudo en el estómago.
—Sabes que la pizza siempre me pone de buen humor. Por cierto, ¿no se suponía que pasarías por mí a las 7:00?
—Sí, pero tenía tiempo y pensé en ahorrarnos la fila. Además tenía deseos de verte otra vez.
Lo dice como amigos, como amigos.
Ambas sabemos que no es así.
Gracias consciencia, muy amable de tu parte.
Inevitablemente me sonrojo y agradeciendo mentalmente que estoy de espaldas coloco la caja que contiene el suculento manjar en la encimera de la cocina y él imita mi acción. Abro la nevera, saco un litro de refresco coca cola, la cierro y la coloco al lado de la pizza todo bajo su atenta mirada.
Busco dos vasos en la alacena pero están muy altos para mí. Brinco varias veces tratando de alcanzarlos pero es inútil. Refunfuñando vuelvo y salto pero obtengo el mismo resultado.
***
(MIS AMORES UNA BREVE INTERRUPCIÓN ESTA PARTE DEBEN LERRLA ESCUCHANDO: "River" QUE ESTÁ ARRIBA A PRINCIPIOS DEL CAP).
***
Escucho una leve risa a centímetros de mí y luego siento como el cuerpo de John se posa a mis espaldas. Se pega a mí, agarrándome por la cintura y se acerca a mi oído. Su susurro causa escalofríos en todo mi cuerpo, erizando mi piel y acelerando mi corazón.
—¿Necesitas ayuda?
Mi mente se queda en blanco y solo puedo asentir con la cabeza mientras mi cerebro solo piensa en su cuerpo pegado al mío. Quita una mano de mi cintura y la alza tomando los vasos sin dificultad. Los pone al lado del litro y me da la vuelta despacio. Inclina su rostro quedando a centímetros del mío y lo siguiente que me susurra acelera aún más mis latidos.
—¿Si te beso ahora te enojarías conmigo?
Sus ojos me escudriñan haciendo arder mi piel.
—Hemos quedado en ser amigos —es la única excusa que encuentro.
Mi voz sale en apenas un susurro, que si no es por nuestra cercanía creo que no me hubiese escuchado.
—Lo sé y estoy tratando de poner de mí pero para ser honestos ahora mismo solo quiero besarte —su tono de voz es tranquilo pero eso no impide que una pequeña sonrisa ladeada se forme en sus labios.
A mí también me apetece besarte.
—John, sabes que si queremos ser los amigos de antes no puedes decirme ese tipo de cosas.
Intento apartarme antes de cometer una estupidez pero su agarre me lo impide.
—Lo sé, pero entiéndeme, me gustas. Sabes que estoy enamorado de ti y además soy un hombre y siento y el que estés vestida de esa manera restregándome en la cara todo lo que deseo probar no está ayudándome —sus manos acarician levemente mi cintura, suspira y lentamente me suelta hasta que su cuerpo se aleja del mío provocándome un sentimiento de soledad—. Está bien, puedo ser paciente.
Apoyo mis manos de la encimera y esta vez soy yo la que suspiro.
—¿Por qué eres tan contradictorio? —reprocho—. Me confundes demasiado.
—¿A sí? ¿Cómo?
Se para erguido y tengo que mirar hacia arriba para sostener su mirada.
—Primero eres mandón, luego frío y distante, momentos después te pones en modo seductor, en otro momento eres un celoso posesivo, y al final entras en modo romántico con un toque de chico cliché salido de Wattpad —suelto otro suspiro y vuelvo a afirmar—. Me confundes, tanto que estoy al punto de volverme loca —paso mis manos por mi cabello—. Y ahora resulta que estamos retomando nuestra vieja amistad pero me besas, me tocas y me dices este tipo de cosas ¿cómo quieres que actúe? Sobre todo sabiendo que me siento como si estuviese traicionando a Yenna.
Suelto todas mis inquietudes y él sin quitarme los ojos de encima se acerca a mí una vez más.
—Y no sabes cuánto lamento ponerte en esta posición, pero no puedo evitarlo, y sé que sonaré egoísta pero —hace una pausa y acaricia mi cara—, eres todo lo que quiero y no planeo detenerme hasta que me digas que sí, hasta que estés tan enamorada de mí que no te importe nada y si para ello primero debo volver a ser tu amigo, estoy dispuesto.
No sé qué responder y por inercia bajo la vista a mis pies descalzos. Toma mi mentón y lo alza provocándome un pequeño trance por su electrizante mirada.
—Quiero que confíes en mi como antes y comprendo que eso solo lo puedo ganar siendo paciente. Y sé que piensas en Yenna y creeme, lo voy a solucionar pero antes quiero que tengas algo bien claro espero que no pienses que mientras seamos amigos no intentaré enamorarte porque no pienso desaprovechar ninguna oportunidad, ni mucho menos permitir que otro pueda besarte como yo lo hago —su dedo índice y pulgar se pasean por mi labio inferior acariciándolo suavemente—. Tú me perteneces Mia, y no voy a descansar hasta que lo afirmes con tu boca... hasta que lo gimas, junto con mi nombre una y otra vez... hasta que solo tengas ojos para mí.
Sus palabras me encienden de un modo inexplicable y mi vista recae en sus labios. Sus rosados, carnosos y lindos labios.
Puede que más tarde me arrepienta de lo que voy a hacer pero ¡al diablo!
Rompo la distancia que nos separa y lo beso.
Este chico será mi karma.
Mis labios se mueven lentamente mientras el sale de su trance, se inclina y empieza a devorar mi boca. Una de sus manos baja lentamente a mi trasero y lo aprieta mientras con la otra agarra mi cara y profundiza el beso.
Nuestras lenguas comienzan una guerra, mis manos juegan con su cabello y el beso se torna cada vez más intenso, como si quisiéramos saciarnos uno del otro. Pone su otra mano en mi trasero y me levanta sentándome en la orilla de la encimera. El deseo se vuelve más fuerte cuando muerde mi labio inferior lentamente provocando que un pequeño gemido salga de mí.
—Mia, si no paramos ahora no podré controlarme.
Separa sus labios unos instantes permitiéndome sentir su fuerte erección contenida por su pantalón en medio de mis piernas y en vez de querer parar mi deseo se hace mayor.
—No lo hagas —suelto sin pensar.
Mi cuerpo toma vida propia y sin darle muchas vueltas me quito la blusa, la arrojo y lo atraigo hacia mí una vez más.
El gruñe en respuesta. Rápidamente se quita el polo y vuelve a atacar mis labios. Mis manos se deleitan con su pecho desnudo y lo bien trabajada de su anatomía. Muerde mi oreja izquierda levemente provocando que me erice y un escalofrío recorra cada centímetro de mi cuerpo. No puedo evitar gemir mientras que siento palpitar mi vagina.
Sus besos bajan a mi cuello y sus manos se deslizan por el broche de mi bracier, lo desabrocha lentamente y libera mis pechos. Sin esperar mucho sus labios muerden delicadamente mi pezón haciéndome arquear la espalda bajo su toque. Toma uno de mis senos en su boca mientras que masajea el otro con su mano. Lo besa, chupa y muerde sensualmente haciéndome gemir.
Cuando creo que ha terminado su excitante tortura toma mi otro pecho con su habilidosa boca y le da la misma atención. Gimo, y sus manos bajan a mi short, cuando creo que me lo va a quitar se detiene, deja su mano posada en mi muslo derecho y su boca se posa de nuevo en mis labios, mientras que sus manos acarician suavemente mi piel, quemándola con su toque.
Estoy ardiendo, y necesito más.
Buscando saciar mi libido, y sin saber bien que estoy haciendo, dirijo mis manos al broche de su pantalón y cuando toco su correa escucho el sonido característico del timbre resonar por toda la casa.
¡Vaya momento para interrumpir!
Nos separamos despacio. Nuestros pechos suben y bajan de manera agitada muestra del deseo. Nos miramos a los ojos, instintivamente John me da una sonrisa de oreja a oreja para luego darme un leve beso en los labios, otro en el cuello y luego una pequeña mordida en mi oreja.
—Salvada por la campana —se mofa.
***
(HASTA AQUÍ LA CANCIÓN 😅) ESPERO Y LO HAYAN DISFRUTADO.
***
Se agacha, recoge mi blusa del suelo, se acerca de nuevo a mi lado y me la coloca. Por inercia levanto los brazos y cuando la tela toca mi piel recobro un poco la cordura, que hace unos segundos no poseía, y me sonrojo.
¿Qué diablos acaba de pasar?
Ya con ella puesta vuelve a mirarme a los ojos sin dejar de sonreír y negando levemente con la cabeza me da la espalda para buscar su polo que esta tirado a unos cuantos centímetros de distancia.
¿En qué piensas John?
Lo observo mientras se lo pone y me doy cuenta que mi bracier yace a mis pies, decorando el piso.
¡Ahora si parezco un tomate!
Se acerca nuevamente a mí, ahora con el polo puesto, y me baja despacio. Cuando mis pies tocan el suelo se agacha otra vez y toma mi sostén y lo coloca donde antes estaba sentada.
—Te ves mejor sin él.
Abro la boca para refutar pero el sonido del timbre hace acto de presencia, una vez más, pero de manera insistente.
—Creo que deberías abrir antes de que echen la puerta abajo —su sonrisa se vuelve pícara—. Vamos, te acompaño —me toma de la mano y me encamina a la puerta—. Además, ya tendremos tiempo para conversar de lo sucedido o terminarlo.
No respondo porque de nuevo el timbre me interrumpe. Nerviosa abro la puerta y me sorprendo al ver quien está frente a ella.
—Señora Irina, ¿qué hace aquí?
Flash Forward
¿Recuerdas la vecina chismosa que le había dicho a mi madre que un joven con un jeep verde había estado toda la tarde en mi casa?
Pues esta es la señora Irina Sanders, una mujer de unos 70 y tantos años, de tez blanca, regordeta y con el pelo de color canuco que le llega más abajo de los hombros. Es nuestra vecina desde hace tres largos años.
Su marido murió hace dos y desde entonces vive sola con su perro Lucky, un chiwawa marrón, muy agradable a diferencia de su dueña.
Esa mujer nunca había pisado mi casa y justamente ese día, donde estábamos John y yo, solos y con un aspecto nada decente, se aparece en mi puerta.
Aunque tenía que agradecerle algo a la viejita, y es que me había salvado de cometer en ese momento una locura. Porque como iban las cosas, hubiese terminado teniendo sexo con John en la encimera de la cocina y lo peor de todo es que en un arranque de éxtasis le hubiese dado mi virginidad.
Así que su visita por más inoportuna y extraña que fuera me había caído del cielo como una advertencia de que estaba a punto de caer en la tentación y que no me imaginaba la repercusión que tendría ese hecho.
Fin del Flash Forward
—Estoy buscando a tu tía, ¿está aquí?
Su mirada recorre primero al pelinegro, luego se posa en mí y en mi blusa de tiros blanca, que debe enseñar mis senos debido a que no llevo puesto bracier, para finalizar en nuestras manos que por alguna razón siguen unidas.
Lentamente trato de soltar mi mano del agarre de John pero él en vez de soltarla entrelaza nuestros dedos, haciendo que su mirada vuelva a posarse en nuestras manos. Frunce el ceño y me da una mirada acusatoria.
Debo imaginar que no le pinta nada bien mi aspecto, supongo que debo aparentar que acabo de tener una buena sesión de besos.
Gracias le doy al padre que la excitación y el deseo no se huele porque si no, solo Diosito sabe.
¡Ya puedo ver los chismes que habrán mañana!
Mia anda follándose a un chico guapo en su casa mientras su madre y su tía están trabajando
—No está aquí. Pero puedo dejarle el recado si gusta.
—¿Y tu madre?
Sé lo que estás tratando de averiguar vieja metiche y no tendré problema alguno en saciar tu curiosidad.
—Solo estamos nosotros dos.
—Entiendo. Solo dile que me llame —vuelve y le da un vistazo a John y agrega una despedida con doble sentido—. Gracias y que tengan una buena noche.
Da media vuelta y se marcha.
¡Nada mas eso me faltaba! Ahora andaré en boca de todo el condado, porque esa mujer no sabe mantener esa boca callada.
Cierro la puerta maldiciendo mientras siento un apretón de manos que me devuelve a la realidad y no puedo evitar golpear mi cara con mi mano libre.
—Eso fue interesante —su sonrisa pícara hace acto de presencia.
—¿Ya me puedes soltar la mano? —pregunto mientras lo miro a los ojos.
Enarca una ceja antes de responder en forma burlona:
—Hace un momento no te incomodaba mi toque, es más estabas rogando porque no me detuviera.
Siento como mi cara se torna de color rojo por el calor que emanan mis mejillas.
—No tienes por qué avergonzarte, me gusta saber que puedo hacer que pidas más y más. Es una pena que nos hayan interrumpido, no sabes cuánto quería escuchar mi nombre saliendo en forma de gemidos de esos labios.
Escondo mi rostro con mi mano libre e inmediatamente escucho sus carcajadas.
—No te preocupes rojiza, si no quieres hablar de cómo casi follamos en la cocina no hay problema, es mas no voy a mencionar como me asaltaste con tu boca y me comiste a besos, ni como me pediste que no me detuviera y mucho menos como bese, mordí y chupe tus senos provocando esos leves gemidos que salían de tu boca. Créeme no tengo intención alguna de presionarte para que hablemos de tu leona interior.
—Eres un idiota —lo fulmino con la mirada.
Con la mano que tenemos entrelazada tira de mí y me acerca a él atrapándome y envolviéndome con sus brazos.
—Y tú eres hermosa —dice mientras me mira a los ojos fijamente e inmediatamente me sonrojo y al notarlo sonríe—. ¿Estás segura de que eso es lo que piensas de mí? ¿Quieres discutirlo?
—Conociéndote no tendré más opción.
—Me subestimas rojiza, si tienes dos opciones —me acerca más a él—. Que terminemos lo que empezaste o que me cuentes el hecho de por qué saltaste encima de mí como león hambriento cuando me acababas de decir que somos amigos.
Se está burlando de mí y sabe que eso me está volviendo loca.
—No tienes idea de lo mucho que quiero golpearte ahora.
En realidad su ironía me causa gracia pero no puedo demostrar que me encantó lo que acabábamos de hacer.
—Te propongo un trato.
—No sé si tus tratos son de fiar.
—Déjame hablar y así lo determinas por tu cuenta —y otra vez su sonrisa de autosuficiencia hace acto de presencia.
—Te escucho.
—Solo se sincera.
—¿Qué quieres decir con eso?
—No quiero juegos, no quiero que le des vueltas, solo quiero que hoy tengamos una conversación donde puedas ser honesta sobre tus sentimientos, quiero que por esta noche no pienses en lo que Yenna quiere, o en lo que puede sentir. Por una vez quiero que tú también seas egoísta y me digas que estas sintiendo por mí, y aunque me fascina que seas tú la que me beses y la que vengas a mí no es suficiente, lo quiero todo y eso incluye que me lo digas con tu boca.
—No puedo hacerlo —niego.
—Si puedes. Ya me lo has demostrado, solo tienes que confirmarlo —insiste.
—¿Y después qué?
—Podemos estar juntos. Serás mi novia, y prometo hacerte feliz, en todos los ámbitos —su cara se torna angelical pero su sonrisa deja claro sus intenciones ocultas.
No puedo evitar reír de manera leve cuando me guiña un ojo.
—Es que no lo entiendes, yo... lo que pasó...
Me interrumpe.
—No Mia, por favor no me salgas con la típica frase de telenovela de que fue un error —pega su frente de la mía y me susurra—: Te lo pido Rojiza, se sincera conmigo, solo por hoy, déjame escucharlo solo esta vez. Te prometo que no voy a volver a sacar el tema hasta que lo de Yenna esté resuelto pero por esta noche quiero saber cómo te sientes conmigo, quiero la verdad, la necesito.
Su voz sale suave, suplicante, y estoy a punto de ceder.
—¿Seguro que no volverás a sacar el tema?
—Te lo prometo, al menos hasta que no tengas excusas para no aceptarme.
Suspiro
—Está bien.
—¿De verdad? —me regala una amplia sonrisa.
Asiento en respuesta.
Me suelta y nos sentamos en el mueble frente a frente.
—¿Lista?
—Supongo que sí, pero tú también debes responder algunas de mis dudas.
—Siempre y cuando no tengan que ver con mi partida, puedo contestar a todo lo que quieras.
Lo miro por un instante y cuando pienso reprocharle se adelanta a responder.
—Te prometo que te lo voy a contar pero todavía no estas lista para saberlo.
La curiosidad me invade pero ya estoy lo suficientemente abrumada como para añadirle un peso más así que asiento en respuesta respetando su decisión.
—Gracias —se acomoda en el sofá—. ¿Alguna exigencia más? —pregunta divertido.
Niego.
—Empieza Williams.
—¿Por qué te cuesta tanto admitir que sientes algo por mí?
Suspiro y sin pensarlo respondo.
—Porque no quiero sentir nada por ti.
—¿Por qué? ¿Es solo por Yenna o hay algo más?
Desvío la mirada y me quedo en silencio por unos segundos.
—Por favor dímelo —su tono es dulce y suave, tanto que me provoca a sincerarme.
Solo por esta vez.
—Porque ya he estado enamorada de ti y me resigne a simplemente ser tu amiga.
Su cara es un poema y por un momento se queda en shock sin saber que hacer o decir.
—Por primera vez te he dejado sin palabras, debería grabar este momento.
Flash Forward.
Traté de relajar el ambiente porque por más que quisiera devolver esas palabras ya estaban dichas y eso quería decir que por primera vez le iba a hablar de mis sentimientos.
Había guardado por más de 10 años lo que sentía por él y aunque había estado de acuerdo en sacarlo a relucir en ese instante no sabía si debía contárselo abiertamente.
Se me formó un nudo en el estómago debido a los nervios y me acomode en el asiento ya que sabía que iba a ser una noche larga.
Fin del Flash Forward.
—Realmente me toma de sorpresa esa declaración ya que siempre creí que el único que estaba enamorado era yo.
Esta vez soy yo la que se queda pasmada por sus palabras.
Aunque me ha dicho varias veces que le gusto nunca me imaginé que fuera en la misma época en que a mí me gustaba.
—¿Qué quieres decir?
Estoy muy consciente de lo que quiere decir pero necesito oírlo de sus labios.
—Me llamaste la atención desde esa vez que te caíste por querer salvar un pájaro bebé que estaba atorado en el árbol del viejo Francis.
—¿Me estabas viendo? —lo miro desconcertada.
—Sí. Estaba al otro lado de la calle y me llamó la atención una niña de cabello rojizo con una blusa negra que tenía en el medio una arcoíris y un overol de color blanco tratando de subir a un árbol.
Me sorprende que se acuerde hasta de cómo iba vestida.
—Recuerdo ese día.
Flash Forward
¿Cómo olvidarlo? Si no me rompí el culo de casualidad.
Todavía puedo recordar el dolor en mi trasero cuando me levanté, pero me aliviaba el hecho de que no le había pasado nada a esa pobre ave.
Y sobre todo me asombraba saber que él me hubiese visto ya que yo no lo vi hasta semanas después.
Fin del Flash Forward
—¿Por qué no me ayudaste? —pregunto indignada.
—Ya te habías puesto de pie para cuando estaba caminando hacia ti y en ese momento llego el señor Francis a regañarte y como tenía demasiados problemas con él decidí no acercarme —se queda un momento pensativo como si estuviese recordando esa época —no pude evitar reír a carcajadas, pero debo admitir que después de ese día te observe en silencio durante dos semanas.
—¿Me estabas acosando?
En realidad no entiendo por qué me causa gracia y ternura la situación.
Creo que me estoy convirtiendo en psicópata.
—Tenía mucha curiosidad por saber quién eras, me refiero a que nunca te había visto y me resultaste interesante. Hablabas y saludabas a todo el mundo en la calle, algunas veces parecías hablar sola, te gustaban todos los animales y siempre llevabas unos overoles de diferentes colores.
—Bueno, siempre he sido muy alegre —me encojo de hombros.
—Lo sé y eso fue lo que más me llamo la atención —se acomoda en el sillón—. Estaba acostumbrado a estar rodeado de niñas mimadas y malcriadas y entonces tú parecías ser tan simple que era imposible para mí no querer observarte todo el tiempo.
—Pero en ningún momento de esas semanas te vi.
Trato de recordar si nos encontramos en algún momento pero en mi mente no aparece ningún recuerdo.
—Trataba de mantener mi distancia ya que no quería asustarte y puede que suene bobo pero estuve esas semanas planeando como acercarme a ti.
Abro la boca sorprendida y mi corazón empieza a latir más fuerte.
¿Por qué carajos tiene que ser tan dulce?
—¿Lo dices en serio? —no puedo evitar la sorpresa en mi tono de voz.
—Pues claro, estuve todo el tiempo asegurándome de no meter la pata en el momento en que te conociera, en ese entonces además del hecho de que estaba muy interesado supuse que debías tener algunos 5 años y como yo tenía 9 no quería que creyeras que era un acosador.
—Pero lo eres —digo a modo de broma.
—Sí, me declaro culpable, aunque tú te llevas el 50 por ciento de esa condena.
—¿Y yo por qué? —me cruzo de brazos.
—Por ladrona.
—¿Cómo que por ladrona?
—Pues claro, si me robaste el corazón —una boba sonrisa se implanta en su rostro y no puedo evitar reír.
—¿En serio? Sacaste eso de alguna página de Google, ¿verdad?
Sigo con mi ataque de risa haciendo que él se una a mis carcajadas.
—¿Qué te puedo decir? —se encoje de hombros de manera inocente—. Debo estar preparado para toda ocasión.
—Pensé que eras original, que decepción.
Una pequeña sonrisa delata mi aire divertido.
—¿Cómo osas dudar de mis técnicas de seducción? —se pone una mano en el pecho fingiendo estar ofendido.
—Porque son un asco —me rio.
—Eso lo podemos poner a prueba —sube las cejas pícaramente provocando que mis carcajadas aumenten.
—¿Me vas a decir que esa cursilería te funciona con las chicas? —pregunto irónica.
—Te sorprenderías.
—Hare que te creo.
—Deberías hacerlo, después de todo tú eres la que me ha inspirado.
—¿Yo te inspiro a decir semejantes disparates? Que ofensa —ruedo los ojos pero mi sonrisa se mantiene firme en mis labios dando énfasis en que estoy bromeando.
—Bueno, esos disparates son los que han conquistado tu corazón, no lo puedes negar.
No está muy lejos de la verdad.
—Ya quisieras —me rio—. Pero siendo honesta, no pensé que te podía gustar, realmente nunca me diste esa impresión.
—¿Qué dices? Si todo lo hacía para llamar tu atención. Inclusive no fueron una ni dos las veces que espante a los chicos que estaban interesados en ti. Pero nunca era suficiente, incluso ahora, ni siquiera te das cuenta de lo mucho que me gustas.
—Porque siempre pensé que al ser más pequeña que tú solo me veías como tu mejor amiga o como una hermana menor a la que proteger.
—Seria algo tétrico que deseara tanto a mí hermana menor —hace una mueca ya yo río para evitar pensar en sus palabras—. Aunque es algo irónico ya que, yo supuse que como no tomabas en cuenta mis acciones solo me vías como un mejor amigo o un hermano mayor. Creo que los dos nos equivocamos, tal vez si hubiese tenido el valor de decirte lo que sentía nada de esto hubiese pasado —noto en su voz el arrepentimiento y la culpa y no sé si estoy siendo muy condescendiente pero me molesta verlo así.
Suspiro.
—¿Por qué no me lo contaste?
—Quizás la respuesta sea muy obvia —se rasca la nuca—. No quería perder tu amistad —se recuesta del sillón, mira al techo y después se centra en mí—. Has sido mi mejor amiga desde que te conozco, ¿qué hubiese pasado si te lo decía y tú no sentías lo mismo? Nuestra amistad se iba a arruinar, así que por eso decidí guardarme mis sentimientos, hasta ahora.
—¿Y qué cambió? Lo digo porque desde que volviste no has hecho otra cosa más que repetirme una y otra vez que te gusto, ¿ya no piensas que eso va a arruinar nuestra amistad?
—Todo cambió. Tú, yo —se endereza y se acerca a mí—. ¿Recuerdas que te dije cuando me preguntaste por qué volví?
Asiento.
Flash Back
—¿Y por qué volviste?
—Sé que sonará cursi pero, ¿me creerías si te digo que volví por ti?
Fin del Flash Back
—No bromeaba. Regrese porque en mi mente aún existía la posibilidad de un nosotros y sobre todo confío en el hecho de que eres lo que necesito para poder ser mejor —toma un mechón de mi cabello y lo coloca detrás de mí oreja—. Además sabía que nuestra amistad se arruino el día en que me marché sin decir nada, y no te culpo por odiarme todo este tiempo yo en tu lugar también me odiaría, pero esos años me hicieron entender algo —me sonríe pero su mirada posee cierto toque de melancolía.
Lo miro a la espera de que continúe.
—Que no quiero solo tu amistad y créeme cuando te digo que desde mucho tiempo esa ha sido mi motivación. Así que por eso estoy aquí, por eso te repito una y otra vez que me gustas, por eso tal vez me comporte como un idiota y por eso es que estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de que tú me aceptes.
Analizo una por una sus palabras hasta que una pregunta se formula en mi cabeza.
—Si estaba furiosa contigo, pero ¿qué te hizo creer que yo iba a sentir lo mismo?
—Lo supe cuando me besaste ese domingo. Sé que con lo mucho que quieres a Yenna nunca lo hubieses hecho si no sintieras algo por mí —lo miro tratando de arquear una ceja—. Conozco lo terca que eres y lo que puede hacerte perder los estribos con facilidad por eso quise hacer algo que te mantuviese expectante pero nunca te iba a forzar a hacer algo que no quisieses —suspira—. Para ser honesto, cuando te reté a besarme nunca imaginé que en verdad lo harías, sobre todo porque ese día había decidido que si no lograba hacer que me besaras te dejaría en paz. Pero en el momento en que lo hiciste supe que ya no iba a poder dejarte ir —sus ojos reflejan sinceridad mientras que mi cuerpo es un volcán de emociones.
—Yo, yo —abro la boca una y otra vez tratando de encontrar las palabras correctas para describir como estoy en este momento pero no las encuentro—... no sé qué decir, realmente no sé qué es exactamente lo que estoy sintiendo por ti.
Me observa en silencio mientras espera a que continúe.
—Reprimí por muchos años mis sentimientos a tal punto en que pensé que te había superado pero ahora solo sé que me siento nerviosa cuando estamos solos, que me encanta verte sonreír, que me encuentro pensando en ti más de lo que debería, que cuando me tocas o me besas haces que mi corazón lata más rápido de lo normal y —me quedo en silencio pensando en si decir lo último.
—¿Y? —inquiere.
Solo por hoy.
—Y que tus besos se han vuelto adictivos tanto que provocan un montón de sensaciones en mi cuerpo —sonríe—, pero no está bien. Cada vez que me encuentro sonriendo por ti recuerdo a mi prima. Su rostro sonriente aparece en mi cabeza como un recordatorio constante de lo mal que estoy actuando, y más ahora, ni siquiera voy a poder mirarla a la cara después de lo que pasó hoy entre nosotros.
—Yo que tú no me preocuparía por Yenna —suelta de repente. Lo miro sin entender provocando un carraspeo por su parte—. Es decir, no tienes que preocuparte por ella ya que no siento nada más que un cariño fraternal.
—No me refiero a eso, ya me has dejado claro un sin número de veces que no ves a Yenna de esa manera, lo que quiero decir es que no me puse en su lugar hace un rato, en vez de dejarme llevar debí pensar en sus sentimientos y en que ella está muy interesada en ti. Cada vez que lo pienso me siento como una zorra.
—No tienes por qué sentirte así, no has hecho nada malo —me consuela mientras toma mi mano y entrelaza nuestros dedos provocando un montón de sensaciones en mi cuerpo—. Además resolveré lo de Yenna, no creo que yo le guste tanto como dices.
—¿Qué dices? Si hasta me hizo jurar que la ayudaría.
—Bueno... Ok, de ahora en adelante me portare bien.
—¿Qué quieres decir con eso? —me mira, mira nuestras manos unidas y me vuelve a mirar.
No comprendo por qué se siente tan bien su toque.
—Haré que Yenna ya no esté más enamorada de mí y hasta que eso pase no te volveré a besar ni a provocar —una pequeña sonrisa se forma en sus labios—. Ya me dejaste en claro que no estás de acuerdo con que le rompa el corazón diciéndole directamente que no me gusta así que pienso hacer que se aburra de mí hasta que pierda el interés.
—Estás hablando como si hubiese aceptado que seamos más que amigos.
Su sonrisa en vez de decaer se vuelve más grande.
—Eso es lo que espero.
—Eres muy insistente cuando te lo propones.
—Solo cuando tengo clara mis prioridades —una sonrisa se forma en mi rostro involuntariamente.
—Ni siquiera he aceptado formalmente que seamos amigos.
—Pensé que si lo habías hecho —me mira sorprendido.
—En realidad dije que lo iba a pensar.
—¿Y aun no has pensado lo suficiente?
—No lo sé.
—¿Qué tal si te propongo algo? —suelta mi mano y se la pasa por su cabellera negra.
—Creo que ya te dije que tus tratos no son de fiar —me cruzo de brazos.
—Este si lo es.
No necesitas un trato ya tomé una decisión.
—Dímelo antes de que me arrepienta.
—Dame hasta el día de tu graduación.
—¿Para qué quieres cuatro meses? —pregunto extrañada.
—Para que Yenna deje de estar interesada en mí, si para esa fecha no he logrado que sus sentimientos cambien dejaré de insistir contigo. Mientras quiero que podamos empezar de cero, como en los viejos tiempos. ¿Qué dices?
—¿Sin nada de secretos ni nada de ocultarnos las cosas? —pregunto.
—¿Eso quiere decir que por ahora puedo volver a mi puesto como tu mejor amigo? —Sonríe.
Suspiro.
—Bueno en verdad te extraño y creo que deberíamos intentar recuperar esos 5 años que perdimos.
Sus ojos se iluminan como cachorro.
—Entonces ¿no más enojo?
—Por ahora digamos que el pasado pisado.
—Excelente —sonríe mostrando los dientes. Se levanta y se estira —¿Aun tienes hambre?
—Es pizza —me encojo de hombros en respuesta.
—Cierto, no hace falta preguntar —suelta una carcajada—. Iré a por ella, pero antes una última pregunta
—Dime.
—¿Te gusto?
Mi corazón se acelera y abro y cierro la boca dudando en responder.
—Solo por hoy —me recuerda.
Lo miro y su rostro posee una bella sonrisa mientras su mirada es parecida a la de un cachorro que espera su comida.
Solo por hoy.
Suspiro.
—Sí, me gustas John —afirmo con una tímida sonrisa y su cara se ilumina.
—Gracias —responde y me regala su más amplia sonrisa, permitiéndome ver su perfecta dentadura. Se voltea y cuando da dos pasos se para, gira de nuevo, se acerca y me da un beso en los labios.
—¿Y eso por qué? —cuestiono cuando nos separamos y lo miro sorprendida.
—Porque me has hecho el hombre más feliz, además durante un tiempo tendré que portarme bien, así que debo aprovechar este momento —me guiña un ojo y se pierde en la cocina.
No puedo evitar sonreír bobamente.
Ni te imaginas cómo me tienes Williams.
Si a esto es que llaman amor creo que estoy sucumbiendo a sus encantos.
No tengo ni la más mínima idea de porque me siento tan feliz, pero así estoy, y espero que este sentimiento no se marche.
Minutos después llega con las cajas de pizzas en una mano, y la soda y los vasos en la otra.
—Esta noche ha tenido su encanto —coloca todo en la mesita frente al sofá.
—Creo que ha sido productiva.
—Productiva —repite enarcando una ceja—. Eso me recuerda, ya que por ahora todo está bien entre nosotros ¿me vas a contar quién es el tal Ethan?
¿Por qué será que presiento que esta es la calma antes de la tormenta?
●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●
Ciao mis bellos lectores. 🤗🤗
¿Cómo están mis dulzuras? Espero que bien. 😇
Mis dulzuras aquí está el capítulo 15 actualizado y completo. 🤭
Y pues... lo prometido es deuda. 😏 Ya vamos por mas de la mitad del libro, casi casi estamos en la recta final. 😋
Recuerden que estoy tratando de subir un capitulo diario pero mis cursos y la universidad me la están poniendo bien difícil. Pero independientemente de, siempre estoy al pendiente de ustedes y como la vida es bella aquí les dejo...
Adelanto del próximo capítulo:
—Eso es muy conmovedor y significativo de tu parte, pero no creo que estés listo para hablar de chicos conmigo.
—¡Oh vamos! Si te incomoda solo imagina que soy gay.
•••
—¿A dónde vas? —Pregunto curiosa.
•••
—Si vamos a hacer eso hay que hacerlo bien. Vuelvo en unos minutos.
Y...
¿Qué opinan?
¿Qué creen de esta nueva situación entre John y Mia?
¿Qué piensan sobre estas confesiones amorosas?
¿Qué opinan de como empezó el interés de nuestro protagonista por nuestra Mia?
¿Debió ella dejarse llevar y aceptar sus sentimientos?
¿Qué creen que pasara con Yenna?
¿Debe ser nuestra Mia egoísta y estar con John o renunciar a el y dejárselo a Yenna?
¿Qué harían ustedes?
¿Por que John es tan Cuteeeeeee?
¿Alguna vez se han encontrado en un trio amoroso?
¿Estará nuestro John celoso de Ethan?
¿Ethan será otro rival para nuestro John?
¿Creen que Ethan podrá superar a John?
¿Podrán contenerse nuestros protagonistas de demostrar su afecto?
¿Qué habrá pasado con John que aun nuestra Mia no esta preparada para saberlo?
¿Es tan grave que quiere esconderlo?
¿Por que está tan obsesionado en que ella se enamore de el?
¿De que ingredientes eran las pizzas que trajo John?
¿Por que será que la pizza viene en una caja cuadrada, si tiene forma redonda y se corta en triángulos?
Pronto lo sabrán. 😏
Si te gustó el cap no te olvides de votar 🌟 y dejar tu comentario, recuerda que tú opinión es importante para mi. 😁
Los iloveo un montón mis dulzuras 😘😘 y nos leemos en el próximo capítulo. 🥰
Ahh y no se les olvide pasar por Sin Censura para que se enteren de muchas escenas picantosas.
Att: J.T.P. 🍭🍬🍫
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro