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4

Tal parecía que Morfeo le vendió una mentira a JiMin en sus sueños, porque al abrir los ojos se preguntó en dónde estaba, había soñado con su hogar, sintió estar ahí, pero no lo estaba, la brillante habitación le daba los buenos días gracias a los rayos del sol que se colaban por las ventanas.
Suspiró, no había remedio, en verdad se encontraba en Turquía y no sabía el porqué.

Su momento pensativo fue interrumpido por toques en la puerta, estaba perezoso, pero aún así se levantó cuando escuchó la voz de Fatma pidiendo permiso para entrar, el cuál concedió.

—Buenos días, hatun sultán —saludó con una gran sonrisa—, espero que Allah haya cuidado sus sueños.

JiMin asintió— Gracias ¿qué te trae aquí tan temprano?

—Valide sultán lo requiere para hablar algunos temas —explicó. La mujer se dirigió al armario y de ahí sacó ropa, un bonito kafka azul cielo con toques plateados, más sencillo que el del día anterior, pero no por ello menos bello—. ¿Desea desayunar aquí o en el comedor? El sultán salió temprano por unos asuntos y Valide ya ha desayunado.

El doncel miró la hora en el reloj y se sorprendió al saber que ya todos habían desayunado a las 8:30 am, temprano para él— ¿Debo desayunar tan temprano?

Fatma le sonrió y negó, se acercó y comenzó a ayudarlo con la pijama— Valide solo se despierta tan temprano para despedir al sultán cuando este debe salir, usualmente el desayuno es a esta hora o a las nueve.

JiMin intentó negar las manos de la mujer, aún continuaba la incomodidad porque alguien más debe desvestirlo y viceversa. A Fatma no le parecía bien dejar que este lo hiciera solo, pero al final cedió esta vez, al menos en la parte de desvestir.
Una vez estuvo listo, JiMin fue al baño rápido y volvió para que Fatma lo peinara, esta ya lo había amenazado para que dejara hacerlo.

Su reflejo en el espejo seguía pareciendo el de un desconocido, no se encontraba en esas prendas, bellas, hermosas, que en algún momento hubiera muerto por tener, pero lo repentino de todo seguía evitando que disfrutara.

—Fatma ¿sabes de que quiere hablar Valide?

La mujer siguió peinando las mechas naranjas del joven, mientras pensaba un poco— Supongo que será sobre la boda, los preparativos, ya debe ponerse en marcha.

—¿Tan pronto?

—El planearlo sí, pero puede tomar unos cuantos meses, tal vez unos dos o tres, Valide ya ha iniciado con algunas cosas, pero es de esperar que desee su opinión sobre el resto —el rostro de JiMin era como un poema que se comprende fácil, en una sola leída, por lo que Fatma comprendió qué sucedía en su mente—. No debe estar nervioso, le aseguró que tendrá la boda más hermosa e importante del siglo.

JiMin miró a la mujer desde el reflejo en el espejo y dijo— Eso es lo que me preocupa —se giró, encarando a Fatma— ¿Sabes porque estoy aquí? Eso no lo comprendo ¿Entiendes?

Era difícil calmar la intriga del doncel sobre ese tema, pero no podía evitarlo, si el mismísimo sultán no sabía entonces era por una razón fuera de su mente, o tal vez YoonGi le mintió sobre no saber. Al final de todo, se sintió un poco tonto al preguntarle a una criada cuando ni el sultán parecía saber.

Como era de esperarse, Fatma negó, pero le dió una dulce sonrisa— No lo sé, hatun, pero algo sí. Ellos no elegirían a alguien al azar, debe haber una razón y esa razón lo hace digno de estar aquí. Tal vez lo averigüe después, pero que eso no evite que disfrute esto ¿si?

Esas palabras acertadas tal parece que era algo que JiMin necesitaba escuchar. Sonrió genuino a Fatma y continuaron con su cabello, mientras el doncel intentaba pensar en una forma de mantener su guardia baja, al menos un poco, porque al final era joven, estaba en un palacio y no disfrutar un poco de eso sería un desperdició.

—Desayuno aquí —dijo finalmente, aún no se sentía cómodo comiendo a la vista de todos, pero un paso a la vez.


—Recuerde hatun sultán, entra y se inclina ante Valide, se acercará a ella cuando esta lo indique.

JiMin escuchaba atentamente las indicaciones de Fatma, después del desayuno por fin llegó el momento de enfrentar el inicio de su nuevo futuro. La habitación de Valide quedaba un poco retirada, pero no por ello esa área dejaba de verse lujosa y espléndida. Pasaban por el pasillo, sus zapatos haciendo eco en los azulejos, a JiMin le llamó la atención un área hermosa, espaciosa que nadie parecía usar seguido.

—¿Qué es ese lugar?

Fatma ni siquiera tuvo que ver a dónde se refería, conocía el lugar como la palma de su mano— Ese es el viejo harem, es usado como lugar de descanso por los empleados en sus tiempos libres, pero mayormente pasa vacío.

A la mente del doncel vinieron esas escenas que alguna vez vió en la televisión, dónde mostraban cómo sería un harem otomano, mujeres y jóvenes hermosos, talentosos y llenos de ambición, era interesarte haberlo visto vacío como si el tiempo se hubiera detenido en esa parte del palacio.

Continuaron su camino hasta que Fatma se detuvo frente a unas grandes puertas, volteó y revisó al doncel de arriba a abajo, asegurándose de que todo esté pulcro— ¿Desea entrar ya?

JiMin suspiró, soltando el aire en un intento de bajar sus nervios, asintió y se colocó junto a Fatma, esta tocó la puerta y cuando se escuchó el permiso, los guardias abrieron la puerta.
La mujer le hizo una seña a JiMin para que entrara, esta reunión era privada, por lo que estaría solo con Valide.
El joven entró, admirando el bello lugar que era, el resto del castillo mantenía un buen equilibrio de lo tradicional y lo moderno, pero la habitación de Valide era como una pintura clásica, con toda la esencia otomana que es muy famosa.

—Valide. —saludó, inclinándose ante ella.

La mujer sonrió y estiró su mano para invitarlo al área que le puede denominar como "área común". JiMin se acercó y tomó la mano de la mujer que los guió para tomar asiento.

—Dime ¿Qué tal tu primera noche en el palacio?

—Fue muy acogedora, la habitación es hermosa, Valide.

La sonrisa de la mujer se agrandó más, pero por algo diferente a lo que JiMin creyó— Puedes dejar a un lado las respuestas placenteras, en verdad deseo saber como fue tu primera noche aquí.

Eso era algo que al doncel claramente le sorprendió. Era de esperarse que creyera que debía darles las respuestas que querían escuchar, el poder y aura que Valide tiene no pasa desapercibido, ella es la clara imagen que se tiene de una verdadera sultana, eso podría incluir el enojo, la ira y la falta de empatía de algunas, pero Valide Aybüke, madre del sultán YoonGi, parecía no formar parte de esas sultanas.

Debido a esto, el joven accedió a relajarse un poco y sonrió— Fue difícil dormir, estaba cansado, pero la diferencia del palacio y mi casa es monumental.

—Es de esperarse, la verdad te has adaptado bien en solo un día, esperaba ver algún tipo de rebeldía si te soy honesta. —Una parte del doncel deseaba intentar esa rebeldía que alguna vez tuvo, pero es más cansado estar a la defensiva que intentar cooperar— Quiero que me acompañes a un lugar.

Salieron de la habitación, no fueron muy lejos, seguían en la parte más tradicional del palacio, en un momento Valide se detuvo frente a unas puertas, dió la señal y las puertas fueron abiertas.
Al entrar el lugar estaba vacío, excepto por varios retratos en las paredes, lo que sorprendió a JiMin es darse cuenta que entre esos recuerdos de hombres, solo había el de una mujer.

—En este cuarto tenemos los retratos de varios sultanes, no están todos aquí, pero podemos empezar en este.

Al inicio, Osman I se leía en la placa bajo el retrato.

—El fundador de la dinastía otomana —agregó Valide con un destello de orgullo en su voz—, gracias a él inició todo.

Pasaron los demás cuadros, Orhan I, Murad I, Bayezid I, y así continuaron, hasta detenerse en uno, bueno, en específicamente dos.

—Sultán Suleyman I —leyó JiMin.

—El magnífico —agregó Valide—, podría decirse que el más popular fuera del imperio, aunque también dentro; su reinado fue impecable.

Por alguna razón, ver el cuadro de Suleyman se sentía diferente, su energía, todo de él hacía sentir que las historias magníficas de él eran completamente verdad, y si lo eran— No sé si está de más decir que es cautivante verlo.

La mujer sonrió, asintiendo— Era atractivo, su inteligencia y gran corazón solo son un bonus.

Si bien, ver el cuadro de Suleyman se sentía de esa manera, el siguiente era hipnotizante. JiMin se posicionó frente a este, admirando la sonrisa, cabello, belleza y encanto de la mujer en el cuadro.

—Haseki Hürrem Sultan.

—La que trae alegría.

Los ojos de JiMin no se perdían cada detalle de la pintura, era magnífica, captaba toda la esencia de Hürrem, la que fue la mujer más bella y poderosa de su tiempo— Creí que no existían retratos de las sultanas.

—No hay, solo existe este de Hürrem sultana —al igual que él, Valide miraba con gran admiración la pintura—, pero la historia del gran amor del sultán Suleyman  tenía para la sultana fue demasiado real, tanto que envió a buscar al mejor pintor de Roma para que se encargara de hacer el único retrato registrado de una sultana.

Es historia de amor, tan deseado, envidiado y cautivador lo era mucho más de lo que el público común creía, solo las personas de su tiempo podrían saber de este y ahora, las personas en el palacio, apenas tener una mejor idea de este— ¿No lo han mostrado al público, verdad? En internet solo salen retratos de mujeres con sus características.

—Suleyman puso este retrato en su habitación cuando la sultana falleció, antes de fallecer le pidió a Mihrimah sultán que lo resguarde, ella lo colocó aquí, nadie se atrevió a moverlo, en su lugar fueron agregando otros cuadros, era de esperarse que el del sultán esté junto a su sultana.

Era inevitable no sonreír un poco y enternecerse con esos detalles sobre ellos, desde que Hürrem llegó no hubo nadie más, solo ellos dos, solo la muerte pudo detener ese amor y aún así, se podría decir que no lo consiguió del todo.

En ese momento algo llega a la mente del doncel— ¿Y el anillo? —voltea a ver a Valide.

La mujer tarda unos segundos en captar— Resguardado.

—En lo que leí, para la sultana Hürrem era preciado, pero otras sultanas lo usaron sin su permiso.

—Es bueno saber que estudias por tu parte —Valide se dirige a la puerta, seguido por JiMin— la tradición de que las sultanas lo tuvieran se detuvo hace varias décadas, se había vuelto parte del tesoro del palacio, pero ya no lo es.

JiMin frunció el ceño sin comprender, seguía a Valide por el palacio sin saber qué harían ahora— ¿Por qué ya no? ¿Está en un museo acaso?

La curiosidad del joven hizo sonreír a la mujer, se sentía extrañamente complacida— No lo es porque volvió con su dueña.

Pronto estuvieron atravesando otras puertas, esta vez de una sala que estaba llena de telas, vasijas y algunos libros, fue fácil relacionarlo con la organización de la boda. Pero JiMin seguía curioso por la historia— ¿Su dueña?

Valide tomó un trozo de las cientos de telas en el lugar, se acercó al doncel y la colocó en sus manos— Cuando YoonGi se convirtió en Sultán, una de las primeras cosas que ordenó fue devolver el anillo a la sultana; su única dueña legítima. —explicó, con una sonrisa de madre completamente orgullosa— Se hizo una ceremonia privada en la mezquita, el anillo fue colocado dentro del ataúd de la sultana y este es un secreto para el resto, es algo muy valioso para que sepan que está en un lugar visitado por millones, por ello YoonGi ordenó completo silencio para quienes estuvimos presentes.

Para JiMin y el público era difícil pensar que ese tipo de cosas serían prioridad del sultán, un hombre sumamente poderoso que tiene mejores cosas en que pensar, por lo que algo como que el anillo de la sultana fue de las primeras cosas que ordenó YoonGi era sorpresivo— Es lindo saber que ha vuelto a la sultana, estuvo mucho tiempo sin este.

—Lo estuvo, muchos sultanes ignoraron el hecho de que prácticamente se lo robaron a la sultana, incluso su propio hijo, pero YoonGi no ¿Qué te hace pensar eso de él?

El enfoque repentino al sultán captó con la baja guardias al doncel. Lo pensó unos segundos, daría su primer cumplido a su futuro esposo— Es agradable saber que le dió importancia a una historia de amor del pasado, habla bien de él en ese ámbito.

Porque eso era, ese anillo, codiciado como un símbolo de poder entre las sultanas, para Hürrem era un símbolo de amor entre Suleyman y ella.

Valide pareció complacida con esa respuesta, la conversación sobre esa historia de amor ya había terminado, era momento de empezar la charla sobre la boda.






La belleza de Estambul durante la noche no tiene nada que envidiarle al día, las luces, risas, la modernidad junto a lo antiguo crea un aire místico que tanto sus pobladores como los que vienen de visita pueden notar. Por eso YoonGi no se cansaba de esa imagen cada vez que retornaba al palacio durante esas horas.

—¿Cuál es la agenda de mañana? —preguntó a SeokJin quien revisaba su teléfono.

—Reunión con los pashás, Valide pidió su presencia el resto de la tarde, sería todo.

Aunque le extrañó esa cantidad de tiempo, se podía hacer una idea de podría tratarse— Mi madre es demasiado obvia.

SeokJin sonrió un poco y asintió— Es el matrimonio de su hijo, después de todo.

—¿Qué hicieron hoy, mi madre y él?

—Valide lo llevó al salón de los retratos, luego a planificar cosas de la boda, estuvieron en eso la mayor parte de la tarde, luego ella fue a reunirse con los tutores que Hatun sultán tendrá, él fue a descansar; están esperándolo para cenar.

Su vista vuelve a las luces de Estambul, estaban cerca ya— Casarse de esta manera es mucho más extraño de lo que creí.

—Tienes protestantes contra el imperio y tal parece que al sultán le preocupa más su futuro matrimonio —YoonGi lo mira de lado, mientras SeokJin ríe a su reacción—. ¿Te doy un consejo, YoonGi? —Este no dijo nada, solo lo miró— No podría decir que tu matrimonio será amoroso, pero espero que sean como tus abuelos, amigos, los mejores amigos que se apoyan mutuamente, con eso puede bastar para que ambos estén tranquilos e igual el imperio.

—Es lo mínimo que espero.

—Por cierto, Ibrahim pashá ha pedido una audiencia con su majestad, no explicó el tema.

Ese viejo pashá, de los más leales y estrictos, fue al que menos se vió feliz al momento de hablar del compromiso— Hablaré con él mañana.

Una vez en el palacio, se dirigió directamente al comedor. Fue anunciado, haciendo que Valide y JiMin se levanten para saludarlo.

—Madre —extendió sus manos hacía esta— Hatun sultán.

Este tomó sus manos y las besó, la diferencia de costumbres se hacía notar ahí, ya que era inevitable que el sultán notara la timidez en el doncel— Bienvenido, sultán.

Tomaron asiento, YoonGi estando en la cabeza de la mesa y uno a cada lado de este— ¿Cómo estuvo tu reunión, hijo?

—Bien, tal parece que llegaremos a un acuerdo con los rebeldes del oeste.

—Eso es una buena noticia, hijo.

La comida comenzó a ser servida, JiMin quiso concentrarse en comer y no interrumpir la plática entre madre e hijo.

—¿Cómo estuvo el día junto a hatun sultán?

Tardó unos segundos en darse cuenta que ahora formaba parte de la conversación, el doncel aún no se acostumbraba a ese rango. Valide sonrió satisfecha— Hemos comenzado con los detalles de la boda y mañana iniciamos las clases.

La mirada del sultán pasó a JiMin, este se dió cuenta que esperaba que hablara— También Valide sultán me mostró el cuarto con los retratos, me contó sobre estos.

YoonGi asintió— ¿Cuál le gustó más?

JiMin lo pensó unos segundos— El del sultán Suleyman —respondió honesto—, aunque el de Hürrem Sultan también fue hipnotizante; ella fue demasiado hermosa.

—Mi favorito es de la sultana ¿conoce su historia?

El doncel asintió— En Polonia todos la conocen, es prácticamente un símbolo patrio.

Roxelana, se cree que ella es de Polonia o Ucrania, no hay registro completamente fiable para aclarar esto, por lo que ambos países se siguen peleando la nacionalidad de la sultana. Llegó como esclava al imperio, joven, demasiado como para pasar por tanto. Fue vendida al palacio como parte del harem del sultán Suleyman y desde entonces, apenas el sultán la conoció, inició la historia de amor más conocida y alabada de todo el imperio, además del inicio del poder y fuerza de las sultanas; ella es la imagen del poder detrás del sultán.

Valide continuaba en silencio, dejando que el futuro matrimonio interactuara de esa manera natural por el resto de la cena.

Cuando por fin era momento de levantarse, JiMin pensaba en despedirse pronto para ir a descansar, pero no pudo mencionar palabra alguna.

—Me gustaría pasear con Hatun Sultán en el jardín trasero —YoonGi habló, tomándolo por sorpresa— ¿Le parece bien?

De repente tuvo la mirada del sultán y de Valide sobre él, no quedó otra opción que asentir— Me parece bien, su majestad.

—Bien, me despido de ambos, que Allah los cuide en sus sueños —ambos asintieron a las palabras de la mujer quien se retiró primero.

Una vez quedaron solos en el comedor, YoonGi lo miró y, teniendo una sonrisa suave en su rostro, extendió su mano indicando que avanzara.
En silencio, ambos caminaron uno al lado del otro, aunque era más JiMin siguiendo a YoonGi pues seguía sin saber los caminos correctos.
Una vez llegaron al lugar, no pudo bajar de encantadora la vista, el lugar era amplio, iluminado de una manera sobria que hacía todo más bello, el cielo oscuro destacaba la belleza de las estrellas, lo cuál impresionó a JiMin ya que es raro poder verlas en la ciudad.

—Es un lindo lugar.

—Puede venir aquí tanto como desee —YoonGi dió unos pasos, acercándose a los tulipanes que estaban dormidos en ese momento—, no mucha gente pasa por aquí.

JiMin asintió, aunque el contrario no lo vió— Lo recordaré. —volvió a ver el cielo. De cierta manera eso lo reconfortaba, aunque, al mismo tiempo, lo hacía sentir tan pequeño.

—Hatun, puede ser honesto —miró al sultán, quien se daba la vuelta para verlo—. Está muy tranquilo para haber sido separado de su familia de esa manera.

Esa pregunta y mención sorprendieron a JiMin, no esperaba que el sultán tocara ese tema o siquiera lo pensara. Quiso pensar en una respuesta esperada, educada, algo casi diplomático que le restara importancia, pero no podía. Sonrió triste antes de responder— Ni yo se como estoy tan tranquilo, pero si quiere saber no lo estuve cuando su gente llegó a mi pueblo, grité, maldecí e incluso quise pelear; cosa inútil porque son el doble de mi tamaño —inevitablemente se rió un poco recordando la escena—. Creo que me hice a la idea durante ese tiempo que me estuvieron convenciendo.

El sultán escuchaba atento todo, no parecía haber desinterés en su mirada— ¿Y que lo hizo aceptar?

Desvió la mirada, se acercó a los tulipanes que el sultán había estado viendo— No se iban a rendir, cada día sin falta volvían a mi hogar, la paz se tambaleó, por lo que llegué a la conclusión de que ser esposo del sultán tal vez era mejor que estar así por más tiempo.

—Valide puede ser muy obstinada, una disculpa de mi parte.

—Y usted ¿Por qué aceptó?

La respuesta tardó unos segundos en los que YoonGi caminaba viendo el resto de flores. JiMin lo siguió unos pasos atrás, sus pasos sonaban suaves en el pasto, acompañados con el de la tela del kaftán.

—La opción de matrimonio arreglado siempre es la más habitual por lo que nunca estuve en contra de esa idea —explicó, extendiendo su mano para arrancar un pequeño lirio del valle blsnco—, además, es mejor reinar en un equipo.

—¿Equipo?

El sultán se posicionó frente al doncel, su mirada se mostraba sería, pero seguía teniendo ese toque amable— Estoy seguro que las noticias de protestas contra el sultanato han llegado a Polonia, las personas parecen no estar muy contentas con el reinado aún cuando las condiciones del país han mejorado en estos años.

El doncel sabía de eso, en los noticieros salían esas protestas que sucedieron frente a este mismo palacio— Sí, supe de ello —pensó en eso unos segundos— ¿Puedo decir algo? —YoonGi asintió— creo que hay una gran desconexión entre el pueblo y el sultanato.

—¿A que se refiere?

—Me gusta la historia y mi poco conocimiento me hace creer que varios reinos cayeron porque hubo una gran desconexión entre sus reyes y pueblo —explicó—, claro que el factor económico también es gran factor, pero Inglaterra casi cae solo porque no había esa conexión con la reina.

—¿Está diciendo que no soy cercano con mi pueblo?

En ese momento JiMin se paniqueó un poco, ofender a un sultán está en la lista de lo que nunca deberías hacer en la vida— Bu..bueno, podría decir que el pueblo piensa eso, no creo que usted no se interese por ellos, no digo eso, solo...

—Comprendo lo que hatun dice —interrumpió YoonGi, riendo un poco más por la reacción de JiMin— y puede que tenga razón; eso es algo que no noté —continuó— y por ello deseo tener un buen equipo, que me ayude a complementar lo que me falta como sultán.

Ahí estaba de nuevo esa palabra, JiMin seguía sin comprender mucho— Fue solo una observación, tal vez no es la respuesta.

—Es una buena respuesta, no espero menos de mi futuro esposo —la seguridad en esas palabras se hicieron notar, el doncel no sabía si era por la mera convicción que el sultán tiene o porque en verdad cree en sus palabras—. No espero que haya amor en este matrimonio, sé que es difícil conseguir eso, pero honestamente me gustaría una amistad sincera y en alguien en quién confiar el dominio del imperio; me gustaría que seas eso, JiMin.

El hecho de que el sultán lo haya llamado por su nombre, sin ningún título de por medio y sin ese matiz formal hizo que el doncel se diera cuenta de la sinceridad de sus palabras.
Por como lo decía el sultán, el papel de JiMin en ese matrimonio sonaba más serio de lo que creyó, desde el inicio creyó que solo sería una imagen más para el imperio, casi como un maniquí que sería decorado por el resto; YoonGi no parecía verlo de esa manera.

Se comenzó a reír, entre una risa nerviosa y de alivio, tapó su boca con una mano mientras negaba con la otra— Disculpe, es solo que eso es un gran alivio —temía haber ofendido al sultán, pero al ver que este sonrió al final le hizo ver que no fue el caso—. En verdad no deseo un matrimonio incómodo, es un alivio que su majestad tampoco.

—Puedes llamarme YoonGi, por favor.

—¿Eso estaría bien?

Los oscuros ojos del sultán dirigieron su vista al cabello del doncel, su mano, la que sostenía el pequeño lirio del valle, subió hasta este y colocó la flor sobre la oreja. JiMin lo dejó hacer, lo agarró con la guardia baja ese acto— Tal vez es muy pronto para hacerlo frente a todos, pero al menos quiero que sepas que te doy esa confianza.

En ese momento, JiMin no comprendía el peso de esas palabras, de ese pedido. YoonGi no solo estaba pidiendo un tipo de amistad, sino ser la otra cabeza que el imperio necesita. De igual manera, aún era muy pronto para él como para darse cuenta, ya que primero debe sentir la confianza que un hatun sultán debe tener.



Holaaa, lamento la tardanza, la universidad me tiene agarrada del cuello pipipi

Por el tiempo, les traje capítulo largo :3

Nos leemos luego~

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