[26] La Reina Creciente III
¡Felices 2 millones de leídas, aquí tiene capítulo porque se lo merecen! <3
MORGAN
Esto me sobrepasa.
Pienso con la respiración agitada. El viento se descontrola y azota el pequeño claro, la tierra se agrieta, truenos resuenan a nuestro alrededor. Los Purificadores gruñen y se retuercen acostados en la tierra. Sus huesos crujen, como si la vida estuviera volviendo a sus cuerpos en un proceso lento y doloroso. Esas líneas negras se arrastran por sus extremidades y se desvanecen en sus pechos. La primera ola de poder se libera y levanto mis brazos y los cruzo frente a mí, usando mi propia energía para protegerme. Mis ojos caen sobre Jericho quien levanta su cuerpo ligeramente al retorcerse, sus colmillos se alargan, dos líneas negras cruzan sus mejillas y su gruñido es animal.
Y todo cobra sentido, los Purificadores que han estado durmiendo por décadas deben estar hambrientos, por eso los Protectores han sido traídos aquí, para alimentarlos. Los únicos que se comportan de manera racional son Aidan, Kace y Harsha. Quizás porque ellos estuvieron despiertos hasta hace poco, a diferencia de los demás que llevan dormidos quien sabe cuanto tiempo. Observo como Jericho salta y se gira en el aire cayendo sobre sus manos y rodillas hábilmente, su largo cabello blanco como el de todos los Durmientes cae a sus lados. Él gruñe, sus ojos están completamente rojos. A unos metros de él, yace su protector Jad aún despertando. Las expresiones feroces y descontroladas de los Purificadores me indican que no hay ningún razonamiento en ellos y eso no es bueno.
Kace y Harsha se ponen de pie y aún tambaleándose levantan una de sus manos, dos líneas de poder azulado dejan sus palmas y retienen a Jericho quien gruñe como un salvaje. Aidan por su parte usa su poder para paralizar a Rangahar, pero puedo ver que esto no esta funcionando, si los están reteniendo, pero no los están calmando, ni están recuperando la razón y Prisca y Anthea también están listas para atacar a sus protectores sin nadie que las detenga.
—¡Morgan! —Aidan llama mi nombre, y señala a Prisca y Anthea así que levanto mis manos y dirijo mi poder a ambas.
—¡No podemos retenerlos por mucho tiempo! —Grito entre el viento, y las gigantescas gotas de lluvia que han comenzado a caer sobre nosotros.
—¿Dónde está Shadow? —Cuestiona Harsha, ella es la guardiana de los Durmientes.
—¡No lo sé!
Jericho es el primero en liberarse y correr sobre sus manos y pies como un animal hasta Kace.
—¡Kace! —no sé porque me preocupa, Kace es alguien malvado, seguidor de Shadow, entonces, ¿qué es esta preocupación que siento por él y por todos los Purificadores?
Jericho salta y estira sus brazos en el aire, de los dedos de sus manos emergen garras afiladas y golpea a Kace con toda su fuerza. El aroma a sangre de Purificador intoxica todo el ambiente, pero cuando la sangre de Kace toca el suelo, no nace nada, solo disuelve la tierra creando un pequeño hueco oscuro. Eso me hace entrecerrar las cejas, eso no ha pasado antes.
Kace retrocede unos cuantos pasos y apenas de la da tiempo de levantar sus brazos para recibir otro golpe de Jericho. Y por un momento, con la lluvia cayendo entre nosotros, puedo ver todo desarrollarse con lentitud, Milosh y Lyla se levantan desorientados al igual que el resto de Protectores. Kace lucha contra un feroz Jericho, y Harsha lo ayuda. Aidan cae sobre una rodilla, su poder desmayando ante Rangahar. Y Prisca y Anthea están cerca de escapar mi poder. Tampoco ayuda que todos hemos pasado por tanto en tan poco tiempo y nuestro poder no está al máximo, ¿qué puedo hacer? La desesperación fluye por mis venas y una presión en mi cabeza me hace entrecerrar los ojos.
Risas... lejanas suenan en mi mente como un recuerdo perdido y reconozco mi propia voz.
Eres una reina, actúa como una.
Y recuerdo que he roto el vínculo con la naturaleza, pero también he jurado mi lealtad a The Blackness. Y en este claro en especifico es donde se concentra la mayor cantidad de energía de The Blackness, energía que ha sido cedida a mí con la desaparición de Shadow.
Dea blackness jaie cerve, dea blackness jaie ses tanri... a The Blackness yo sirvo, a The Blackness pertenezco.
Mi cuerpo se mueve de manera mecánica, como si esto es algo que yo ya he hecho antes. Libero a Prisca y Anthea para arrodillarme y concentrar mi fuerza en mis manos al cerrar mis puños. Grito y de un golpe entierro mis manos en la tierra mojada por la lluvia.
Estas son mis tierras ahora.
Este es mi reino ahora.
—¡Blackness! ¡Invoco tu energía! ¡Tu fuerza! —Exclamo tan fuerte como puedo, —¡Como tu reina y señora, te lo ordeno! —un relámpago ilumina el claro, y le sigue un estruendoso trueno.
La tierra debajo de mi tiembla y algo comienza a fluir por debajo de ella desde mis manos hasta los Purificadores. Ramas de lo que parece lodo emergen debajo de Jericho y se envuelven alrededor de sus extremidades con rapidez y lo inmovilizan. Las siguientes son Prisca y Anthea quienes sueltan un chillido al ser capturadas y por último Rangahar es paralizado también. Cierro los ojos y me concentro en transmitirles paz y calma a través de sus ataduras de lodo, imparto razonamiento a sus inestables mentes. La lluvia se convierte en una llovizna pacifica.
Cuando ya se han calmado los libero, ellos se quedan de pie confundidos observando sus alrededores antes de que todas las miradas caigan sobre mí. Respirando con dificultad, yo saco mis manos de la tierra y me pongo de pie, agua y lodo goteando de mis manos. No sé que decir mientras enfrento la mirada inquisitiva de todos.
—Me presento ante la reina creciente, —Jericho baja la cabeza antes de caer sobre una rodilla y poner su puño en el pecho, —Segundo Purificador, Jericho.
Eso me toma por sorpresa.
—Cuarto Purificador, Rangahar. —Dice el siguiente haciendo lo mismo.
—Quinta Purificadora, Prisca.
—Sexta Purificadora, Harsha.
—Octava Purificadora, Anthea.
Kace y Aidan no necesitan presentarse así que solo ponen su mano en el pecho y se arrodillan. Los Protectores hacen lo mismo y yo no sé que hacer o que decir ante todos ellos. Hasta Milosh y Lyla se arrodillan, dándome una sonrisa.
Estas de verdad son mis tierras ahora, y aunque estoy tan confundida, una parte de mí sabe que todos ellos fueron, son o serán parte de mi familia.
El cansancio y la locura que ha sido este día me pasa factura, y me tambaleo un poco.
—¿Morgan? —Milosh se pone de pie y se apresura hasta mí, seguido de Lyla y Aidan.
—Estoy bien, —les aseguro, —estoy bien.
Mi vista está un poco borrosa y parpadeo varias veces, y por un segundo, en la distancia entre Jericho y Jad veo la figura arrodillada de Shadow, cuando endereza su cabeza y sus ojos rojos encuentran los míos, me sonríe. Sus labios se mueven en su susurro. Doy un paso hacia adelante y cuando parpadeo de nuevo ya no hay nadie ahí.
¿Me estoy volviendo loca?
Mis piernas fallan y Milosh me atrapa para levantarme y cargarme en sus brazos. Respiro con dificultad y descanso mi rostro contra su pecho.
—Milosh...
—Shhh, te tengo, vamos, es hora de descansar, has hecho suficiente.
Cierro mis ojos y las palabras de Milosh detonan el significado del susurro del Shadow que creí ver.
Ge donme il pert trecce.
Has hecho un buen trabajo.
Y con esas palabras, me dejé sucumbir a la inconsciencia y el descanso.
LYLA
—¿Cómo está? —Es la pregunta inmediata de Milosh cuando salgo de la habitación de Morgan y cierro la puerta detrás de mí.
—Está bien, solo cansada, —le aseguro, —ha pasado por mucho últimamente, eso no puede ser bueno para ella o para los bebés.
Milosh se pasa la mano por la cara en alivio. Aidan aparece en el pasillo y antes de que pueda preguntar lo mismo, le digo que Morgan está bien.
—¿Cómo están los Purificadores? —Pregunto.
Aidan suspira.
—Desorientados, algunos ya se han podido alimentar de sus Protectores, pero es lo que me temía.
—¿No tienen recuerdos claros de como llegaron a estar en los Durmientes? —Me lo imaginé.
Aidan sacude su cabeza.
—Tenía la esperanza de que tuvieran más respuestas, pero están iguales que nosotros, solo recuerdan algunas cosas de sus infancias, y uno que otro recuerdo. No tienen ningún sentido cronológico de sus vidas o que hicieron en ella.
—No entiendo que está pasando, —murmuro, —¿Sabemos algo del paradero de Shadow?
—Nada, es como si lo hubiera tragado la tierra.
—¿Kain ha intentado sentirlo?
Aidan asiente.
—Su lazo de Protector y Purificador parece estar congelado, cuando intenta conectar, llega hasta cierto punto y se quiebra.
Milosh se recuesta contra la pared a un lado de la puerta de Morgan.
—Nada de esto tiene sentido.
—¿Estamos a salvo aquí? —Técnicamente estamos en territorio enemigo.
—Si, Morgan está cargo ahora, —Aidan confirma, —Los Purificadores son leales a la reina de estas tierras, los súbditos también. Incluso, Kain, Kace, Kaya, Vincent y Harsha no tienen opción. Todo aquel ligado a The Blackness, es ahora súbdito de Morgan Von Buzten.
—Nuestro vínculo con la naturaleza... —levanto mi mano y muevo mis dedos frente a mí.
—Se ha ido. —Termina Milosh por mí.
—Entonces, —Aidan cruza sus brazos sobre su pecho, —¿Por qué no nos sentimos débiles? ¿Notan alguna diferencia?
Yo sacudo mi cabeza.
—Aunque en mí cuerpo aún corre restos de la energía de la naturaleza, algo más me está supliendo ahora, —cierro mi mano, —quizás sea The Blackness.
—Eso no tiene sentido, —Milosh se despega de la pared, —Somos seres creados por la naturaleza, ¿no es así? Deberíamos ser dependientes completamente de ella.
—Al parecer no lo somos, —digo, —quizás eso tenga que ver con la razón por la que todos fuimos traídos hasta aquí cuando rompimos el vínculo con la naturaleza, para que The Blackness pudiera ocupar su lugar al darnos energía.
—Pero, ¿por qué? —Aidan dice en voz alta lo que nos preguntamos, —¿Cuál es la razón de todo esto? ¿Por qué Shadow desaparecería? ¿Por qué dejaría que Morgan despertara a todos los Purificadores para serles leales a ella? ¿Por qué abandonaría su reino y se lo daría a ella?
—Y, ¿por qué hacernos romper el vínculo con la naturaleza? —Agrego Milosh.
—Eso mismo me gustaría saber, —Una Purificadora de cabello blanco e imponente figura aparece a un lado de nosotros, lleva puesta una túnica negra con capucha, y recuerdo que cuando Morgan hablo de la guardiana de los Durmientes mencionó vestimenta parecida, —nuestro rey parece estar lleno de sorpresas, ¿no es así?
—Harsha, ¿no? —Ella parece sorprendida de que sepa su nombre. En un movimiento rápido, la golpeo con puño en la cara tomándola por sorpresa. Ella retrocede y sostiene su nariz que ahora sangra, luce estupefacta, —eso es por intentar dormir a Morgan sabiendo que estaba embarazada.
Harsha baja su mano ensangrentada y gruñe para venir a mí, Aidan se atraviesa en su camino, pero ella estira la mano a un lado y lo aparta con una facilidad que me recuerda que ella es su antecesora por lo tanto más fuerte que él. Milosh también se interpone y ella aprieta su mano y le quiebra ambas piernas. Yo me pongo en una posición defensiva, no va a intimidarme, por lo menos, ya le di su golpe.
—¡Cómo te atreves! —Me grita en la cara y levanta su puño para golpearme. Una brisa fugaz pasa entre nosotros y alguien aparece de pronto, es muy alto, cabello blanco que ha recuperado algunos mechones rubios. Él lleva puesto el uniforme negro de Nhyme. De espaldas a mi, no puedo ver su rostro, pero la expresión impotente en la cara de Harsha me indica que es alguien con más poder que ella, —¡No te metas en esto, Jericho!
Pum... Pum... Pum...
Mi corazón se desboca en mi pecho ante la mención de ese nombre y al darme cuenta de que está ahí frente a mí. No estoy lista para enfrentarlo, para verlo, no ahora. En el claro, mantuve mi mirada lejos de él en todo momento. Jericho da un paso hacia Harsha y la hace retroceder.
—Herte Grakt. —Sal de aquí, su voz es áspera, ruda y ronca. Espera... ¿cómo entendí lo que dijo? Harsha me da una mala mirada antes de darse la vuelta e irse. Sin mirar al rubio de espaldas a mí, intento pasarle por un lado para ayudar a Milosh que está en el suelo, Aidan le está ayudando a ponerse de pie. Sin embargo, cuando paso por su lado, una mano fría agarra mi brazo con fuerza, —Gael.
Debí saber que no sería tan fácil. Intento sacudir mi brazo de su agarre.
—Es Lyla. —Le digo. Él me gira y me obliga a enfrentarlo, mantengo mis ojos en su pecho.
—¿Lyla? —La voz de Milosh detrás de mi me hace querer poner más distancia entre Jericho y yo.
—Vienes conmigo. —Jericho aprieta mi brazo, es una afirmación, no es una pregunta, así es él en mis escasos recuerdos.
—¿Todo bien? —Aidan pregunta.
—Suéltame. —Murmuro por lo bajo. Jericho se inclina sobre mí, su mejilla roza la mía cuando acerca sus labios para susurrar en mi oído.
—Puedo matarlo en un segundo, —sé que se refiera a Milosh, —y lo sabes.
Él se endereza y de mala gana, le respondo a Aidan.
—Todo bien, ya regreso.
Me libero del agarre de Jericho y lo sigo al final del pasillo donde cruzamos y entramos a un vacío salón solitario con vista al pueblo de The Blackness. Dentro, tomo una respiración profunda y lo enfrento, mi corazón no está listo para ver ese rostro, esa línea de la barbilla que he delineado con mi dedo en mis recuerdos, esos ojos verdes claros que parecen no encajar con la madurez de sus facciones. La intensidad de su mirada es suficiente para desbocar el corazón de cualquiera.
¿Cómo eres tan amargado con esos ojos tan bonitos? Recuerdo haberle dicho eso en mi adolescencia. He recuperado algunos recuerdos y aunque escasos, la mayoría lo incluyen a él. Jericho y yo pasamos de pelearnos todo el tiempo a besarnos a escondidas sin ninguna explicación, sin palabras, no hablábamos al respecto, solo seguíamos nuestros instintos así que sí, me divertía ponerlo celoso, poner a prueba su autocontrol. Jericho era posesivo y controlador y en parte, era mi culpa por permitir ese comportamiento, por disfrutarlo. Solo ahora puedo ver lo dañino que fue no haberle dado un parado, no haber dicho 'No, ya no más.' Está en su naturaleza ser de esa forma, pero eso no significa que esté en la mía aceptar semejante trato.
Él da un paso hacia mí, y luego otro hasta que levanto mi mano y lo detengo. Él me observa por unos segundos que parecen una eternidad.
—No vuelvas a amenazar la vida de nadie frente a mí de esa forma. —Le exijo, —entiendo que acabas de despertar y que tus... emociones están muy inestables en estos momentos, pero las amenazas no son algo que voy a tolerar.
Él no dice nada.
—Creo que debemos mantener nuestra distancia por ahora, están pasando muchas cosas y deberíamos enfocarnos en entender esta situación. —Le explico y Jericho ladea su cabeza. De nuevo, el silencio reina entre nosotros y trago con dificultad porque él y yo nunca hemos sido de muchas palabras. Él y yo hemos sido de sensaciones, de discusiones explosivas que terminan en besos, de miradas que transmiten más que cualquier palabra como la que él me está dando ahora, —ahora debo volver.
Le informo antes de pasarle por un lado y dirigirme a la puerta. Cuando estoy a punto de alcanzarla la puerta se cierra de golpe frente a mí. Aprieto mis labios.
—Jericho.
Lo puedo sentir caminar hacia mí, su calor y presencia contra mi espalda. Con gentileza, él echa mi cabello a un lado y puedo sentir su respiración en la curva entre mi hombro y mi cuello. Mis piernas se debilitan un poco cuando deja un beso húmedo ahí y sube para susurrar en mi oído.
—Jaie fekmyre brak tis, Gael. —Yo ardo por ti, Gael. Sus palabras me ponen la piel de gallina, su voz ronca no debería tener permitido hablar ese idioma tan gutural. Jericho me da un beso corto en el cuello antes de romper todo contacto conmigo, —pero yo sé esperar.
Y con eso, abre la puerta y no dudo en salir de ahí. He subestimado la conexión que tenemos Jericho y yo por mucho, pero no tengo tiempo para esto. Así que me enfocaré en entender lo que está pasando ahora y no en el rubio que confunde mi mente porque mi prioridad es mi clan y mantener salvo a los míos y la única forma de hacer eso es comenzar a investigar y a entender que fue lo que pasó esa tarde y donde está el único que podría tener una idea o información clave.
¿Dónde está Shadow?
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Nota de la autora: ¡Dónde estás, Shadow! Hola, si, soy yo actualizando a medianoche porque aja, cuarentena vibes. Es su momento de inclinarse ante la reina creciente, y cuenta la leyenda que ahora Morgan es la reina absoluta de The blackness. Las circunstancias que nos han traído a esto, aún no las tenemos claras pero si sabemos que ella será una reina justa. Así que, Shadow, ¿quién te conoce?
Aquí abro para que dejen sus preguntas que trataré de responder sin dar spoiler. Sepan que leo todos sus comentarios con mucho amor.
También, quería aclarar que Ethos no es hijo de Morgan, los Purificadores nacen cada 300 años, hijos míos, ni modo que Morgan estuviera embarazada por siglos xD
Confesión de medianoche: Almas Perdidas es el libro que más me releo de todos mis libros. Shhh, no le digan a nadie ;)
Meme time:
muakatela,
Ariana G.
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