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2.- Verdades

Ben se encontraba en su dormitorio hablando con Aurore quien le hacía diferentes preguntas sobre sus alienígenas las cuales esté trataba de responder lo mejor que podía, esto como disculpa ya que una vez llegó con el señor Wang olvidó dejar cargando su teléfono, por lo que al día siguiente tras cargarlo notó las múltiples llamadas perdidas de sus padres, su abuelo, su prima Gwen, para su sorpresa dos de su prima Lucy y una de Sunny y finalmente las 157 llamadas perdidas que lo tenían en está situación, las de Aurore.

— Muy bien, ya tienes la dirección de mí casa, ¿Verdad? Te quiero aquí en diez minutos, ¡Y no me falles! — exigió un poco molesta, demostrando que seguía resentida por no haber contestado sus llamadas el día anterior.

— Sí, sí, descuida tengo la dirección llegaré ahí en un parpadeo cuando acabe de comer, dios pareces mí madre — se quejó mientras apoyando su celular en el oido con su hombro, se preparaba un sándwich.

Luego de eso ella pareció cambiar su ánimo detrás de la línea por uno más alegre y simpático antes de colgar.

— Ah~ no puedo creer que olvidará pedirle su número a Juleka, me preguntó porque no quiso que la acompañe hasta la puerta de su casa... Ah~ quizás no quería que la vieran con un bicho raro como yo — se dijo a sí mismo un poco desanimado.

— Joven Tennyson, estoy seguro que la jovencita tendrá sus motivos ajenos a lo que piensas, eres una gran compañía sin duda, esté lugar jamás lució tan bien y que hicieras las compras por mí fue de gran ayuda — caminando hasta donde sé encontraba le dió unas palmadas en el hombro con una sonrisa, ayer estaba molesto por su demora y preocupado también, pero luego de ver las noticias se dió cuenta que fue por una buena causa, aunque le divirtió que era tan despistado como su amigo Max le contó.

— Quizás tenga razón, y no fue nada, es lo mínimo que puedo hacer por dejar que me quede aquí — comentó restándole importancia antes de llevarse su comida a la boca.

— Bueno, sí saldrás ahora recuerda siempre llevar el mapa contigo y tú celular con toda la batería, no quisiera que te vuelvas a perder — se rió mientras se alejaba.

En ese momento el chico casi se atragantó al querer responder de inmediato por lo que se dió unos golpes en el pecho en lo que tosia y luego se giraba para gritarle desde la cocina.

— ¡Eso no me volverá a pasar! — afirmó indignado por tratar le como a un niño pequeño, esto comenzaba a frustrar le ya que sentía debían de ser más comprensivos después de todo, no solo era una ciudad nueva, era también un país nuevo.

Varios minutos después.

El golpeteo de una puerta seguida de una voz indicando que ya iba, se hicieron presentes. Quien tocaba la puerta un apenado Ben y quien había hablado una enfadada Aurore.

— Llegas media hora tarde — le recriminó cruzándose de brazos.

— De verdad lo siento, un idiota trató de quitarle el bolso a una ancianita y... Quizás me fui por la calle equivocada — a medida que explicaba fue bajando su voz no queriendo admitir que nuevamente se había perdido, aunque al menos sí era cierto lo del intento de robo, con la ayuda de Fasttrack eso no le tomó ni medio minuto.

— Ah~ está bien. Adelante — haciéndose a un lado le ofreció pasar, a lo que esté asintió, observando que su departamento era más grande de lo que parecía — vaya, esté lugar es increíble... ¿Vives sola? — preguntó mientras recorría el silencioso lugar.

— Algo así, mis padres querían una segunda luna de miel así que me dejaron aquí — respondió sin darle importancia, después de todo a pesar de que en un inicio eso la había enfurecido, hoy en día lo veía más como una ventaja.

— Ya veo, pues eres mucho más limpia y ordenada que yo. Un fin de semana que estuve solo y toda la casa fue un desastre — comentó entre risas al recordar aquellos dos días que pasó con su prima Lucy y el chiquero que dejaron.

— Jaja parece que eres peligroso estando solo — acompañó la risa acercándose y sentándose en uno de los sillones mientras que Ben se sentó en el sofá.

— Bueno, tuve algo de ayuda — admitió sin entrar en detalles, cosa que intrigo un poco a la chica, pero no quiso ahondar más en el tema — Bien, ¿Qué es quieres preguntar? — le habló un poco más serio, indicando así que no estaba dispuesto a hablar de todo.

— Bueno, cuando hablamos me dijiste que podías convertirte en diez aliens, pero que son diferentes a los que tenías antes de que tú reloj se re... Recla... Recabi... — trató de decir la palabra, pero se le enredaba la lengua al intentarlo, cosa que hizo gracia al chico que intentó lo mejor que pudo no reírse.

— Se recalibrase, sí, honestamente cuando cambió de forma me sorprendí y asuste un poco, sobre todo al ver los nuevos alienígenas, cuando tenía diez años me costó mucho aprender a usar a cada uno y... La verdad, muchas veces dependía más de unos que de otros... — soltó con amargura en su voz y una expresión que le daba a entender a Aurore que era un tema delicado.

— Entiendo... Am, pero hablame de estos nuevos aliens, me gustaría crear una entrada para cada uno y... ¡Oh! Tomarles una foto — juntando sus manos le sonrió, esto le calmó un poco y sonriendo comenzó a platicarle sobre cada uno de ellos y un poco de sus habilidades así como las especies a las que pertenecían algunos de estos ya que sí bien no los conocía a todos, gracias a su abuelo y a Azmuth conocía uno que otro nombre, así como de los aliens que tenía antes.

Así los dos estuvieron conversando por más de una hora, Ben le contó algunas de sus hazañas más importantes o sus encuentros más difíciles así como uno que otro divertido y Aurore por su parte también le contó una que otra anécdota la cual lamento que no fuese tan impresionante como las suyas, pero Ben enseguida la corrigió diciéndole que eso no importaba, ya que le gustaba escuchar sobre su vida, confesando le que aparte de sus primas en realidad él no era para nada popular en la escuela y de hecho, hasta hace dos años atrás, era molestado constantemente.

A ella esto la tomo genuinamente por sorpresa, ya que se le hacía un chico muy simpático, divertido e incluso podría decir que era algo lindo aunque fuese tan torpe a veces. Al verlo más desanimado debido a esto, ella se sentó ahora a su lado e intentó levantarle el ánimo con algunas palabras de aliento así como las que le dió en la cima del edificio donde se conocieron. Esto hizo sentir un poco mejor a Ben quien también le recordó que ella debía de esforzarse en no dejarse llevar por lo que dijera el resto y que esté sería el primer gran paso para su nueva vida.

Los dos en aquel momento sin percatarse posaron sus manos una sobre la otra en lo que sus miradas se encontraron, viéndose fijamente unos segundos reflejados en los ojos del otro. Ante tal repentino momento ambos sintieron el tiempo detenerse, Ben se quedó en su lugar contemplando el bello rostro de Aurore así como ella se hallaba perdida en los ojos esmeralda del chico, está sin darse cuenta se fue acercando cada vez más al rostro de Ben a la vez que esté igualmente parecía desear poder acercarse un poco más a ella.

Sin embargo, justo en ese momento el celular del chico comenzó a sonar, rompiendo el lindo momento y provocando que la chica inmediatamente se aleje comenzando a respirar algo agitada en lo que se preguntaba qué fue eso mientras que Ben contestaba el teléfono.

— Señor Wang, ¿Sucede algo?... Espere... ¿Eh? ¡¿Eeeeh?! — se levanta de golpe del sofá haciendo que la chica volviera en sí y mirase como esté parecía haber entrado en pánico — ¡¿En serio?! Pero creí que el papeleo no estaría listo hasta la siguiente semana, no, sí, sí, yo iré enseguida, volveré al edificio por mis cosas, sí, no llegaré tarde, gracias — colgó la llamada un poco alterado.

— ¿Qué ocurre Ben? ¿Te encuentras bien? — preguntó poniéndose de pie también.

— No, no estoy bien. Hoy es mí primer día de clases, no tenía idea, debo volver rápido y ordenar mis cosas — se sujetó la cabeza pareciendo que en cualquier momento tendría una crisis de pánico por lo que Aurore le tomó rápidamente de los hombros para que la mirase.

— Hey, hey, descuida... Vamos, respira~, respira~ solo debes convertirte en Fasttrack y todo saldrá bien, ¿Okey? — le explicó con gentileza para que dejara de estar ansioso, cosa que funcionó.

— Sí... Sí... Tienes razón — sonrió aún un poco temeroso, pero visiblemente más calmado.

Rápidamente activo su reloj, giró el dial y en un destello de luz se transformó.

— Fast... — no acaba de pronunciar cuando ve sus brazos y luego sus manos — ¿Jetray? ¡¿En serio?! ¿Se supone que una mantarraya gigante vuele por las calles de París sin llamar la atención? — se quejó algo molesto.

— Guau así que ese; es Jetray, es muy lindo, me gusta el color rojo de su cuerpo y es bastante alto también — comentó caminando alrededor del alienígena.

— Sí, es uno de mis favoritos, pero no era el momento para usarlo —

— Bueno, dijiste que vuela muy rápido, ¿No? Será casi lo mismo, solo que tendrás que entrar por tú ventana — sugirió.

— ¿Sabes una cosa? Tienes razón — saliendo al balcón se despidió y acto seguido salió volando, siendo observado por la chica quien también se dirigió al balcón y se apoyó en la barandilla sujetándose el pecho, recordando lo que sintió en ese momento que se vieron.

En la escuela Françoise Dupont.

Alya acababa de empujar a su amiga Marinette para que le diera su regalo a Adrien, pero no sé percató que justo alguien se encontraba corriendo en dirección a las escaleras de la escuela, maldiciendo por la bajo a su reloj que provoca que casi caiga de una gran altura.

"¡¡Aaaaah!! ¡Auch!"

Se escuchó por parte de dos chicos al caer, siendo estos Marinette y un nuevo chico que ninguno de los presentes conocía.

— ¡Ay no puede ser, esto es mí culpa, lo siento mucho! — se apresuró a disculparse muy nerviosa la chica de cabello azulado tras ponerse de pie y  haciendo una gran reverencia.

— No, descuida, no veía por dónde iba — se rascaba la cabeza algo adolorido el chico que tiró antes de levantarse.

— No puede ser, que gran caida — exclamó el chico de lentes acercándose a ellos.

— Sí, ¿Se encuentran bien? — comentó el joven rubio.

— ¡Ay, no puede ser, Marinette! Lo siento, esto fue mi culpa... — avergonzada se disculpo Alya acercándose a todos.

— Oigan está bien, ninguno de los dos resultó herido, ¿O sí? ¿Estás bien verdad? — le preguntó a la chica viéndola de pies a cabeza.

— Sí-sí, yo de verdad, verdad, lo siento — reiteró una vez más, pero luego al ver al joven rubio su actitud cambio por completo comenzando a balbucear una especie de saludo aunque más parecía que había hecho corto circuito o que le estaba dando un ataque.

Ben miró esto un poco curioso y luego como la chica de lentes que parecía ser amiga de ella se llevó la mano a la cara mientras negaba, pero entonces su vista se dirigió al suelo.

— ¿Y esto? ¿Es tuyo? — preguntó al tomar una especie de rectángulo envuelto que se le había caído.

— ¡¡Aah!! Quiero decir, ¡A-ah! Claro jaja — rápidamente lo arrebata y oculta detrás suyo — Es am... Una... Una cosa jejejeje que yo... Yo quería... — trataba de armarse de valor para decirlo, pero ver al chico rubio frente a ella la ponía tan alterada que simplemente no era capaz de lograrlo.

Alya por su parte le hacía gestos para que se animase, aunque no parecía saber como proseguir, Ben comprendiendo más o menos la situación o eso creyó, así que decidió hablar.

— Bueno, espero que no se ensuciara o rompiera tú regalo — soltó sin imaginar la exagerada reacción de la chica que le vio con la expresión más pasmada que alguna vez haya visto y una mirada que le decía que no estaba para nada contenta con lo que dijo, por otro lado Alya parecía reír en silencio y alzaba el pulgar.

— ¿Un regalo? ¿Es para mí? Gracias Marinette — comentó el chico rubio que en ese momento se percató no se ha presentado — Oh, por cierto yo soy Adrien, mucho gusto — le tendió la mano al chico de cabello castaño que poseía una altura similar a la suya, incluso se podría decir que tal vez era unos milímetros más alto.

— Mucho gusto Ben Tennyson — le dió la mano a la vez que el otro chico abrazaba al rubio del hombro.

— Y yo soy Nino hermano, un placer — le extendió el puño el cual Ben chocó con una sonrisa.

— Mucho gusto, soy Alya, y el manojo de nervios que tiene el regalo para Adrien es Marinette — apuntó a su amiga sin apartar su vista del chico de ojos esmeralda, el cual asintió conteniendo un poco la risa.

Marinette por su parte solo deseaba que la tragara la tierra ahora mismo, sabía que Alya solo dijo eso para recordarle que debía de entregar el regalo, más que ahora se sabía que era para Adrien por lo que sería muy feo de su parte huir ahora mismo así que resignada solo le tendió el regalo justo al momento en que esté lo agarró otra chica apareció, apartando a Marinette de un manotazo y siendo atrapada por Alya antes que cayera al suelo.

La chica rubia felicitó a Adrien por su cumpleaños con abrazo y un intento de beso, hablando de un maravilloso regalo que le había comprado e indignada al oír que aún no le había llegado.

— Entonces... Esa tipa es... — arrastró las palabras Ben algo incómodo.

— Agh. Es Chloé, "la reina de los insoportables", tenerla cerca es como una carie, solo que a ella no la puedes sacar — explicó con desagrado Alya.

Justo en ese momento el timbre sonó indicando que todos debían de darse prisa, así todos a excepción de Chloé se despidieron del chico, aunque Adrien se detuvo y le pregunto sí a caso vendría con ellos a lo que Ben negó ya que primero debía ir a la oficina del director, pero antes de que se retire le deseo un feliz cumpleaños al chico rubio, dándole una gran sonrisa y extendiendo su puño hacia él, este gesto lo hizo sonreír y dándole las gracias lo chocó con el suyo.

En el salón de clases de Marinette.

Está se hallaba muy nerviosa, sin ser capaz de alzar la vista de su mesa por miedo a que su mirada se desvíe hacía Adrien y esté la miré de vuelta.

— Marinette cálmate, estoy segura a Adrien le encantará tú regalo — consoló la chica acomodándose sus lentes sobando la espalda de su amiga.

— No lo sé, quizás el color no fue el adecuado o quizás ya tenía una mejor o puede que... — en eso su amiga posa su dedo en sus labios para indicarle que se detenga.

— Mejor cambiemos de tema, ¿Habías visto antes al chico con el que te chocaste? Parecía ser nuevo en la ciudad — intuyó.

— Ahora que lo dices... Creo que tienes razón, nunca lo había visto — respondió ya más calmada.

Por otro lado, en los últimos asientos una conversación similar se llevaba a cabo.

— Te lo juro Rose, jamás me había sentido tan cómoda hablando con un chico, era muy divertido y alegre, ah~ y sus ojos... A pesar de tener un mal día estaban llenos de vida — le comentaba Juleka a su amiga.

— Vaya, suena a alguien muy divertido y amable. Realmente espero poder conocerlo, pero dime, ¿Le pediste su número? —

— Ay no, sabía que había olvidado algo... Y lo peor es que me comentó que tenía su celular sin carga, ese debió ser él momento en el que le pedía su número, ah~ — se desánimo dejando caer su cabeza en la mesa.

— Descuida, estoy segura que volverás a topar te con él, y sí no... Al menos sabes que iba a ese lugar de masajes, ¿No? Quizás ese sea su tío o su abuelo y viva allí ahora — trató de alentar a su amiga, cosa que funcionó.

— Tienes razón, él iba para allá con una mochila y una maleta, probablemente se mude allí, gracias — le da una abrazo a su amiga justo al momento que llega la maestra.

— Muy bien chicos espero hayan disfrutado sus vacaciones, pero ahora espero el compromiso de todos para que sea un gran semestre en el que den lo mejor de ustedes. Y ahora, quiero darles un anuncio especial y es que hoy se unirá a nosotros un nuevo estudiante que viene de Estados Unidos, por favor denle un cálido recibimiento — proclamó con gran animo la maestra dándole la señal con cabeza de que entrase.

Al momento de hacerlo la sorpresa fue grata para la mayoría, indiferente para Chloé quien al verlo y no reconocerlo de ningún lado inmediatamente lo etiquetó como un don nadie, finalmente la otra que no compartía la grata sorpresa era Marinette que se sentía algo molesta ya que por su culpa le había dado de improvisto su regalo Adrien aunque en el fondo, sabía que no tenía sentido estar molesta con él, menos cuando lo tiró accidentalmente.

— Por favor preséntate ante la clase — le indicó la maestra.

— Hola, es un gusto conocerlos. Mí nombre es Benjamín Tennyson, pero pueden llamarme Ben, como la maestra mencionó soy de Estados Unidos, de una pequeña ciudad en crecimiento llamada Bellwood — explicó el chico con una mezcla de nervios y calma al ver a quienes conoció en la entrada.

— Eso es genial, ¿Algo más que quieras compartir con la clase? — trató de persuadir la maestra quien pensaba un poco en el historial académico del chico y deseaba hacerlo sentir cómodo, más aún al notar que claramente era un buen chico.

— Eh... No, creo que es todo —

— Oh, está bien. En ese caso por favor toma asiento uhm... Ah, al final junto al joven Kurtzberg — sugirió a lo que esté asintió y camino hasta allí, notando como en la otra mesa, junto a una chica de cabello rubio corto y grandes ojos celestes, se encontraba para su sorpresa Juleka, la cual se cubria la cara apenada, pero en eso miró de reojo a Ben y esté alzó la mano en señal de saludo a la vez que le dedicaba una sonrisa que casi hace estallar de rubor a la joven de cabello negro.

Juleka en su mente no cabía en su felicidad, era increíble, el chico que había conocido ayer y con el que esperaba poder encontrarse pronto no solo había resultado venir a estudiar a su misma escuela, sino que además, para su gran fortuna se encontraba en su mismo salón, esto sin duda alguna la hacía inmensamente feliz mientras que por fuera solo mostraba estar totalmente roja y sorprendida.

— Se fijó en mí — musitó con una pequeña sonrisa al ver que, a diferencia del resto él no solo la había notado sino que incluso la había saludado.

— Así que ese es el chico, sí es lindo y se ve amable, me alegra que nos saludara, usualmente el resto no nos prestan atención, ¿Verdad? — habló su amiga al tiempo que veía como el joven castaño se sentaba al lado del chico de cabello rojo y sin que se diera cuenta, su amiga ni siquiera la había escuchado por estar perdida en sus pensamientos.

— Hola, espero nos llevemos bien — habló Ben a su compañero de puesto extendiendo su puño para saludarlo, cosa que su compañero un poco dudoso aceptó.

— Nathaniel, un gusto — se presentó con más simpleza de la que le abría gustado a Ben, pero lo atribuyó a que parecía ser un poco tímido.

Durante el receso.

Al sonar el timbre varios del salón se retiraron, incluyendo al compañero de puesto de Ben con el que había tenido esperanza de socializar un poco.

— Bueno, hay se fue la oportunidad de conocer a mí compañero — musitó el castaño estirándose un poco antes de pararse.

— ¡Hola! —

— ¡Wow! — del susto mientras se paraba volvió a sentarse, viendo muy cerca de él a la chica rubia que estaba sentada al lado de su amiga.

— Me llamo Rose, un gusto Ben — muy entusiasta le saludo tomando su mano para agitarla y luego se hizo a un lado — Creo que ya conoces a mí amiga Juleka — la presentó ya que está no había tenido el valor de hablarle y de hecho, al momento de sonar el timbre había querido huir.

— Oh sí, Juleka igual es mí amiga. Un gusto Rose... ¡Ah, espera! ¿Tú eres Rose Lavillant? Juleka me habló mucho de tí — exclamó con una sonrisa.

— ¡¿En serio?! ¡Que bien! Ella también me habló de tí, tenía muchas ganas de conocerte — afirmó también muy sonriente.

Juleka por su parte no sabía ni como hablar ahora mismo, ayer sentía que esto fue tan fácil y ahora que lo tenía nuevamente de frente le parecía toda una odisea poder tan siquiera decirle "hola".

En eso los tres escucharon un grito provenir adelante.

— ¡Es que no es justo Adrien! Tú padre no puede decirte que no tengas una fiesta, mereces una fiesta amigo — le explicó con algo de frustración Nino a su amigo.

— Gracias, pero la verdad tampoco es como que tenga mucho tiempo con todas las actividades que tengo — trató de razonar cabizbajo sobándose el hombro.

— Con más razón necesitas una fiesta, ah~ escucha yo hablaré con tu padre. Seguro que entre los dos podemos convencerlo — aseguró empujando su mano confiado justo en lo que el nuevo pasaba frente a los dos para retirarse, siendo acompañado por Rose y Juleka — ¡Ah, hey chico nuevo me alegra que estés en nuestra clase! — se apresuró a saludarlo agitando su mano.

— Oh, gracias jaja — sonrió y correspondió el saludo.

— Oye, tengo una idea, ¿Por qué no nos acompañas a hablar con su padre? Seguro que entre más seamos más fácilmente lo convencemos de aceptar — propuso empuñando sus manos emocionado, pensando que sí más de sus amigos iban entonces él aceptaría.

— Oh, yo no creo que... — se trató de excusar Ben cuando Rose lo interrumpió.

— ¡Que maravillosa idea! ¿Qué mejor forma de conocer a todos tus nuevos compañeros y crear bellos momentos que con una fiesta? Será muy divertido — afirmó entusiasmada la chica, a lo que Ben solo dirigió su mirada a Juleka quien al darse cuenta nuevamente se ruborizó un poco y bajo su mirada para evitar verle a los ojos.

— Creo... Creo que tiene razón — aseguró sujetando su brazo con el otro tímidamente, a pesar de no poder mantener el contacto visual y de que no le agradaban las fiestas ya que no se sentía cómoda en estas; la idea de estar en una junto a él la hacía sonreír.

— Sería genial que Adrien tuviera una fiesta, ¿Verdad Marinette? — le pregunto Alya dándole unos ligeros codazos a su amiga.

— ¿Eh? ¡Ah! Sí-sí... Eso creo, más bien me... Digo me gustaría, yo creo... — su tartamudeo y vacilación volvieron con fuerza al ver cómo Adrien la miraba, impidiéndole así comunicarse.

Viendo el desastre inminente Ben decidió ayudar a la chica rompiendo el incómodo momento.

— Ahm... Claro, pero... No creo que me corresponda digo, recién nos conocimos hoy, ¿No? Creo que ustedes podrían hacer un mejor trabajo... — trató de forzar una sonrisa a pesar de que ahora era él quien se sentía incómodo — Además... No tengo un regalo ni nada — admitió sintiéndose un poco peor, como sí eso fuera algo horrible de su parte.

En ese momento Alya fue quien al darse cuenta de como el chico trató de salvar a su amiga, pero acabó sintiéndose fuera de lugar se apresuró a abrazarlo por el hombro.

— Te preocupas por nada Ben, ¿No? — Marinette asintió — Estoy segura que ayudarlo a conseguir una fiesta sería un gran regalo además, Rose tiene razón, así podrás conocernos mejor, todos salimos ganando así que arriba ese ánimo — con su otra mano le dió un suave golpe en el hombro mientras sonríe.

— Sí, no necesitas un regalo para mí cumpleaños, es decir, mí padre me ha dado la misma pluma tres años consecutivos, ¿Un nuevo amigo? Ese es un regalo más que suficiente — le tendió el puño con una sonrisa en su rostro.

— Vaya, eso es duro. Y supongo que entonces puedo ir descartando la pluma, ¿Quizás papel? Jajajajaja — bromeó más confiado ahora Ben mientras chocaba el puño con el suyo, había notado lo difícil que parecía ser para él la actitud de su padre, así que pensó una broma podría aliviar el ambiente, para su fortuna está fue bien recibida por todos.

Así, el nuevo grupo de siete integrantes salió del salón para darle un recorrido a Ben, hablándole un poco de la escuela, los maestros, las asignaturas y los clubes que habían. Luego de eso se sentaron en las escaleras para conocerse un poco más, Nino no parando de hablar sobre detalles de la fiesta, Marinette solo se limitaba a observar a Adrien y Alya junto a Rose y Juleka escuchaban un poco sobre lo que era vivir en Estados Unidos así como algunas anécdotas de sus viajes durante el verano junto a su abuelo y prima. Todas estaban fascinadas por estás historias, pero tanto Alya como Rose comenzaron a notar algo extraño, siendo está última quien lo comprendió primero por lo que decidió no tratar el tema, pero Alya, intrigada iba a preguntar cuando justo el sonido del timbre indicó que debían volver a clases.

Al finalizar las clases.

El grupo salía de la escuela platicando un poco sobre lo visto durante el día y Nino emocionado anunció que debían ir a hablar con el padre de Adrien para que lo dejase tener una gran fiesta de cumpleaños. Adrien algo dudoso asintió, por otro lado Ben algo inquieto no sabía que decir, pero Alya lo ánimo tomándole de los hombros y acercándose a su oído para susurrarle que le hiciera esté favor para que su amiga Marinette pudiera festejar junto al chico rubio. Por otro lado Rose también se hallaba muy emocionada y tomando del brazo a Juleka anunció que irían a prepararse, deseando que todo les salga bien a los chicos mientras se retiraba, Juleka solo se dejó llevar en lo que veía a Ben platicar con Alya, pero sin tener el valor suficiente para interferir.

Justo cuando se retiraban una limosina llegó dejando más que sorprendido a Ben que se encontraba fascinado al verla.

— Lo siento chicos, quisiera ir, pero... Tengo una sesión de fotos, sí quieren pueden esperarme para hacerlo los tres juntos, no tomara mucho tiempo. Nos vemos — un poco desanimado se despidió cuando el chófer de la misma se bajó para abrirle la puerta, haciéndole suspirar antes de subirse.

— Jamás creí ver a alguien triste al subirse a una limusina — murmuró Ben con empatía por la situación del chico — La vida de un modelo es más difícil de lo que pensé — admitió.

— ¡¿Vez?! Por eso necesita relajarse y festejar un poco, tú descuida, ¡Estoy seguro que ambos podremos convencerlo! — exclamó mientras le abrazaba del hombro y alzaba su puño por todo alto con una gran sonrisa.

— Bueno, podemos intentarlo, digo, no es la primera vez que trato con tipos como él — admitió pensando en el viejo amigo de su abuelo que ahora era pareja de su tía Vera.

— ¡Así se habla Ben! Lo dejamos en tus manos, nosotras debemos irnos también, nos vemos chicos — declaró Alya con una gran sonrisa y agradeciéndole al oído por apoyarla en esto para luego tomar a Marinette también de los hombros y llevársela.

— Entonces... ¿Dónde vive Adrien? ¡Oh! ¿Y qué se supone que podría regalarle? — le pregunto al chico de gafas que sonriendo le dijo que le explicaría todo en el camino y le daría alguna sugerencia.

Ya en la casa Agreste.

Nino junto a Ben se hallaban a los pies de la escalera en el interior de una enorme mansión tal como había previsto el héroe, acompañando los un poco nerviosa se encontraba la que dedujo era su secretaria o algo así, ya que ella fue quien les abrió y los guío al interior.

En un inicio Nino se trabó un poco con las palabras haciendo que Ben se palmea sé la cara al darse cuenta que su amigo se encontraba incluso más nervioso que él, haciéndole pensar que en definitiva debieron esperar a Adrien.

— ... Eh señor, miré, sé... Sé que no quiere que Adrien tenga una fiesta, pero... Es su cumpleaños, ¿Entiende? Celebrar es... Es lo que se hace amigo... ¡Digo, señor! Es lo único que quiere y... — trató de decir efusivamente moviendo las brazos para tratar de darse a entender.

— No. No insistas — declaró de manera contundente, dando a entender que no estaba dispuesto a dialogar o siquiera discutir el tema, cosa que hizo apretar los puños a Ben y mirarle con mayor severidad.

— Pero Adrien es un gran chico, merece una fiesta y siempre se porta bien, ya sabe, asiste a todo lo que le pide sin falta, no falta a clases, sesiones de foto, esgrima, vamos amigo... Digo, señor, piénselo... — expresó ahora un poco más temeroso y suplicante.

En ese momento la puerta de la mansión fue abierta y un sorprendido Adrien se dirigió hacia sus amigos.

— Nino, Ben, vinieron... — les expresó posando sus manos en los hombros de cada uno.

— Lo que sea por mí gran amigo — afirmó Nino con una sonrisa viendo a Adrien.

— Quería conocer a tú padre y saber sí podríamos convencerlo — admitió con franqueza ya que Adrien le parecía un buen chico, pero sentía que le costaba relacionarse con otros, él sabía lo que era eso así que no pudo evitar empatizar con su situación a pesar de que acababan de conocerse.

— Gracias por venir chicos, pero no hacía falta... De verás, no es tan necesario — habló con voz suave y desanimada, casi apretando sus labios al final, Ben entonces pudo confirmar sus sospechas, eso no era lo que Adrien pensaba, era lo que su padre deseaba que piense y eso provocó que su enfado aumentase.

— Escuchen jóvenes; yo decido lo que es mejor para mí hijo y acabo de decidir que ambos son una mala influencia para él. Así que no son bienvenidos en mí casa, vayanse, ¡Ahora! — exigió para luego retirarse sin siquiera escuchar las quejas de su hijo quien trató de defender a sus amigos o más bien a Nino quien era el que había hablado, sin embargo, ahora era turno de Ben.

— ¿Usted decide sobre su hijo? ¿Y quién es para hacerlo? ¿Qué sabe usted sobre lo que quiere Adrien? Él no ha dejado de estar triste todo el día porque sabía que esto sería un esfuerzo inútil y al escucharlo pude comprobar que tenía razón, usted es un viejo egoísta y arrogante — le habló en voz alta con una expresión enfadada en su rostro sorprendiendo a ambos chicos.

— ¿Cómo te atreves a hablarme así? — se detuvo y se giró a mirarle. Sus asistente también estaba más que sorprendida al oírlo dirigirse de esa forma a su tan apreciado jefe, pero antes que cualquiera de los dos pudiera exigirle que se fuera o reprochar más su conducta; Ben continuó.

— Me atrevo porque conozco a la gente como usted, gente con tanto dinero y recursos que piensan pueden comprar a las personas, ¡Incluso lo que sienten! Puedo apostar que tiene el cuarto de su hijo rodeado de lujos de los cuales ni siquiera podría nombrar me tres, ¿Me equivoco? ¡Dígame cuánto tiempo pasa con su hijo al día, cuántas veces le dedica una charla o le da un simple abrazo! — comenzó a gritar a medida que hablaba y su furia aumentaba, Adrien trató de que se calme, pero entonces su padre habló.

— Niño insolente. Cómo te atreves a decirme como debo cuidar a mí hijo — habló con firmeza y altanería mientras le miraba en menos, cosa que solo avivo las llamas Ben.

— ¿Y cuantas veces ¡Usted! Lo ha cuidado eh? ¿Puede decirme qué gustos tiene, qué amigos tiene? Dice que somos mala influencia, ¿Nos conoce acaso? ¿Sabe la clase de persona qué somos? Usted no merece llamarse a sí mismo padre de Adrien, ¡Sí lo es responda entonces mis preguntas! Yo conocí a su hijo hoy y mínimo podría afirmar que lo conozco mucho más que usted, ¡¡Ni siquiera puede ver la cara de tristeza de su hijo cuando está frente a usted!! — gritó con toda su fuerza al final; mirándole ya con rabia mientras respiraba algo agitado por todo lo dicho.

— ¡Suficiente! No tolerare más insolencias, larguen sé o llamaré personalmente a la policía — exigió con gran furia, pero viendo de reojo a Adrien al oír eso solo quedó con la boca abierta y enseguida apartó la vista de su padre.

— ¡Bien! De cualquier forma preferiría pasar todo un año en el camper de mí abuelo comiendo su comida exótica a estar un minuto más en esté lugar vacío. Es igual a como era el viejo Donovan cuando lo conocí en ese hotel... — murmuró aquello último mientras se daba la vuelta para retirarse, pero aún así por el eco del lugar y el silencio que sus palabras habían generado, Gabriel logró escucharlo, no pudiendo evitar una cara de consternación por aquella mención.

— ¡Ben, estás totalmente loco! Eso fue asombroso! No puedo creer que le dijeras eso al padre de Adrien... Y no puedo creer que creyera que somos malas influencias también... — expresó Nino asombrado y entusiasmado por como le hizo frente, pero no pudiendo olvidar algo resentido aquellas palabras que dijo, así como la mirada que les dirigió. A él no le importaba tanto, pero que se las dijera a Ben quien recién hoy había llegado a la escuela y además, fue él quien le pidió que lo acompañará lo hizo sentir un poco culpable a la vez que molesto.

— No me gustaba como te habló, después de todo solo querías hacer un buen detalle para tú amigo... —

— Ben... Olvidas algo, nosotros tres ya somos amigos — tomándole del hombro sonríe.

— Chicos en verdad lo siento, mí padre es... Muy obstinado. Lo mejor es no atravesarse en su camino — habló claramente deprimido, pero entonces Ben posó su mano sobre el hombro de Adrien.

— No dejes que él controle tú vida, sé que el deber de un padre es poner reglas y todo, pero no puede olvidar que su hijo también es una persona, y merece al menos dar su opinión — expresó ya más calmado recordando un poco a sus padres y también a su abuelo, no siempre estuvo de acuerdo o le gustaban sus reglas, pero jamás lo habían hecho sentir que su opinión no importase, siempre trataron de al menos comentar el por qué hacían lo que hacían.

— Aún así no es justo Adrien, no puedo creer que tratará así a Ben, ah~ lamento pedirte que vinieras conmigo amigo — se disculpo aún molesto y desanimado.

— No te preocupes, aunque supongo que entonces no abra fiesta —

— Parece que no, adiós chicos. Nos vemos mañana y... Lo lamento —

Tanto Ben como Nino se fueron y cabizbajo Adrien volvió a entrar a la mansión, su padre ya se había retirado y Nathalie quien aún seguía allí trató de acercarse le, pero esté sin levantar la mirada dijo que estaría en su habitación y no quería ser molestado.

Esto hizo sentir mal a la mujer quien no sabía que decir ahora, no quería cuestionar a Gabriel, pero no soportaba ver así a Adrien a quien veía casi como a un hijo, pero las palabras de aquel chico de cabello castaño le quedaron dando vueltas en la cabeza, ella misma le había pedido a Gabriel que hiciera un poco de tiempo para Adrien, pero pareció ser en vano.

La recta mujer suspiró antes de tomar fuerzas para lo que haría ahora, no quería ir en contra de su jefe, pero quería que al menos pensara un poco más las cosas, después de todo cada día se le dificultaba más el recordar cuando fue la última vez que pasó tiempo con su hijo.

— Señor... —

— Nathalie, busca el nombre de mí viejo socio Donovan Grand Smith — exigió mientras el parecía buscar algo en el librero de su oficina.

— ¿Eh? Ah. Enseguida señor... — la mujer inmediatamente sacó su tableta comenzando a buscar la información más reciente del billonario y lo que encontró la dejó sorprendida.

— ¿Qué ocurre? — le cuestionó.

— Bueno... Según la información más reciente que encontré tras el aparente fracaso en infraestructura y seguridad de su último Hotel decidió darse un tiempo de vacaciones para dedicarle tiempo a su vida privada y pasar tiempo con su nieto Edwin, actualmente está casado con una señora llamada Vera Tennyson, hermana de Maxwell y Gordon Tennyson, no hay mayor información relevante sobre los tres señor... Quizás solo que Maxwell fue... — iba a continuar, pero fue interrumpida por Gabriel.

— Miembro de la fuerza aérea estadounidense y además, también recomendado para la NASA — explicó para sorpresa de Nathalie quien corroboro rápidamente aquello último.

— Correcto señor... — afirmó aún sorprendida, sin darse cuenta de la mueca de disgusto que tenía, pero negando rápidamente le pidió a Nathalie que se retire ya que ahora quería concentrarse en su "misión".

Por otro lado, al tiempo en que Nino y Ben se dirigían a la mansión.

Alya platicaba con Marinette sobre aquel nuevo o nuevos héroes que habían llegado, aún no estaba del todo segura, pero comenzó a mostrarle algunas fotos con su celular en la que hace 4 años atrás se podían observar igualmente criaturas similares en diferentes ciudades de Estados Unidos. En la mayoría de aquellas noticias se le catalogaba como "alienígenas", una idea tan descabellada como asombrosa.

— No lo sé Alya, es difícil creer que existen los alienígenas además, eso sería más aterrador que emocionante — opino Marinette un poco nerviosa ante la idea de criaturas espaciales que pudieran invadir la tierra.

— Vamos amiga ellos han ayudado mucho y, ¿No te parece asombroso pensar que hay vida más allá? Nunca le había tomado importancia hasta ahora, pero la idea es tan emocionante — afirmó la chica moviendo sus puños entusiasmada.

— Bueno, sí al menos están para ayudar... Creo que al menos eso me tranquiliza un poco —

— ¡Esa es la actitud! Ah, que daría por entrevistar a uno de ellos, ¡Oh! Debería hacer un nuevo blog sobre ellos... — la chica enseguida comenzó a trabajar en ideas escribiendo en su celular cuando llegaron a la casa de Marinette y se dirigieron a su habitación.

Una vez allí Marinette se sentó en la silla de su computadora un poco preocupada.

— ¿Cómo crees que les irá a Nino y a Ben? Espero puedan convencer al papá de Adrien, ah~ estar en su fiesta de cumpleaños sería maravilloso — suspiró muy enamorada imaginando lo que podrían llegar a hacer. Sin embargo, Tikki quien salió de su bolso rodo los ojos.

— Seguramente será cómo cuando trataste de hablarle en la mañana o como siempre que intentas decirle algo — afirmó la pequeña Kwami a lo que la chica molesta le iba a reclamar, pero en eso el grito Alya las interrumpe.

— ¡No puede ser! — exclamó exaltada.

— Alya, ¿Qué ocurre? ¿No pudieron convencerlo? ¿No abra fiesta? — preguntó alterada sentándose en su cama rápidamente junto a su amiga.

— No, mira esto — le enseñó su celular.

— ¿El héroe de las mil formas? —

— Sí, es el título de este blog que fue creado en la mañana y eso no es todo mira de quién es — bajando la pantalla se la vuelve a mostrar.

— ... ¡Espera! Esa es... ¿Aurore? —

— ¡Sí, la chica akumatizada de ayer, no entiendo cómo pasó esto... Ni en que momento se hicieron tan amigos — se dijo a sí misma con la mano en su frente.

— Jeje... Sí, que misterio... — balbuceó entre risas nerviosas al recordar que ayer los tuvo que dejar porque se le acababa el tiempo.

— ¡No es cierto, incluso ya lo entrevistó! Y mira, confirma que él también era esos héroes de hace años — le comentó exaltada repasando lo escrito por ella, incluso mostrándole además, la foto que tenía junto a Fasttrack.

— Vaya, es increíble... — comentó genuinamente sorprendida de que se llevarán tan bien.

— Sí, ni siquiera yo que llevo más tiempo con mí blog de Ladybug he podido tener esa cercanía con ella — suspiró deprimida echándose en la cama, viendo con desánimo el techo.

— Vamos Alya, estoy segura que sí se lo pidieras quizás Ladybug acepte tomarse una foto contigo — trató de animar a su amiga.

— ¿Tú crees? —

— Estoy segura — alentó con una suave sonrisa antes de ser atrapada en un abrazo por Alya.

— Muchísimas gracias Marinette, tal vez con algo de suerte ella también pueda hablarme de ese héroe cambia formas, ¡Oh! Tal vez también pueda entrevistarlo, sí ella pudo entonces también yo lo haré — afirmó sonriendo con determinación en su mirada.

En ese momento al celular de ambas llega un mensaje de Nino el cual indica que se reunirán en el parque para ir a la fiesta de Adrien.

— ¡Qué bien, lo consiguieron! — exclamó entusiasmada Marinette poniéndose de pie.

— Genial, y parece que ya le aviso a la clase — comentó colocándose de pie de forma más calmada que su amiga mientras revisaba los mensajes del resto.

— Entonces vamos, hay que darnos prisa — afirmó muy contenta corriendo hacia la puerta cuando justo tropezó.

— Ay niña, primero debes calmarte un poco o llegarás enyesada a la fiesta — le informó con un poco de gracia acercándose a ella y ayudándole a pararse.

— Sí-sí tienes razón... Ah~ ¿Crees que use mí regalo? ¿Qué le haya gusto? — antes que pudiera comenzar su tsunami de preguntas Alya posó su dedo índice en sus labios.

— Estoy segura que le encantó, y sí no lo ha abierto estoy segura que le encantará, yo me adelantaré, debo pasar a mí casa por su regalo, tú, será mejor que tomes aire y un poco de agua — le sugirió saliendo primero.

Así Marinette trato de calmarse siendo ayudada por Tikki, la cual trataba de darle palabras de aliento para que no arruine las cosas, pero sus palabras solo la alteraron más.

Cuando la chica iba a bajar justamente su madre la llamó para decirle que la comida estaba lista, a lo que está bajando rápidamente le dijo que no comería aquí ya que iría al cumpleaños de un amigo, solo estaba terminando de arreglar unas cosas antes de irse.

— Oh, eso explica porque Alya se fue tan deprisa y no quiso quedarse a comer, bueno cariño espero que te diviertas — pidió su madre con una pequeña sonrisa.

— ¡Claro mamá, eso haré! De hecho eso... — pero no acabo de hablar cuando una burbuja gigante entro por la ventana, capturando a su madre y llevándose la antes que pudiera hacerlo algo. Mientras la llamaba de hecho también vio a su padre siendo llevado por otra burbuja.

— ¡Tus padres! Hawk Moth debió liberar otro Akuma — habló Tikki llegando a su lado.

— Debo encontrarlo deprisa y salvar a mis padres — afirmó con determinación antes de transformarse en Ladybug.

Paralelamente en la mansión Agreste.

— Wuah, fue una comida de cumpleaños para recordar... Yey~ — alzó con desánimo su puño para luego avisarle a su padre o a Nathalie que se iría a su práctica de esgrima, pero al no encontrarlos solo decidió marcharse. Lentamente caminó hasta la puerta cabizbajo, no entendía porque su padre se comportaba siempre de esa forma, era frustrante, pero no podía odiar le, era su padre después de todo, aún así exhaló deprimido mientras posaba la mano en la puerta y la abría lentamente.

"¡FELIZ CUMPLEAÑOS!"

La fuerte exclamación y vitoreo sorprendió a Adrien quien vio a todos sus compañeros reunidos allí alzando las manos, sonriendo y felicitándolo por su cumpleaños.

— He-he-hey cumpleañero,  ¿Listo para celebrar? Papi no está y cuando los gatos se marchan los ratones hacen fiesta — habló su amigo akumatizado volando sobre los invitados.

— ¡Nino! — exclamó sorprendido Adrien.

— No, no amigo, mí fiestero nombre es Burbujeo y digo, ¡A celebrar todos a esté gran chico! ¡Wuuuu! — vuela hasta un pequeño escenario improvisado donde se encontraban grandes parlantes y en medio, una mesa de DJ con la cual puso la música.

Mientras pedía que todos celebren a menos que quieran unirse a los adultos en el cielo, Adrien a penas la música comenzó aprovechó de entrar nuevamente sin que esté o alguno de los invitados se diera cuenta, ya que todos se centraban en festejar "voluntariamente".

— Necesito privacidad para poder transformar me — murmuró Ben mientras bailaba junto a Juleka y un poco más lejos se hallaba Rose con quién habían estado hablando cuando Nino akumatizado llegó.

— Bueno... Creo que sí, pero... No quieres... Ya sabes... ¿Ba-bailar un poco? — preguntó tímidamente la chica con un leve sonrojo adornando sus mejillas.

— Bueno... Nunca había estado en el cumpleaños de alguien que no fuera de mí familia — admitió cabizbajo y claro pesar en su mirada, haciendo que ella se detenga y se le quede mirando unos instantes, pero entonces rápidamente negó con la cabeza para sí mismo tratando de alejar esos pensamientos.

— No, debo ayudar. Los padres de muchos niños están ahora en el aire y esto no es una fiesta real — afirmó nuevamente determinado a enfrentar al villano, en ese momento Adrien volvió uniéndose a todos.

— ¡Siiii~! Hola, linda fiesta, creo... Es que es mí primera fiesta — admitió Adrien un poco nervioso.

— ¿Su primera fiesta? Sabía que su padre era un idiota, pero no creí que en verdad nunca lo hubiese dejado tener una — murmuró Ben bastante molesto a la vez que Sabrina se acercaba a Burbujeo junto con Chloé.

— Creo que el padre de Adrien es más estricto de lo que creí, quizás está realmente sea su única oportunidad de tener una fiesta — murmuró igualmente Juleka sintiéndose un poco mal por él.

— Creo que tienes razón — afirmó Ben un poco dudoso ahora de que hacer, no quería arruinar esto para Adrien, pero no podía dejar las cosas así.

En ese instante la música se detuvo, y una nueva melodía lenta comenzó a sonar. Así todos se juntaron en pareja, quedando únicamente Juleka y Ben, el uno al lado del otro sin verse a la cara, ambos un poco rojos por la música y el hecho que todos comenzarán a bailar.

— Ben... Sí tienes que irte yo... Yo lo entiendo — habló tímidamente la chica, pero en eso se percata de una mano tendida hacía ella y, cuando alza vista se da cuenta que era de Ben, quien le daba una pequeña sonrisa, pero al ver que lo veía no pudo evitar desviar su mirada.

— Puedo... Puedo esperar un baile... Te... ¿Te gustaría bailar? — preguntó a lo que Juleka sin poder creerlo se puso totalmente roja, pero tímidamente llevó su mano a la suya, posando la con suavidad y Ben al sentirla la tomó para luego acercarla, comenzando así un pequeño baile lento, ninguno de los dos teniendo eso sí, la valentía de ver al otro. Fue entonces que la misma Juleka se percató de las expresiones desanimadas de todos los presentes, sintiéndose un poco mal por ellos, pero sin poder evitar disfrutar de esté grato momento que estaba viviendo, uno que antes creía era imposible.

Cuando los dos se estaban poco a poco acercando cada vez más al otro, y finalmente estaban tomando el valor de mirarse a los ojos la música repentinamente cambió por una más animada, esto producto de que Ladybug al ver que Chloé estaba por besar a Adrien no aguantó los celos y uso su amuleto encantado, el cual le dió precisamente un disco con canción animada para acabar con él ambiente romántico.

Esto le costó su transformación y evitó que Ben y Juleka siguieran acercándose más, separándose ambos rápidamente apenados, continuando el baile por separado, pero siguiendo estando juntos. Fue ahí cuando Juleka, pensativa le pidió a Ben que la siguiera sin detener su baile, alejándose un poco del resto. En ese momento Marinette entro para ir a la mesa de bocadillos para darle comida a Tikki cuando Alya quien había estado muy preocupada por ella se le acercó.

Por otro lado Juleka al ver que Burbujeo se encontraba distraído rápidamente empujó a Ben detrás de un árbol.

— Ben deprisa, es el momento. Ladybug y Cat Noir no han llegado, debes detenerlo — le comunicó Juleka.

— ¿Eh? Pero creí... — trató de decir algo confundido.

— Me gustó mucho bailar contigo y... Quisiera que durase más tiempo, pero lo pensé un poco y creo que tienes razón además, Adrien y todos no se ven felices, no es una fiesta si nadie... A excepción de mí... Se divierte — sobándose el hombro le explicó, dejando su propia percepción de la fiesta como un suave murmullo que Ben no pudo oír.

— Entiendo, gracias y... También me gustó bailar contigo yo... Yo trataré de hablar y disculparme con el padre de Adrien más tarde, te prometo que hoy abra una fiesta donde todos se diviertan — propuso con una brillante sonrisa y gran convicción en sus palabras a lo que está con una suave sonrisa le deseó suerte antes volver a acercarse al resto.

— Bien burbujeo, es hora de romper tú burbuja, ¡Hora de ser un héroe! — activó el Omnitrix y giro el dial hasta el alien que quería usar.

— ¡Vamos gente, que la fiesta no se detenga! — exclamó sonriendo el villano hasta que de pronto unas llamas destruyeron sus parlantes asustando un poco a todos hasta que desde atrás de ellos vieron quien lo había provocado.

— Está fiesta está que arde burbujeo, pero ya es momento de extinguir la — habló un hombre planta que era más alto que todos los presentes.

— ¿Y quién se supone que eres? —

— ¡Fuego Pantanoso! Y más vale que bajes a todos los adultos ahora — le advirtió apuntando le con el dedo.

— ¿Me dijiste qué hacer? ¿Me dijo qué hacer? ¡¡Nadie nos dirá de nuevo qué podemos o no hacer!! ¡Vete a volar! — le gritó furioso creando un torbellino de burbujas a su alrededor mientras todos escapaban, Fuego Pantanoso trataba de quemarlas a todas, pero eran demasiadas y algunas no estallaban con su fuego.

— Parece que necesitamos burbujas de mayor densidad — afirmó agitando su arma con la cual hizo que las burbujas cambiarán de color, siendo ahora mucho más resistentes y poco a poco atrapando al alienígena.

— Maldición, ¿Qué pasa con estas burbujas? ¡Woah! — sorprendido las burbujas que ya se estaban adhiriendo a su cuerpo se convirtieron en una sola gran burbuja que lo capturó, haciendo que comenzará a volar.

— ¡Eso es lo que ganan los aguafiestas, ¿Alguien más quiere ser un héroe?! — todos estaban asustados ante su poder, Marinette y Adrien se hallaban sorprendidos de que ni el fuego pudiera romperlas, lo que era peor, ahora les veía fijamente a todos y cada uno de ellos por lo que no podían escabullirse para transformarse, pero entonces de los cielos un montón de viscosidad verde se derramó en el suelo y segundos después una pequeña nave apareció volando sobre aquella baba.

— ¡Goop! Ahora me escucharás, devuelve a los adultos, hay niños asustados por todas partes, necesitan a sus padres — exigió aquella masa con su aguda y chillona voz.

— ¡Lo que ellos necesitan es libertad y diversión, como la que yo les ofresco! — afirmó lanzado nuevamente sus burbujas, no obstante ahora estás se fundían en el cuerpo del alienígena, disolviéndose al contacto.

— Todos necesitan diversión y libertad, pero sin reglas ni adultos están desprotegidos, solos, confundidos, temerosos y aquí no es diferente, ellos no se divierten, tú los obligas a divertirse, ¿Eso no es hacer lo mismo que ellos? ¿Lo mismo de lo que te estás quejando? — le cuestionó haciéndolo enfurecer.

— ¡Es diferente, yo les doy lo que quieren, yo les ofrezco diversión! — grito girando su arma sobre su cabeza creando una especie de tornado de burbujas.

— ¡Rápido deben ocultarse! — exigió el alienígena haciendo que todos comenzarán a correr al momento en que burbujeo le arrojaba su tornado de burbujas, pero en eso Adrien se tropezó cuando intentaba volver a la mansión para así transformarse.

«¡No! Burbujeo deja de perder el tiempo y no los lastimes, tienes una misión, debes encontrar a...»

— ¡Cállate Hawk Moth! Tú tampoco me dirás qué hacer, está es la nueva era, una donde nadie nos prohibirá divertirnos — exclamó alzando sus brazos comenzando a reír.

Cuando las burbujas iban a capturar a Adrien, Goop rápidamente como un torrente de baba logró capturarlo primero y llevarlo con el resto.

— ¿E-estoy bien? — se preguntó el chico tocándose por todos lados.

— Mí cuerpo puede cambiar de viscosidad y densidad, no soy siempre asido — le explicó Goop.

— Gracias —

— De nada, deberían refugiarse dentro, creo que al chico le falta un tornillo — comentó viendo como Burbujeo había comenzado a reír.

— Él no es así... Es solo... Que papá fue realmente cruel con él y Ben, esto no hubiera pasado sí él se preocupara de verdad por mí — admitió cabizbajo Adrien.

— ¡Exacto! Esto es culpa suya, los adultos jamás nos escuchan, solo quieren controlarnos y cuando acabe contigo; Ladybug y Cat Noir, ¡Serán los siguientes! — habló Burbujeo volando frente a ellos y alzando su arma, pero entonces sus brazo fue capturado por un yo-yo.

— Me temo que no te dejaré seguir con esto Burbujeo — desde la distancia se podía apreciar a Ladybug jalando el brazo del villano.

— Bien hecho Ladybug, ahora voy... — en eso el sonido del icono en su pecho llama su atención — ¡Y vuelto en unos minutos, te lo encargo! — habló rápidamente mientras se convertía en un torrente de baba que rápidamente se alejó.

— ¿Qué? No, espera... — pidió la chica, pero en eso su yo-yo fue jalado por Burbujeo haciendo que está pierda el equilibrio y esté se libere para así usar su arma contra ella, pero Ladybug con gran agilidad logró esquivar todas las burbujas que le arrojaba a la vez que Adrien le pedía a todos que entren para estar a salvos.

— Quédate quieta — exigió comenzando a crear nuevamente su tornado de burbujas asustando un poco a la heroína que no estaba segura como podría evitar eso.

Por otro lado Adrien necesitaba escabullirse, pero Chloé no se despegaba de su lado con la excusa de que estaba asustada, por otra parte Alya buscaba a Marinette y Juleka, con sus manos juntas esperaba que Ben pudiera volver pronto, y como sí la hubiese escuchado él para su sorpresa apareció.

— Chicos, escuchen el héroe de los alienígenas habló conmigo, me pidió que nos alejemos de las ventanas y cerremos los ojos y nos tapemos los oídos — habló rápidamente alejándose y haciendo lo que dijo, todos quedaron confundidos, pero Adrien viendo esto como una oportunidad lo obedeció rápidamente, así todos también les imitaron, Juleka antes de obedecer cruzó miradas con Ben y al ver cómo esté asintió con una sonrisa ella repitió el gesto y obedeció.

Una vez hecho Ben se transformó y salió por la ventana, en eso Adrien abre uno de sus ojos y al revisar rápidamente con la vista que nadie veía se alejó para transformarse.

Devuelta con Marinette estaba a punto de ser impactada por el tornado de brujas cuando una criatura pequeña llegó de un salto frente a ella.

— Cubre tus oídos — pidió a la vez que se multiplicaba.

— Que... — ladeó la cabeza confundida y sorprendida a la vez, a lo que la criatura antes de girar su vista al frente sonrió.

— ¡¡¡ECO ECOOOOOOOOO!!! — comenzó a dar un poderoso grito sónico que reventó de golpe todas las burbujas y estampó al villano contra el muro, también rompiendo todas las ventanas de la mansión en el proceso. Algo que al parar de gritar no puedo evitar hacerlo sonreír satisfecho.

— Me retumban los oídos — se quejó un poco Ladybug.

— Lo siento, me pase un poco —

— Ya lo creo, rompiste todas sus ventanas por accidente — mencionó un poco molesta señalando todos los vidrios rotos.

— Sí... Accidente — repitió con una pequeña sonrisa satisfecha.

— Ufff wuau que pulmones para alguien tan pequeño — habló Cat Noir apareciendo también de un salto.

— Ya era hora, ¿Te entretuvo un pajarito o tal vez un ratón? — se burló Eco Eco haciendo enojar un poco al héroe felino y reír a la heroína.

«Ahora Burbujeo, están distraídos toma los Miraculous de Ladybug y Cat Noir»

— Aaaagh... Sí Hawk Moth — habló colocándose de pie un poco aturdido el villano que se sostenía la cabeza retumbante, era como sí le hubieran puesto una campana encima y luego la hubieran hecho sonar, pero tras sacudir la cabeza volvió al ataque. Cat Noir y Ladybug esquivaron sus ataques, pero Eco Eco que era más lento y menos ágil no pudo evitar quedar atrapado al igual que sus clones.

— ¡No de nuevo! — se quejó uno de los clones.

— Ya sé que hacer — habló otro comenzando a multiplicarse en el interior de la burbuja.

— ¡Auh! Quita tú pie de encima —

— ¡Hey! Cuidado con el codo —

— Agh. No metas tu pie en mí boca —

— cuidado con mis ojos —

— ¡Dejen de patear me! —

— ¡¿De quién fue está estúpida idea?! — habló uno de los clanes muy molesto ya que ahora mismo eran veinte clones dentro de la burbuja y está no se rompía.

— ¡Sé que hacer! Hay que seguir multiplicando nos hasta que se rompa — sugirió uno.

"¡No!"

Exclamaron todos los demás que exigieron volver a ser uno.

Mientras tanto en tierra.

Ladybug y Cat Noir luchaban junto a más clones de Eco Eco los cuales le cubrían las espaldas.

— No deja de arrojar burbujas, ya lleva dos docenas de mis clones atrapados — comentó el pequeño alienígena que ahora veía como Burbujeo disparaba sus ataques desde una gran altura.

— Y yo me estoy cansando — habló Cat Noir aterrizando cerca de ellos secando sé el sudor de la frente.

— Debemos sacar al Akuma, debe estar en esa cosa para tirar burbujas — explicó Ladybug antes de usar su amuleto encantado el cual le entregó una gran banda elástica — ¿Y esto? — Se preguntó Marinette confundida.

— No me gustaría arrojarle cosas para tumbar lo al suelo mí lady — opinó Cat Noir tratando de no revelar que era su amigo contra el que estaban luchando — Que hay de tí, ¿No puedes transformarte en otra cosa? — comentó viendo al pequeño alien.

— El original fue capturado, solo soy uno de los clones — explicó.

— Podríamos ir a liberarlo — sugirió otro de los clones.

— ¿Y cómo vas a encontrarlo? — le pregunto levantando sus manos señalando lo obvio, el cielo era inmenso.

En lo que está conversación se llevaba acabo Ladybug analizaba la banda mirando a su alrededor de las calles de París y entonces supo que hacer.

— Cat Noir necesito que dirijas a Burbujeo hasta la intersección de esa calle y me prestes tú bastón, Eco Eco vengan conmigo — pidió rápidamente a lo que todos aceptaron.

Cat Noir comenzó a ser perseguido por Burbujeo, siendo ayudado y cubierto por algunos clones del alien que, preparaba lo que Ladybug le pidió, colocando la banda elástica entre dos postes de luz.

— ¿Segura qué es buena idea? — preguntó el alienígena un poco dudoso.

— Sí, no podemos atraparlo cuando crea su torbellino de burbujas y tampoco sí está tan arriba así que te lanzare a él para que te multipliques y así lo rodees con tus ondas de sonido sin la necesidad de que sean tan fuertes como las que usaste en la mansión.

— No lo sé, creo que te gusta ese chico y esto es por lo que le hice a su casa — expresó su opinión mientras se colocaba en posición y Ladybug desde atrás se preparó para sacar el bastón de Cat Noir que era lo que sostenía la banda elástica.

— Pff no digas tonterías, es un gran plan, ¿Listo? ¡Ve! — exclamó con una amable sonrisa que claramente ocultaba su alegría al hacer esto.

Eco Eco comenzó a multiplicarse sujetándose todos con sus brazos y cuando estuvieron cerca formaron a su alrededor una cadena y antes de caer dispararon un estallido sónico no tan potente, pero que aun asi dejo aturdido y quejándose de dolor a Burbujeo que soltó su arma y Ladybug rápidamente la tomó con su yo-yo para luego romperlo, en eso Nino fue desakumatizado comenzando a caer, pero su caída fue amortiguada por los Eco Eco y Ladybug con sus poderes devolvió todo a la normalidad, arreglando también todos los daños causados.

Luego de eso los tres héroes se reunieron para darse las gracias cuando vieron corriendo a otro Eco Eco el cual dedujeron era el original puesto que cuando llegó los demás desaparecieron.

— Bien hecho caja sónica — se rió Cat Noir.

— Nada mal para un gato sin sentido del tiempo — contrarrestó el héroe.

— Ah~ no discutan, hicimos un gran trabajo, espero poder seguir contando contigo en el futuro — le tendió la mano Ladybug.

— Seguro, siempre podré darles una mano sí vuelven a tomarse su tiempo — estrechando su mano, le recordó que ella también se tardó lo suyo, haciendo que está riera un poco avergonzada.

— Por cierto cajita sónica, ¿No tienes algún nombre? Quiero decir, ¿Tú eres todos esos nuevos seres no? — preguntó el chico con las manos en la cintura.

— No, pueden llamarme Eco Eco y a esté... Fasttrack. Debo irme, tengo un compromiso chicos, nos vemos — en un borrón de velocidad está vez fue él quien se retiró primero.

«Ese maldito nuevo héroe a vuelto a arruinar mis planes, no sé quién sea, pero sí es un portador de Miraculous lo encontraré y también haré su poder mío, Ladybug y Cat Noir, esto aún no ha acabado»

Pronunció Hawk Moth desde su guarida con gran odio.

Varios minutos después.

Ben, Marinette y Adrien habían vuelto a la mansión, ella explicándole a Alya que había sido capturada por una burbuja durante la confusión y esté excusándose en que había ido a esconderse a otro lugar. Luego de que todos estuvieran más tranquilos se despidieron de Adrien, igualmente dejándole sus regalos. No obstante el único que quedó fue Ben quien se encontraba apoyado contra la pared al lado de la puerta.

— ¿Ben? ¿Ocurre algo? — le pregunto Adrien curioso.

— A decir verdad, quería hablar con tú padre, disculparme por... Ya sabes —

— No, no te preocupes, él... Es así y... Sí alguien debería disculparse es él, pero eso no pasará, yo... — en ese momento fue interrumpido por alguien.

— Tienes razón, pero también te equivocas Adrien —

— Padre — exclamó viéndole bajar por las escaleras y acercarse a ambos.

— Señor Agreste, sé que mí conducta no fue la mejor y sí quiere que me aleje de su hijo está bien, pero permita le por favor hacer una fiesta, aunque sea solo por esta vez y aun sí no quiere que yo este, al menos deje que Nino también participe, él y Adrien son grandes amigos, no está bien que quiera separarlos —

— Joven... Benjamin Kirby Tennyson —

— ¿Kirby? — murmuró mirando a Ben conteniendo un poco la risa.

— Sí... — le murmuró de vuelta con una mirada que le advertía que no hablase.

— ... Sí no me equivoco eres nieto de Maxwell y Verdona, ¿No? —

— ¿Usted conoce a mí abuelo? — preguntó genuinamente sorprendido.

— No, no tuve el placer. Aunque me sorprende que dejase su trabajo en la NASA, no, yo conocí un poco a tú abuela, Verdona — el tono de voz con el que dijo su nombre le indicaba a Ben que parece no fue un grato encuentro.

— ¿De verdad conoces a la abuela de Ben? — preguntó sorprendido su hijo.

— Sí, era una mujer... "Particular" y una buena amiga de Emilie, creí que jamás volvería saber de ella o de su familia, pero veo que su... "Temperamento" y actitud aún viven en sus descendientes — habló con seriedad mirando a Ben el cual no sabía cómo sentirse en ese momento, así que solo pudo sonreír un poco nervioso.

— Supongo que preferiría que me fuera —

— No. De hecho, quería agradecerte por formar parte del círculo de amigos de Adrien, tú abuela no me agradaba, pero jamás pondría en duda su lealtad como amiga —

— Vaya... Yo... Ahm, de nada aunque... En realidad conocí hoy a su hijo jeje — admitió avergonzado, pero Gabriel sonrió por primera vez durante la conversación y cerrando los ojos asintió.

— En ese caso contaré contigo de ahora en adelante. Cómo hoy por ejemplo, tengo una reunión importante en dos horas, así que Adrien quedará solo en casa. Sí... Él o tú desean traer algún invitado que les haga compañía no me opondré — habló dando media vuelta para marcharse.

— Padre... Eso... ¡¿Eso significa lo que creo qué significa?! — pregunto sin contener su emoción. Su padre solo giró su vista hacia ellos y asintió sin cambiar su expresión seria. Nathalie, quien se hallaba cerca y observó todo no pudo evitar juntar sus manos con emoción y felicidad por Adrien que estaba tan feliz que abrazó a Ben mientras brincaba.

Así, con el pasar de una hora y el bello atardecer sobre el cielo, todos se reunieron una vez más para celebrar, está vez voluntariamente; el cumpleaños de Adrien. En ese momento el señor Agreste se retiraba, pero entonces fue detenido por Ben.

— Señor espere, sé que Adrien finalmente disfruta con sus amigos y está feliz, pero... Siento que esto sería más significativo y especial para él sí su padre está presente — le explicó sin saber que respuesta esperar.

Gabriel se detuvo un momento estando junto a Nathalie quien le acompañaba. Por un momento miró a Ben y luego a su hijo sonriendo despreocupadamente, disfrutando de la compañía de otros y también recordó lo que Ben dijo más temprano el mismo día, realmente sí se ponía a pensarlo no podía recordar cuando fue la última vez que verdaderamente pasó tiempo con su hijo, es más, no podía recordar la última vez que estuvo con él en un cumpleaños.

— Supongo que... Puedo pedir que pasen la reunión para mañana, Nathalie encárgate de eso y entrégame el regalo de Adrien se lo daré yo mismo está vez — le explicó a la mujer alejándose para ir a felicitar a su hijo, está vez como un verdadero padre lo haría.

La mujer quien había asentido muy contenta por este cambio, inmediatamente comunicó el cambio hasta que proceso sus últimas palabras casi cayéndose ahí mismo, con todo el ajetreo del día y el hecho de que Gabriel en realidad no le había pedido que comprase un regalo para Adrien de nuevo, en realidad la mujer no tenía nada listo, por lo que a punto de entrar en pánico sin saber que hacer, Ben posó su mano en la espalda de Nathalie haciendo que está le mirase.

— En la mesa hay un regalo con envoltura verde y una cinta azul, puedes dárselo, no es la gran cosa, pero espero que le guste — habló encogiéndose de hombros ya que fue algo que compró con las prisas con ayuda de Nino.

— Tú... ¿Por qué me ayudas? Fui grosera al echarlos y no nos conocemos tampoco — le cuestionó.

— Usted nos echó porque él quería que nos fuéramos y no necesito conocerla para ayudarla, puedo ver que le preocupa Adrien y también el señor Agreste — le sonrió gentilmente para luego alejarse, siendo observando por Nathalie quien con la mano en su pecho, le estaba profundamente agradecida.

— ¿Qué hablabas con esa señorita? — le pregunto Juleka a Ben.

— Oh, nada importante — comentó como sí nada y luego sonrió — Al final sí hubo una verdadera fiesta — expresó mirando a todos a su alrededor con una sonrisa.

— Sí... Y es gracias a tí — comentó tomando su brazo entre los suyos — Ahora vamos, hay que divertirnos — agregó comenzando a llevarlo más al centro para bailar.

Horas después.

Ben acababa de llegar al departamento del señor Wang totalmente agotado y lleno, por lo que solo se tiró en la cama para descansar dejando unas cosas a un lado, pero en eso recibe una llamada y sin ánimos mira de quién se trata, pero al ver qué era su abuelo Max responde.

— ¡Abuelo! ¿Cómo están las cosas por allá?... Que bien, ¿Y has sabido algo de Gwen?... ¡Solo es curiosidad!... ¿Aquí?... Bueno, todo bien, sí, hoy fue mí primer día de clases... ¿Qué tal estuvo?... Jajajaja inolvidable sinceramente. Tenías razón abuelo... — entre las cosas que dejó a un lado toma unas cuantas fotos que Rose le había entregado, en estás se encontraba Ben junto a varios de sus compañeros, habían fotos grupales, otras entre tres, cuatro y otras que se tomó solo junto a Juleka, Rose y para su sorpresa Marinette y Alya — ... Fue una buena idea venir a París, he conocido a gente realmente increíble — afirmó dejando las fotos nuevamente en la cama, siendo la última que vio y le hizo sonreír más, una en la que se encontraba él rodeado por todos sus nuevos compañeros.

Continuará...

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Espero les haya gustado el capítulo de hoy, y me imagino abra algunos con duda respecto a Eco Eco.

Para empezar quizás se pregunten si no puede volver a ser humano, como en el capítulo en que se dividió en tres, y la respuesta es no, no porque esté nerfeando el Omnitrix, sino porque esa función a mí parecer al menos, solo la tenía el súper Omnitrix, ya saben, el de Supremacía, por lo que bajo esa lógica esté no posee tal función y mientras esté transformado manteniendo clones activos no puede cambiar de alien, no obstante sí se le acaba el tiempo todos los clones desaparecerán y solo el original, volverá a ser humano. Ahora, sé que más de alguno me mencionará a Ditto, pero Ditto a diferencia de Eco Eco posee una sola mente, para que me entiendan es como una mente colmena que en lugar de tomar cuerpos los crea, por eso sí uno siente dolor todos lo sienten y por esto se necesita de todos los clones para volver a ser humano, en cambio los clones de Eco Eco han sido incluso hechos estallar, como en su combate con Sunder.

Bueno, espero haberles dejado claro el como funciona y el porque lo hice de esta forma.

Sin nada más que decir me despido, un gran saludo a todos y nos vemos pronto.

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