•°|Capítulo 3: Lemon|°•
Llegando los dos adultos super fuertes al departamento de Saitama; éste abrió la puerta dejando pasar primero al pelinaranja, seguido del calvo.
-Saitama...- Comenzó a decir Oto un poco incómodo, viendo de igual modo a Saitama. -¿Puedes prestarme una prenda para...? Ya sabes.
-Ah, sí.- Saitama buscó entre los cajones una playera y un pantalón, tendiéndoselo al ojimarrón.
El aludido agradeció, cambiándose sin darle importancia que Saitama lo estuviese viendo, pues antes cuando eran una pareja hicieron por primera vez el amor a la edad de los 17 años, pero después de quedarse como amigos dejaron de hacerse contacto.
Saitama también comenzaba a vestirse, después de que ambos se cambiasen, el ojimarrón de estatura promedio fue a la cocina a preparar té. Mientras que Oto fue a ayudarlo.
Un ratito después de que ya estuviera listo, fueron a sentarse en la pequeña mesa en frente del televisor y del sillón. Ambos no sabían en concreto que decirse después de hace mucho. El pelón (xD) se aclaró la garganta un poco para ser el primero en hablar. Pero Oto fue el primero en ganarle.
-Antes de que me comiences a cuestionar un sinfín de preguntas. Yo tengo una...- Titubeó por lo último con seriedad en su voz.
-Ah, dime.
-¿Por qué estás calvo?
-.....
-.....
-¡¿Hay algún problema con ello!?-. El pelinaranja Uke se sorprendió por el repentino grito (pregunta) del de mayor estatura.
-Amh, ninguno, sólo tenía curiosidad.- Respondió tranquilo mirándolo con normalidad.
-No me vuelvas a preguntar eso.- Se cruzó de brazos molesto, frunciendo el ceño. -Ahora yo te preguntaré...- El calvito poderoso endureció sus facciones, haciéndolas mas duras al mirarlo. -¿Dónde has estado todo éste tiempo? Me tenías preocupado.
-Ehh, sobre eso...- Se rascó la nuca con algo de nervios, pero debía responder con sinceridad. -Un día estaba yéndome a visitar la tumba de mis padres, cuando unos tipos con mala pinta me acorralaron, me metieron a una camioneta negra con los vidrios polarizados y... no sé como le hicieron para trasladarme a Ciudad A, ya que no tengo ningún pasaporte o visa. Pero como era un secuestro...
-Ya veo.
-Por suerte pude escaparme.- El pelinaranja tomó la pequeña taza de té, degustando el sabor.
-¿Y cómo hiciste para regresar a Ciudad Z?
-Bueno, fue toda una travesía. Lo que te puedo decir solamente es que tuve suerte.- Agarró la tetera para servirse más de ese líquido verde que le comenzó a gustar. Asía mucho que no tomaba el té hecho por su Saitama... -"Espera... ¡¿QUÉ!?".- Casi escupe la bebida por el pensamiento que tuvo. Su cara se volvió un poco roja.
-Etto... Siento sobre eso, sobre que te secuestraron.- El ojimarrón miró a Oto con lamentación, mientras que el nombrado limitó a bajar los hombros con despreocupación.
-No importa ya. Salí vivo de ahí y es lo que en verdad es de importancia.- Respondió neutro, aunque siempre que recordaba lo que pasó hace tres años y medio, le daba una sensación intranquila.
-¿Y después...?
-Amh, bueno. Después de haber regresado, me puse a entrenar como pasatiempo, pero sin querer obtuve una gran fuerza que ni sé pa' que. :v
-Eso explica el como también pudiste derrotar a la Chica Mosquito.- Se cruzó de brazos sin cambiar aún su expresión; a lo Poker Face. -También tuve que entrenar para volverme fuerte y ser un héroe como hobby, antes de salvar a un niño estaba desempleado.
-Eso responde mi anterior duda.
-Además, entrené tan duro que me volví calvo.
-Hmm.- Entrecierra los ojos Oto, poniendo una mano en su mentón en forma pensativa, mirando fijamente al calvo. -No creo que sea por eso.
-¿Ah?
-Nada. Olvídalo.- Sonrió levemente, tomando otra vez el té verde.
-Sabés...
-¿Hm?
-Me alegra verte de nuevo.- Lo mira con algo de melancolía, quitando su cara de siempre, al igual que le sonreía.
El pelinaranja no pudo evitar sonrojarse un poco por la expresión que le dio Saitama, sintió algo cálido en su corazón, que comenzaba a palpitar de a poco. Desvió la mirada concentrándose en la mesa de color caoba que se hallaba apoyando con la taza. Musitando un poco nervioso por la anterior sensación.
-A mí también.- Luego levantó la mirada, sonriéndole al ojimarrón. -Hace mucho que no habíamos platicado tan amenamente.
-¡Jeh! Bastante diría.- Los dos ojimarrones ríen un poco, pero agradándoles la atmósfera serena y menos incomodante que antes.
Siguieron platicando con algo de nostalgia al recordar varias escenas sobre el pasado de ambos, sin olvidar unas cuantas anécdotas gracias en la conversación.
Oto estaba dispuesto a irse, no sin antes, agradeciéndole al calvito (:3) por la ropa y platicar con él, pero Saitama lo detiene. Hablándole un poco nervioso.
-¿No quieres quedarte un rato más?
-Amh, pues...
El hombre más fuerte del mundo, vio que su ex-pareja y amigo se hallaba indeciso, cuando una idea se le ocurrió.
Fingió estar resentido.
-Oh, está bien. Quería invitarte un tazón de ramen, pero como te vas ya no sé que hacer con...- Calló al ver la cara ilucionada del pelinaranja.
-¡¿Por qué no lo habías dicho antes, Saitama!? ¡A comer!
-"Si que no cambia."- Saitama pensó enternecido, después de quedarse anonadado por la expresión (para él) kawaii de Oto. -Pero antes de comer ramen comeremos soba.
-Puahj! ¡Īe, primero el Ramen!-. Hizo un puchero, cruzándose de brazos frunciendo el ceño.
-Nop, primero soba.
-Ramen.- Insistió con seriedad.
-Soba.- Ahora Saitama le sigue neutral.
-¡Ramen!
-¡Soba!
-¡RAMEN!
-¡SOBA!
-¡SOBA...! ¡ESPERA, ¿KHÉ!?
-¡Jah, gané!-. Festejó el ojimarrón, bailando la makarena. (Okno)
-¡Wuahh! ¡No es justo, Saitama-kun!-. Lloraba al estilo anime.
-Ni modo. :v
Al final, comieron soba y después ramen. :3
(...)
El pelinaranja estaba leyendo un manga que le había prestado Saitama, mientras que el aludido estaba viendo la televisión con algo de aburrimiento.
-¿Sigues coleccionando mangas, Saitama?
-Por supuesto, pero a veces las leo de nuevo como pasatiempo o cuando estoy aburrido.- Al pelinaranja se le baja una gota en la sien por la respuesta neutral. -¿Tú sigues leyendo?
-Ah, bueno. A veces, cuando termino de leer un manga completo, voy a la tienda de anime a comprarme unos nuevos.
-Ya... Es demasiado tarde.- El ojimarrón miró de reojo al pelinaranja, éste observaba la hora en el pequeño y nuevo reloj en la mesita de noche. -¿Quisieras quedarte a dormir?
-¿Eh? Pero...
-Tengo una baraja para jugar.- Sacó mágicamente un juego de cartas, mirando a Oto con diversión.
-Bueno, está bien.- Sonrió un poco feliz, en que por fin Saitama quería algo de su compañía, después de tanto...
(...)
La noche durmió a los dos hombres fuertes en un cálido y profundo sueño, aunque cierto calvito hacía la excepción. Oto estaba dormido a un lado de él, en su fūton, juntos...
-"A pesar de mucho tiempo, aún no he dejado de pensar en él."
Lentamente su mano viaja con las yemas de sus dedos, acariciando un poco la mejilla de su "amigo", no podía negar Saitama que el pelinaranja se volviera más lindo y "ukeable" (7w7), y él. Sólo por entrenar tan arduamente y a diario, se volvió calvo, pero que de a poco sus emociones reaparecen por alguien en especial. Sonrió con algo de ternura al ver la excepción indefensa de su Oto, de a poco se iba acercando a él con sutileza, con cuidado en no despertarlo.
Besó de pico sus labios, viendo si había despertado. Miró nuevamente los labios del de menor estatura, aprovechando que estos estaban entreabiertos, dio un beso normal en su pelinaranja. Saitama se sorprendió de golpe cuando sintió su beso siendo correspondido, abrió los ojos, encontrándose con una intensa mirada marrón, que lo miraban fijamente, no pudo evitar sonrojarse después de separarse del beso.
-Oto.. E-Etto, yo... Puedo explicar...- Se vio interrumpido por otro beso, pero uno corto por parte del otro ojimarrón, sorprendiendo más al contrario. -¿Ah?
-Tampoco lograba verte ya como un simple amigo, Saitama-kun.
El calvo poderoso sintió una palpitación fuerte en su corazón, sintiéndose completamente diferente ante la declaración sincera de Oto.
Asía mucho que no.. sentía esa emoción y el sentimiento, ya que él lo dejaba por muerto. Pero al parecer, revivió...
-Oto-kun.- Se acercó más a él, poniendo su mano izquierda detrás de la cabellera del de pelo naranja, juntando sus frentes, al igual que acariciaban el uno al otro sus narices. -Jamás dejé de amarte.
-Ni yo, Saitama. Te amo.- Oto levantó la mirada, conectándola con la contaria, ahora las expresiones de Saitama eran diferentes.
Y sin decir nada más, ambos dieron un profundo beso con suavidad, sintiendo el amor que traían esos dos. Se separaron por falta de aire, pero volvieron a besarse con más pasión y también con algo de desesperación, necesitando del uno al otro, que hasta sentían que sus labios encajaban a la perfección. Los ojimarrones no dejaban de suspirar entre los besos que dejaban el aire y volvían a comerse (okno), ambos entreabrieron sus bocas para juntar sus lenguas y dejar que ellas mismas decidan quien dominara esa mini batalla. Los dos adultos no dejaban de hacer sonidos morbosos, en especial Oto que no dejaba de gemir porque Saitama restregaba su cuerpo con la del Uke.
Saitama se puso arriba del pelinaranja ya excitado por los besos lascivos y apasionados que se dieron desesperadamente. Ambos se quitaron las prendas de arriba y los pantalones, excepto Saitama que quedó solamente en ropa interior y al pobre muchacho se le tuvo que arrancar, según excusándose que estorbaba, cuando en realidad quería ver otra vez su cuerpo desnudo.
El pelinaranja jadeó cuando sintió las manos de su Saitama explorar su cuerpo, haciéndolo excitar, más si es con la persona que amaba aún. El calvito recorrió sus manos por todo el torso solamente delineándolo, con una mano agarró el pezón ya eréctil de Oto por la excitación, haciendo círculos en él. Mientras que su mano izquierda acariciaba lentamente el cuerpo del ojimarrón, bajando hasta sentir el miembro de su amado, sintiendo que tenía apenas la preseminal.
-A-Ah~, Sai-tama-kun~.- No dejaba de gemir con la voz muy alzada, para Saitama era música para sus oídos, aparte de que le excitan también. (7-7) -¡P-Por favor~! ¡Ya-Ya no me tor... tortures más~!
Por la comisura de sus labios dejó caer de su saliva que no había podido tragar por los inevitables gemidos que salen de su boca, Saitama se acercó a él cara a cara, para después que el calvo lamiera esa saliva y le diera un beso francés, sin dejar lo que estaba haciendo. Entre suspiros dice jadeando.
-V-Voy a~... meterla ahora~.- Se miraba que estaba más excitado él que Oto; el susodicho se había sonrojado por la expresión que le mandó el ojimarrón.
-"Hm~, mierda. Es jodidamente sexy."
Saitama dejó lo que estaba haciendo, para después quitarse los bóxers que traía puestos, y que también era una tortura para él,, dejó ver su miembro bien erecto. Oto abrazó a Saitama por arriba de los hombros acercando su cuerpo con la de él. Saitama agarró ambos muslos del chico metiendo su hombría por el orificio del pelinaranja; éste gritó de dolor combinado con el placer que ahora mismo está sintiendo, al sentir el miembro de Saitama dentro de él.
Sin querer soltó unas cuantas lágrimas a causa del dolor que sentía en su ano; le ardía un poco, pero debía acostumbrarse pronto.
-O-Oto-kun~, ¿estás bien?
-Ha-Hai~. Só-Sólo... dejame acostumbrarme, onegai~.- No dejaba de abrazar a Saitama por nada, por accidente incrustaba sus dedos en los hombros del antes nombrado.
Saitama le dio un casto beso en la frente, para después que él de nuevo los juntase, mirándolo con mucho cariño el joven calvo.
-Te quiero, Oto.
El nombrado ríe un poco débil, a causa de los potentes gemidos que dio hace unos momentos.
-Te quiero a ti también, Saitama...
Y por término, juntaron sus labios en un tierno beso, cuando de se separaron, Saitama comenzó a moverse lentamente, con cuidado en no lastimar a Oto.
De a poco las embestidas que propinaba el de mayor estatura iban aumentándose a tal punto que ya al pelinaranja no le doliera, sino que ya sentía el placer, al igual que Saitama.
Oto no dejaba de gemir sonoramente, y a veces lo hacía en el oído del calvo ojimarrón para excitarlo más. Saitama se excitaba cada vez más por los sonidos morbosos que le regalaba Oto, gimiendo y a la vez que gruñía al sentir como la entrada del pasivo se hacía más estrecha y apretada, haciendo que gimiesen los dos al ya sentir el clímax venir pronto.
-V-Voy a correrme~.- Avisó Saitama entre jadeos de placer, sin dejar de ver fijamente a Oto; él también lo miraba cegado del mismo sentimiento que sentían con ímpetu.
-Ha-Hagámoslo juntos~. Sai~.- Sentía el contario tocó los pómulos de su rostro, haciéndolo sonrojar a lo full.
Antes de que se corrieran, se dieron otro profundo beso apasionado, cuando ambos ya eyacularon al mismo tiempo en correrse, retenieron sus gemidos en el beso. Sellándolo otra vez como una prueba en que ambos nunca se habían dejado amar en secreto, inclusive estando antes como amigos.
Saitama y Oto sonrieron levemente, el primer nombrado le dio un beso en la frente, y lentamente, saliendo del interior del pelinaranja; el susodicho soltó un suspiro, al sentir ese líquido blanco dentro de él. Pero reaccionó cuando vio como el fūton de Saitama era manchado.
-¡T-Tu fūton se está...!
-¿Ah?, no importa. Lo lavaré mañana.- Jaló al pelinaranja atrayéndolo hacia él, abrazándolo protectoramente.
Oto se había vuelto a sonrojar por la acción que hizo Saitama, así que se dejó llevar por el momento. Sintiendo sus ojos pesados, luego los cerró, dejando que el cansancio y el sueño lo apoderasen, seguido de Saitama.
Minutos después ya se escuchaban los ronquidos de ambos adultos, quienes dormían plácidamente.
Palabras: 2309.
¡Espero de que les haya gustado el Lemon! Yo sé que sí~. 7w7
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro