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sueños diurnos y pesadillas nocturnas

3er capitulo muchachos!!, espero les guste, aun va un poco rapido debido a un cambio de planes de ultimo segundo espero me perdonen si ven algo que no se desarrollo como hubieran querdio uds y tambien por idiotizar un poco a los antiguos portadores del OFA y en especial al segundo.

sin mas que decir comenzemos

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El sol apenas había salido cuando All Might llevó a Haruto al vertedero municipal. El aire olía a metal oxidado y residuos quemados. Montañas de basura se extendían a su alrededor como colinas grotescas.

—¡Bien! —dijo All Might con su característica energía, pero con una pizca de seriedad en su tono—. Tu primera tarea será limpiar todo esto. Quiero que muevas cada pedazo de basura, lo organices y lo prepares para reciclaje. No será fácil, pero el One For All no es para alguien que busca atajos.

Haruto miró las pilas de basura con asombro y confusión.
—¿En serio? Esto... es muy...

All Might cruzó los brazos y soltó una carcajada.
—¡Muy grande es lo que necesitamos! ¡Esa es la idea!

Sin embargo, cuando Haruto comenzó a trabajar, su semblante cambió rápidamente. A diferencia de lo que All Might esperaba, Haruto cargaba enormes piezas de metal, contenedores oxidados y trozos de maquinaria con relativa facilidad. Su respiración era constante, su paso firme, y no mostraba signos de agotamiento.

Al notar esto, All Might frunció el ceño y levantó una ceja.
—¿Cómo es que haces esto tan fácilmente? —preguntó mientras observaba a Haruto levantar una viga de metal como si fuera un tubo de plástico.

Haruto, sin detenerse, respondió:
—Mi quirk, señor. Me da una mejora física. mientras mas energia cinetica absorba mi cuerpo, mas fuerte sere. Supuse que por eso usted me eligió... ¿no?

El comentario golpeó a All Might como una ráfaga de viento frío. En ese momento, sus ojos se entrecerraron y su sonrisa habitual desapareció por completo.

—Eso tiene sentido, pero... —murmuró para sí mismo, recordando a un chico diferente. Un chico que no tenía quirk. Un chico que sudaba, se esforzaba y rompía sus límites constantemente porque no tenía elección.

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All Might se sentó en una caja de metal mientras Haruto seguía moviendo basura. El joven lo miró de reojo, notando su expresión sombría.

—¿Está bien, señor? —preguntó Haruto, dejando a un lado un gran contenedor.

All Might tomó un profundo respiro y asintió lentamente.
—Sí, estoy bien... Es solo que... esto me recordó a alguien.

Haruto dejó lo que estaba haciendo y se acercó.
—¿Alguien que entrenó antes que yo?

All Might levantó la mirada, vacilando por un momento. Finalmente, decidió hablar.
—Sí, alguien muy especial. Él fue el verdadero noveno portador del One For All, y probablemente el más valiente de todos nosotros.

Haruto se sentó frente a él, intrigado.
—¿Qué le pasó?

All Might miró al horizonte. Sus ojos parecían perderse en recuerdos lejanos mientras su voz se volvía melancólica.
—Cuando lo conocí, era solo un niño. No tenía quirk, pero tenía algo que muchos héroes con quirks envidiarían: una voluntad inquebrantable. Ese chico... soportó más dolor y sacrificio del que nadie debería enfrentar jamás.

Haruto escuchaba en silencio, sintiendo el peso de las palabras de su maestro.

—Recuerdo cómo entrenamos en un lugar muy parecido a este vertedero. Para él, mover toda esa basura era una tarea titánica, pero nunca se rindió. Usaba cada fibra de su ser, cada gota de sudor, cada grito de esfuerzo para demostrar que era digno del poder que le confié.

All Might apretó los puños y bajó la mirada.
—Ese chico... luchó por todos. Por sus amigos, por su familia, por las personas que lo despreciaron y por las que nunca le dieron una oportunidad. Dio todo por proteger este mundo, incluso cuando ese mundo lo rechazó.

Haruto frunció el ceño, sintiendo la tristeza en la voz de All Might.
—¿Por qué suena como si ya no estuviera aquí?

All Might soltó un suspiro pesado.
—Porque el mundo fue cruel con él. Cometió errores... graves errores. Perdió su camino. Y cuando eso ocurrió, no estuve allí para ayudarlo como debía.

Haruto dudó antes de hacer su siguiente pregunta, pero su curiosidad fue más fuerte.
—¿Cree que todavía hay algo bueno en él?

La pregunta pareció golpear a All Might directamente en el corazón. Cerró los ojos, y su rostro mostró una mezcla de esperanza y dolor.
—Lo había... y quiero creer que todavía lo hay. Pero el mundo no siempre nos da segundas oportunidades.

El vertedero estaba en completo silencio, salvo por el susurro del viento que levantaba olores de desechos mezclados con tierra húmeda. Haruto se quedó de pie, mirando a All Might mientras procesaba lo que acababa de escuchar. Sentía como si todo el peso del mundo hubiera caído sobre sus hombros en ese instante. El legado del One For All ya no era solo un poder; era una cadena de sacrificios y tragedias que ahora lo incluía a él.

Respiró hondo, dejando que el aire frío llenara sus pulmones. Se giró hacia All Might, quien permanecía en silencio, observándolo con una mezcla de tristeza y esperanza.

—Sé que no soy el candidato perfecto —dijo Haruto, rompiendo el silencio, con la vista fija en el horizonte lleno de montañas de basura—. Ni siquiera sé si soy digno de este poder.

All Might abrió la boca para hablar, pero Haruto levantó una mano, pidiendo permiso para continuar.

—Pero entiendo lo que significa este legado. Entiendo que este poder no es mío, que no se trata solo de mí. —Apretó los puños, mirándose las manos como si buscara fuerza en ellas—. Es de todos los que vinieron antes. De todos los que lucharon, se sacrificaron y, en algunos casos... perdieron todo por proteger a los demás.

Levantó la mirada hacia All Might, su voz temblorosa, pero decidida.

—No sé qué tan grande sea mi potencial, pero prometo que no lo desperdiciaré. Haré todo lo que esté en mi poder para que el One For All sea un símbolo de esperanza otra vez.

Por un momento, All Might no respondió. Sus ojos cansados, marcados por los años de lucha y pérdida, se encontraron con los de Haruto. En ese instante, una chispa de algo que creía perdido comenzó a arder nuevamente en su interior. Una sonrisa genuina, aunque pequeña, cruzó su rostro.

—Eso es todo lo que puedo pedir, joven Haruto.

El viento sopló más fuerte, agitando la ropa de ambos. Haruto sintió que su corazón latía con más fuerza, como si ese momento hubiera encendido algo dentro de él. Era una mezcla de miedo, esperanza y una creciente determinación.

All Might dio un paso adelante, colocando una mano firme en el hombro de Haruto.

—El camino será duro, más de lo que imaginas. Habrá días en los que sentirás que no puedes seguir, en los que te preguntarás por qué sigues intentando. Pero recuerda esto: no estás solo. Este legado no solo es un peso, también es un lazo que conecta a todos los que alguna vez portaron este poder.

Haruto asintió, sintiendo el significado de esas palabras en lo más profundo de su ser.

—Entendido, All Might. Gracias por confiar en mí. No lo decepcionaré.

La sonrisa de All Might se amplió ligeramente.

—Entonces, basta de palabras, joven. Es hora de que sigas entrenando.

Haruto miró a su alrededor, observando las interminables montañas de basura que lo rodeaban. No podía evitar soltar una pequeña risa nerviosa.

—¿Todavía tengo que limpiar todo esto, verdad?

All Might rio suavemente, recuperando por un instante la jovialidad de su viejo yo.

—Así es. Pero recuerda, este entrenamiento no es solo para tus músculos. Es para tu mente, tu corazón y tu espíritu.

Haruto suspiró y luego sonrió con resignación.

—Está bien. Si esto es lo que se necesita, lo haré.

Mientras comenzaba a moverse hacia la pila más cercana, All Might lo observó en silencio, sus pensamientos volviendo al pasado, al joven que alguna vez había llevado esa misma carga con una sonrisa en el rostro.

—Izuku... —susurró para sí mismo, con un atisbo de melancolía en su voz—. Tal vez aún hay esperanza para este legado después de todo.

El entrenamiento continuó, pero para ambos, ese momento marcó un nuevo comienzo.

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EN OTRO LUGAR

La jornada era agitada como siempre en las calles de Musutafu. Explosions Hero: Dynamight se había ganado un lugar entre los héroes más respetados, no solo por su efectividad, sino también por su cambio de actitud. Bakugo ya no gritaba órdenes ni intimidaba a sus compañeros de trabajo. En cambio, realizaba su labor con eficiencia y silencio, completando cada tarea de rescate o combate con precisión casi quirúrgica.

—¡Gracias, Dynamight! —gritó una mujer mientras él bajaba a su hijo de un edificio en llamas.

—Eres increíble, ¡eres un verdadero héroe! —exclamó un hombre entre la multitud que observaba.

Bakugo no respondió. Simplemente asintió levemente antes de dar media vuelta y regresar al lugar del incidente para asegurarse de que no quedaran rezagados. Este era su método habitual: trabajar sin hablar, sin agradecer ni aceptar aplausos.

Al final de su jornada, los demás héroes lo elogiaban.
—Eres un modelo a seguir, Dynamight. Realmente representas lo mejor de lo que significa ser un héroe.

Bakugo inclinó la cabeza, mostrando apenas una sonrisa cortés antes de marcharse.

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Horas después de una jornada extenuante, Bakugo Katsuki llegó a su apartamento. Cerró la puerta con un suspiro que parecía cargar con el peso del mundo. Había cumplido con cada rescate, cada enfrentamiento y cada tarea asignada con la precisión y destreza que lo caracterizaban. Sin embargo, no sentía satisfacción alguna.

Se quitó lentamente su traje de héroe, dejando las botas y guantes junto a la entrada. Su camisa estaba empapada en sudor, un testimonio de su esfuerzo físico, pero la incomodidad en su pecho no tenía nada que ver con el cansancio. Cambió su traje por una camiseta negra y unos pantalones deportivos, ropa simple y cómoda, y se dirigió a su habitación.

Se dejó caer pesadamente sobre la cama, apoyando los codos en las rodillas y cubriendo su rostro con ambas manos.

—"Un gran héroe"... —susurró para sí mismo, dejando escapar una amarga risa que apenas sonaba—. Je, claro. Si como no...

Se recostó hacia atrás, mirando el techo mientras el silencio lo envolvía. Pero no estaba solo. Los recuerdos de su pasado comenzaron a surgir como un torrente oscuro, incontrolable y despiadado.

"Escoria."
"Déku inútil."
"Patético."
"El mundo sería un lugar mejor sin un inútil como tú."

Las palabras resonaban en su mente, cada una un golpe directo a su alma. Se llevó las manos a la cabeza, apretándola como si pudiera detener el eco de esas frases. Pero no podía.

"¿Sabes lo que tu madre hizo? Te desconoció como hijo. No quería tener nada que ver con un monstruo como tú."
"Tal vez deberías lanzarte de pico del techo y rezar porque en la siguiente vida nazcas con un quirk."

La memoria de sus propios actos lo atormentaba. Había momentos que no recordaba con claridad en su juventud, pero cada insulto que dirigió a Izuku Midoriya ahora volvía a él con precisión desgarradora. Bakugo cerró los ojos con fuerza, sintiendo que las lágrimas empezaban a arder en sus párpados.

—¡Maldita sea! —susurró entre dientes, con un tono quebrado por el dolor que no podía expresar en voz alta.

Se giró en la cama, hundiendo la cara en la almohada mientras su pecho subía y bajaba de manera irregular. Recordó los elogios que recibió durante el día. La gente lo admiraba. Lo llamaban "increíble", "un verdadero héroe". Pero esas palabras no traían consuelo, sino una ironía dolorosa.

—Ellos no lo saben... —murmuró, su voz apenas audible—. No saben quién soy en realidad.

Sabía que había hecho muchas cosas para redimirse, pero esas acciones no podían borrar su pasado.
—No merezco ser llamado héroe... Izuku lo merecía. Él era el verdadero héroe.

Cerró los ojos con fuerza mientras imágenes de Midoriya llenaban su mente. Su sonrisa brillante, la intensidad en sus ojos cada vez que hablaba de All Might, su tenacidad incluso cuando todos lo menospreciaban. Incluso cuando él lo menospreciaba.

—Él merecía ser grande. Ser elogiado... cumplir sus sueños.

Un nudo se formó en su garganta. El rostro de Midoriya cambió en su mente: de aquel niño lleno de esperanza a una figura oscura, consumida por el odio. Su odio hacia Bakugo.

—Pero no podrá hacerlo nunca más... por mi culpa.

El dolor en su pecho se intensificó, una quemadura que parecía devorar su ser desde adentro. Las lágrimas que había estado reteniendo finalmente cayeron, silenciosas pero pesadas.

Todo... por... mi... culpa.

Bakugo se cubrió el rostro con un brazo, dejando que la oscuridad del apartamento lo envolviera. Sabía que era demasiado tarde para arreglar las cosas. Las palabras de perdón ya no significaban nada. Midoriya no quería escuchar.

—Él me odia... nos odia a todos... y todo es por mi culpa.

Se giró hacia la pared, con la respiración entrecortada. Deseaba desesperadamente retroceder el tiempo, volver a ese día en la escuela primaria cuando comenzó a maltratar a Midoriya. Cambiarlo todo. Pero sabía que era imposible. Lo único que podía hacer ahora era vivir con el peso de su arrepentimiento y seguir siendo el héroe que nunca creyó merecer ser.

El silencio se instaló nuevamente en la habitación, roto solo por el sonido de su respiración irregular y el eco de sus pensamientos que no lo dejarían descansar.

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La noche estaba en calma, y All Might se acomodó en su cama, permitiendo que el cansancio del día lo venciera. Cerró los ojos, cayendo rápidamente en un sueño profundo. Pero no era un sueño cualquiera.

Se encontró de pie en un espacio extraño, un vacío oscuro intercalado con destellos de luz y energía que fluían en todas direcciones. Frente a él estaban los antiguos portadores del One For All, sus figuras manifestadas con una claridad inquietante.

All Might miró a su alrededor, notando a cada uno de ellos. Su expresión se endureció y una chispa de ira apareció en sus ojos.

—¿Esto es una reunión de emergencia o un tribunal? —dijo con sarcasmo, cruzando los brazos—. ¿Qué, no creen que Haruto sea digno del One For All?

Nana Shimura, su maestra, dio un paso adelante. Había una mezcla de nerviosismo y tristeza en su rostro.

—No, Toshinori... no es eso.

Antes de que pudiera continuar, All Might levantó una mano, deteniéndola. Su voz era tensa, cargada de frustración.

—¿Entonces qué fue con Midoriya? —preguntó, dando un paso al frente, su tono afilado—. ¿Es porque no tenía un Quirk? ¿Eso lo hacía menos digno a sus ojos?

Otro portador, el cuarto, respondió rápidamente, su voz firme.

—Si ese fuera el caso, tú tampoco habrías recibido el One For All.

All Might se quedó en silencio por un momento, apretando los puños.

—Entonces, díganme —exigió, su voz subiendo en intensidad—. ¿Por qué lo consideraron indigno? Midoriya pasó por un infierno... ¡y aún así se levantaba cada vez! ¿Cómo pueden decir que no era digno?

Los portadores intercambiaron miradas incómodas. Finalmente, Yoichi, el primer portador, dio un paso al frente.

—Nunca se trató de considerarlo indigno, Toshinori. Fue... una prueba.

All Might frunció el ceño, la furia ardiendo en sus ojos.

—¿Una prueba? —repitió, su tono lleno de incredulidad—. ¿Lo pusieron a prueba quitándole el One For All, después de todo lo que sufrió?

Yoichi asintió lentamente, aunque su rostro reflejaba un profundo pesar.

—Queríamos ver su humildad, su capacidad de manejar la adversidad sin dejar que el poder lo definiera. Cuando reaccionó tan mal al perder el One For All, nos mostró que, en ese momento, no estaba listo.

La paciencia de All Might se agotó. Dio un paso hacia adelante, alzando la voz.

—¡Eso es cruel! ¿Por qué no me hicieron esa prueba a mí?

Esta vez, fue Nana quien respondió, bajando la mirada con pesar.

—Porque en ese entonces no había tiempo, Toshinori. La amenaza de All For One era inminente. No podíamos darnos el lujo de probarte.

All Might respiró hondo, tratando de controlar su ira.

—¿Y creen que esa justificación les da derecho a torturar emocionalmente a un joven que ya había sufrido demasiado?

El segundo portador, quien había permanecido en silencio hasta ahora, habló con frialdad.

—Ese joven fue elegido por ti, Toshinori. Si era mentalmente inestable, esa responsabilidad es tuya. Y considerando lo que sucedió, fue mejor que lo quitáramos antes de que terminara siendo un arma en manos de All For One.

Las palabras golpearon como un martillazo. All Might, incapaz de contenerse más, intentó abalanzarse sobre el segundo portador, pero su cuerpo no respondía. Estaba paralizado, atrapado por las reglas del núcleo.

—¡Maldito seas! —rugió, con la voz llena de frustración y dolor—. ¡No tienen idea de lo que él significaba para mí!

Yoichi levantó una mano, intentando calmar la situación.

—Toshinori, por favor, escúchame. No vinimos a discutir sobre el pasado. Hay algo más urgente.

All Might lo miró con desconfianza, su pecho aún subiendo y bajando con fuerza.

—¿Qué puede ser más importante que esto?

Yoichi avanzó un paso más, su rostro serio.

—All For One está preparando un nuevo ataque. Su maldad está a punto de desatarse sobre la sociedad.

Antes de que All Might pudiera preguntar cómo sabían eso, el vacío comenzó a desmoronarse a su alrededor. La luz y la oscuridad se mezclaron, y la voz de Yoichi resonó una última vez antes de que todo desapareciera.

—Prepárate, Toshinori. El futuro depende de ti y de tu sucesor.

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All Might abrió los ojos de golpe. Su corazón latía con fuerza, y el sudor cubría su frente. Miró el reloj al lado de su cama.

—Las 6:00 AM...

De inmediato, recordó que debía entrenar a Haruto a las 6:20.

—¡Maldita sea! —exclamó, saltando de la cama.

Se vistió rápidamente, su mente todavía atrapada en el encuentro del núcleo. Mientras corría hacia el lugar de entrenamiento, solo un pensamiento ocupaba su mente: "No puedo fallar esta vez. Haruto tiene que estar listo."

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Bueno muchachos ese fue el 3er capitulo espero les guste... a que no esperaban que bakugo tenga  desarrollo, he?, y chucha re friazo el segundo nmms, bueno nada mas eso muchachos, los dejo con los momardos.

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Como odie a esa gente tmr

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no tengo nada que decir.... solo... alguien sabe como es la imagen original, osea sin el curi

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este meme me da una idea....

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bueno... hoy me encuentro falto de memes haci que les dejo el fan art y ya me voy a descansar otro mes -.-, gracias por leer

traduccion (mas o menos):

bakugo: despues de esto saldre a beber con kirishima y los demas, tu que vas a hacer midoriya

Ochako MIDORIYA:... (pero si no esta deku-kun?)... Ho espera te refieres a mi!

bakugo: Torpe, acostumbrate al tu nuevo apellido


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