
Capítulo 1: El hechizo
Ser diferente a los demás puede llegar a ser muy duro, solo por no ser igual a los demás se burlan de ti, pero nunca hay que juzgar a los demás por su apariencia, porque la verdadera belleza se encuentra en el interior, el alma y corazón puro, lo cual muchas personas no ven cómo este relato que van a ver.
Niña de cabello blanco: -Persiguiendo a un conejo-Ven aquí pequeñito
Corrin era una niña de seis años con el cabello blanco como la nieve, unos ojos rojos como brillantes rubíes y una tierna sonrisa, la cual la hacía bastante linda
Ella caminaba hacia una pintoresca casa, al llegar abrió la puerta de la entrada.
Corrin: Mami ya llegue -Con una enorme sonrisa-
Mikoto: Hija mía bienvenida
Corrin fue a la cocina donde su madre estaba preparando la cena.
Corrin: ¿Mami que hicistes de cenar?
Mikoto: Tu favorito hija, col picada
Corrin: -Abrazando a su madre- Te quiero mami.
Mikoto: -Correspondiendo el abrazo- También te quiero mi hija.
Corrin vivía con su madre, su padre murió cuando apenas era una beba por una enfermedad muy grave, por lo que nunca pudo conocerlo, le daba tristeza de que no estuviera con ella pero su madre siempre decía que era un esposo y padre amoroso, que siempre amaba a su familia.
Corrin y su madre veía mucho el atardecer ya que era bastante hermoso como el Sol se ocultaba, el cielo tornándose de un azul a naranja, siendo un escenario hermoso.
Corrin: ¡Wow que hermoso! -Contemplando el amanecer-
Mikoto: -Acariciando el cabello de su hija- Así es hija, déjame decirte que me trae bellos recuerdos,cuando tu padre y yo
Corrin: ¿En serio]?
Mikoto: -Sonriendo a su hija- Si nos dimos nuestro primer beso en un atardecer como este incluso cuando me pidio matrimonio fue algo bastante hermoso
Corrin: -Emocionada- Crees que pueda tener alguien como tu y padre en un atardecer
Mikoto: Claro hija, despues de todo eres una niña bastante linda de seguro serás una hermosa mujer cuando crezcas
Corrin: Quiero ser una mujer hermosa -En un tono alegre-
Mikoto: -Sonriendo a su hija- Claro que si mi niña-
En otra parte.
En algún lugar recóndito se encontraba la diosa del destino
Freyja: -Bostezando de aburrimiento-Que aburrido, no hay nada que divertido que hacer -Estirándose mientras se da un bostezo-Ha pasado varios siglos desde que no me divierto, tal vez debería ver que pasa, a ver si encuentro algo divertido-
Aquella diosa abre como una especie de portal viendo diferentes paisajes, viendo la vida de los demás, sin embargo no encontraba nada que le llamaba su atención.
Freyja: -Bostezando de aburrimiento- No hay nada divertido -Pasando de escenario poco a poco hasta que algo le llamó la atención- ¡Espera! -Volviendo a donde estaba Corrin- Vaya parece ser que encontre lo que buscaba -Sonriendo siniestramente-
Al anochecer
El prado había varias luciérnagas que iluminaban el paisaje, Corrin y su madre estaban veían el escenario, una luciérnaga voló cerca de Corrin por lo que ella la persiguió para atraparla
Corrin: Ven aquí -Persiguiendo a la luciérnaga-
Mikoto: No te separes mucho hija
A unos metros de distancia Corrin persiguió a la luciérnaga hasta atraparla con ambas manos, luego de eso las abrió dejando ir al bello insecto, en eso vio el maravilloso cielo nocturno estampado de estrellas, la luz de la luna llena y varias estrellas fugaces recorrer el cielo, era una vista bastante hermosa.
Corrin: ¡Waoh!, es tan bello
Freyja: Ciertamente lo es pequeñita
Corrin se da la vuelta al escuchar esa voz, y vio que delante suya había una joven mujer de cabello largo y blanco, pero lo que destacaba en ella eran sus dos cuernos de la cabeza.
Freyja: Con una sonrisa- Perdón no era mi intención asustarte pequeña
Corrin: ¿Quien quien eres tu?
Freyja: Tranquila niña no vine hacerte daño - Acercándose a la niña- Vaya que eres una niña muy linda- Acariciando su mejilla con la mano.
Corrin: Gracias - +Con una enorme sonrisa-
Freyja: -Más esto va a cambiar, te hechizare y la magia caerá sobre tí y me divertiré -Sonriendo de una forma malvada-
Corrin: ¿Uh?
Corrin asustada ante estas palabras retrocedió lentamente pero a unos dos pasos comenzó a flotar, mientras que la diosa del destino en un acto de maldad le lanzaba un hechizo a la pobre niña.
A unos cuantos metros de distancia.
Mikoto: Hija ya se está haciendo tarde es hora de regresar a casa ¿Donde estaras?
Corrin: ¡MADRE! -Gritando la niña-
Mikoto: ¡Hija! -Corrió a donde se encontraba su hija-
La diosa del destino sin piedad le lanzaba el hechizo a la niña quien gritaba.
Corrin: -Gritando- ¡Madre ayúdame!
Freyja: -Con una sonrisa malévola- Nadie va a venirte ayudarte te convertirás en un horrible fenómeno de la naturaleza una aberración cuyo rostro sólo una madre podría amar.
Hablando de madre, Mikoto fue a donde se escuchaba los gritos de su pequeña hija corriendo a toda prisa, cuando llegó vió una terrible escena, la diosa del destino hechizaba sin piedad a su hija.
Mikoto: ¡Hija! -Corrió a donde estaba su hija-
Pero ya era tarde la diosa del destino terminó su hechizo, Corrin cayó suavemente al suelo.
Mikoto: ¡¿Hija estas bien?!
Cuando fue a ver a su hija vio como ella no era más su hija, aquella diosa la había convertido en un ser extraño.
Mikoto: -En shock - ¿Hija que.. que te pasó?
Luego volteo a ver a la diosa del destino quien sonreía como si le divirtiera todo esto.
Mikoto: -Mirando a la diosa del destino con frialdad- Tú que le hicistes a mi hija ¡Que le hicistes! -En un tono de enojo y rabia-
Freyja: Nada solo la hechice es todo -Con una sonrisa.-
Mikoto: -Empezando a molestarse- Devuelvela , Devuelve a mi hija como era antes tu ... ¡bruja!
Freija: Oye si fuera tú tendría más cuidado con lo que dices, esa no es forma de hablarle así a la diosa del destino
Mikoto: -Enojada- ¡Me da igual si eres la diosa del destino! ¡devuelve a mi hija a la normalidad!
Freyja: Aunque quisiera no podía, una vez que es lanzado el hechizo ya no se puede revertir
Mikoto: ¡Estás diciéndome que mi hija se quedará en esta forma! No hay forma de deshacerlo
Freyja: Así es, no hay nada que se pueda hacer excepto -Poniendo su mano en su mentón-
Mikoto: ¿Excepto?
Freyja: Nah olvidalo es imposible, que tu y tu hija disfruten de su nueva vida, adiós -Sonriendo malvadamente antes de desaparecer-
Mikoto: -¡Espera vuelve!-
Entonces una mano negra parecida a un animal toca la mejilla de Mikoto.
Corrin: ¿Ma.. mamá?
Mikoto: Hija -Abraza a su hija mientras derrama unas lágrimas- Descuida hija te prometo que encontraré la forma de liberaré de este hechizo te lo prometo
Corrin: -Derramando lágrimas- Madre
Desde esa noche la vida de Corrin cambiará por completo
Continuara
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