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11 (1/2) "Accidentes"

-Debemos conocernos más -comentó Lucy.

-Mucho -susurró Mikaela tímidamente mientras se quita una florecilla del pelo. Están ambas recostadas en el pasto lleno de pequeñas margaritas.

-Dime... tu nombre completo.

-Mikaela Campbell.

-¿Mikaela...? ¿Campbell...?

-Solo... Mikaela Campbell, no tengo segundo nombre u otro apellido -respondió la pequeña ante la tan cuestionada Lucy.

-Okey... Luego hablamos de eso... Yo me llamo Lucy Aybe Miller Araneda, un gusto Mikaela Campbell -dijo Lucy y se sentó para estirarle la mano a Mikaela quien la recibió divertida.

-Es un muy bonito nombre -dijo Mikaela al mismo tiempo en que Lucy se volvía a recostar, desparramándose su pelo al lado del de Mikaela-. ¿Con quién vives?

-Con mi padre, que se llama Alfredo, Heiko, mi hermano y ya.

-Y... ¿Mamá? -preguntó Mikaela temerosamente.

-Se separaron. Mi padre no le podía dar otro hijo y mamá se cogió a un amigo de la familia... Todo un drama -dijo Lucy con total naturalidad, a diferencia de Mikaela, quien preguntó con timidez y miedo como si Lucy fuera a enojarse.

-Wow... ¿Entonces tendrás un hermanito?

-Se fue de la ciudad... Nosotros nos mudamos, yo y Heiko nos cambiamos de escuela... Y ella está en la capital. Desde que nos mudamos solo ha llamado una vez -dijo Lucy y su voz se fue cortando de a poco.

-Que ho... Que horrible -susurró Mikaela y volteó un poco su cara para ver (en el fondo) a la sensible Lucy.

-No importa, ya lo superé... ¿Tú con quien vives?

-Bueno... Se podría decir que también me mudé hace poco... Vivo con mi hermana, ella se llama Anabelle, con mi primo, él se llama Atom, y su hermanita que la consideramos como su hija... Y con mi hermano, él se llama Isaac.

-¿Mamá y papá?

-Murieron por mi culpa... Mamá murió cuando nací y mi padre no pudo soportarlo, se suicidó -respondió Mikaela y Lucy sintió mucha impresión carcomiéndola. Se incorporó de lado y le tocó la mejilla a su princesa.

-No digas que es tu culpa -susurró y Mikaela bajó la vista, asintió e hizo una mueca apenada.

-Oye... ¿E Isaac...? -preguntó bastante confundida Lucy.

-Yo solo vivía con Anabelle, Atom y Emita... Hace unos meses nos llegó una carta... Un hermano perdido por parte de papá estaba vivo... Y dio que fue un chico de la clase de Anabelle que siempre estuvo ahí, nos mudamos con él, quien también estaba solo... en una casa de diez habitaciones, es como una pensión -Mikaela soltó una pequeña risilla-, y pues sí... Ha sido un año muy loco.

-Es impresionante -dijo Lucy maravillada.

El silencio del bosque se unió con el de las chicas. Los pájaros comenzaron a cantar y el viento a ser un poquito más fuerte.

-¿Por qué tu padre no puede tener más hijos?

-Después de tenerme a mí se hizo la vasectomía en secreto... Un día mi madre llegó bastante emocionada a contarle algo a mi padre... "Tendremos un bebé"... Y salió pillada -dijo Lucy y se rió. Mikaela por lo bajo.

-Estamos en la mierda -dijo Mikaela bastante enojada. Lucy abrió los ojos ampliamente y casi se le sale el corazón.

-Esa boquita -la reprendió Lucy y ambas rieron.

-Mierda -repitió Mikaela y Lucy se volvió a reír-. Mi vida es una mierda, ¡es muy sencillo!

-Ay... Es que te ves demasiado adorable -dijo Lucy y se incorporó para volver a verla. Mikaela se hipnotizó en los ojos de Lucy, tan opacos y bellos. En su piel ligeramente bronceada y en sus carnosos labios, en la dureza de su cabello dorado y en los pliegues de sus parpados.

-Gracias -susurró Mikaela sonrojándose.

-¿Por qué?

-Por llegar a mi vida... Yo... Yo solo deseaba ser tu amiga primero, llamar tu atención..., pero supongo que así funciona el amor -dijo Mikaela y Lucy sonrió de lado. Apoyó su mano en su mentón y comenzó a trazar círculos en el hombro descubierto de su princesa.

-¿Como se llaman? -murmuró Lucy cerrando los ojos y suspirando.

-¿Que?

-Las nubes que hay ahora.

-Se llaman cúmulos -respondió Mikaela y Lucy recordó aquella página que leyó de la croquera de Mikaela.

- ¿Por qué...? ¿Por qué te gusta eso?

-¿Qué cosa?

-Lo de las nubes.

-Veras... Me parece adorable poder llamar a cosas triviales por sus nombres... Cualquier persona diría que simplemente son nubes, pero no saben que puedes saber como estará el tiempo inclusive... No me preocupa llevar mi vestido siempre o si pasaré frío... Lo sé... Soy una meteoróloga Lucy.

-Entiendo -susurró Lucy y sin poder evitarlo soltó una risilla, esa vocecilla dulce de Mikaela le hace cosquillas en los oídos.

-Dime que ves -dijo Mikaela y empujó lentamente a Lucy para que se volviera a recostar boca arriba en el pasto- en las nubes.

-A ver... Veo como un perchero -respondió Lucy y Mikaela sonrió.

-Allá hay una dona -dijo Mikaela con emoción y apuntó con su dedo a la inmensidad del cielo.

-Veo como un escorpión con una pistola -dijo Lucy y ambas se rieron.

-Y si te fijas bien también puede ser un caballito de mar.

-Wow... Tenemos talento para esto.

-Sí.

-Mikaela.

-¿Que?

Lucy se incorporó y puso boca abajo, apoyó su cabeza con su mano y miró a Mikaela-. ¿Puedo tocarte? -le preguntó en su susurro a la bella durmiente, quien se abochornó y tragó saliva, asintió suavemente.

Lucy poso su mano en el pecho de Mikaela, sintió los latidos de su corazón en su mano, sintió que tenía el corazón de su pequeña en la palma de su mano. Bajó y bajó... Y se encontró con el final de su polera blanca, la subió un poquito y al igual que había hecho en su hombro comenzó a trazar círculos alrededor de su ombligo y en sus marcadas costillas, produciéndole estremecimientos a Mikaela. Calor y hormiguitas-. ¿Puedo besarte? -preguntó la rubia y Mikaela asintió y frunció los labios sintiendo por unos breves segundos un poco de temor. Lucy se acercó y le dio un beso en la mejilla, se alejó y sonrió-. No se lo digas a nadie... Princesa no le digas a nadie que te trato así... Solo contigo me nace, ¿estamos?

-Estamos -susurró Mikaela antes de comenzar a dormir una siesta que le dio a Lucy el privilegio de observar las nubes en silencio, y también de mirar a la bonita chica que la acompaña.

...

Los días pasaron muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos el paseo escolar se terminó, Lucy le devolvió la croquera a Mikaela. Y cuando iban en el tren de regreso a la ciudad hizo el estudio de otra nube. 

Junto a Mateo, Ben y Lulu fueron escogidas para organizar el baile de primavera en conjunto con otros chicos del otro segundo.

Cada día que pasaba de aquella semana Lucy ni Mikaela se veían, porque las dos iban al baño abandonado a charlar todos los recreos, a jugar cartas o simplemente besarse con desespero. Pasaba así, se empezaron a hacer mejores amigas que de la nada sentían un impulso gigantesco por unir sus labios, sentir sus cuerpos pegados y demostrarse afecto. El tren camino a casa bromeaban con Heiko y Lucy dejaba que Mikaela apoyara su cabeza en su hombro para que durmiera. Escuchaban música y Mikaela le mostraba día por medio una nube nueva a Lucy. Compartían dibujos y hablaban de arte. En las clases se miraban de vez en cuando y el trabajo de investigación que hicieron junto a Marco resultó ser un éxito, aunque no recibió un diez.

Pero como siempre, cuando todo esta marchando bien y pareciera que tienes el mundo a tu favor, a la más bella chica a tu lado y que las cosas en tu casa van bien... Tu actitud esta cambiando y empiezas a superarte, a ser una mejor persona y a plantearte nuevas metas... Algo pasa. Y en este caso fue un pequeño accidente que terminó por desencadenar varios problemas y al final una gran tragedia.

El miércoles, dos días antes de que fuera el baile de primavera que da cierre al primer semestre y comienzo a las vacaciones de invierno se encontraba Mikaela, Mateo y su compañero Ben adornando el escenario del gimnasio. Todo iba bien, Mateo había entendido muy bien el terror que le tiene Mikaela a las alturas y que no podría subirse a la escalera para pegar decoraciones. Y mientras el jovencito estaba en la cima de la escalera colgando una guirnalda, Ben, aquel chico estúpido y matón del curso tuvo la brillante idea de ir a zamarrear la escalera, y obviamente lo que consiguió fue que el pequeño en ella se cayera desde la altura.

Mikaela, quien no había tenido coraje para controlar la situación previa por fin explotó y en un impulso de adrenalina le gritó con toda su ira-: ¡Estúpido! -a Ben, quien no le agrado nada el insulto que le acaba de propinar esa insignificante chica, que solo sirve como objeto de burlas.

-Dilo de nuevo -le dijo Ben a Mikaela con tono amenazante mientras se acercaba a ella intimidándola con su imponente altura. Y la chica no pudo hacer mas que mirarlo asustada y retroceder temerosa-. Ve a acostarte -dijo en tono en burlón para seguido reírse a carcajadas. Mikaela se sintió dolida y sintió rabia, no por lo que le había dicho si no por no tener la fuerza necesaria o la valentía para seguir encarándolo.

Pero por suerte el cuerpo de Mateo sí se sobrecargó de aquellas dos cosas y golpeó a Ben en la cara dejándolo inconsciente en el piso.

-Ay Dios... ¡P-Perdón! -exclamó Mateo desesperado y él y Mikaela se llevaron las manos a la boca observando el cuerpo inerte de Ben en el piso.

...

El tan esperado viernes llegó, Lucy iba llegando a su casa cuando en la entrada de esta vio una carta en el tapete, la tomó rápidamente y entró a su casa. Fue a la cocina, prendió la televisión para ver alguna película antes de arreglarse y apoyándose en la mesada para beber de su jugo de naranja fue que abrió la carta.

Alfredo, debido a que no respondes mis mails he decidido optar por este método para comunicarme contigo. Se como te sientes y entiendo lo enojado que debes de estar aun conmigo, pero no te seguiré permitiendo que no me dejes ver a mis niños. Es por eso que te daré un plazo de quince días para que me dejes visitarlos, llamarlos o si siquiera saber cómo están, si no es así pondré una denuncia en tu contra. Ellos tienen derecho de ver a su madre y tiene que entender que sea lo que les hayas dicho tiene una historia mucho más profunda, una razón. Pelearé por la custodia de Lucy y velaré por mi Heiko que ya está próximo a ser mayor de edad. Te recuerdo que son nuestros hijos, míos y tuyos. Y que puede que nuestro amor haya muerto, pero nuestra amistad y cariño no.

Por favor diles que los amo, por favor solo concédeme una llamada con mis bebés. Dales mi dirección e informales de todo.

Se despide Emily Araneda

Una lagrima mojó la "r" de Araneda, se corrió la tinta y un sollozó de devastación se escuchó en el aire. Es Lucy que llora desconsolada y no deja de temblar. Justo en ese momento llegó Alfredo, su padre.

-Hola preciosa, ¿que tal la escuela? Traje tu vestido de la tintorería -saludó a Lucy Alfredo. La chica giró y Alfredo rápidamente alarmó el afligido rostro de su hija-. ¡¿Qué paso?! -exclamó afligido acercándose a su hija. Miró el papel tirado en el piso y lo recogió con extrema rapidez. Leyó la carta y su rostro se desfiguró, tragó saliva al finalizarla y se acercó a Lucy con la intención de abrazarla, pero ella se alejó rápidamente sin dejar de llorar.

-Eres un maldito... Apestas -sollozó e insultó Lucy a su padre.

-Hija... Te lo puedo explicar...

-Vamos... Explícalo -encaró Lucy a su padre.

-No... No quería que tuvieran contacto con esa mujer...

-¡Es mi madre! Y tú... tú... -intentó decir Lucy, pero no pudo- ... Pa... dijiste que... que mamá no llamaba -sollozó Lucy y se llevó la mano al pecho como si pudiera aliviar el dolor de su corazón-. Nos pusiste en su contra, me hiciste odiarla... Aborrecerla... ¿Entiendes el daño que me produjiste?

-Hijita... Entiende todo el daño que me hizo ella... El daño que le hizo a nuestra familia.

-Yo lo entiendo... Lo entiendo muy bien... Pero me separaste de ella... ¿Sabes acaso cuan de preocupada estará?... Eres un maldito... No... No sé quién eres.

-Amor... Lucy... Soy tu padre...

-Bueno... El peor padre del mundo.

...

Llegó la noche y Lucy llegó al baile, sus ojos aun estaban rojos por haber llorado tanto, pero nadie lo pudo notar, se mantuvo al margen y sobre todo no quiso preocupar a Mikaela, quien esta en la entrada haciendo maquillajes artísticos que debajo de la luz neón se ven muy hermosos.

En un momento dado del baile los organizadores del baile tuvieron que subir al escenario. Y Mateo y Mikaela fueron vergonzosamente a este cuando Lucy y Lulu ya estaban arriba.

-Tome señorita -dijo el director a Mikaela y le entregó el micrófono.

-Ah... ¿Q-Que...? -balbuceó Mikaela nerviosa y el director le indicó que dijera algunas palabras, pero esta siguió paralizada poniéndose de todos los colores.

-¿Cuál es su nombre?

-Mikaela -respondió temblorosa.

-Un aplauso para Mikaela -dijo el director e Isaac le silbó desde abajo y sus amigos le aplaudieron. Y el resto de la escuela aplaudió vagamente. Lucy se rió por lo bajo al ver a su vergonzosa princesa temblando sin saber que hacer.

-Gracias -dijo la pequeña tímidamente y miró al director, quien no tiene ninguna intención de volver a tomar el micrófono, miró para todos lados y el director le asintió con la cabeza-. Ah... Ahora mi compañero Mateo va a decir unas palabras -dijo y le pasó el micrófono al morocho, quien casi tuvo un mini infarto.

-N-No, no, no... -balbuceó el nervioso chico y Lucy a su espalda le dijo un "ve" y dio un pequeño empujoncito. Sonrió enternecida al mismo tiempo en que la aun nerviosa Mikaela llegaba a su lado.

Lulu las miró de arriba abajo y le dio un pequeño empujoncito a Mikaela, algo que Lucy notó. Tomó delicadamente a su pequeña del brazo y la dejó a su lado. Miró a Lulu desafiante y le alzó una ceja.

Y mientras el pequeño Mateo habla entrecortadamente Mikaela siente miedo y solo quiere bajar del escenario.

-Deben estar muy felices ahora que están juntas -susurró Lulu y maldadosamente cuando pasó al lado de ellas para bajar del escenario le bajó el cierre del vestido a Mikaela, algo que la hizo sobresaltarse, pero por suerte Lucy reaccionó y le tocó la espalda a Mikaela, para sujetarle.

-No te vuelvas a acercar a ella -le gruñó Lucy a Lulu y esta la miró llena de ira antes de marcharse indignada. Volvió a ver a Mikaela y suavemente la giró para volver a abrocharle el vestido.

-Gracias -murmuró la chiquilla tímidamente.

Volvieron a sus aburridos puestos, el rato pasó y la ansiedad y el enojo de Lucy, los pensamientos con respecto a su madre y el gran enojo que tiene con su padre volvieron a rondarle por la cabeza. Buscó con la mirada a la quien es su refugio y se acercó a ella.

-Vamos a bailar -le dijo Lucy a Mikaela y esta aceptó.

Si con bailar se refería a pararse en la pista y conversar funcionó bastante bien para calmar su ánimo. Estaban haciendo una ronda muertas de risa cuando inexplicablemente; Ben se interpuso entre ellas y miró a Mikaela.

-No vuelvas a andar de soplona o te irá mal -le dijo el chico amenazante, pero en ese instante y al estar con Lucy se sintió mas segura y lo miró.

-Estas vetado del baile... No puedes estar aquí... Déjame tranquila -dijo Mikaela y Ben sin mas se fue.

-¿Qué fue eso? -preguntó Lucy completamente extrañada.

-No te conté... Ese estúpido botó a Mateo de la escalera el miércoles... ¿Puedes creer que le grité estúpido! Pero... el maldito me dijo "ve a acostarte" – dijo Mikaela e imitó burlonamente a Ben-. En fin... lo delaté y se supone que no debería venir al baile -terminó de decir Mikaela muy orgullosa de si misma y sonrió al final.

-¿Por qué no me dijiste? -preguntó seriamente Lucy.

-¿Qué...?

-¿Por qué no me contaste? -volvió a preguntar Lucy, más exaltada y llenándose de ira. Mikaela movió la boca y sonrió nerviosa.

-No-No quería preocuparte..., pero ahora te conté Lucy -dijo Mikaela y la tocó con desesperación, pero Lucy se zafó.

-¿Si estas a punto de morir no me dirías para no preocuparme? -dijo Lucy con absoluto enojo y frunció los labios debido a este mismo.

-Lucy... Son cosas completamente diferentes, ¿Por qué te pones as...?

-¡¿Qué es confianza para ti?! -exclamó Lucy enardecida.

-¿Cuál es tu problema? Lucy... cálmate... Estas actuando como...

-¿Cómo qué? Vamos, dilo.

-Estas siendo mala... Como el primer día que llegaste... ¿Qué te pasa? -preguntó Mikaela afligida e intento nuevamente acercarse a Lucy, quien lamentablemente explotó, y no con la persona que debería, ni por la razón.

-Okey... Iba a decir algo como "terminamos" ..., pero recordé que no tenemos nada -escupió Lucy entre dientes y se fue dejando a Mikaela con los ojos llenos de lágrimas.

Esa fue la primera discusión y la ultima que tuvieron.
















Muchas gracias por leer. 

🌸🌸🌸

-Dolly

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