Capítulo 5. [Desenlace]
Aaron llegó a la cocina y se percató que las bebidas estaban casi preparadas. Otra razón para sospechar mas. Ni tan solo le dio tiempo a improvisar nada.
—Seguro me ha escuchado.. está rara. No es cierto lo que me ha dicho, ella ha llegado antes.. —pensó—. Piensa, piensa rápido lo que vas a hacer.. si no la puedes fastidiar más. ¿Y si le hago caso a mi amigo? ¿Y si le interesa otro? ¿Y si el no soy yo?
El muchacho suspiró, calentó las pizzas y la foccacia en el horno y luego lo llevó todo en la bandeja al salón junto las bebidas. Más tarde, entró donde ella estaba lo puso en la mesa y se sentó junto a ella.
—Rica, Rica pizza italianini —dijo con su risa picarona.
—Qué pinta mas buena tiene todo. ¿No crees? —dijo mientras se le salían los ojos de las órbitas.
—Lo siguiente nena, vi que trajiste una foccacia. Como sabes que es una de mis favoritas —sonrió.
—Si, por si te quedabas con ganas de más. Traje mas —le dijo ella.
—Muy bien dicho, mejor quedarse largos o cortos. O como se diga —sirvió los refrescos y las servilletas—, ya sabes que soy de buen comer.
—Si, lo se de sobra lo raro es que no estés gordito —se empezó a reír.
—Me cuido baby, además me conoces pero que muy bien. Todo este tiempo ha dado frutos, lo veo —comentó mientras partía la pizza.
—Así es, que aproveche —le deseó buen provecho.
—¿Sabes? No me arrepiento de haberte traído conmigo. Gracias a ti nunca me he sentido solo y que mejor que compartir mis locuras y ocurrencias a tu lado. Eres lo mejor que me ha pasado. Que aproveche —dijo sincero.
El le acercó un trozo de pizza a la boca y la muchacha un poco ruborizada aceptó comer de esa porción. Además, decidió repetir la misma operación pero a la inversa. Y así, sucesivamente hasta que terminaron de cenar.
—Tu también eres lo mejor que me ha pasado —le recordó ella.
—¿Alguna vez te has arrepentido de venirte conmigo? —le preguntó—. Siento su mirada frágil como el cristal, ¿Qué me ha hecho? —pensó.
—Nunca, si me volviese a pasar. Siempre elegiría tu opción, le abriste el camino a una vida oscura. Gracias a ti he salido de esta aunque a veces pero en muy pocas ocasiones recuerde las voces sin razón y ahí estas tu para decirme.. —justo iba a terminar la frase, el la interrumpió.
—Ya no las oigas por favor —hizo una mueca.
Ambos se miraron y sonrieron.
—¿Te puedo pedir un favor? —le hizo una pregunta el.
—Si, dime —respondió la joven doncella.
—Nunca me olvides, por favor —dijo mientras le acariciaba la mejilla.
—¿Porqué me dices eso? —le cuestionó sin entender.
—Si decidieras irte o rehacer tu vida, no quiero que me dejes solo —le suplicó—. No soy nada sin ti.
—Si tu no me echas, no lo haré. En cuanto a rehacer mi vida.. depende del tema que sea podría pensarlo. No te preocupes por eso tonto —dijo ella—. Nunca me vas a perder, siempre estaremos juntos sea como sea. Aunque algún día nuestros caminos se separen yo no voy a perder contacto contigo.
Ashley se le encogió el corazón porque no quería que eso ocurriera, tanto el como ella se necesitaban el uno al otro. Aunque no se lo dijese, para ella el se había convertido en alguien muy importante y especial.
—Nunca te echaré, aunque me vaya de un sitio a otro te llevaré conmigo. No quiero que nuestros caminos se separen, te quiero aquí conmigo, a mi vera para poder verte y abrazarte como lo hice el día en el que te conocí—opinó—. Prométemelo.
—Te lo prometo —le dedicó una sonrisa Ash.
Aaron la abrazó mientras le acariciaba el cabello y olfateaba el dulce perfume que la caracterizaba. Ella, le correspondió el abrazo mientras le acariciaba la nuca y la espalda.
—Eres tan bonita —pronunció.
—Ay ya, no digas eso. Me vas a ruborizar.. —dijo con vergüenza.
—Solo digo la verdad —le besó la comisura con cariño.
Sus caras quedaron muy pegadas, incluso podían notar la respiración y podían mirarse a los ojos muy cerca. Como nunca antes lo habían hecho, ambos estaban muy nerviosos.
—Esto.....voy a llevarlo todo a la cocina. No tardo —se apartó poco a poco hasta levantarse y cuando iba a llevar los residuos y la vajilla sucia a la cocina el la detuvo—. Espera, un segundo déjalo todo un momento aquí.
Ella se giró con las cosas y lo miró.
—¿Ocurre algo? ¿Quieres algo de postre o otra cosa? —le consultó.
—Tenemos que hablar —respondió el.
—Dame un segundo, lo llevo y vengo. Te juro que no tardo. ¿Pasó algo? —respondió nerviosa sin saber a lo que se refería.
—Entonces, voy contigo. No pasó nada tranquila —se levantó del sofá.
—Yo puedo sola, quédate ahí enserio —le sugirió.
El sin hacerle caso le cogió las cosas y la acompañó. Fregaron todo y lo colocaron, después el sin decir nada la llevó de la mano al mismo sitio anterior. La única diferencia es que se sentó el y la sentó en sus piernas.
—Cuéntame, ¿Porqué tanto misterio? —preguntó mirándole sin perder detalle de cada movimiento y cada gesto que hacía, se sentía rara encima de sus piernas.
—Hace mucho que debí de decirte algo pero nunca me atreví—prosiguió.
—Soy toda oídos —empezó a sospechar lo que le iba a decir—. Seguro no hablaba de mi y se refería a otra chica. Y yo aún creyendo que de la que esta enamorado soy yo.. soy una imbécil —pensó.
Aaron la rodeó por la cintura y le apartó un mechón de pelo sobre su delicada tez. Ella al sentirlo sintió un escalofrió.
—Desde que te conocí sentí algo especial por ti. Una conexión, una atracción y dependencia que no se explicar. Empecé a sentir cosas desde el momento uno, nadie ha conseguido despertar una sensación tan mágica. Me gustaste y mucho.. pero.. ya eso pasó. Ya no me gustas —explicó.
Ashley al escuchar eso le sentó como un jarro de agua fría y evitó no derramar una lágrima. Cabizbaja agachó la cabeza hasta quedarse mirando fijamente al suelo, intentó levantarse pero el no lo permitió.
—Y si no te gusto porque me dices todo esto.. déjame levantarme —le pidió por favor.
El al ver su reacción se dio cuenta de que ella también sentía algo por el, aunque no sabía el que.
—Déjame terminar y no quiero que te levantes —dijo.
El polluelo enamorado le levantó la cara con un dedo y la hizo mirarle a los ojos, los cuales empezaron a rayarse. Ella no pronunció ni media palabra.
—No solo me gustas, me encantas y te amo. Estoy enamorado de ti y no concibo la vida sin ti por eso mismo necesito preguntarte algo ahora mas que nunca. Algo me dice que tu sientes lo mismo y me da igual las consecuencias pero no me voy a callar más —dijo emocionado.
El sacó de su bolsillo un pañuelo y se descubrió un poco la chaqueta del apuro que le estaba entrando.
—Se que has escuchado todo y seguramente has pensado que estaba colado por otra. Pero no, siempre fuiste, eres y serás tu el amor de mi vida. Mi sueño hecho realidad, mi princesa la que me alegra todas las mañanas, noches, tardes y amaneceres. Tu eres la única con la que quiero llegar a ancianos y con la que quiero formar una familia, no me importa sin son hijos, ranas o perros. Lo que sea con tal de estar contigo —continuó sin dejarla hablar—. No seré un príncipe , un rey, un millonario ni el mejor de los hombres pero lo único que tengo claro es que quiero mejorar contigo dándote lo mejor de mi.
La chiquilla empezó a llorar de emoción sin creérselo. Intentó pronunciar palabra pero no le salían las palabras.
—Te juro que conmigo olvidaras por completo todos los fantasmas, quiero brindarte paz, respeto, apoyo, cariño y todo lo que le sigue. Solo te pido que escuches mi voz y si tu quieres me veas como una opción. En esta vida he aprendido muchas cosas y una de ellas es que prometo que te llevaré a sitios donde quieras ir, sean de cerca o de la china. No temas al amor porque el no soy yo. El tren pasa una vez y prometo que siempre estaré contigo.
Sin poderse controlar empezó a llorar también y le secó las lágrimas.
—Quiero pedirte una oportunidad. No te sientas presionada, si no quieres nada o no por ahora no lo tomaré como una derrota sino como una oportunidad para demostrarte lo mucho que te amo y lo que soy capaz de hacer por ti..Por eso mismo quiero preguntarte, ¿Te gustaría ser mi novia? —formuló una pregunta con mucho miedo.
—No me salen las palabras, no se como expresarlo, no se como decírtelo.. gracias por volver a hacer que crea en el amor —dijo conmovida.
—¿Entonces la respuesta es....? O espera no me lo digas... —dijo dubitativo.
—Yo también.. estoy enamorada de ti —dijo sonrojada y temblando.
A él se le iluminaron los ojos tras escuchar esas palabras. Sintió tanta adrenalina que se levantó con ella en brazos y empezó a dar vueltas.
—Si, si, si gracias vida por premiarme de esta manera. Algo muy bueno te he debido de dar en una anterior vida. Ahora no digas nada, voy a hacer algo. Si me correspondes, me lo tomaré como afirmación sino, como negación —le adelantó—. Siento si soy un poco burro o poco romántico con lo que voy a hacer.
—¿Qué harás?
Se volvió a sentar con ella encima, la pegó a el y le robó un beso. Ambos se dejaron llevar unos segundos hasta que el volvió a formular la misma pregunta.
—¿Aceptas ser mi novia?
Esta vez, le hizo caso aunque fuese tarde. La que le robó otro beso fue ella.
Y colorin colorado, esta pastelada se ha acabado.
FIN
NOTA DE AUTORA: Ante la violencia, tolerancia CERO. ¡DENUNCIA!
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