Capítulo 18

Me pasé por la librería de la pequeña ciudad en la que estaba situada el campus de la NCU. Una editorial que me encantaba había sacado una novela nueva y quería comprarla a modo de autorregalo por el trabajo duro que estaba haciendo.

Mi sorpresa fue épica al ver a la amiga de Logan —¿Louanne? ¿Lena? ¡No! Linn— allí. Aunque, a decir verdad, no era la primera que la veía entre esas cuatro paredes. Llevaba unos pantalones vaqueros, un jersey a rayas, deportivas neutras y un chaleco con el nombre de la librería y la palabra Staff en la espalda.

—Bienvenida de nuevo, Felicity. Cualquier cosa que necesites, no dudes en pedírmela a mí o a mi compañera —dijo muy sonriente al mismo tiempo que señalaba al fondo donde otra chica, una mujer madura, dejaba unas cajas en el suelo.

Vale, estaba claro que había visitado la librería varias veces en el último mes.

—Muchas gracias, Linn —la saludé con una sonrisita.

Me acerqué a la sección de novedades y me deleité con las publicaciones de mis libros favoritos de Wattpad. Desde hacía ya unos años las editoriales se habían fijado en el potencial de los escritores de mi plataforma literaria favorita y, por ello, poco a poco publicaban más novelas nacidas en Wattpad. Aunque a veces se pasaban de listos y sacaban novelas de romance muy tóxico con tremendos fallos argumentales solo por querer hacerse ricos.

Torcí el gesto cuando vi una de ellas y más aún al ver a dos chavalitas hablando emocionadas sobre la misma.

—Tía, está muy guay. Él es tan perfecto.

Y es un puto tóxico de mierda, pensé para mis adentros.

La amiga suspiró mientras se abanicaba con las manos.

—Ya quisiera yo tener un hombre así.

No, por favor. Nos merecemos a alguien mil veces mejor.

Pasé frente a ellas y agarré el libro que me interesaba. Al instante, sentí cómo ese par me observaba muy atentamente. Se me calentaron las mejillas.

—Sabes que ese libro es una copia barata de otro, ¿verdad? —me preguntó una de ellas.

—Si te refieres al que yo tengo en mente... lamento decirte que no son iguales. Que él se llame Malcom y que juegue al fútbol americano no quiere decir que sea un plagio.

—Lo es. La autora tiene cero imaginación. No sé cómo las editoriales se atreven a sacar un libro así. No tenéis gusto.

Las miré de hito en hito. ¿Perdona? ¿En serio habían dicho una barbaridad como tal?

Troné los dedos, lista para pelear si hacía falta.

—¿Quién eres tú para juzgar mis gustos literarios? ¿Quién te crees para infravalorar un libro, para juzgarlo? Seguro que sois las típicas fans tóxicas que tiráis mierda a otro autor solo por defender a las diosas a las que les rezáis.

Una de ellas, la chica rubia, meneó la cabeza de un lado a otro.

—Es una lástima que haya niñas ratas como tú. No serías capaz de leer buena literatura ni aun teniéndola delante de tus narices.

Resoplé.

—Mira, ¿sabes una cosa?, paso. Hasta luego.

Y con esas, cogí el libro y me fui con aires de grandeza hacia la caja.

Ni siquiera había salido del todo cuando me encontré con él. Llevaba el pelo alborotado por el viento, una chaqueta de cuero negro y unos pantalones vaqueros claros. Me dedicó una sonrisa avergonzada en cuanto nos separamos. Una suave risita me brotó de los labios.

—Lo siento —dijimos al unísono y, de nuevo, solté un ruido ahogado.

Me puso las manos en el mentón. Me obligó así a mirarlo. Los ojos verdes de Logan me estudiaron, su rostro convertido en una máscara de preocupación.

—Eh, ¿estás bien?

Tragué el gran nudo que tenía en la garganta. Hablar con esas chicas me había sacado de quicio.

—Perdona, hoy no es mi día.

Él colocó sus dedos en mis hombros con una delicadeza estremecedora.

—¿Qué ha pasado para que esos ojitos preciosos estén tan apagados?

Incluso cuanto peor me sentía, logró sacarme una pequeña sonrisa.

—Me he encontrado a unas idiotas ahí dentro. —Señalé la tienda con un dedo para, después, pasarme el pelo tras la oreja—. No es importante.

—Si te ha molestado, sí que es importante. Venga, dime, te escucharé.

Apreté los labios.

—Había dos chicas allí que me han atacado solo porque el libro que he comprado no es el de su adorada diosa escritora —hablé por fin y una vez que abrí la boca ya no pude callarme—. Me parece fatal que la acusen de plagio cuando su libro es cien por cien original.

—¿Hablamos de Evil Morgana?

Lo miré y, al momento, él hizo lo mismo con los ojos abiertos como los de un cervatillo asustado. Esbocé una sonrisa sabeloto.

—¡No me puedo creer que seas un chico Wattpad también!

Logan masculló una maldición por lo bajo. Al parecer, no le había gustado que hubiese descubierto su pequeño placer culposo. Aunque supo salir muy bien del apuro.

—¿Cómo que también? —Se cruzó de brazos y arqueó una ceja—. ¿Quién más usa Wattpad?

Se me escapó una carcajada cruel.

—Garret. Escribe en Wattpad y...

Mierda, seré bocazas. Se suponía que no debía decírselo a nadie.

—Ahora quiero su usuario para stalkearlo —dijo ya más calmado.

Ahora fue mi turno de cruzarme de brazos.

—Lo mismo digo.

Se metió las manos en los bolsillos.

—Yo... es que... leo desde una cuenta fantasma.

Pareció muy inquieto, pero en esos momentos no le di importancia. En su lugar, di un par de botecitos en el suelo.

—No veas las ganas que tengo de recomendarte mis libros preferidos.

—¿Quién no dice que no los haya leído ya? —Me guiñó un ojo.

Estaba deseando compartir lecturas con él. Quién me iba a decir lo ciega había sido por no darme cuenta que tenía a uno de mis escritores favoritos delante de mis narices.

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Nota de autora:

¡Feliz jueves, Moni Lovers!

¿Qué tal estáis? ¡Hoy os toca doble actualización 🥳! Esta historia me tiene muy enamorada. ¿Qué os ha parecido el capítulo? Repasemos:

1. Felicity va a la librería en la que Linn trabaja.

2. El paraíso de los libros.

3. Evil Morgana.

4. Las chavalas pesadas.

5. Los fandoms tóxicos. ¿Qué opináis al respecto?

6. El ataque gratuito que Felicity recibe.

7. El encuentro con Logan.

8. ¡Logan, ya te expusiste!

Espero que el capítulo os haya gustado. ¡Nos vemos en el siguiente! Os quiero. Un besazo.

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