Capitulo 56
"En ocasiones un lazo sanguíneo no significa familia. Es una triste realidad"
-Minaby7
No puedo creer lo que estoy leyendo. Mi mirada va desde la postura desenfadada de mi hermano mayor, hasta las palabras escritas en ese papel.
Gastón está loco. Desquiciado.
Estoy hace media hora aquí, y ya quiero agarrar las pocas que tengo e irme a la mierda.
— ¿Y tú que ganas con todo esto? —pregunté ante su incómoda mirada escrutadora. Siempre tan soberbio, como si supiera de antemano que va a conseguir lo que quiere. Como si nunca nadie le hubiera dicho "no" en toda su vida.
— El prestigio de la revista se elevará en grandes proporciones —expresa con demasiada seguridad, al punto de generar que quiera golpearlo.
Cinco años. Cinco malditos años en qué me tendrá a su merced. Si decido firmar, seré una figura pública exclusiva de su revista. Mis libros llevarán su sello, y serán traducidos a varios idiomas; además estaré obligado a viajar para presentarme a diferentes convenciones literarias.
Y sé que ese tipo de viajes no será ni remotamente parecido a lo que estoy acostumbrado. Comencé a sentir un malestar estomacal punzante. Una imagen en mi cabeza se plantó al instante, viendo como Gastón, poco a poco, me arrancaría mis alas, mi libertad.
— Esto es abusivo de tu parte, ¿no crees? —exclame, indignado.
— Es el precio del poder —dice, con una media sonrisa, apoyando los codos en el escritorio del despacho que tiene en su departamento—. Voy a serte sincero. Jamás creí que tuvieras tanto éxito con tus obras. Y tengo la intuición de que esta colaboración también te conviene. Las ventas de tus libros arrasaran si mi revista es la principal patrocinadora. Es un ganar-ganar para los dos.
— ¿Acaso crees qué eso me importa? ¿La fama? —cuestioné, cruzándome de brazos, bufando con enfado—. Mi intención nunca fue hacerme conocido. Escribo para mí, hago fotografías por puro amor al arte... no se para qué te digo esto. A ti no te interesan mis motivos. Solo buscas hacerte más rico de lo que ya eres, maldito codicioso.
Aquello último lo dije con tanto veneno, sin poder evitarlo.
Gastón sigue con su expresión descarada, sabiendo que por más que quiera negarme, es el precio que tendré que pagar si quiero que él ayude a Florencia.
— Todo artista tiene la aspiración de que sus creaciones sean idolatradas por sus admiradores. Y eso no tiene nada de malo —responde tajante, enseriando su mirada—. Hay personas que nacen con las aptitudes necesarias para afrontar el sinuoso camino de un artista, y otras que no. Te pondré como ejemplo a tu amiga...
— ¿Florencia? ¿Qué tienes que decir de ella? No te pases de listo —exclame furibundo, frunciendo el ceño.
— Relájate, hermano. No diré nada malo —expresa, levantando sus manos, al notar que las mías están estrujando el estúpido papel—. Desde mi perspectiva profesional, Florencia tenía potencial para ganar ese concurso. Y al entender que tendría los focos de atención sobre ella, no quiso continuar. Ella es de las personas que no son aptas para el mundo del espectáculo.
Sentí una leve molestia al escuchar como se refería a mi Flor. Pero al estar hablando de ella, no pude evitar sonreír como un tonto.
— Si le hubieras dicho eso, ella no te habría dado el pisotón —zanje, enarcando una ceja.
— Ella también me dijo unas cuantas cosas —espeta, indignado. Tal vez recordando ese momento—. ¡Y había mucha gente cerca! Tuve que hacer uso de mis contactos para que nada de eso saliera a la luz, pero no nos desviemos del tema más importante.
Es en ese momento que me doy cuenta que hay algo raro en todo lo que él dice, sus suposiciones son bastante acertadas, como si las supiera de antemano.
— No. Ésto me interesa más. ¿Acaso la estuviste investigando? —interrogué suspicaz.
— Yo soy parte del mundo de las noticias. Todo lo referente al interés publico llega a mí más rápido de lo que te imaginas —manifiesta con orgullo, señalándose a sí mismo—. Y después de todo lo que vi sobre ella, tuve la inminente e inequívoca sospecha que vendrías a pedirme este favor.
Su dedo índice apunta hacia el contrato. Me quedé mirando aquellas palabras hasta el punto de percibirlas desenfocadas en mi retina.
Gastón golpeó suavemente dos veces con sus nudillos la madera del escritorio, para llamar mi atención.
— ¿Estás dispuesto a renunciar a tu errante profesión por ella?
Escuché sus palabras sin mirarlo. Y no le respondí.
— Por ser mi hermano te daré un tiempo para pensarlo, pero te sugiero que no tardes mucho en darme una respuesta —exclama lentamente, suspirando. Y apoyando su espalda en el respaldar del asiento, continúa hablando—. Mientras tanto, y en caso de que aceptes mi propuesta, si voy a ayudarla necesito saber su versión de los hechos.
Lo mire directamente sin pestañear. Su postura relajada me hizo desconfiar de sus intenciones. Al fin y al cabo, él pertenecía al mundillo engañoso y frívolo de la farándula, donde un rumor valía más que la verdad.
— No pongas esa cara, asumo que tu sabes lo que realmente le paso a tu amiga, y estoy dispuesto a dar todo de mí para dejar en ridículo esos canales de televisión que se deleitan con estos fraudes —su expresión se torna fría y calculadora—. Como te dije antes, es un ganar-ganar. Si ellos hicieron mal su trabajo, esta primicia va a generar muchas ventas en la revista.
A pesar de mis dudas, con sus últimas palabras termino de convencerme. Ese es el poder de mi hermano. Y por eso Gastón tiene tanto éxito.
— Esta bien.
Mientras le relaté los terribles sucesos del pasado de Florencia, me di cuenta que en todos estos años, esta es la conversación más larga que nunca tuve con mi hermano. Ya que luego él también tenia información crucial de quienes fueron los principales causantes de que los medios de comunicación supieran quien es exactamente Florencia Flores, la dirección de su casa, y su fugaz aparición en el concurso.
Aunque lo segundo yo tenia una leve sospecha de quien había sido. Ese día que recibimos la inminente visita de los periodista en la casa de Flor, vi de soslayo la sombra de un sujeto detrás de un árbol en la acera de enfrente. Por unos segundos pensé que se trataba de él, los rayos del sol golpeaban el vidrio de mis lentes, y me pude haber equivocado. Pero mi hermano acabo por confirmar mi duda. Y deseé en mi fuero interno no enterarme, porque no se como procedería si tengo la oportunidad de volver a cruzarmelo.
Y con respecto a la persona que facilitó la identidad de Florencia, de ella sí me esperé que hiciera una cosa así. Ya que sus intenciones eran claramente una venganza por el rencor que siempre le tuvo a Flor.
La decisión está literalmente en mis manos. En aquel papel que sostengo con furia al comprender lo que perderé si accedo a firmarlo.
Es cuando Gastón me deja solo en su despacho que me pongo a reflexionar, y por más que de vueltas, siempre llego a la misma conclusión.
¿Estoy dispuesto a perder aquello que me costo conseguir? ¿Podré renunciar a mi preciado anonimato por ella?
De una u otra manera, presentía que cualquiera de las dos opciones harían que mi futuro con ella sufriera cambios irreparables. Otra vez.
Mi celular suena avisándome de un mensaje. Y tuve que abstenerme de continuar con mis especulaciones dramáticas. Florencia me necesita. Y no dude un instante en guardar ese estúpido contrato, arrugándolo un poco en el proceso, en mi mochila, para salir apresurado hacia la casa de mi Flor.
___________________________
Volvieron los capítulos cortos :(
Me voy rápidamente porque sigo escribiendo. He escrito todo lo que quería que pasará, y a pesar de que me parece corto, pienso que agregar más cosas seria un innecesario relleno.
Espero les haya gustado, y como estamos cerca del final, les confieso que dejando de lado mi nostalgia, me emociona mucho terminar el libro de una vez. Ya es un año y siete meses desde que lo empece.
Los quiero un montón, si todo sale bien, mañana actualizare otro capitulo ;)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro