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Capitulo 38

CANCIÓN: Here without you by 3 DOORS DOWN

"No se puede sacar de la cabeza a alguien que tienes en el corazón." -By sumisa_de_Patch



Nadie sabe cómo funciona. Podría escribir miles y miles de teorías, y nunca llegar a tener una certeza definida. 

Nuestro primer encuentro, por ejemplo. Ella pudo elegir otro edificio donde vivir... yo también. Ella pudo decidir cursar en otro colegio. Y yo también. Pero quién sea que esté detrás de manipular los hilos del destino, había hecho que nuestros caminos se cruzaran.

Años después, aunque yo ocasioné el encuentro, igual me sabía a Destino cuando la vi caminar hacia mi. Y me paralice. No se me ocurrió otra opción más que escapar. Huir. Cómo lo hice a los dieciocho años. 

La frustración que me embargaba era tanta, que quise estrellar mi cabeza contra una pared. Por ser tan cobarde. Por no acercarme y saludarla, preguntarle cómo estaba, cómo le había ido en su vida. Esas cosas que sueles hacer cuando te reencuentras con alguien que no ves hace un tiempo.

Caminé sin rumbo fijo, hasta que me percate en donde estaba parado. El edificio. Otra vez. Mi celular no paraba de sonar, pero no le preste atención. Sabia lo qué quería hacer. Antes de subir a la terraza, mi estomago comenzó a protestar por falta de alimentos. Me volví unos pasos hasta hallar el quiosco que seguía en el mismo lugar de antaño. 

Ya con la compra en mi mano, me dirigí sin prisa hacia el interior del edificio. Pensando cabizbajo, reprochándome una y otra vez mi falta de coraje.

Julio no se dio cuenta de mi presencia, él solo estaba ahí sin estar, ausente,  bebiendo cervezas, entonces decidí no molestarlo y seguir mi camino.

En la terraza del edificio me apronté a escabullirme bajo un techo. El anochecer estaba cerca, pero los últimos vestigios de los rayos de sol podían lastimarme.

Y me quede estático, viendo a la nada, olvidando hasta de alimentar mi estomago vacío. Cuando el panorama de la ciudad comenzó a ennegrecerse, escuché unos pasos. 

"¿Destino, hoy estás empecinado conmigo?", ese fue mi primer pensamiento al ver a Florencia caminando hacia el muro de la terraza. 

Las palmas de mis manos comenzaron a sudar, mi corazón parecía querer saltar de mi pecho, una explosión estrepitosa colisionó en mi interior. Entendí, lo comprendí por fin, ¿para qué dar más vueltas? Ésto tenia que pasar. 

Dije su nombre tres veces.

En el segundo intento, pude notar como sus nudillos se ponían blancos al ella sostener con más firmeza el alféizar del muro.

— Flor —pronuncié por tercera vez, aún más cerca, y me despojé de mis lentes.

Ella reaccionó como era de esperar, como siempre lo hizo, con toda su esplendorosa torpeza. Y esa fue la distracción perfecta que necesité para acercarme más, sin mirarla, porque todavía me moría de nervios. ¿Cómo es posible que un enamoramiento que duró tan poco me haya golpeado tan fuerte? 

El desastre que provocó con su exabrupto me permitió unos segundos de observar su rostro fruncido detenidamente. Y todo lo que ocurrió después lo hice mecánicamente, sostenerla con firmeza para que dejara de juntar los pedazos rotos del jarrón, y arrastrarla hacia el banco.

Observé su herida, tratando de mantener la compostura. Porque su aroma me estaba afectando, más de lo que quería reconocer. Ella siempre olía bien, una mezcla de cítrico y floral, me volvía loco. La tenia enfrente mio, la había tocado, y todavía mi mente no podía asimilarlo, no del todo. 

— Se ve mal —suelto, controlando que mi voz no temblará en el proceso.

— No te pregunté —responde rápidamente.

Su postura recta hizo que levantará mi cabeza. Y sí, estaba completamente rígida, como a la defensiva, y no pude hacer otra cosa que sonreír. Me atrevo a decirle que no ha cambiado nada, y a recorrerla con la mirada, hasta volver a observar su rostro impertérrito. Solo quería ver su sonrisa, que cambiará esa expresión, lo deseaba incluso más que volver a fotografiar nada en mi vida.

Florencia me habla con desprecio, y todo mi ser se alerta. Entonces me doy cuenta que quizá no sea buena idea intentar nada, no por ahora. Yo mismo siento que estoy a punto de llorar por toda la emoción de volver a verla, de tenerla cerca. Esto es más de lo que merezco.

— Sólo... no me busques.

Sus palabras, ¡maldita sea! Fueron sus palabras dichas con tanta vehemencia y claridad, sin temblor ni duda en su voz lo que nuevamente me dejó helado en mi sitio.

Y no la seguí. Por ahora la dejaría tranquila. Porque sé con certeza que el dichoso destino se iba a encargar de volver a juntarnos.



***



Apenas ingresé al departamento de mi hermano, lo primero que veo es a Matias dormido en el sofá. Tenia 38 llamadas perdidas de él. La luz de la cocina esta encendida, y me siento patético por caminar en puntas de pie para no despertar al chismoso de mi hermanito para ir hasta allí. Un adulto de 25 años evitando despertar a otro adulto de 22. 

De todas formas, en la cocina encontré a Gaston enfrascado en su celular. Lamer mis heridas en soledad no iba a ser una opción para mí esta noche.

— ¿La encontraste? —me pregunta sin levantar la vista de la pantalla.

Decido no responderle, y sentarme en el mesón, lo más alejado posible de él. Suspiró profundamente, soltando de golpe todo el aire que estuve conteniendo, aunque eso no aligera el dolor en mi pecho.

Escucho como chasquea sus dedos, pero lo ignoró, me cruzo de brazos y espero a que empiece a soltar todo lo que quiere decirme.

— ¿Y cuál es tu plan ahora? ¿Piensas volver a embarcarte en uno de tus viajes en lugares donde no me puedo comunicar contigo? —cuestiona con voz moderada, aunque yo sabia que quería gritarme. Levanto mis hombros como única respuesta, y Gaston golpea la mesa, aún así no recibe ninguna reacción de mí—. Mira, Nahuel, no eres un adolescente, ya no. ¡Respóndeme! ¡Habla conmigo! Yo no te hice nada. No es mi culpa lo que sea que te haya sucedido con Rosita...

— Ya sabes su nombre —lo interrumpí, dirigiéndole una mirada de reproche.

— Como sea, necesito saber qué piensas hacer ahora.

— No tengo ni puta idea —respondo con sinceridad, cabizbajo. No me había detenido a pensar. Este día fue demasiado turbulento, demasiadas emociones. Demasiado de todo.

— En ese caso, necesito que me hagas un favor. Si decides irte después de eso, no pondré objeción alguna.

Observo su rostro. Calculador, serio, totalmente convencido de que haré lo que sea que me pida, como si tuviera la certeza de qué voy a aceptar. 

— Uy, sospecho que es algo grande, sino no pondrías esa cara.

— ¿Qué cara?

— No importa. Primero dime qué es, antes de intentar manipularme con tus condiciones.

Gaston eleva sus cejas, claramente fingiendo desentender mis palabras. Pero ambos sabemos qué eso es justo lo que intenta hacer. Manipularme.

— No se a qué te refieres, pero voy al grano. Se trata de la celebración de fin de año en la revista. En esta ocasión se decidió hacer una fiesta de disfraces —empieza a explicar, mientras se mueve por la estancia buscando algo—. Últimamente en el ámbito artístico hay más adolescentes jóvenes que adultos. Optamos por una opción más divertida para ellos.

— Brillante, ¿y el punto es...? —inquiero, entrecerrando mis ojos, porque no me gusta nada de lo que estoy escuchando.

— Hemos invitado a varios personajes de la farándula, cantantes, artistas quienes han sido entrevistados por nosotros, jugadores de primera división, periodistas...

Se detiene cuando encuentra la carpeta que supongo era lo que buscaba frenéticamente.

— Todavía no me dices cuál es el favor —espeto, al mismo tiempo que él abre la solapa, y solo señala con su cabeza para que le eche un vistazo a los nombres allí escritos—. Increíble, esto es de otro nivel, te felicito.

En realidad apenas leí quienes eran los invitados, pues mis ojos casi se cierran por el cansancio tanto físico como emocional de todo este día pesado.

— Quiero que estés ahí también —suelta, y por unos leves segundos su mandíbula tiembla, anticipando mi respuesta negativa. Gaston jamas se muestra nervioso, solamente cuando se trata de mí, y mis decisiones es que él rompe con su postura controlada.

— Imposible, no puedo —le digo, intentando cerrar la carpeta, pero él detiene mi movimiento.

— Si es por tu anonimato, eso se arregla.

— Si ya sabes que mi respuesta es no, ¿por qué tomarse las molestias? Me gusta como están las cosas ahora, sin que nadie sepa quien es Vladimir, no voy a ir. Es definitivo.

Una media sonrisa en el rostro de mi hermano fue suficiente para saber que tiene un as bajo la manga. Y honestamente, no me sorprendía.

— Si, tienes razón, sabia que te ibas a negar —entonces él voltea la hoja donde estaba la lista de invitados, y señala un nombre en especifico—. Pero quizás ella te pueda convencer.

Invitado especial: 

Leonel Vargas, acompañado por seis amigos, Bautista Sosa, Rafael Sosa, Andres Rodriguez, Bruno Bustamante, Florencia Flores, Julieta Blanco.

No le presté atención más que a su nombre. Su asombroso, y cómico nombre. Sentí mis mejillas calentarse, y otra vez maldije, o quizá no tanto, al universo y sus tretas.

— ¿Qué me dices ahora? —pregunta Gaston, nuevamente confiado en qué no me iba a negar.

Lo pensé, por tres segundos. Y mi anonimato es una prioridad que tambaleaba ante este giro inesperado de los acontecimientos.

— No, no puedo... —pero ya mis palabras sonaban dudosas, incluso para mí mismo.

— Pero quieres —afirma mi hermano, sonriendo complacido por mi confusa respuesta.

— Es que... ella no... 

— Es una buena oportunidad para atraer la atención de más lectores, piénsalo de esa manera. He recibido decenas de mensajes de personas que quieren saber más de ti. No puedes desaprovechar esto, ademas no te van a reconocer.

Gaston no lo sabe, pero acaba de escucharse tan ansioso, como muy pocas veces lo había visto.

— Lo siento, pero prefiero que las cosas sigan así, sin dramas, ni gente metiche que... —mis ojos vuelven a leer su nombre, y no puedo continuar. 

— Nahuel, es una fiesta de disfraces, no tienes que mostrar tu rostro. ¡Demonios! ¿No te das cuenta lo perfecta qué es la situación? —exclama, cerrando la carpeta de golpe, su paciencia agotándose con cada segundo en qué yo respondía negativamente.

— Y tengo el disfraz perfecto —una tercera voz se nos une, y ambos miramos a nuestro hermano pequeño aparecer por el umbral de la cocina.

Escondía algo en su espalda, y en el momento en qué nos muestra lo que llevaba oculto, me levanté de golpe al ver lo que sostenía.

— ¡De ninguna manera voy a ponerme eso! —espeto, señalando la vestimenta que había elegido para mí.

— ¿Por qué no, bro? Te representa —dice, guiñando un ojo.

Me restriego el rostro con mis manos, ante la vehemencia de mis dos hermanos por querer arruinarme la vida.

— Me parece apropiado —acota Gaston, impaciente.

— No voy a usar eso —les digo, decidido. Matias sonríe, haciendo una mueca de incredulidad. 

Solo se escuchaba mi respiración agitada tras el silencio que nos envolvía. 

— ¿Cuándo es? —preguntó, más por matar el incomodo momento, que por curiosidad.

— Como todos los años, el treinta de diciembre —responde Gaston, acariciando su poblada barbilla.

Treinta de diciembre.

El cumpleaños de Florencia. De mi Flor. 

— Una semana para que te prepares... —comenzó a decir mi hermano mayor.

— Nunca dije que iría —lo interrumpo nuevamente. Los observo a los dos, y suspiro profundamente. Esto es una jodida mierda que podía terminar o muy mal, o irreversiblemente catastrófico.

— Y si llego a cambiar de idea... —inquiero, señalándolo a los dos—. Definitivamente no voy a usar esa mierda.

Ambos dan por terminada la conversación al escuchar mis ultimas palabras. Con paso firme, salgo de la cocina, pero caigo en la cuenta que no tengo la menor idea donde esta mi habitación. Entonces solo me quedo observando el suelo, completamente agobiado por esa charla, por ella, y todo lo que implica que yo haga acto de presencia en esa celebración.



******************

Este ha sido el bloqueo más largo de mi tiempo como escritora en Wattpad. Les pido sinceras disculpas. En serio no fue mi intención desaparecer por tantos meses. Y sé que estaban esperando que actualizara, leí todos sus comentarios. Estoy profundamente agradecida por su paciencia. No se cuantas personas seguirán esta historia del vampiro fake, ni si este capitulo llenó sus expectativas, pero sepan que ahora mismo estoy emocionada, lagrimeando por haber quebrado, fusilado, triturado este mardito bloqueo.

Ya saben que cuando termine con este libro, lo voy a editar, y quizás agregue más cosas en el principio, pero para eso faltan varios capítulos más.

¿Cuál sera el disfraz que Matias quiere que Nahuel se ponga? ¿Por qué se negó rotundamente nuestro Vampi al verlo? 

¿Qué creen que pasará en la celebración? ¿Nahuel se presentará?

Los leo.

Otra vez gracias por su aguante, los quiero demasiado, mil gracias por el apoyo.

Menciones especiales:

Miren esta belleza de dibujo que hizo Neorith 

Ha logrado captar las personalidades de Flor y Nahuel en este hermoso dibujo, en serio gracias por alegrarme el alma con lo que haces.

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xiommaraliseth

alondrajis

AmitJoan054

Y sinceramente muchas más, gracias en serio por estar esperando. Gracias a los que están conmigo desde el inicio, y a las nuevitas que también estaban esperando actualización, porque vi que varias se lo terminaron en un día. Wow, me siento tan agradecida, que ya... mejor lo publico y dejo de escribir xD 

Ahora que he salido del bloqueo, les prometo que los siguientes capítulos los publicare más seguido.

Perdón, es que me encanta ese meme XD XD 

Como ya es tradición: 01:19 a.m, bastante temprano para tratarse de mí. 

PD: Les pido disculpas de antemano por los errores que encuentren, una vez que empece a escribir no me detuve, es probable que me haya equivocado en algunas partes, mañana lo reviso bien, y no me ofendo si ustedes me lo señalan, me gusta que me corrijan, ahora si...

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