Capitulo 31
Dicen que besar a la persona correcta se siente diferente. Tu cuerpo se estremece, algo se remueve en tu alma, sientes una conexión más allá de las palabras.
Besar a Florencia es como encajar las piezas sueltas que rondaban en mi vida. Sumamente satisfactorio, pero a la vez colmado de incertidumbres, preguntas. ¿Eso seria todo? ¿Es suficiente? ¿Voy a necesitar más de esto?
Y no pude parar... no pudimos.
Pero tuvimos que hacerlo al percatarnos que no estábamos solos en la terraza. Los aplausos de toda la gente reunida allí nos separo de inmediato. El señor Omar había terminado con su discurso, el cual oí solamente aquello que dijo sobre encontrar un amor como el de sus padres, que sólo baste una mirada para confesar lo que las palabras callan.
Rápidamente, me coloque mis gafas, mientras Florencia tenia la vista en el suelo, sus mejillas visiblemente rojas incluso a través de la opacidad de los lentes. Con su mano, escondía sus labios, y su ceño fruncido me indicaba cuanto le había afectado este beso.
Ninguno dijo nada. De mi parte, porque también estaba abrumado. Fue una acción no planeada de parte de los dos, como si estuviera destinado a pasar desde el principio. Y como reacciono mi cuerpo ante ella, como reacciono todo mi ser, fue algo inexplicablemente hermoso, algo fuera de este mundo.
"El amor es lo más cercano que tenemos a la magia." Escuche esa frase en una película. Ahora tiene sentido para mi.
Florencia suspira, como parecía que no íbamos a hablar, la tome de la mano, y juntos, en silencio, nos dirigimos hacia adentro del edificio.
Cuando nos detuvimos al llegar a nuestro piso, todavía no encontraba las palabras adecuadas para terminar con nuestro estado de nerviosismo. Nunca me había pasado algo así. Es patético. Soy patético.
— Sigo enojada —es lo único que dice, pero no me mira.
— Perdón, yo... —no pude terminar con mi lamentable justificación de como la había tratado más temprano, porque su mirada intensa me decía a las claras que no quería escuchar una disculpa de mi parte.
— Bueno —pronuncia, alargando las vocales. No entendí a que se refería, y no tuve tiempo de preguntarle, pues decidió entrar a su departamento, tan rápido, que no alcance a detenerla.
Sin otra opción, hice lo mismo. Impactado aún, estremecido de pies a cabeza. ¿Cómo es posible que un beso cause tanto alboroto? ¿Qué tienen que ver las palmas de tus manos, la sensibilidad que sientes en tus brazos, piernas y cuello? Se me erizo la piel en lugares que no eran lógicos. Y mi pecho se llevo la peor parte, porque todavía sentía los latidos desenfrenados de mi corazón. Y entonces esa es la respuesta a mi pregunta principal. "No es suficiente".
Me deslice hasta llegar al frío suelo, y abrace mis rodillas. Si Florencia causo todo esto en mi con un beso, ¿cómo sera...? ¡No! Es mejor no ir por ese camino.
Habia ciertas cosas de ella que me mantenía en constante fascinación. Como hacerle frente a mi familia, cuando yo nunca pude hacerlo. Tan solo me fui, y esa fue la única solución que encontré para buscar mi propio camino. O como cuando estábamos retirándonos de la casa de mis padres, aunque lloraba, ella desordeno de un golpe la correspondencia que se encontraba arriba de una mesita en la entrada. No hice preguntas, pero me asombro bastante. Y su forma de aconsejarme que hablara con mi hermano, de ponerme los puntos y sellar mi boca para que no siga diciendo estupideces.
Y ahora esto. El enamoramiento no es sano, y lo estoy confirmando en estos momentos.
...
Florencia no contesto ninguno de mis mensajes. El domingo estuve todo el maldito día buscando toparme con ella de casualidad, pero no salio de su departamento. Le marque varias veces, pero al parecer tenia el celular apagado. Me detuve en su puerta en dos o tres ocasiones, y regresaba a mi departamento, arrepintiéndome al instante.
Y sus desplantes me dieron tiempo de pensar. En ella, y en la propuesta de mi hermano. Otra cosa de la que todavía no hallaba lógica. Gaston buscaba mi perdón, y me ofreció un empleo en el periódico donde trabajaba. Él había encontrado mi diario de adolescente en mis antiguas pertenencias. Cosas que escribía cuando aún vivía con ellos. No se que pudo parecer interesante para él. Mi respuesta fue un definitivo no. Pero sus razones me llevaron a decirle que lo pensaría.
"— Piénsalo, hermano —me había dicho— tendrás un trabajo estable, no vas a volver a depender de la mensualidad que te otorgan mamá y papá, y ademas quiero que vivas conmigo, podemos empezar de nuevo. Quiero recuperar tu confianza. Quiero recuperar a mi hermano, aunque entiendo si dudas de mi."
Hace algunos meses estaba desesperado por encontrar un trabajo donde me acepten con todas mis limitaciones. Y esto que me ofrecía me hizo replantear mi respuesta negativa. Tendría que mudarme lejos del colegio, pero eso no seria problema ya que es mi ultimo año. Gaston trabajaba en un diario popular, pero la sede incluso quedaba bastante alejada de la casa de mis padres, y para él ya era tiempo de dejar el nido, finalmente.
Pero aceptar significaría alejarme de Florencia. Mi Flor, que ahora parecía evitarme con mas ahincó que antes.
Espere media hora en el vestíbulo del edificio, pero ella no apareció. Y temiendo llegar tarde a clases, decidí viajar sin ella. Aún con el poco tiempo jugando en mi contra, apenas ingrese al colegio, me detuve en el pasillo desde donde podía ver cuando ella llegara, o si ya estaba por entrar a su clase.
Entonces la vi. Tan sonriente como es ella. Pero no estaba sola. A su lado caminaba el idiota del hermano de Malena. Florencia estaba colgada del brazo de él, riendo a carcajadas, y no notó mi presencia. Leonel sí me miro, luego a ella, pero no hizo nada. La conozco, y sé que es distraída, pero eso no menguo la furia que empece a sentir en mi interior.
Ellos llegaron juntos. Florencia debió levantarse temprano para no tener que cruzarme, y ahora aparecía con él. Después de nuestro beso, ¿así me trata? Entiendo que pueda estar enojada, pero ¿acaso no significó nada para ella lo que compartimos? ¿O acaso ella no sintió lo mismo? Quizá yo era el único tonto que sintió que todo su mundo se estremecía al encontrar una persona que te haga cuestionarte todas tus anteriores experiencias, como si desaparecieran con la bruma, como si sólo ella existiera en mi patético mundo de ilusiones.
En clases, no entendí nada de lo que el profesor de Historia estaba relatando. No podía concentrarme. En el receso, otra vez la busque, a pesar de sentirme como un loco desesperado, y no me gustaba lucir así, pero una vez más no la encontré. No estaba en la biblioteca, ni en la cafetería, menos en el patio exterior.
— ¡Nahuel! ¡Ya deja de correr, no puedo seguirte el paso! —dijo Andres, agitado por la carrera que tuvo que hacer para llegar hasta mi.
— ¿Viste a Florencia? —le pregunte, mientras regresaba a la biblioteca por si ella decidía ir allí a ultimo momento.
— ¿Se pelearon otra vez? ¿Qué le hiciste? —el pelirrojo me sostiene de la campera para detenerme.
— No le hice nada, solamente no la encuentro, y necesito hablar con ella.
Andres me mira entrecerrando sus ojos, pero luego sonríe abiertamente como suele hacerlo él, y señala un salón en especifico que se usaba para las clases de música.
— Ella esta ahí —mi amigo observa su calzado, y luego regresa su mirada a mi rostro, enseriando su expresión—. Con Leonel.
No lo espero, no lo pienso y me dirigo hacia esa puerta. Antes de abrir como todo un maniático de una patada, su voz me detiene. Florencia estaba cantando. De alguna manera que no comprendo su dulce voz obtiene una reacción automática en mi.
Inhalo profundo, y expulso el aire lentamente. Necesito dejar de ser tan imbécil cuando se trata de ella. Conociendo a Florencia, si hubiera hecho esa entrada furiosa, estaría lejos de ser perdonado por ella.
Giro sobre mi eje, caminando lejos de aquel salón, lejos de su voz, con la compañía de mi buen amigo, que intentaba hablar de cualquier cosa para distraerme.
...
Cuando las clases finalizaron, me asegure que mi vecina se haya retirado sola. La vi caminar hacia la parada de colectivos, y espere a una cuadra del colegio. Sabia que Leonel pasaba por ese lugar para ir a su casa. Malena y Andres tomaron un rumbo diferente ya que tenían que hacer un trabajo juntos. Una tarea de la que no preste atención por estar planeando este encuentro.
De reojo, lo observe acercarse. Él estaba solo. Al percatarse de mi presencia, camina más despacio hasta llegar adonde me encuentro, como si en su fuero interno supiera que lo estoy esperando.
Cuando se detuvo enfrente mio, pude darme cuenta que es unos centímetros más alto que yo, y más fornido también. Pero eso en realidad no me causa nada, necesito tener esta conversación con él, sin importar como termine.
— ¿Todo bien? —pregunta, cruzándose de brazos. No pase por alto su postura desafiante, ni su sonrisa condescendiente.
— En realidad no ¿Qué mierda pretendes con Florencia? —espete sin dar vueltas, con mis manos cerradas en puños. Mi mandíbula comenzó a dolerme de tanto que apretaba mis dientes.
— ¿Y tú eres su novio o algo así? —se jacta, y descaradamente pone sus ojos en blanco.
— Eso que importa. No me gusta que estés cerca de ella —doy un paso hacia él, en un claro gesto de enfrentamiento—. Primero eres un idiota con Florencia, y ahora andas detrás de ella, ¿qué queres con Flor?
Leonel se atreve a sonreír a medias. Y la cólera que siento aumenta potencialmente.
— Primero y principal, que te importa lo que quiera con ella —exclama, y su actitud cambia, su expresión ya no es de burla. Me observa demasiado serio, y coloca una de sus manos en mi hombro, alejándome de él—. Si ella decidió brindarme su amistad, no tengo que darte explicaciones de porqué lo hizo. Y segundo, si vas a hablarme, te sugiero que te saques esos lentes raritos que siempre llevas puesto, y así vamos a poder arreglar las cosas entre nosotros.
Leonel extiende su mano hacia mis lentes, pero un solo golpe hacia su muñeca lo detiene. Él parece enojarse ante mi golpe, y yo por su atrevimiento.
Al mismo tiempo arrojamos nuestras mochilas al suelo, esto no iba a terminar bien.
Un derechazo venia directo a mi cara, pero logre esquivarlo. Mi puño hizo contacto con su boca, y como me enseñaron algunos conocidos que frecuentaba en mis momentos de andar de fiesta en fiesta, le aplique dos golpes rápidos en su mandíbula y nariz.
El idiota se limpia la sangre con el dorso de su campera, y cuando estaba por responder a mi ataque, dos personas lo sostienen de cada brazo.
— Nahuel, el oscuro. Que alegría encontrarte, y en que situación.
Mire a mi izquierda para reconocer al tipo que se acercaba a nosotros. Rubén y su pandilla. Los había conocido en una fiesta, en un barrio de bajos recursos. Me aleje de ellos cuando me di cuenta de su oficio. Andres es primo de un conocido de Rubén, por eso nos habían aceptado en sus juergas. Pero cuando lo vimos necesario, dejamos de frecuentar ese barrio, porque estaban más allá de lo que queríamos experimentar hace seis meses atrás.
— ¿Ni un hola para tus viejos amigos? —dice, observando detenidamente el rostro de Leonel—. Ya veo que nuestras lecciones te sirvieron de algo.
Sin dirigirles la palabra, me agacho para tomar mi mochila del suelo.
— ¿Te vas tan pronto? Siempre tan maleducado —entonces se acerca a sus amigos, pateando la mochila de Leonel a propósito—. ¿Qué tenemos aquí? Por esa pilcha que llevas parece que eres un niñito ricachón.
— Por esa ropa que llevas pareces un chorro de cuarta —suelta Leonel, forcejeando para soltarse, pero uno de ellos le propina tal patada en la pantorrilla que él cae al suelo.
— No lo molesten —les digo, acercándome a ellos—. Él es...
— ¿No te ibas? —me interrumpe Rubén, desafiándome con la mirada. Su rostro daba un poco de miedo, ya que estaba lleno de tatuajes, y yo sabia de lo que era capaz—. De todas formas, estaban peleando, nosotros nos ocupamos.
El moreno sostiene del cuello a Leonel, levantándolo. Decido alejarme de ellos, y llamar a la policía. Pero cuando me doy vuelta, Florencia esta ahí. Justo a medio metro de nosotros, observando todo.
Mi Flor me mira como si no me conociera. Hay tanta decepción en su mirada que siento un extraño dolor en mi estomago. Una repulsión que llega hasta mi garganta.
— No se quién mierda son ustedes —exclama, alzando su voz para que ellos la escuchen— pero acabo de llamar al 911, así que mejor desaparecen, y dejan a mi amigo en paz.
Los amigos de Rubén sueltan de inmediato a Leonel. Florencia no me mira, no me habla, y se dirige hacia donde su amigo esta sentado en el piso.
— ¿Y esta fiera de dónde salio? —Rubén intenta acercarse a ella, pero Florencia es más rápida, y saca de su bolsillo un gas pimienta.
— Escúchame, viejo. Sé como usar esto, y también tengo el conocimiento de cuanto vas a estar encerrado por pegarle a un menor de edad.
—Florencia —pronuncie su nombre, pero ella me ignora. Temo por como Rubén pueda reaccionar.
— Yo no le hice esto —dice, dando pasos en reversa, sin dejar de mirar a mi Flor—. Fue el oscuro Nahuel quien lo dejo así.
Aprieto mis puños a los costados de mi cuerpo. La banda de tres al fin deciden irse, y Florencia, desde el suelo posa su vista en mi rostro.
— Oscuro Nahuel, ¿en qué demonios estabas pensando? —espeta con furia, sus ojos cristalinos. Pero su atención vuelve a Leonel. Ella posa sus manos en sus mejillas para inspeccionar las heridas.
— Estoy bien —trata de calmarla su supuesto amigo.
— Yo... esto no es lo que parece... —empiezo con mi explicación. Florencia se dedica a ayudar a Leonel a levantarse.
— Por el momento, no quiero verte, Nahuel. Esto es... demasiado.
Sin esperar una respuesta de mi parte, ella se aleja. Leonel rodea sus hombros con su brazo. Y yo me quedo mirando el suelo salpicado por tres diminutas gotas de sangre.
Yo no soy así. Se suponía que no tenia arranques de violencia. Que todo lo meditaba, y calculaba. Y por más que siga rompiendo mi cabeza con lamentaciones, veía muy imposible que Flor me perdonase.
El enamoramiento no es sano, repito.
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No dejare una nota larga. A pesar de ser las 4:40 a.m me muero de sueño...
Les pido amorosamente que me comenten que les pareció, y si pues, les da pereza, mis fantasmis, entonces no. Jajaja.
Este capitulo se lo quiero dedicar a eliangelmaria y yarlisami24 ¡muchas gracias por sus votos y por apoyar la historia!
Good night, mis Vampi-Lector#s
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