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Capitulo 16

"No se la razón por la cual mi corazón se agita cuando te veo"- FOR YOU, OST MOON LOVERS





Soy cobarde. Lo admito. Mi estomago ha empezado a doler, pero esta vez no son los cólicos menstruales. Los nervios me tienen en un estado paralizante. Parada al lado de mi puerta, esperando escuchar a Nahuel salir de su departamento para no tener que cruzarmelo.

El día de ayer tenia que entregar la entrevista de mi vecino, no podía faltar. Y hoy, viernes, la asistente social me pasaría a buscar, y uno de sus controles era hablar con algún preceptor para investigar como iba en mi rendimiento académico. Tampoco podía optar por no ir a clases.

Nos estuvimos evitando y eramos bastante evidentes.

No lo sentí correcto. No estaba preparada. Me tomo por sorpresa y mi reacción fue lógica. Jamas imagine que íbamos a estar en esa situación. A pesar de que apenas nos conocemos, sabemos muchas cosas uno del otro, no se me cruzo por la cabeza que él podía llegar a tener esas intenciones conmigo.

No soy tonta, sé que iba a besarme. Pero... ¿por qué yo? ¿Acaso le gusto? Eso es una locura. Porque Nahuel era demasiado para mi. Comprendo quien soy, mi autoestima esta bien, simplemente imaginarnos juntos era algo que no cuadraba.

Decido que ya no puedo seguir escondida en mi departamento. El reloj marcaba las 7:02 de la mañana, solo me quedaba media hora para llegar al colegio, y si llegaba tarde eso me traería problemas.

Dos cerrojos se escuchan al mismo tiempo, y me detengo. Me quedo estática, maldiciendo internamente no haber esperado unos segundos más. Nahuel cierra su puerta, esta de espaldas a mi, pero en el momento en que voltea para dirigirse al ascensor, puedo ver sus mejillas visiblemente sonrojadas contrastando con su pálida piel.

De un azote, cierro mi puerta, apoyando mi espalda en ella, contando los minutos precisos para poder salir. Él esta avergonzado, quizás arrepentido. 

No debería seguir dándole vueltas al asunto. Estoy creando expectativas sobre nubes de algodón. En algún momento le pediré explicaciones, pero no ahora, y no en un futuro cercano. Hay otras cosas más importantes.

"Eso es, deja este asunto en segundo plano, aferrate a tu plan de vida, nada de dramas" me dije a mi misma. Suspire hondo, calmando mis nervios, y aún con ese maldito dolor estomacal, abrí por segunda vez la puerta de mi departamento.

...

—Tengo una teoría— la voz de Andres me hizo saltar en mi asiento. ¿Es que nadie en esta escuela podía abordarme sin asustarme de muerte?

Me encontraba en la biblioteca, después de presenciar un acto extremadamente raro e impensable. Habia llegado tarde a clases, pero extrañamente el profesor de matemáticas estaba ocupado con uno de los alumnos en la oficina de la directora.

Agradecí internamente a esa persona, que me había dado el tiempo suficiente de llegar antes de que pasaran lista. Mientras sacaba mi libreta de la mochila, el profesor ingresa al salón con su cara de perro malhumorado, y detrás de él, Leonel Vargas. Éste miro directo hacia mi, susurrando un "de nada". Increíble, el idiota fue mi salvador. Lo ignore toda la clase, eso no iba a cambiar los pensamientos que tenia de él.

—¿De qué hablas?—le pregunto, regresando al presente, observando al pelirrojo tomar asiento enfrente mio.

—De mi amigo y tú.—responde, empujando con el dedo indice sus anteojos.

—Alumno Rodriguez, que milagro verlo en mis dominios—La bibliotecaria nos interrumpe, posando su vista en ambos.

—Señora Ángeles, es que...—Andres me arrebata el libro que tenia en mis manos—... tengo que estudiar para el examen de química avanzada—dice, leyendo el titulo.

—Ya veo, creo que Florencia es una buena influencia para los rezagados del colegio.

Apenas se aleja, él me devuelve el libro, me roba una hoja y comienza a garabatear en ella.

—Simula que estas estudiando, Flor.

—Yo estoy estudiando, no tengo que disimular.—informo, buscando la pagina donde había quedado.

—¿Química avanzada, eh? Eres toda una nerd.

—En realidad, soy tan mala que tengo que venir en el receso para estudiar, bobo.—Andres comienza a reír, pero un rechistar de la bibliotecaria acallan su carcajada.

—¿Sabes quién podría ayudarte en esa materia?—espeta, elevando sus cejas con énfasis.

—Apuesto que tú no.

—Hieres mis sentimientos, pero tienes razón.—dice, dramáticamente, entonces se acerca y hace un ademan con su mano para que lo imite. Presiento que no me va a dejar en paz, así que me estiro sobre la mesa para escuchar lo que tenga que decir.

—Nahuel—pronuncia lentamente, alejándose. La expresión de "yo me las sé todas" de su rostro es tan cómica.

—No, gracias. Me gusta estudiar sola—evito mirarlo cuando respondo. No quiero hablar de mi vecino.

—¿Quieres saber mi teoría, sí o no?—exclama, jugueteando con mis lapices.

—Si tiene que ver con tu amigo...

—Le gustas—me corta de repente, y el libro que sostenía resbala de mis manos.

—¿Qué?... No... eso no es posible—balbuceo, acomodando mis útiles innecesariamente.

—Tenia mis dudas, pero el miércoles pude comprobar esa teoría. Él estaba muy molesto cuando nosotros hablamos...

—Eso era porque estaba preocupado por ti—suelto, antes de que siga diciendo sandeces—Me pidió que no coqueteara contigo, porque eres bueno y...

—Déjame terminar de hablar, mujer—espeta y yo solo afirmo lentamente.—Lo conozco hace un año. A pesar de ser muy amable con las chicas que se acercaban a él, Nahuel nunca invito a nadie a nuestra mesa. Su comportamiento es una novedad para mi. Hace unas semanas me hablo de ti, pero no estaba seguro de quien eras, hasta que nos presento.

—Cuando dices que comprobaste tu teoría, ¿ese flirteo fue adrede?

—Perdón, pero era la única forma. A veces me sorprende la capacidad que tiene de olvidar que si una chica me gusta, yo no soy tan confiado. Soy un tímido sin remedio—su confesión nos hace sonreír, pero luego su expresión se torna inquisitiva—Ademas, ya me di cuenta como lo miras.

—No lo miro de ninguna manera especial, zanahoria—masculle entre dientes, cruzando mis brazos.

—Yo soy una persona observante...

—Observador—lo corrijo. Andres pone los ojos en blanco.

—Lo que sea. Yo me doy cuenta de esas cosas. Ya los shippeo—dice con entusiasmo, y esta vez es mi turno de rodar mis ojos—soy del Team Flohuel.

—Eres todo un personaje, Andres, te estas equivocando terriblemente.—suelto, guardando mis cosas en la mochila, pues el timbre de inicio de clases ya estaba sonando.

—Lo se, soy pésimo creando los nombres de los Shipps.—exclama, ayudándome a juntar las hojas desparramadas en la mesa.

—No me refería a eso. ¿Nahuel y yo? Imposible.

—Te apuesto lo que quieras que en unos días intentara besarte—inquiere, caminando a mi lado hacia la salida de la biblioteca.

—Yo no hago apuestas—digo, porque en realidad Andres ya habría perdido.

Nos separamos en el pasillo de la escuela, pero sus palabras siguen calando hondo en mi sistema. ¿Qué yo le gusto? ¡Patrañas!

...

El ultimo timbre suena en los altavoces alertando el tan esperado final de clases, y yo ya estoy arrastrando mis pies hacia la salida.

Laura, la asistente social de turno, me envía un mensaje de texto avisándome que no podrá llegar a la hora acordada. Quedamos de encontrarnos en mi trabajo.

Estoy saliendo del colegio cuando visualizo en el estacionamiento un auto que reconozco al instante.

Mi primo, Bruno "el metido" Bustamante.

Desde que me entere de aquel pedido que le hizo a mi vecino, no atendía sus llamadas, y él ya no insistió porque me conoce lo suficiente para saber que mejor dejar a las aguas turbulentas calmarse.

Pero ahora veo rojo. Puedo percatarme que no esta solo, pero no me importa. Solo quiero darle un buen puñete por entrometerse de esa manera estúpida en mi vida.

Entonces, empiezo a correr.

Cuando llego a su lado, apenas le doy tiempo de retroceder unos pasos, y mi puño encaja de manera limpia en su estomago.

Bruno se abraza a si mismo, se arroja al suelo gritando "piedad" a los cuatro vientos.

—Eso te ganas por entrometido. Ahora dime...—exclamo en voz alta, apuntándolo con el dedo indice—¿Por qué en la vida decidiste que era buena idea molestar a Nahuel para que haga de niñero conmigo? Me haces quedar... como una inmadura que no puede consigo misma. Me haces ver frágil, débil. ¡Y NO LO SOY, MIERDA!

Aunque estoy que reviento de la furia que me cargo, unas lagrimas traicioneras escapan de mis ojos.

Bruno se incorpora de un salto al darse cuenta del temblor de mis labios. Intenta abrazarme, pero lo empujo violentamente.

Él mira alrededor, entonces lo imito. Y toda la ira que sentía desaparece en el instante en que mi vista recorre los rostros de las personas que nos rodean.

Los hermanos Vargas me observan sorprendidos, pero Leonel baja la cabeza cuando mis ojos se clavan en él. Perfecto, más material de burla para los Víbora.

Andres, siempre sonriendo, su rostro sereno, comprensivo, como si entendiera mi situación.

Por ultimo, mis ojos se detienen en Nahuel. ¡Puta madre! Si no fuera por esos benditos lentes, podría descifrar cual fue su reacción ante mi impulsivo ataque.

Mis mejillas arden, siento el calor de la vergüenza recorrer toda mi anatomía. A pesar de esto, levanto el mentón, y me alejo de ellos.

—Te espero en el auto, sabandija—me dirigo a Bruno con la voz calmada, sin esperar respuesta de su parte.

—Nos vemos donde acordamos, chicos—escucho que dice al grupito con una confianza que me hace sospechar.

Mi primo ingresa al vehículo, pero no se mueve, esta congelado sosteniendo el volante. Sé que esta esperando más golpes de mi parte. Pero la pena que pase por mi arrebato, disminuyo la intensidad del enojo que antes sentía.

—¿Y ahora qué diablos estas planeando?—le pregunto, frunciendo el ceño.

Su única respuesta es su ridícula y patética expresión de perrito, haciendo pucherito con sus labios cual niño sollozante, sus ojos ilusionadamente vidriosos. Esa odiosa expresión que te hace aceptar cualquier petición absurda, y luego te arrepientes por el resto de tu vida.

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Les confieso que no iba a publicar este capitulo todavía, pero no se, me agarraron las ganas, así que aquí esta. Jajaja. Espero les guste.

¿Quién es hasta ahora el personaje más odiado, y por qué los hermanos Vargas?

¿Confirman la teoría de "cabello de zanahoria"?

¡Gracias por leer! (casi seis de la mañana, esta vez si rompí mi propio récord)

PaoMoraless este capitulo te lo dedico a ti, muchas gracias por tus votos.





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