Emily.

Corriste para lograr llegar más rápido que yo hacia las olas del mar que se aproximaban. Tu ropa blanca te hacia ver cómo un precioso ángel. Mi ángel.

Te ví sonreír, me volteaste a ver y me hiciste señas para que llegará hasta ti. Arrastré mis pies de manera coqueta y, al llegar hasta donde estabas me posicioné frente a ti, me tomaste desprevenida, cuando sentí tus húmedos labios posicionarse en mi rostro, me diste un beso en mi mejilla, y susurraste en mi oído:

—¡Gracias, Emily!—uniste nuestras frentes y besaste mi coronilla— ¡Te amo!

Te abracé, y recordé nuestro primer encuentro. Luego que me desmayé, te quedaste hasta que desperté, me cuidaste. Cuando reaccioné, me volviste a preguntar lo mismo.

Y yo que sólo pensaba que había sido un sueño.

Pero volviste hacer la misma pregunta, maldije y volví ha desmayarme. Seguramente y te reíste de mi o me tomaste cómo una loca. 

La verdad ya no sé, pero empezamos a frecuentar más seguido, en el mismo lugar.

Hasta que, me dijiste un día:

—¡Perdón, mi amor! Pero, yo no soy de aquí y tú no eres de allá.

Me di cuenta que, «027» era tú nombre en tu planeta. No eras de la tierra, no eras de donde yo provenía, no eras de aquí.

Entonces pense que sí no perteneces aquí, yo te haría de aquí.

Y comencé con ponerte un nombre:

         ¡Tyler!

N/A: Hola, aquí Nick.

Actualización doble porque andaba desaparecida en mi mundo de caos, besos.