Capítulo XXVI
BaekHyun insistió aquel domingo en que comieran sushi y se quedaran toda la tarde acostados, así que eso hicieron. No obstante, el contrario parecía tener planes más importantes para esa noche.
—ChanYeol —mencionó el chico suavemente y dejó sus palillos de lado, llamando por completo su atención—, hay algo de lo que quiero hablarte.
—¿Qué pasa? —Soltó una suave y nerviosa risa porque de repente sintió que la situación se volvió ligeramente más seria.
—Quiero disculparme sinceramente contigo. En un inicio cuando quise hacerlo no me dejaste...
—No es necesario que lo hagas.
El chico suspiró frustrado—. Pero yo quiero hacerlo y siento que me lo merezco. ¿Me podrías dar la oportunidad de escucharme?
Se topó con los ojos ajenos, encontrándolos ligeramente opacos, faltantes de ese brillo que tanto le gustaba.
—Dime. —Dejó los palillos olvidados y se levantó de la cama para ordenar las cosas.
—Pero quiero que me oigas.
—Te estoy oyendo —le dijo sin mirarlo mientras ordenaba los pocillos con salsa.
Una vez con todo en la bandeja sobre su escritorio se quedó momentáneamente ahí al escucharlo hablar—. ¿De qué tienes miedo? ¿De conocer lo que realmente soy y querer huir de mí?
—Puede ser —murmuró desde donde estaba y se volteó a ver al chico, quien seguía con las piernas cruzadas sobre la cama.
—Pues me estoy arriesgando a eso aún cuando deseo que nunca te vayas.
Se sorprendió, pero sintió lo sensible y trasparente que estaba siendo el otro, así que optó por aprovechar aquello, independiente de lo que se vaya a enterar.
Caminó hasta el chico y se sentó sobre el colchón antes de tomarlo de la mano. Le sonrió con la intención de tranquilizarlo.
—Dime.
—Estoy enamorado de ti. —Pestañeó aturdido y abrió la boca. Pensó que sería ideal decir algo, incluso corresponderle podría ser una buena idea, pero el peliblanco no lo dejó hablar—. Desde que entré por esa puerta y te vi en medio del salón te encontré sumamente guapo. Y desde que me diste algo para comer después de que me viste en el baño... Supe que como mínimo debía conocerte.
Agachó la cabeza y lo soltó antes de apoyar la espalda sobre el respaldo de la cama. Acercó las piernas al pecho y lo miró desde ahí, prefiriendo mantenerse alejado porque él también necesitaba su espacio, especialmente si le traía a JongIn a la cabeza.
—Cuando nos revolcamos por primera vez en esta cama yo... —El peliblanco soltó una risa, casi avergonzado de sus propios pensamientos—. Me volví aún más loco de lo que me dejaste cuando me compraste esas orejas en la sexshop.
—¿Por qué te alejaste si estuvo bien para ti? ¿Fue porque yo me distancie? ¿Te dio miedo?
—Me dio rabia. —La respuesta lo sorprendió—. Me molestó que fueras de ensueño, pero que luego huyeras cuando en un inicio me dijiste que podía confiar en ti y lanzarme porque me atraparías, pero no lo hiciste.
—Lo siento —susurró sincero y lo miró directo a los ojos, sintiéndose ligeramente aliviado cuando vio la sonrisa por lo bajo de BaekHyun—. Me pasó algo parecido, solo que tú no fuiste de ensueño. —El contrario tomó uno de los almohadones y se lo lanzó en modo de broma, pero le dio tiempo para explicarse—. De repente me gustaba un chico, BaekHyun. ¿Sabes lo aterrado que estaba?
El contrario soltó una risa divertida—. Me lo puedo imaginar. Sin embargo, en ese momento no lo hice porque estaba demasiado herido. Lo siento por eso.
Asintió y aprovechó la situación para indagar en una duda que nunca salió de su cabeza durante todos esos meses—. ¿Puedo preguntarte algo?
—Por supuesto.
—¿Te han golpeado? —El chico pareció confundido, pero luego se llevó ambas manos al cuello, casi como un acto inconsciente.
—No —aseguró y remarcó su gesto con un asentimiento de cabeza—. Esa vez que me viste en las escaleras fue solo un inconveniente inusual. Me acosté con el tipo una vez en su pasado e insistía en que lo hiciésemos de nuevo, pero no quise y pues... ya sabes el resto.
—Entiendo —susurró con la mirada en el colchón y pensó si estaría bien seguir preguntando o no, pero prefirió hacerlo—: ¿Por qué te acostaste conmigo más de una vez? ¿Por qué lo sigues haciendo?
BaekHyun lo miró sorprendido, pero no se tardó nada en responder—: Porque estoy enamorado de ti.
—¿Desde cuándo?
—Te dije que te encontré distinto desde el primer momento.
—¿Entonces por qué te burlaste de mí cuando lo hicimos por primera vez? —Se quedó sin aire al darse cuenta de lo que dijo y rápidamente intentó remediarlo, especialmente porque no quería poner al contrario en un estado emocional que lo perjudicara de alguna manera—. Lo siento. No quise sonar brusco.
—Antes de conocerte solo tenía sexo. —Sus ojos fueron hacia los de BaekHyun y lo encontró tan serio que por un momento lo desconoció—. Esa era mi vida y para eso servía mi persona, para dar y ser complacido. Pero tú... —El chico soltó una suave risa, sorprendiéndolo—. Tú eres increíble, ChanYeol. Cuando me acosté contigo la primera vez fue por venganza, pensé que sería tan fácil hacerlo e irme como siempre, pero me hiciste el amor y yo no pude asimilarlo en un inicio. —Los ojos del contrario empezaron a llenarse de lágrimas, aunque no se asustó porque el chico seguía sonriendo—. Lo que me ofreciste en ese momento lo desconocía a pesar de que estuve buscándolo durante algún tiempo. Esa búsqueda estúpida fue algo que me hizo pasarlo mal en muchas ocasiones, por lo que fue impresionante para mí lo que en ese momento me ofreciste, pero ya te había herido y no podía acercarme a ti como si nada...
—Pero yo me acerqué a ti —susurró al comprender y su compañero de cuarto amplió su sonrisa.
—Exacto. Nuevamente fuiste tan distinto a todos y me volviste a mirar a los ojos a pesar de lo que te hice, ChanYeol. Estoy muy agradecido contigo de que haya sido así.
Sonrió y asintió. Se acercó hasta el contrario para abrazarlo y el chico dejó un suave beso sobre su cuello para mantenerse así por lo que parecieron ser horas, momento que a ChanYeol le entregó una tranquilidad increíble que no pudo dejar de besarle la sien al otro con los ojos cerrados, acción que no dejó de hacer incluso después de que lo escuchó llorar.
Esa noche le hizo el amor, le robó muchos gemidos y lo acarició como tanto le gustaba. Esa noche fue la primera vez que se decían que se amaban mientras tenían relaciones, la primera vez que el sentimiento fue obviamente recíproco, palpable y verbal.
A la mañana siguiente se levantó temprano para ir por un ramo de rosas, sorprendiendo luego a BaekHyun cuando le pidió que fuese su novio ahí mismo, sobre la habitación que compartieron durante todos esos meses y con la cama deshecha porque el contrario era sumamente inquieto para dormir durante el embarazo.
El sí definitivo por parte del peliblanco benefició aún más su actitud, al menos hasta que BaekYi lo llamó.
—Logré contactarme con SeHun.
—¿Y qué tal?
—Accedió sin problema y dijo que ya lo sospechaba. —Hizo una mueca y golpeó unas cuantas veces la punta de su zapato contra el escalón de la tienda de víveres en la que hacía la cola para entrar con la esperanza de encontrar los dichosos dulce de manjar que le pidió BaekHyun—. Sabes que estamos cerca de la fecha de parto. He intentando evitar que mi padre te moleste, pero no creo que pase de la quincena.
—Lo sé, BaekYi. Gracias —soltó sin ganas, escuchando en respuesta un sonido de garganta y una despedida tristona.
Entró al negocio sin ganas cuando fue su turno y compró rápidamente lo que le encargaron, importándole poco si era de manjar o no el dichoso dulce porque las últimas semanas fueron horribles para él. Entre las clases de preparación de parto y lo vívido que era tener al bebé tan cerca la situación estaba a punto de superarlo, de dejarlo completamente loco. Tanto fue así que ocasionó que su hermana se plantase frente a su casa aquel domingo en la mañana de la mano de sus dos pequeños, aparentemente dispuesta a partirle la cara en cuatro por ignorar sus llamadas.
—YooRa —la nombró aturdido, yéndose ligeramente hacia atrás debido al impacto de los cuerpos pequeños de sus dos sobrinos contra las piernas.
—Eres un imbécil, Yeol. Hazte a un lado. —La mujer se hizo camino hacia el interior, llevando detrás una maleta que lo hizo abrir la boca y fruncir el ceño.
—¿Y tú qué? ¿Vienes de vacaciones?
Sus sobrinos corretearon por el departamento y a él le dio igual, estaba demasiado acostumbrado a ellos como para preocuparse. Sin embargo, sintió pánico al pensar que los niños podrían botar las figurillas de porcelana china de YiXing por las que golpeó a BaekHyun cuando él recién llegó al departamento.
—¿Cómo me puedes hablar así? —Para su sorpresa su hermana le dio un golpe con la cartera, casi partiéndole la cabeza con lo que sea que llevase esa mujer como arma ahí dentro—. ¡Desapareciste por dos meses!
La detuvo y empujó, dejándola sentada en el sofá individual más cercano. Se llevó ambas manos a las caderas y suspiró al verla ahí bien vestida con la única falda que tenía y la cual nunca se ponía.
—Estoy bien, YooRa. Solo estoy estudiando, para eso vine.
—¿ChanYeol?
Miró sobre su propio hombro, encontrándose así con BaekHyun, quien parecía preocupado y muy asustado con esa sudadera tan ancha que compró en un momento que se sintió incómodo con el vientre abultado, evidenciando su embarazo ya de siente meses.
—¿Estudiar? —soltó la mujer casi sin aire y él se giró a mirarla, apreciándola tan ahogada y desparramada sobre el sofá que pensó que este se la estaba tragando—. ¿Por eso no nos respondiste en dos meses?
—Déjame explicarte —pidió despacio, con cierto temor.
—¡Mamá! —Uno de sus sobrinos comenzó a llorar cuando cayó sobre la alfombra al tropezar con ella.
ChanYeol rápidamente se puso de pie y caminó hasta él para tomarlo en brazos. Ordenó sus cabellos desordenados y le dio un beso en la mejilla que luego el niño le devolvió, pasando sus pequeños bracitos alrededor de su cuello en el proceso, al parecer contento de que su tío reparara en él.
—¿Por qué tuviste que venir con ambos? —preguntó en un intento de sonar casual y quitó el unicornio de porcelana que su otro sobrino se estaba llevando a la boca.
—¡Porque no pensé que aquí tendrías otro niño!
—¿Otro niño? —La pregunta de BaekHyun salió casi sin aire y su sensación de agonía fue tal que lo obligó a dejar suavemente a su sobrino sobre el suelo para llegar hasta el chico. Tomó sus dos manos e hizo que lo mirara. El peliblanco solo pareció algo desorientado.
—Mi hermana —soltó fuerte y tomó a la mujer de un brazo para ponerla de pie y apegarla a su cuerpo—. Míranos.
—Sí, se parecen. Es solo que... —BaekHyun pestañeó confundido y apoyó la mano sobre la pared para afirmarse, cosa que rápidamente lo hizo llegar a su lado—. Creo que estoy soñando, pero aparte de tu versión femenina también hay dos pequeños que son tú... pero pequeños.
Rio, de repente sintiendo que todo el malestar que sintió en algún momento desaparecía. Tomó al chico por las mejillas e hizo que lo mirase, notándolo ligeramente abochornado.
—No te rías de mí. Me acabo de despertar y me siento algo acalorado.
—¿Tienes fiebre? —Puso la manos sobre la frente del chico, quien solo negó y se llevó las manos hasta las mejillas.
—Solo tengo calor. No debí taparme tanto para la siesta.
—Espérame en el sofá. Te prepararé algo de fruta.
—¿Y yo qué? —Se giró a mirar a su hermana, quien seguía de pie—. ¿No piensas explicarme qué está pasando?
—Espérame un momento, YooRa. No desapareceré. —Rápidamente caminó hasta la cocina para apartarse de la vista de la mujer, quien abrió la boca para regañarlo.
La relación con su hermana siempre fue algo extraña y distante, principalmente porque las niñas juegan con las niñas y los niños con los niños, así que él se la pasó gran parte de su infancia con barro y lleno de algas mientras su hermana andaba con su vestido con vuelos, amurrada y con los pelos por todos lados porque su cabello era terriblemente liso y contra la brisa del mar se veía ridícula.
La diferencia de edad no era mucha, al igual que su interacción a profundidad. ChanYeol nunca supo por qué lloraba cuando lo hacía ni tampoco le contó sobre las discusiones que antes tenía con quien ahora es su esposo. Para él siempre fue "otra persona", "otro tema", algo que no le concernía. No obstante, YooRa no era así con él; se preocupaba y cuando entró a la adolescencia entendió que fue con buenas intenciones y no para molestarlo como antes creyó. Era brusca y exagerada cuando lo regañaba, pero sabía que lo hacía porque lo quería y que lamentablemente aquella era su única forma de demostrárselo.
—¡Tío Yeol!
Miró a su sobrino mayor, quien iba de la mano del más pequeño, quien apenas lograba mantenerse bien sobre sus dos piecitos. Recién estaba aprendiendo a caminar y ChanYeol se perdió de sus primeros pasos por estar en Seúl.
—Mamá dijo que podíamos pedirle fruta.
—Por supuesto. ¿Qué quieren?
Cuando el mayor caminó hacia él para ver la canasta con que le estaba mostrando tiró del menor, quien lo siguió con dificultad y, una vez que ambos se detuvieron, se cayó sobre su propio pañal al perder el equilibrio.
—¡Puta!
—¡YooHyuk! —regañó, pero no pudo evitar largarse a reír cuando el niño se llevó ambas manos a la boca, probablemente entendiendo que fue regañado.
Se agachó y le hizo un gesto a su sobrino mayor, quien rápidamente entendió y se encaramó en su espalda, enrollando finalmente los brazos en torno a su cuello para afirmarse. ChanYeol, por otra parte, tomó con cuidado al más pequeño y se alzó, teniendo así a los dos niños. Se acercó a la encimera para que escogieran la fruta que querían, abriéndose entonces al debate de qué es eso y por qué tiene pelos.
—Permiso. —Miró sobre su hombro, encontrándose a BaekHyun en la puerta de la cocina mirándolo con una sonrisa—. Tu hermana te está esperando. Deja que me encargue de preparar algo para que así puedan hablar tranquilos.
—No te preocupes. Ya estamos listos. —La próxima vez que habló se dirigió a sus sobrinos—: ¿Quieren coco o no?
—¿Está vivo?
BaekHyun soltó una suave risa enternecida al otro lado de la pequeña habitación y él también sonrió—. Sí porque es un ser vivo, pero no es un animal.
—Lo que está dentro se come —explicó el peliblanco, obteniendo la atención de los tres.
—¡Puta! —gritó YooHyuk mientras entendías los brazos hacia el chico, provocándole una carcajada.
—¿Quién te enseño eso? —regañó mientras le pasaba el niño al ver que su compañero de departamento extendió los brazos también en su dirección.
—Yo. Pero no le diga a mamá —susurró quien seguía sobre su espalda y él lo miró con el ceño fruncido, pero se encontró de frente con su sonrisa con falta de dientes y no pudo aguantarse la risa.
El menor se entretuvo tocando el cabello de BaekHyun, al parecer cautivado por el color mientras este solo reía y con la mano libre tomó las cosas que ya tenía preparadas para llevarlas hasta el salón, por lo que él se apresuró en hacer lo mismo.
Cuando llegaron a la otra habitación se encontraron a YooRa abrazándose a sí misma mientras miraba por la ventana que daba contra la calle, al parecer ajena a su presencia. Ante lo mismo se aseguró de bajar a su sobrino con cuidado y le tendió uno de los vasos de jugo que llevó.
—¿Está todo bien?
YooRa lo miró y suspiró—. Discutí con DaeGuk.
Asintió lentamente. ChanYeol no tenía ni idea de cómo funcionaban esas cosas, especialmente con su hermana, quien no parecía tener problemas demasiado graves o al menos eso siempre le dio a entender.
—Nos vamos a divorciar.
—¿Cómo?
Vio de reojo que BaekHyun, quien se entretenía presentándose y jugando con los niños, se giró a mirarlo preocupado. Sin embargo, no reparó mucho en él y se concentró más en la expresión de su hermana, quien pestañeaba repetidas veces y apretaba los labios.
—Vamos a mi habitación. —La guió por la casa y encendió rápidamente la televisión, cautivando a los dos pequeños de inmediato—. ¿Qué sucedió?
Cerró la puerta a sus espaldas y su hermana le dio un vistazo a la habitación. La cama estaba ligeramente desecha por la siesta que tomó BaekHyun, su escritorio llenó de cuadernos y apuntes, especialmente dibujos, los cuales también pegó en la pared que estaba frente a su escritorio; por lo general eran productos para comida asiática de los cuales aún no lograba aprenderse los nombres, algunos listados de calorías y, por supuesto, las ecografías del bebé de BaekHyun. Era el lugar donde generalmente pasaba más tiempo, así que le pareció adecuado ponerlo allí.
—ChanYeol... —llamó su hermana suavemente mientras le daba la espalda, casi sin voz—, ¿serás padre?
De inmediato su mirada se concentró en el suelo alfombrado—. No.
—¿No? —Se encontró con sus ojos y la sintió distinta, no como cuando hablaron de su esposo, pero se mantenía con los ojos ligeramente acuosos.
—No, YooRa. Es solo un amigo al que estoy ayudando. Yo no soy el papá.
—¿Y te gustaría serlo? —No entendió la pregunta de su hermana, pero esta no se lo explicó y sencillamente se sentó con cuidado sobre su silla de escritorio—. Pareces tan emocionado que cualquiera pensaría que es tuyo.
—Pero no es así —soltó tajante y la mujer se sorprendió, aunque solo acabó asintiendo—. De igual forma, ¿qué pasó con DaeGuk?
—No quiero hablar de eso, ChanYeol. —YooRa suspiró y le sonrió con desdén—. Aunque debido a ello quiero pedirte un favor.
—¿Un favor? —Ella asintió—. ¿Qué quieres?
—¿Me puedo quedar aquí unos días? —Se sorprendió, pero la mujer no cambió su expresión. Parecía realmente cansada—. Papá está enojado conmigo y hay un caos en la casa. No quiero que los niños pasen por eso.
—¿Qué pasó? —preguntó seriamente, ya olvidándose de todo lo otro que hablaron y de seguro sacando un espíritu sobreprotector que ni él sabía que tenía.
—DaeGuk me golpeó... —La voz de YooRa prácticamente no se escuchó y tampoco lo miró, por lo que ChanYeol se tardó unos segundos en procesarlo bien.
—¿Me estás jodiendo? —preguntó bruscamente, haciéndola sobresaltar.
Sin pensárselo mucho, y de una forma prácticamente inconsciente, tomó su billetera junto a su celular, sacó una chaqueta del armario y caminó hasta el salón mientras se la ponía.
—Yeol. —Ignoró el llamado de su hermana y simplemente llegó hasta la puerta—. ¡ChanYeol!
—¿A dónde vas? —preguntó suavemente BaekHyun, pareciendo asustado por los gritos de su hermana y de seguro también por su expresión.
—Tengo que hacer algo en casa. YooRa se quedará. Cuídala por mí.
Lo que ocurrió durante ese día fue algo extraño y muy impulsivo de su parte porque de algún modo terminó entrando a la pequeña oficina donde trabaja su cuñado y le plantó un golpe tan fuerte en el rostro que le hizo sangrar la nariz de inmediato. La mano le dolió como la mierda y ni siquiera supo si golpeó bien o no, pero le dio igual y solo agarró al tipo más bajo por el traje para sacudirlo en un intento de que le escupiera todas sus explicaciones.
Cuando llegó a su casa se encontró con su padre hecho una furia, botando cosas y asustando a su madre, quien gritaba y lloraba en un intento de detenerlo. No entendió mucho lo que dijo el hombre, pero notó que estaba molesto tanto con YooRa como con DaeGuk, con la primera por dejarse golpear y con el segundo por golpearla.
Intentó detenerlo y entre todo el ajetreó el hombre se puso a llorar entre sus brazos, diciéndole que estaba muy triste de que su única hija mujer pasara por una situación como aquella, teniendo una familia rota y dos hijos. YooRa no tenía absolutamente nada y el hombre se echaba la culpa a sí mismo por ello, porque yo le dije que se casara, ChanYeol. Si le hubiese ofrecido lo mismo que a ti las cosas serían distintas.
El abatimiento inicial lo dejó tan cansado que no pudo pensar en mucho más que remediar el desastre que había dentro de ese hogar, así que se contactó con DaeGuk una vez que se sintió más tranquilo; concordaron que al día siguiente iría a buscar sus cosas a la casa, sin embargo, aquello no fue así y pasó más de una semana metido ahí, discutiendo con el tipo por llamada reiteradas veces.
Acabó siendo el mismo ChanYeol quien sacó todas las pertenencias del hombre hasta la misma calle y las dejó ahí luego de avisarle al tipo. YooRa volvió luego de ello, pero parecía mucho más afectada que antes al ver las cosas faltantes.
ChanYeol regresó al ver que su padre superó aquel shock inicial y comenzó a ayudar con el papeleo para el divorcio. Cuando llegó al departamento era domingo por la noche, estaba cansado y desanimado, pero la sonrisa se le formó de una forma sumamente amplia cuando se encontró con BaekHyun apenas ingresó, quien se ubicaba en el sofá con una mano sobre la barriga y la mirada en la televisión. Estaba siendo acompañado por YiXing y JunMyeon, con los cuales compartía una caja de pizza.
—¿Todo bien?
Asintió y se dejó caer a un lado del peliblanco, quien apoyó la cabeza en su hombro y tomó una de sus manos para acariciarla, ofreciéndole tal satisfacción y consuelo que quiso mantenerlo apegado a él todo el tiempo, por todo lo que le restaba de vida si era posible. Sin embargo, tenía bastante presente que al día siguiente debía encontrarse con BaekHyun en la casa de los Byun para cenar.
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¿Cómo van los tóxicos? ¿Qué opinan? 👀😂
Se supone que quedan unas 10 partes desde ahora. Digo se supone porque estoy media muerta y porque no sé si escriba algo más, aunque no creo porque el tiempo no me da. 🥺💔
Muchas gracias por leer, votar y comentar.
Saludos y besos, Ary. ♥️
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