Capítulo XIV
Park ChanYeol era un joven que recién a los veintiún años logró ingresar a la universidad a pesar de que cualquier joven promedio parecían estar haciéndolo a los dieciocho o incluso a los diecisiete. Pero daba igual, él no era igual a otros y más allá de su alejado hogar costero nadie le quitó jamás las ganas de conseguir cosas grandes, de llegar lejos y ser feliz por y para él.
Creía que esa fue una de las razones por las que no le importó terminar con la relación de cuatro años que tuvo con su novia antes de viajar a Seúl. Además, suponía que era su ambición lo que lo hizo pedirle descaradamente a sus padres que le ayudaran con el costeo del departamento y la comida a pesar de que estos apenas tenían para ellos, su hermana y los hijos de esta.
Recién estaba por cumplir tres semanas en la capital y todo su mundo ya se puso de cabezas debido únicamente a un solo sujeto que de repente lo hizo plantearse por completo su propia existencia, lo llevó a olvidarse de la única pareja que tuvo, de que sus padres que iban todas las semanas a la iglesia y de su hermana que siempre se la pasaba diciéndole a sus sobrinos que tienes que ser como tu tío cuando seas grande.
¿Cuándo sean grandes? ChanYeol deseaba que cuando los hijos de YooRa fuesen adultos también tuviesen la oportunidad de conocer como él lo estaba haciendo. Y no hablaba de aprenderse los ramos de la carrera ni la variedad de tiendas que habían en la ciudad. No. Él de verdad esperaba que ellos pudiesen conocer lo que él sentía en ese momento mientras besaba otro cuerpo por debajo suyo y lo hacía gemir. Quería que ellos también tuviesen la oportunidad de sentir con otros.
ChanYeol no era obsceno, para nada. Se crió en una familia ortodoxa, con un padre trabajando como pescador durante todo su vida y una madre dueña de un restaurante local. Su hermana no llegó más allá de la enseñanza básica y al terminar se casó con el que siempre fue su novio; dos años después tuvieron a su primer hijo. Él no era muy distinto tampoco, pero aun así era joven y sabía que su concepción del mundo estaba cambiando y que lo haría aún más luego de llegar a la capital.
Probablemente fue gracia a ese pensamiento que no se preocupó cuando percibió la piel caliente y húmeda por el sudor, cuando sintió que su centro se rozaba con otro y su espalda empezaba a arder ligeramente debido a los arañazos. Sin ningún tipo de pudor disfrutó que su miembro se endureciera junto a otro, que su boca chocara con unos labios pomposos y se sintió incluso llamado por ese frasco que en algún momento quedó olvidado sobre el colchón, casi perdiéndose por entre las sábanas.
No supo cómo hacerlo, pero BaekHyun le enseñó mudamente a tocarlo, a humedecerse los dedos y a adentrarse donde nunca antes lo hizo. Los músculos se ciñeron en torno a él y le sacaron un jadeo que lo dejó con el abdomen bajo apretó por la ansiedad.
El deseo lo dejó completamente ciego y su cuerpo se movió por inercia. No obstante, no por eso dejó de sentir. Su pecho se oprimió de tal manera que incluso tuvo que abrir la boca en busca de aire y el cuerpo frente a él solo lo besó, dándole una energía que ni siquiera sabía que necesitaba.
Estampó los labios contra una barbilla marcada, saboreó sobre la clavícula, besó el pezón y delineó con la lengua el hueso de la pelvis ajena. Posó los labios suavemente sobre el vientre bajo antes de arreglárselas para tomar con la mano libre el miembro ajeno, el cual acarició lentamente por muy poco porque lo sintió demasiado seco contra su palma, así que llevó esta misma hasta la altura de su boca y dejó que la saliva callara sobre ella antes de volver a dejarla donde tocó en un inicio, sacándole un gemido a quien estaba por debajo de su piel. Ya ahí se movió de mejor manera y disfrutó de los quejidos por entre la boca del peliblanco antes de soltarlo por completo, alejándose de él para alcanzar el lubricante y expandirse más, llegar más lejos porque lo necesitaba.
Sus cuerpos se movieron ante la necesidad de hacerlo, ChanYeol terminó con la espalda contra la cama y con el otro cuerpo por encima suyo. El glande ajeno se enterró en su boca y la humedad en sus dedos creció, por lo que más de ellos fueron rodeados y apretados.
—Eres muy lento —susurró su acompañante después de lo que parecieron horas en ello.
Alejó a BaekHyun y lo acarició con atención, a consciencia y con los ojos atentos por donde pasaban sus manos para grabárselo en la memoria. No deseaba olvidar jamás el olor ajeno, aquel lunar en la cadera y las marcas ligeras en los glúteos por el estiramiento de la piel que eran casi imperceptibles.
—¿Voy más rápido? —se atrevió a preguntar a pesar de que sabía la respuesta. Lo dijo más que nada porque quería que el contrario escuchara su ronca voz, obteniendo así lo que deseó: unos ojos brillantes.
La boca contraria se topó contra la suya y el cuerpo ajeno se sentó sobre sus caderas. Primero solo fueron besos y caricias, pero luego BaekHyun tomó su miembro y se alzó ligeramente, sacándole un gemido de puro deleite porque no pudo creer que se estuvo perdiendo de eso durante toda la vida.
A la vez, se asustó un poco incluso porque él quería hacer las cosas distintas para el otro, sin embargo, agradeció que el chico optara por esas posiciones, ya que lo sintió con cierto control a pesar de que sus dedos se ceñían con cierta brutalidad en torno a su cadera e inconsciente lo empujaron hacia abajo en busca de enterrarse un poco más.
El peliblanco resopló e hizo que sus cabellos desordenados y ligeramente húmedos por el sudor revolotearan sobre su frente, dejándole así más en claro que aquella era una manía que tenía. La acción lo hizo sonreír de igual forma y terminó besando suavemente la mejilla de BaekHyun mientras le pasaba los brazos alrededor de la cintura y lo apegaba a su pecho en un abrazo.
El contrario se afirmó de sus hombros y lo hizo hacia atrás, provocando que sus ojos se encontraran. ChanYeol lo notó distinto y quiso preguntarle qué pasaba, pero el chico no le dio tiempo porque lo tomó de las mejillas y se apegó más a él para besarlo. Solo ahí fue cuando se movió, al parecer acostumbrándose recién a su intromisión, y él quedó completamente loco.
Se alejó del otro, frunció el ceño, cerró los ojos e hizo la cabeza hacia atrás para apoyarla sobre el cabecero. Desde ahí jadeó y se mantuvo unos cinco segundo antes de recomponerse, esforzándose para no perderse con todo aquello y mantenerse con los ojos en BaekHyun. ChanYeol no podía olvidarse que, quizás por primera vez en mucho tiempo, debía contentar a otro antes de contentarse a sí mismo.
—Ponme contra la cama —le pidió el chico y así hizo.
Lamentablemente no era un dios del sexo. De práctica tenía muy poca y no era virgen gracias a su exnovia, pero ella tampoco fue muy ansiosa por tener relaciones cuando estuvieron juntos, así que ChanYeol fue de esos novios que vivía en abstinencia hasta que ella se acordaba que existía el sexo y que este era placentero, y hasta entretenido incluso. Por lo tanto, se sintió insuficiente cuando miró a BaekHyun desde arriba y por primera vez que llegó a Seúl pensó que terminó metiéndose y hablando de esos temas como si realmente los conocieras cuando en realidad no tenía ni idea.
Sin embargo, BaekHyun tenía unos ojos de puta madre que lo hicieron perderse por completo y nuevamente se halló moviéndose por instinto, como si aquello fuese cosa de todos los días, como si siempre hubiese estado ese cuerpo junto al suyo. Así que con una de sus manos se aferró a la cintura ajena y la otra se apoyó en el interior de su muslo. A partir de ahí el movimiento fue lento y no dejó de fijarse nunca en las orbes contrarias porque ese era uno de los detalles que consideraba más relevante. E iba más allá de mirarse; a ChanYeol le interesaba que BaekHyun se diera cuenta de lo que estaba sucediendo y que a él también lo hacía sentir.
El chico comenzó a gemir más fuerte por debajo suyo y llegó un punto en el que se vio recostado sobre el peliblanco mientras lo besaba rudamente en un intento de acallarlo un poco porque menudo escándalo que era BaekHyun. Sabía que era una persona de gemir, lo llegó a escuchar cuando este estuvo con otros chicos, pero nunca le pareció tan bullicioso hasta ese momento y por lo mismo llegó a preguntarse si estaba haciendo algo mal.
—BaekHyun —lo llamó con suavidad cuando se acomodó sobre la cama, provocando que de inmediato los ojos acuosos del chico se toparan con los tuyos—, ¿te sientes bien?
—Por supuesto que sí. No te detengas —le exigió ahogado.
No pudo evitar dejar escapar una pequeña risa en respuesta y acarició la pierna que estaba sobre su hombro izquierdo antes de continuar, sacándole de inmediato un quejido a su compañero y él apretó los labios, sin saber cómo acallarlo, aunque la verdad es que tampoco estaba muy deseoso de hacerlo; después de todo gemir ayudaba a disfrutar.
—ChanYeol —De tan solo escuchar su nombre siendo pronunciado por el otro su vientre bajo se tensó de puro gusto—, quiero terminar.
—¿Ahora?
El peliblanco asintió con urgencia y él bajó ambas manos para apoyar los codos sobre el colchón a los costados de la cabeza de BaekHyun, quien pasó los brazos por debajo de sus muslos para subir las piernas y así alcanzó a tocar sus costados, provocándole estremecimientos porque el contacto fue sutil, pero para ChanYeol resultó mágico.
Se movió con más ímpetu cuando notó que su compañero estaba masturbándose con mayor rapidez y él se concentró en sus ojos; de forma sorprendente BaekHyun huyó de él, así que le acarició la mejilla con la palma de su mano y apoyó el pulgar sobre el mentón, obligándolo a que lo mirara. Desde esa posición no dejó de embestirlo mientras gruñía con los dientes apretados y el ceño fruncido, totalmente excitado porque el contrario hizo la cabeza hacia atrás y abrió la boca para gemir, todo sin apartarle los ojos de encima.
Cuando su compañero eyaculó de inmediato lo hizo él, ya sin poder contenerse más porque BaekHyun gimió de una forma casi animal a la vez que le enterraba las uñas cortas en la espalda a la altura de las costillas. Continuó moviéndose lentamente después de haber acabado para terminar eso bien, como a ChanYeol le gustaba.
—Desde acá abajo te ves más fuerte. —Confundido se concentró en el contrario, quien puso las manos sobre sus hombros para explicarse y ambos rieron con suavidad.
Bajó para besar a BaekHyun en los labios y luego le dejó un rápido beso en la frente antes de enderezarse para sacar su miembro del interior del otro y así dejarse caer a un costado del chico. Desde esa posición tomó aire con profundidad y pensó en lo que debería hacer a partir de ese momento. ¿BaekHyun le aceptaría una cita de verdad? Y si las cosas iban bien ¿luego dejaría que le tomara la mano y lo besara en la universidad?
Se mordió el labio inferior inconscientemente ante el pensamiento y pensó en cómo plantear sus dudas sin sonar muy invasivo, pero notó que el otro se puso de pie y se colocó su ropa interior, dejándolo un poco atontado porque no se esperó tal acción.
—¿A dónde vas? —preguntó y se apoyó en uno de sus codos para ver cómo el chico recogía su propia ropa.
—Debo limpiarme.
Abrió la boca y se movió él también para plantarse delante del rubio antes de que este llegara a la puerta—. Yo te limpio. Solo recuéstate y espérame.
Abrió su armario y tomó un traje de baño corto ante la necesidad de ser rápido.
—ChanYeol, déjalo. —Sin entender se giró a mirar al chico, por suerte ya estando algo vestido—. Estuvo bien. No me quejo. —Confundido frunció el ceño y BaekHyun le mostró una sonrisa prácticamente burlona—. Pero no lo repetiría. Eres demasiado empalagoso.
Pestañeó aturdido y el peliblanco aprovechó su desconcierto para pasar por su lado, sin embargo, fue lo suficientemente rápido como para alcanzar al contrario antes de que este abriera la puerta.
—¿De qué estás hablando, BaekHyun?
—Hablamos el mismo idioma y tengo entendido que terminaste la educación básica. ¿Cómo no me comprendes? —Se sintió perder el aire ante la sonrisa irónica—. Tuvimos sexo. Ya se acabó mi gusto por ti, así que dejémoslo hasta aquí.
—BaekHyun... —Su agarre sobre el aludido perdió fuerza y este con un empujón de hombro lo hizo a un lado para salir de la habitación, pero él no podía quedarse solo así, maldición—. Me dijiste que te gustaba.
—Sí, tienes un pene grande. Me gustas —se burló cruelmente e incluso lo hizo mirándolo a los ojos—. Pero se acabó tu mierda. No funcionó, ¿ves? Ahora deja de molestarme.
El contrario entró a su habitación y dio un portazo a lo hora de cerrar la puerta, dejándolo plantado en el pasillo con el ceño fruncido y el corazón latiéndole incómodamente dentro del pecho. No le quedó más que reírse sin sentir verdadera gracia mientras se apoyaba en el marco de su puesta porque no pudo creer que de verdad el contrario le halla hecho algo como eso, algo tan insensible cuando él le dijo lo que sentía y fue sincero, maldición.
—ChanYeol... —Sacudió la cabeza ante el llamado de JunMyeon, sin poder escuchar nada más. Con lo que le dijo BaekHyun fue más que suficiente—. Te lo advertí.
Aquel martes no solo recibió su primer golpe físico intencional, sino que también el primer golpe emocional que lo tiró a piso. Se sintió indefenso rodeado de gente mala y quiso huir, pero no tenía dónde; no estaba en su casa con su familia, ni siquiera conocía verdaderamente a la gente con la que terminó dentro de ese departamento. Probablemente fue ese pensamiento el que lo hizo entrar a su habitación con apremio para abrir su mueble y buscar algo con lo que abrigarse, poniéndose pantalones, sudadera y chaqueta.
Para cuando salió del cuarto se encontró con YiXing, quien como siempre andaba sin camiseta, pero claramente su finalidad fue detenerlo con la mejor de la intenciones. No obstante, ChanYeol no estaba en ese minuto para ser social, así que de un solo empujón lo hizo a un lado y caminó hasta la puerta del departamento para salir de ahí. Una vez fuerza bajó corriendo las escaleras, salió del edificio y miró la hora. Eran cerca de las dos de la mañana y él no conseguiría pasajes a esa hora para llegar hasta su pueblo, así que con urgencia buscó en su celular y pinchó sobre el único número que era el "menos malo".
Desde el otro lado se tardaron en contestar—. Te voy a matar, ChanYeol. Que lo sepas.
—¿Podemos vernos, por favor? —pidió casi sin voz. Desde que BaekHyun le dijo todas esas cosas no quiso hablar porque sabía que se largaría a llorar como un completo imbécil.
—Si no llegas en diez minutos a mi casa me duermo. Te envío la dirección por mensaje.
—Gracias, KyungSoo.
El chico cortó la llamada y él rápidamente se movió hacia cualquier puto lado. Necesitaba salir de ahí cuanto antes. Se dirigió hacia una zona más céntrica a pesar de que él ya consideraba que lo estaba lo suficiente y por suerte no le costó demasiado encontrar un taxi, por lo que llegó al departamento de KyungSoo con tres minutos pasados.
Cuando tocó el timbre esperó que su compañero le abriera —o directamente que no lo hiciera—, pero jamás se imaginó que frente a él apareciera un tipo que no conocía, pero a cual se lo hizo ligeramente familiar. De inmediato pensó que se equivocó de puerta, pero el contrario lo retuvo y luego miró hacia el interior.
—Soo, ya llegó tu amigo. —El tipo luego se dirigió a él—: Pasa.
Asintió y tomó aire profundamente antes de ingresar al departamento. Era un lugar pequeño, mucho más que el suyo, y consistía en una vivienda de un solo ambiente, así que se encontró de inmediato con KyungSoo sentado en la cama y cubierto con las mantas, tenía el ceño fruncido y estaba con unos lentes de lectura.
—Ahora excúsate para que no te mate —soltó el pelinegro y él suspiró.
A petición de quien abrió la puerta se dejó caer sobre un taburete bajo acolchado—. Perdón por molestar. No sabía a dónde más ir.
—Hazte más amigos —le exigió el chico de lente y él chasqueó la lengua porque no pudo creer que de todos los seres del universo el único que quedaba medianamente accesible en su lista de contactos era el más desagradable.
—KyungSoo no es muy simpático cuando lo despiertan —le aclaró el otro chico y tomó asiento sobre un cojín que estaba en el suelo por debajo de la venta—. De igual forma creo que nosotros nos conocimos, ¿no? Eres el chico que me preguntó por la sede de publicidad hace unos días.
—Que pequeño es el mundo —soltó por lo bajo al reconocerlo.
—Vayan a hablar a otro lado que quiero dormir. —KyungSoo se quitó los lentes y los dejó sobre la repisa que estaba arriba de su cabeza antes de tirar de las mantas para cubrirse.
Jongin, del cual ahora recuerda el nombre, suspiró—. Tu amigo está aquí porque necesita de ti, Soo.
—No es mi amigo.
Para su sorpresa el moreno solo le chasqueó la lengua y se dirigió a ChanYeol—: Si hay algo en lo que te pueda ayudar dime.
—¿Es sobre BaekHyun? —Confundido se giró a mirar a KyungSoo, quien lo observó por entre las mantas—. Aparentemente es lo único que podría ser interesante en tu vida.
—¿Tú también estuviste con BaekHyun? —Con pánico se giró a mirar a JongIn, quien pareció igual de relajado que cuando se lo topó al entrar al departamento.
—Todos han estado con BaekHyun, ChanYeol. O sea, todos —KyungSoo recalcó lo último luego de sentarse en la cama, al parecer interesado en el tema.
—¿Así que tú también? —preguntó asustado y el contrario hizo una mueca de asco, sacándole así una risa a JongIn.
—BaekHyun es atractivo... —empezó suavemente el moreno y él frunció el ceño. Por suerte fue KyungSoo quien atacó primero, lanzándole un peluche al tipo.
—Recuerda que son tu novio.
Se sorprendió por la nueva información, pero no hizo ningún comentario al respecto porque debió de parecerle un poquito más obvio, después de todo ambos estaban en la misma vivienda en la madrugada y con una sola cama.
—Volviendo al tema —retomó JongIn y recogió el peluche que le lanzó su novio para dejarlo nuevamente en la cama de forma desinteresa—. ¿Es eso por lo que vienes?
Le envió una rápida mirada a KyungSoo antes de asentir y este suspiró—. Que lástima. Tienes cara de imbécil. Me caías bien.
—Soo, no seas irrespetuoso —lo regañó su novio.
—Él fue quien vino a interrumpir mis horas de sueño durante un día de semana. —El pelinegro se dirigió hacia él y lo apuntó—. Mañana tenemos esta mierda de ética y moral con el comensal. No pienso multiplicarme para tomar apuntes y a la vez entender al idiota del profesor Wang, así que te encargas de los apuntes. Y mejora tu letra que no entiendo una mierda.
Pestañeó aturdido y suspiró—. Jódete. Me acaban de humillar hace un rato y probablemente me rompieron el corazón.
Ambos chicos se quedaron en silencio y se miraron entre ellos. Por alguna razón KyungSoo pareció entender que la conversación era más o menos delicada porque se sentó de mejor forma en la cama y guardó silencio, aparentemente dispuesto a escucharlo.
—¿BaekHyun te humilló? —preguntó JongIn extrañado—. Entiendo que te haya roto el corazón; le pasa al ochenta porciento de chicos con los que se acuesta. Pero ¿cómo te faltó el respeto de ese modo? Él pone las cosas claras desde un principio.
—¿Poner las cosas claras? —Rio irónico y se cruzó de brazos—. Me dijo que le gustaba.
—Que le gustaba tu pene, querrás decir —soltó KyungSoo entre dientes y sin mirarlo, al parecer sin que querer que lo escucharan.
Dejó los hombros caer y se miró sus propias manos mientras tomaba aire. Claro. Al parecer estaba más que claro para todos menos para él.
—Supongo que sí fue así —susurró y se llevó una mano a la cabeza, solo ahí recordó que estaba con el pelo teñido y se sintió aún más estúpido.
—O sea, yo estuve con BaekHyun como un mes. El tipo desde el día uno dijo que no le interesaba ningún tipo de mierda seria. Algunos chicos que conozco que han estado con él me han comentado lo mismo. Pensé que hacía eso con todos.
—¿Un mes? —Abrió la boca asombrado y deseó que KyungSoo le tirara otra mierda por la cabeza a su novio, pero el pelinegro solo permaneció callado—. ¿Un mes haciéndolo?
—Exacto. Generalmente eran unas dos o tres veces por día, pero en realidad dependía de...
—Cállate —lo interrumpió bruscamente—. Está tu novio aquí y yo estoy hecho mierda por el tipo con el que se acostaste.
—Concuerdo —agregó su compañero de carrera.
—Tan mierda no te ves —intentó solucionar las cosas el moreno y él solo miró hacia otro lado y negó.
—Vivo con él. Tendré que verlo hasta que acabe el año porque ya firmé el contrato y no me sobra el dinero como para pagar la indemnización. —Apretó los ojos al ser consciente de esa mierda—. Además, le dije que quería acercarme a él de forma distinta y aceptó, pero cuando terminamos de hacerlo simplemente me dijo que me olvidara de él.
—Espera. ¿Solo lo hicieron una vez?
Frunció el ceño al escuchar a KyungSoo y JongIn rio—. Si no son cinco acostones entonces no vale la pena.
—Hasta yo lo he escuchado decir eso —soltó el más bajo con asco y él se sintió aún más confundido.
—¿De qué hablan?
—¿Te acostaste una sola vez con él?
Asintió y se sintió como la mismísima mierda—. ¿Tan mal estuve?
JongIn se encogió de hombros y KyungSoo hizo una mueca, pero luego se levantó de la cama y se dirigió hacia el otro lado del lugar, donde había un pequeño peldaño bajo que daba con la cocina. El chico andaba con una sudadera gigante y short deportivos, cosa que lo hizo acordarse de sí mismo cuando salió de su departamento, por lo que revisó sus bolsillos para sacar su celular y el cargador, las dos únicas cosas que tomó junto a su billetera antes de huir.
—Te prepararé un té —le avisó su compañero y el asintió antes de agradecer.
El moreno siguió a su novio a la cocina y él se concentró en su celular, notando unas pocas llamadas perdidas de YiXing, algunos mensajes de este mismo y bastantes llamadas de un número desconocido. Procedió a averiguar acerca del último y justo en ese momento aquella misma persona lo llamó, lo que lo llevó a contestar.
—¿Hola?
Escuchó un suspiró desde el otro lado de la línea—. ¿Estás bien?
Se corvó ligeramente al sentir que perdía fuerzas cuando escuchó la voz de JunMyeon. No tenía absolutamente ningún problema con el chico, pero lo que le dijo antes de que saliera del departamento seguía rondando por su cabeza.
—Sí, estoy bien —contestó.
—¿Dónde estás?
Miró hacia el frente, encontrándose a KyungSoo a unos metros mientras caminaba hacia él con el tazón en las manos.
—Con un amigo.
—¿Te quedarás con él?
Guardó silencio porque no supo qué responder. No tenía dónde ir, pero tampoco podía quedarse allí.
—Sí —terminó soltando y evitó la ceja alzada de su compañero.
—Si necesitas ayuda me avisas, ¿sí?
—Estoy bien, JunMyeon. No te preocupes por mí —soltó tosco y cortó molesto a pesar de que sabía que no debería estarlo. No obstante, el chico le dijo en un inicio que siguiera cuando ya conocía la mierda que era BaekHyun, de quien él no se venía a enterar bien hasta ese momento.
—Tengo una duda. —Le puso atención a JongIn, quien se recostó despreocupadamente en la pared—. ¿Tú crees que BaekHyun también se acostó con sus amigos MinSeok y LuHan?
Frunció el ceño y por suerte fue KyungSoo quien le dio un manotazo a su novio—. No seas insensible.
—Estudio ingeniería. No pidas mucho de mí.
Sabía que el chico lo comentó para destentar el ambiente o algo así, pero no tuvo ganas de reírse al respecto. Simplemente tomó la taza que le ofreció el pelinegro y bebió de esta con la mirada perdida en el escritorio lleno de libros que estaba frente a él en el otro lado de la habitación.
Por suerte la pareja lo aguantó hasta un poco más de las tres de la mañana y durante el tiempo que pasaron juntos no hicieron mucho más que conversar sobre sus áreas académicas en un intento de despabilarlo un poco, aunque la verdad es que ChanYeol no pudo quitarse a BaekHyun de la cabeza incluso después de que salió de la vivienda de la parejita y caminó hasta donde sea que lo llevase el GPS de su celular, donde solo puso como destino el terminal de buses más cercano porque debía largarse de allí a un lugar donde se sintiese medianamente protegido.
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Me siento una máquina por ya tener listo otro capítulo. 😂
Aviso que las actualizaciones serán cada dos días en caso de que no haya ningún contratiempo. 💃🏻
Muchas gracias por leer, votar y comentar. 💖
Saludos y besos, Ary. ♥️
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