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☁️Capítulo 7☁️

Jimin se estaba bañando como de costumbre, cuando era niño se duchaba cada dos meses, pero desde la adolescencia los baños se hicieron más constantes. El muchacho estaba sentado dentro de la tina de baño mientras que su madre le pasaba esponjas con agua tibia por la espalda. Desde niño, sus duchas fueron así porque tenía la creencia de que era de papel. Su piel no era como una hoja de cuaderno, era semejante al cartón, por eso el exceso de agua ocasionaría que se ablandara y por ende se rompiera. Frente a Jimin se encontraba un espejo, en el cual veía su rostro de papel y sus ojos como si fuesen un par de botones negros, inconscientemente comenzó a llorar porque deseaba ser como los chicos normales, deseaba salir a correr, a jugar, deseaba salir a pasear con Jungkook. ¿Y por qué no? Hacerse un tatuaje como el que él tenía. Su madre limpió las lágrimas de su rostro con una toalla, preocupada por su bienestar.

—¿Te duele algo, cariño? —susurró amorosamente.

—Mamá...

—Dime, mi muñequito. —Enredó su cabello en una toalla.

—¿Siempre voy a ser de papel? —Su madre enmudeció ante el cuestionamiento—. ¿Mi enfermedad no tiene cura?

—Cariño, ya hemos hablado de esto.

—Tú no eres de papel... ¿Por qué yo sí?

—Porque así naciste, Jimin. No hay nada que hacer ante eso.

—Me gustaría salir de casa, recorrer el mundo entero, y quizás... Hacerme un lindo tatuaje cerca de mis costillas. —Sonrió con esperanza.

—Olvídate de esos sueños absurdos. —La madre de Jimin se puso de pie, acercándose a la caja del botiquín que se encontraba en el baño. Sacó un par de gasas adhesivas, antiséptico y un bisturí—. ¿Ves esto? —preguntó mostrándole el bisturí.

—Sí. ¿Qué vas a hacer?

—Este bisturí es menos ofensivo que las máquinas que usan para hacer tatuajes, y te voy a mostrar el daño que puede hacerte.

Sin dudarlo, colocó la punta del bisturí en el antebrazo, cerca del codo de Jimin, recorriendo en una línea recta hasta llegar cerca de la muñeca. Él muchacho gritó de dolor y parpadeó horrorizado al ver la sangre brotar sin cesar. Su madre retiró el bisturí limpiándolo con un chorro de agua, lo guardó en su lugar para después quedarse mirando como se desangraba el brazo de su hijo. El agua de la tina estaba cubriéndose de sangre poco a poco y Jimin cerró los ojos deseando que el ardor que estaba sintiendo terminara.

—Los tatuajes duelen muchísimo más, mi muñequito. —Del botiquín sacó un hilo de sutura de seda y un par de pinzas para suturar piel y un frasco con un líquido que Jimin no había visto antes—. Va a arder un poquito —dijo, después roció antiséptico y la anestesia en la herida de Jimin.

Jimin comenzó a respirar con rapidez al sentir como la aguja atravesaba su piel, tenía los ojos cerrados mientras su madre hacía la sutura. Minutos después terminó de hacerle los puntos en la piel, y le colocó las gasas adhesivas encima para evitar que el polvo causara una infección.

—¿Comprendes lo débil que eres, Jimin? Un bisturí a mí no podría hacerme daño porque no soy de papel, pero tú eres frágil. —El muchacho asintió con temor al verse el parche en el brazo—. ¿Me vas a decir de dónde sacaste la idea de realizarte un tatuaje? —Jimin se puso nervioso, no quería que Jungkook dejara de visitarlo, y si le decía a su mamá acerca de su existencia le prohibiría la entrada.

—Leí esa palabra en el diccionario y la revista que robé de la biblioteca hace años. ¿Recuerdas? —contestó nervioso.

—Por fortuna los descubrí a tiempo, no sé qué más hubieras descubierto.

Con sumo cuidado limpió la sangre del cuerpo de Jimin y lo ayudó a ponerse de pie, después le colocó la bata de baño y lo acompañó a su habitación.

—Los peligros para un niño de papel son inmensos, por eso debes borrar de tu mente la idea de salir a recorrer el mundo. Cuando tenías doce años hablamos acerca de eso, mi muñequito.

—Lo sé, mamá. —Bajó la mirada.

—¡Arriba esos ánimos! Para que veas que no estoy molesta contigo voy a prepararte un enorme tazón de leche tibia. —Besó la frente de Jimin.

—Gracias, mamá.

—¡Ya vuelvo!

Minutos después Jimin estaba vestido mientras bebía el tazón de leche que su madre le prometió para compensar el dolor que le había causado el bisturí. Con el pijama y pantuflas de arcoíris observó la leche y vio caer una lágrima resbaladiza al tazón. Con rapidez se limpió las lágrimas para beber el líquido blanco en su totalidad y poner el tazón vacío en su mesita de noche. Se acostó en la cama cubriéndose el rostro con la colcha, después escuchó a su madre ir por la taza y cerrar la puerta mientras decía: Dulces sueños, mi muñequito. Cuando el silencio se apropió de la casa, Jimin sacó el celular que Jungkook le obsequió de abajo de su almohada. Tenía varios mensajes sin leer, de inmediato los leyó.

"Buenos días, Jimin"

"¿Dormiste bien?"

"Un amigo mío descubrió que ocultaba algo y le tuve que contar acerca de ti... ¿Puedo llevarlo la próxima vez que te visite?'

"Ya me presenté en el bufete de mi papá, al parecer los socios quedaron impresionados con mi elocuencia"

"¿Por qué no contestas? ¿Estás bien?"

"Sé que han pasado seis días desde la última vez que nos vimos, pero te extraño como si hubieran pasado mil años"

Con el brazo aún adolorido comenzó a testear lo siguiente:

"Hola Jungkook, dormí de maravilla. Me alegra que haya salido bien el asunto con tu padre. No contestaba porque mi mamá estuvo en mi habitación todo el día, también te extraño muchísimo. En cuanto a tu amigo, me temo que no puede venir, incluso creo que tú tampoco deberías venir en un tiempo porque hoy me lastimé el brazo. Estar cerca tuyo me hace querer salir a conocer la ciudad, mi deseo por salir aumenta cada que te veo, al mismo tiempo que aumenta el peligro. Temo romperme, espero que entiendas"

Jungkook estaba jugando a la PlayStation con sus amigos en la casa de Taehyung cuando recibió el mensaje, de inmediato le entregó a Hobi el control cediendo su turno para jugar. Tomó el teléfono entre sus manos y leyó el mensaje, frunció el ceño preocupado. ¿Qué le había sucedido a Jimin? Sin pensarlo le envío rápidamente un mensaje.

Jungkook: "¿Qué te pasó? ¿Estás bien?"

Jimin: "Me encuentro mejor, mamá suturó mi herida"

Jungkook:"¡¿Sutura?! ¡Esto es grave Jimin, iré de inmediato a verte!

Jimin: "Pero mamá puede descubrirte..."

Jungkook: "Es lo que menos importa, por ahora quiero mirarte y saber qué fue lo que pasó"

Jimin: "No vengas, Jungkook"

Guardó su teléfono en la parte trasera de su pantalón al ponerse de pie, bebió agua y se dispuso a salir de la habitación de Taehyung.

—¿A dónde vas? —preguntó Seokjin.

—Oh, tengo cosas que hacer...

—¿Qué cosas? Recibiste un mensaje, me diste el control y ahora te marchas. ¡Exijo saber qué sucede! —Hobi puso en pausa el juego.

—Es mi madre...

—¿Es sobre aquel asunto? —preguntó Taehyung refiriéndose a Jimin, porque era el único además de Jungkook que sabía acerca de él.

—Sí...

—¡Entonces largo! —Tae lo empujó a la puerta y la abrió para él.

Seokjin y Hobi invadieron a Taehyung de cuestionamientos tratando de averiguar qué era lo que escondían, por eso el muchacho inventó una historia acerca de hongos en los pies de la madre de Jungkook. Ahuyentando todas las posibles nuevas preguntas.

Jungkook corrió sin parar hasta llegar a la casa de Jimin, todas las luces estaban apagadas, eso aumentaba el riesgo de ser descubiertos por su madre, sin embargo estaba dispuesto a correr todos los riesgos porque necesitaba asegurarse del bienestar del chico que había cautivado su corazón. Con cuidado trepó hasta llegar al balcón, al ver la puerta del ventanal cerrada con llave maldijo a lo bajo, fue entonces que decidió enviar un mensaje de texto que decía:

"La puerta tiene llave, ¿me abres?"

Jimin miró el mensaje en la pantalla del Nokia, suspiró nervioso, expulsando sus deseos de mantenerse a salvo para ir en silencio a abrir la puerta del ventanal. Jungkook miró la perilla girar con lentitud y cuando la puerta al fin se abrió quedó atónito al ver el antebrazo de Jimin cubierto de gasas. Eso significaba que la herida era muy, muy grande. Jimin le regaló una sonrisa, y Jungkook no pudo contenerse más. Así que lo abrazó con fuerza oliendo su perfume, sintiendo la calidez de su cuerpo, no sabía porqué quería tanto a Jimin, pero haría lo que fuera para hacerlo feliz. Para encontrar un remedio a esa enfermedad extraña que decía tener.

—Jungkook... —susurró al mismo tiempo que correspondía el abrazo.

Jimin media 1.70 de estatura, era diez centímetros más bajito que Jungkook. Por eso su rostro quedaba exactamente en el cuello del muchacho, podía sentir su respiración agitada rozarle la frente mientras agarraba con fuerzas su pijama de arcoíris. Él apretó ligeramente la espalda de Jungkook en respuesta al abrazo. Luego de un par de minutos se separaron, Jungkook lo tomó de las mejillas, apretándolas despacio, mirando sus ojos negros, que para él eran toda una galaxia, todo un universo sin descubrir.

—¿Cómo te hiciste eso? ¿Estás bien? ¿Te duele? —murmuró muy cerca de su rostro, Jimin pudo oler su aliento a frituras y refresco de manzana.

—Estoy bien, Jungkook. —Sonrió y él lo soltó respirando aliviado, aunque seguía teniendo el ceño fruncido.

—Entonces sí eres de papel. ¿Tan delicada es tu piel? ¿Cómo te hiciste eso? —volvió a preguntar.

—Estaba en la tina, le dije a mamá que me gustaría recorrer el mundo, y realizarme un tatuaje. —Se quedó callado al señalar el pecho de Jungkook—. ¡Me gusta tu tatuaje, por eso quiero uno. Pero tranquilo que no le dije nada acerca de ti!

—Entiendo, ¿qué más pasó? —Jimin suspiró.

—Mamá me dijo que los tatuajes eran peligrosos, más para un niño de papel...

—Tú no eres un niño. —Él cruzó los brazos.

—Como te decía... Mamá me dijo que un bisturí es menos peligroso que las máquinas para hacer tatuajes, pasó el bisturí por mi brazo y mira la gran herida que me hizo. Ella no podría hacerse ese tipo de heridas con un bisturí porque no es de papel y yo sí.

—¡¿Tú madre está loca?! —chilló Jungkook en un grito ahogado—. ¡Jimin, cualquier ser humano puede lastimarse con un bisturí!

—¿De qué hablas?

—Los bisturís son muy filosos y peligrosos para cualquiera, ¿Por qué tu madre hizo tal calamidad? ¿Para impedir que salgas de tu casa? Mis teorías se confirman cada vez más

—¿Qué teorías?

—¡Que tú no eres de papel! —volvió a susurrar en un grito ahogado. Pues ambos estaban susurrando para no ser descubiertos.

—Yo... Ya no quiero ser de papel, Jungkook. —Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas.

Jungkook comprendió que Jimin era manipulado por su madre, porque si tuviera una enfermedad en su piel nunca la hubiera lastimado de esa manera. Al contrario: Lo protegería.

—Entonces ya no te comportes como un niño de papel, exígele a tu madre comida de verdad, pídele que te deje salir de casa. Incluso puedes decirle que somos amigos y...

—¡No Jungkook! Si hacemos todo muy rápido ella va a tomarlo mal. Mamá me ama, de eso no tengo dudas y siempre ha buscado lo mejor para mí.

—Tú no eres tonto, Jimin. No puedo creer que le sigas creyendo después de esto. —Señaló el brazo herido.

—Ella es mi mamá, sería incapaz de hacer algo para lastimarme.

—Se nota —dijo con sarcasmo, después suspiró aclarando sus ideas—. Déjame mostrarte que no eres de papel, déjame enseñarte el exterior.

—No puedo salir...

—Sí, sí puedes. Vamos mañana al parque de diversiones de la ciudad, apuesto que nunca has subido a la rueda de la fortuna.

—Pero...

—Te juro que no permitiré que algo malo te pase. Vamos, déjame enseñarte las maravillas que te estás perdiendo por creer que eres de papel.

—¡Que lo soy! —gritó.

—Shh, va a venir tu madre. —Le cubrió los labios, Jimin se zafó de su agarre para hablar.

—Bien, entonces ven mañana. Te estaré esperando, solo promete que cuidarás de mí.

—Lo juro por mi vida.

—Jungkook... Te extrañé mucho. —Bajó la mirada avergonzada, tras decir eso así repentinamente—. A decir verdad, me atrevo a salir al exterior a causa tuya. Quiero conocer los lugares a los que has ido... Quiero ser un chico normal.

—Tú eres normal, Jimin. —Jungkook lo tomó de las manos—. No eres de papel, lo repetiré muchas veces hasta que lo entiendas.

—Me gustaría que fuese verdad.

—Ven aquí. —Con delicadeza lo jaló hacia él abrazándolo de nuevo.

Era ya el segundo abrazo que ambos se daban. El cosquilleo en sus estómagos aumentaba a medida que pasaban los segundos, pero ninguno quería separarse, ninguno lo hizo. Se quedaron mirando las estrellas desde el balcón, Jungkook tenía miedo de marcharse porque estaba 100% seguro que el enemigo de Jimin era Camila; su madre. Pero decirle tal cosa a ese dulce jovencito lo destrozaría por completo. Por eso esperaría a que se diera cuenta por si mismo. Lo único que quedaba era estar alerta y al pendiente de él.

—Voy a protegerte, Jimin. ¿Me dejas hacerlo? —susurró a su oído.

—No permitas que me rompa... —Su dulce voz estremeció su corazón—. Me refiero a mañana —añadió.

—Ni mañana, ni nunca.

Jungkook besó la cabeza de Jimin con ternura. Él amplió los ojos sorprendido por el acto, nunca nadie le había dado un beso en la cabeza, bueno, sí; su mamá. Pero eso fue cuando era niño y la sensación era completamente diferente. Con delicadeza recargó su cabeza en el pecho de Jungkook sintiendo que era el hombre que fue creado especialmente para él.

Spoiler: Sus sospechas son ciertas, la madre de Jimin es mala mala malotaaaaaaa😩

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