Jimin no sabía que decir, tal pareciera que le había comido la lengua el gato. Con ojos llorosos y manos temblorosas intentó quitarle el dibujo a Jungkook, pero él levantó la mano haciendo para él imposible alcanzarlo.

—No contestaste mi pregunta. ¿Por qué dibujaste mi cara? —Él se dejó caer en la cama rendido.

—Porque además de mamá, eres la única persona que conozco y eres lindo. —Bajó la mirada.

—¿De verdad te parezco lindo? —Sonrió radiante al sentarse junto a él.

—Tus ojos son grandes y tienes una luz hermosa...

—Eres muy sincero. —Jungkook se conmovió ante la sinceridad del chico por eso quiso devolverle los elogios que durante dos semanas estuvo guardando—. Eres dulce, Jimin. El chico más dulce que he conocido, todos estos días he pensado en ti, y en las cosas que voy a mostrarte.

—¿Qué vas a mostrarme?

—Antes que nada quiero agradecer el dibujo. ¿Puedo llevármelo a casa?

—Si quieres... —Era lo mínimo que podía hacer por él, después de todo le iba a mostrar cosas del exterior.

—Y después de eso quiero contarte una cosa...

—¿Un secreto? Mamá dice que los secretos no son buenos, ella cree que le escondo algo. Pero no le puedo contar acerca de ti porque si lo hago temo que selle la puerta y nunca más vuelva a verte.

—Lo que te voy a contar no es un secreto. —Guardó el dibujo en la mochila.

—¿Entonces qué es?

—Hace dos meses me gradué de la universidad, soy abogado.

—Abogado significa: Persona legalmente autorizada para asesorar y defender los derechos e intereses de otra persona en materia jurídica y representarla en un pleito.

—Por lo menos sí sabes acerca de mi profesión.

—Memoricé un viejo diccionario que encontré en el sótano cuando tenía dieciséis. Conozco las palabras y significados, pero nunca las he visto. Por ejemplo el teléfono que tienes nunca lo había visto, pero conocía la palabra y el significado.

—Entiendo. —Se acostó en la cama mirando el techo mientras él lo veía embelesado—. Mi papá es dueño de un bufete de abogados que lleva casos de grandes empresas e incluso celebridades. Al yo graduarme tengo que comenzar a trabajar con él, eso no representa ningún problema porque me gradué con honores.

»El problema es que me gusta visitar un bar con mis amigos, y papá me ha prohibido asistir a ese lugar para que los socios no crean que soy un malhechor o algo parecido. No sé que hacer porque no quiero herirlos.

»Seokjin sigue en depresión desde la muerte de sus padres. La madre de Hobi es americana y su padre mexicano, pero este último los abandonó para regresar a su país con una sexy latina. Taehyung es mi mejor amigo desde el preescolar, sus padres son dueños de una empresa de fármacos y nunca ha sentido el amor fraternal.

»El único estable de grupo soy yo. Mamá es hogareña, amorosa y responsable. Papá se encarga del bufete... Temo que al concentrarme en el trabajo ellos dejen de ser mis amigos, que desvíen su camino y se pierdan. ¿Sabes a lo que me refiero?

—Amas a tus amigos y cuando se ama a alguien no importa en qué lugar te encuentres. Si eres correspondido el amor perdurará —contestó con voz dulce crispando el corazón de Jungkook.

—¿Estás diciendo que debo dejar de frecuentar el bar?

—Dijiste que no tenías problema con asistir al bufete de tu papá. El problema es asistir al bar. ¿Tanto te gusta ese lugar? De ser así, piensa en tus prioridades. Estoy seguro de que tus amigos comprenderán la situación siempre y cuando les digas la verdad.

—En realidad esto que me dices es algo que ya había pensado, pero no sé cómo decirles.

—Justo como me lo estás diciendo a mí. —Ambos sonrieron.

A Jungkook se le hacía fácil y placentero contarle su vida a Jimin. A pesar de que él no conocía el mundo exterior tenía corazón, alma e inteligencia. Era de ese tipo de inteligencia que ni el más erudito podía enseñarte porque con eso se nace. Se quedaron en silencio durante varios minutos hasta que él abrió la mochila para mostrarle el Nokia y enseñarla a utilizarlo.

—Le puse chip, servirá para enviarnos mensajes de texto... —Jimin tomó el celular entre sus manos con fascinación—. Es tuyo, un obsequio.

—Gracias... ¿Cómo lo...

—Yo te enseño.

Fue fácil enseñarle a usar el móvil, estuvieron enviándose mensajes para asegurarse de no cometer ningún error cuando Jungkook se marchara.

—Tu madre sale todos los viernes por la noche, eso significa que vendré a visitarte cada viernes.

—Ajá... —Jimin acababa de descubrir el juego Snake 2000, que era una víbora que iba creciendo conforme comía.

—Después te mostraré los videojuegos. Estoy seguro que van a encantarte —dijo al percatarse de la fascinación con jueguito.

—Ajá... —Jungkook se cruzó de brazos al sentirse ignorado. Por eso decidió sacar su arma secreta de la mochila: Un hot-dog.

—Si dejas el móvil te daré a probar un bocado.

Jimin soltó el teléfono relamiéndose los labios, pero su expresión hambrienta desapareció al darse cuenta de que no era una hamburguesa. Sin embargo aceptó gustosa el cacho que Jungkook partió para él.

—Se llama Hot-dog, es parecido a la hamburguesa, come un poco. Si comes mucho te dará indigestión.

—¿Qué es eso negro en tu piel? —preguntó refiriéndose al tatuaje que se asomaba por el cuello de su camisa.

—¿Esto? —Señaló su propio tatuaje y él asintió—. Un tatuaje, ¿quieres tocar?

—¿Te duele?

—Cuando lo hicieron sí, pero ahora ya no.

—¿Y por qué te lo hiciste? —Ladeó la cabeza.

—Vas a tocarlo. ¿O no? —Dudoso asintió.

Jungkook se desabotonó la camisa dejando ver su abdomen, además de su tatuaje completo. Eran cuatro líneas que se cruzaban en su pecho haciendo una especie de corazón, pero lo importante no era eso, sino que era una "Y" mayúscula y en la línea derecha tenía la fecha 15/15/15 ¿Qué significaba el tatuaje de Jungkook?

—Es muy grande... —dijo al acercar su mano.

—Y es permanente —informó Jk.

Sin dudarlo tocó los números memorizando la fecha, él captó de inmediato que era importante porque la había marcado en su cuerpo permanentemente, Jungkook se puso nervioso al sentir su suave toque y tragó saliva. Jimin recorrió cada línea provocando que la piel del muchacho se erizara, hasta que por fin llegó al final de la letra, hasta que llegó a la parte más cercana a su cuello.

—Es un corazón... —susurró admirada.

—Es la inicial del nombre de un chico —dijo al abrocharse la camisa.

—¿Conoces más chicos además de mí?

—Claro. —Apretó la quijada.

—¿"Y" es lindo? —preguntó al sentir una pizca de celos, aunque él nunca antes había experimentado ese sentimiento. Por lo tanto no le gustaba sentirse así.

—Hermoso... —murmuró al terminar de abrochar su camisa.

—Oh. —Bajó la cabeza.

—Su nombre completo es Yoongi. —Suspiró al ponerse de pie y colocarse la mochila en la espalda.

—¿Ya te vas? —Agarró su pijama con fuerza tratando de contener el deseo de tomarlo de la mano y pedirle que se quedara.

—Tengo asuntos por resolver.

—Pero no he probado el Hot-dog...

Jungkook suspiró al escucharlo al mismo tiempo que le sostenía la mirada encontrándose con sus enormes ojos azules. Los ojos de Jimin eran brillantes e irradiaba inocencia y confianza. Jungkook se acercó a él tomándolo de la mano con delicadeza para que se pusiera de pie. Cuando estuvo de pie colocó un mechón de su cabello atrás de su oreja y le acarició la mejilla hasta llegar a su barbilla, ahí se detuvo sosteniéndolo con la punta del dedo índice y el pulgar. Jimin sintió una especie de aleteo en su estómago y parte de su pecho. ¿Qué era ese sentimiento?

—Eres muy dulce —susurró mirándolo a los ojos y Jimin bajó la mirada cubriendo sus ojos con sus largas pestañas oscuras—. Voy a quedarme hasta que termines de comer el bocado que te he traído, después me marcho. ¿Está bien? —Asintió y Jungkook soltó su barbilla.

Después de terminar su pequeña, pero deliciosa porción de Hot-dog Jungkook se marchó dejando a Jimin ansiosa por su regreso.

—¿Quién es Yoongi? ¿Jungkook tiene un amor como en aquel cuento de Blanca nieves que mamá me contaba de pequeño? —se preguntaba queriendo saltar el balcón para descubrirlo por si mismo. Pero esa era una mala idea porque nunca había salido de casa.

Abrió la cajonera que estaba a la par de su cama sacando unas toallitas húmedas para limpiar el grafito de sus dedos, después se tiró en la cama para dormir, pero los pensamientos llenos de celos y envidia no se lo permitieron. Jimin quería ser un chico normal, quería conocer más a fondo a Jungkook, quería muchas cosas, pero... ¿Eso sería posible?