☁️Capítulo 26☁️
El viaje no se pospuso tres días, se pospuso un mes.
Era la primera vez que Jimin viajaba a Italia, su corazón saltaba de alegría porque estaba visitando la ciudad natal de su novio. Emocionado veía cada calle, recordando la primera vez que salió de su casa hacía dos años atrás. La temperatura de la ciudad era más baja que en New York, aun así era agradable. Llevaba puesto un saco negro con unos pantalones de mezclilla, camisa blanca y botas negras. Junto a él Jungkook vistiendo exactamente igual a excepción del saco, el suyo era color gris. Juntos disfrutaron de una pizza, Jungkook se deleitó tras la primera mordida haciendo los ojos para atrás extasiado. Jimin soltó una carcajada al verlo comer con tanto gusto, emocionado le tomó un par de fotografías para después tomar varias selfies e imprimirlas como recuerdo de su viaje.
Al terminar de comer caminaron juntos, tomados de las manos hacia la próxima parada, por un camino de rocas lisas Jungkook lo guío a un campo de flores en Pompeya. Eran de todos los colores, y el aroma aunque tenue era agradable a los presentes. Jimin corrió a ver más cerca una hilera repleta de tulipanes rosas, después avanzó a los tulipanes blancos para tomarles fotografías. Jungkook iba corriendo detrás suyo tratando de alcanzarle el paso, mientras se preguntaba mentalmente «¿En qué momento se hizo tan rápido? ¡Parece un saltamontes!» Agitado llegó hasta Jimin, pero el muchacho gritó emocionado al ver tulipanes púrpuras. Jungkook no permitiría que se le escapara de nuevo, por eso lo tomó del brazo evitando que volviera a correr.
—Espera príncipe... —dijo agitado—. Déjame recobrar el aliento.
—Pero he corrido muy... —Jimin amplió los ojos al percatarse de que ya estaban casi en el centro del campo de flores, se mordió el labio al comprender que en realidad su corrió mucho—. ¿Quieres agua? Tengo en mi bolso.
—Tu bolso está en el hotel, dijiste que no lo necesitaríamos.
—¡Oh, bueno! —Se mordió el labio.
—No pasa nada, no es como si estuviera muriendo...
—¡Entonces vamos, que más flores nos esperan! —gritó animado y volvió a correr adentrándose más en aquel campo.
Jungkook tragó grueso al mismo tiempo que sacaba de la bolsa de su saco una caja negra con un anillo de compromiso adentro. A lo lejos escuchó murmuros, curioso giró el cuello para encontrarse tirados entre las flores a sus amigos. Ellos estaban grabando a escondidas ese momento para mostrarle a Jimin su reacción durante la boda.
—¡Hazlo ya! —susurró Tae apresurando a su amigo.
—¡No me presiones!
—Por eso no quería que viniéramos, lo ponemos más nervioso —se quejó Namjoon.
—Jungkook no está nervioso porque sabe que Jimin dirá que sí —murmuró Yoongi.
—De eso no estoy muy seguro... —contestó Jungkook avanzando hacia su novio quien ya estaba a veinte metros de distancia.
Jimin veía los tulipanes emocionado, alrededor habían mariposas libres que reposaban en las flores. Suspirante giró el rostro para ver a su novio quien nuevamente estaba a punto de perder el aliento por tratar de alcanzarlo.
—Estás fuera de forma, mi amor —le dijo abrazándolo con fuerza.
—Bueno, creo que es buen momento para dejar de comer tanto y volver a una dieta saludable y ejercicio. —Rio, Jimin apuntó con el dedo las mariposas que volaban alrededor de los tulipanes.
—Son libres amor, me siento como una de ellas, y es gracias a ti... —Suspiró—. Gracias a que me encontraste y me salvaste de la torre más alta del castillo. ¡Eres sherk y yo soy Fiona! —Aplaudió gustoso recordando la película animada de Dreamworks.
—Tae es burro, Jin es gato, Hobi pinocho, Namjoon el lobo feroz y Yoongi es Jengibre. —Ambos rieron—. Me alegra que estés feliz. —Acarició su rostro.
—¿Cómo no estarlo? Tengo todo lo que necesito. Además el día de ayer ayudamos a las víctimas del Hotel Estela. Gracias a eso me siento liberado.
—¿Ayudamos? Príncipe, fue a ti a quien le regalaron esa suma grande de dinero, y fuiste tú quien decidió donarle miles de dólares a cada víctima que fue obligada a trabajar en ese asqueroso lugar. El mérito es tuyo.
—Pero tú me ayudaste a hacerlo. Además, gracias a eso me llegó la idea para abrir una academia de artes gratuita para mujeres de escasos recursos. Nam y Yoongi me van a ayudar, me gustaría impedir que más personas deseosas de brillar caigan en las manos de gente oportunista.
—A veces eso es inevitable, pero te ayudaré a ser la diferencia en este terrible mundo. —Jimin asintió contento. En ese instante pudo ver entre las flores blancas una cabellera alborotada, entrecerró los ojos encontrándose con Seokjin y Hobi golpeándose en los brazos porque estaban tratando de esconderse—. Jungkook... —murmuró a su oído.
—Dime.
—Creo que nuestros amigos nos están espiando... —susurró. Jungkook apretó los labios estresado porque los había descubierto.
—¡Salgan, nos descubrió! —gritó Jungkook molesto.
De entre las flores emergieron Yoongi, Namjoon, Taehyung, Seokjin y Hoseok. Nerviosos se acercaron a la pareja, cada uno sostenía una cámara de alta resolución entre sus manos. Jimin los miró confundido, luego se percató de que Jungkook estaba realmente enojado.
—¿Qué ocurre, Kookie?
—¡Estos imbéciles arruinaron todo!
—¡Oye! —Yoongi lo regañó cruzando los brazos.
—¡Yo no soy burro! ¡¿Por qué me comparan con burro? —Tae se quejó.
—¿Eso te parece mucho? ¡Ellos dijeron que soy pinocho! —Hobi agitó las manos.
—Por mentiroso. —Yoongi tosió con falsedad al decir eso.
—¿Estamos de acuerdo que el gato con botas es el mejor personaje de la película animada? —presumió Seokjin
—¡Yo ni siquiera he visto la película! —Namjoon se quejó.
—Que bueno que no sabe que es el lobo de sexo dudoso —Yoongi codeó a Jungkook y todos rieron excepto Namjoon.
—Basta de bromear ¿Por qué están aquí? —Preguntó Jimin y todos se quedaron callados.
—Yo iba a hacer algo importante, por eso te traje a Italia, —Suspiró Jungkook, negando con la cabeza—. Tendré que hacerlo después.
—Si quieren los dejamos solos... —dijo Hobi.
—No tiene caso, yo quería documentar todo —murmuró cabizbajo.
—Pues yo sigo grabando —comentó Taehyung.
—Jungkook, si dices que viajamos hasta acá por eso, creo que deberías decirme. —Luego de pensar un par de segundos lo que Jimin le dijo, asintió con la cabeza.
—¡Ustedes! —Apuntó a sus amigos—. No hagan ruido y graben bien todo.
Momentos después, Jungkook se puso de rodillas en la tierra que conformaba el camino entre las flores, de inmediato Jimin comprendió de lo que se trataba el viaje. Y comenzó a llorar antes de que Jungkook comenzará su discurso.
—Park Jimin... Siempre dices que yo te he mostrado el mundo y sus deleites a lo largo de estos años. Pero yo nunca te he dicho que aprendí a disfrutar lo que ya conocía gracias a ti, desde que llegaste a mi vida miré el mundo con otros ojos. Con ojos de esperanza, ojos de amor.
»Al verte compruebo que tu belleza supera la de todas las flores del campo juntas. Tu hermoso corazón es incluso más bello que eso, entonces me pregunto. ¿De verdad merezco todo esto?
»Eres el hombre soñado de muchos, y yo... Este idiota enamorado soy muy afortunado por tenerte. Pensé en muchas maneras de pedirte que seas mi esposo, pero ninguna llenaba mis expectativas, ninguna parecía ser digna de ti.
»Por eso me quedaré en silencio esperando a que tomes el anillo... —Abrió la caja que contenía un hermoso anillo de compromiso de oro blanco—. Si lo tomas entonces significa que sí y seré todavía más feliz. Pero si lo rechazas...
Jimin no esperó más. Él se abalanzó a los brazos de Jungkook tumbándolo en la tierra, no tomó el anillo, tomó algo mucho mejor; los labios de su novio.
Mientras lo besaba con fervor, sus amigos trataban de contener la explosión de risa y felicidad a causa del momento emotivo que Jungkook estuvo planeando meses atrás.
—¡Sí, Jungkook! —gritó cuando terminó de besarlo—. Quiero casarme contigo, eres el hombre de mi vida. Mi gran y único amor.
Jungkook exhaló aliviado y lo miró a los ojos, Jimin se hizo para atrás sentándose en la tierra y extendiendo la mano para que le pusiera el anillo. Con dedos torpes lo sacó de la caja colocándoselo. Le quedaba a la perfección. De pronto todos sus amigos gritaron y aplaudieron felices por la feliz pareja.
Año 2022, el día de la boda de Jungkook y Jimin
Jimin miraba fijamente en la pantalla grande del salón de fiestas la grabación del día que Jungkook le pidió ser su esposo. Él vestía un hermoso traje blanco que Bianca Namjoon y Yoongi le ayudaron a elegir así como cada detalle de la boda, convirtiendo ese día especial en el sueño de todo enamorado. Sonriendo entre lágrimas entrelazó su mano con la de su esposo, quien vestía un traje negro de novio. Los invitados aplaudieron mientras Jimin susurraba:
—No sabía que nos siguieron desde la pizzería...
—Se escondieron bien, es que tuviste muy bien ojo...
—Aun así te molestaste con ellos...
—En mi defensa, estaba nervioso.
Pronto anunciaron en el micrófono que el par de enamorados pasara a la pista de baile para dar inicio a su primer baile como esposos. Jungkook se puso de pie, dándole la mano a Jimin mientras hacía una reverencia, pues para él se convirtió en su rey, en su todo. Gustoso lo tomó y trotaron juntos iniciando el baile.
—Ahora que estamos casados quiero confesarte algo —susurró Jungkook al oído de Jimin mientras lo tomaba por la cintura.
—¡¿Qué pasó?! —preguntó recordando que su ahora esposo era muy travieso.
—En realidad no soy fanático del béisbol, tampoco conozco mucho de Babe Ruth... Fue un pretexto para entrar a tu casa el día que nos conocimos.
—¡Jungkook!
—La firma de la pelota es falsa... —Sonrió de oreja a oreja y Jimin hizo una enorme O invadida de indignación con sus labios—. Pero agradezco que me dijeras que no conocías el deporte, porque eso hizo que me interesara en ti. ¿Quién es ese chico y por qué no sabe qué es el béisbol?
—Y nunca más volviste a mencionar el béisbol
—En realidad soy un chico de videojuegos, no de deportes.
—Eres un oso...
—Mentiroso —terminó la frase y ambos giraron en la pista de baile coordinados—. Esa pelota se hizo valiosa para mí, porque gracias a ella te conocí.
Ambos sonrieron y siguieron bailando al ritmo de la música. Después Bianca y Jiho se unieron a la pista de baile, juntos parecían dos adolescentes enamorados. En seguida se unió Namjoon y Seokjin, después Yoongi y Hoseok. Luego Taehyung acompañado de Olivia, y por último el resto de invitados. Aquella fue una noche inolvidable, a pesar de terminar ebrios e irreconocibles disfrutaron al máximo.
Jungkook y Jimin estaban incluso más enamorados que el día que decidieron convertirse en pareja, y lo mejor de todo era que no solo se atraían o se querían. Ellos se amaban, vencieron los obstáculos que se presentaron a su vida con paciencia, risas, llantos, y terapia. Aunque sus días fueron difíciles en el pasado la vida les sonrió sorprendiéndolos con una hermosa familia, estabilidad en todas las áreas de su vida y un lindo cachorro.
Diez años después. Para ser precisos, un miércoles 26 de Agosto del año 2032. Jimin se encontraba sentado debajo de un árbol escribiendo en su iPad la historia de su vida. Mirando a sus dos hijos dispararle a Jungkook con un par de pistolas de agua. Valery de diez años reía a carcajadas, ella era idéntica a su padre en carácter y apariencia. Atrevida, risueña, amable e inteligente. Siempre vestía con overoles de mezclilla, sus cabellos castaños revoltosos golpeaban su rostro y sus tenis converse estaban sucios todo el tiempo. Su otro hijo tenía seis años, su nombre era Dee. Él era la mezcla perfecta de sus padres, pero con un corazón idéntico al de Jimin. Tener una hermana espontanea como Valery le era útil ya que gracias a ella sé atrevía a experimentar todo aquello que le causaba curiosidad. El niño era introvertido, siempre usaba shorts de vestir, tenis blancos bien lustrados, camisa blanca, tirantes con pinzas y cabello perfectamente peinado. Eran tan distintos, pero al final de cuentas hermanos que se adoraban el uno al otro. Suspirando leyó la última parte de su libro de vida que decía:
Aprendí que la vida siempre recompensa a las personas que no tienen malas intenciones en contra del prójimo, descubrí lo poderosa que es la mente creando escenarios inexistentes para hacernos creer débiles e incapaces; hacernos creer que somos de papel. En mi niñez me quedaba parado en la ventana observando a los niños jugar en el parque, deseando salir a jugar con ellos. Sin embargo la venda en mis ojos me lo impidió. Viví la mayor parte de mi vida creyendo que todo podía herirme, sin darme cuenta de lo fuerte y valiente que puedo llegar a ser. Descubrí que puedo ser el causante del cambio de mi historia familiar haciendo las cosas correctas, no solo por apariencia.
Crecer no significa dejar de amar, amar no significa dejar de lado tus sueños, y soñar no significa dejar de pisar el suelo.
Hoy vivo la vida como si fuera a morir mañana, porque ¿Quién sabe cuánto tiempo nos queda? Disfruto del café por las mañanas, incluso por las noches, disfrutó de los momentos en soledad, pero más disfruto estar tomado de la mano de mi esposo, su compañía hace de los momentos más simples; los mejores. La adrenalina de ver correr a mis hijos descalzos entre el lodo y verlos reír a carcajadas felices por lo experimentado provoca que mi corazón reboce de alegría.
Al final de cuentas la vida no se trata de qué tanto dinero o posesiones tienes, tampoco de que tanto te cuidas, aunque he de admitir que siempre es bueno tener cuidado con lo que hacemos y mantenernos sanos por el bien nuestro y el bien de los seres a los que amamos. Sin embargo, enfocarse únicamente en lo negativo provoca que la vida sea monótona, y aburrida, provoca que los niños crezcan temerosos e inseguros de si mismos, justamente como crecí yo.
Mi deseo para todo aquel que llegue a leer mis letras es que viva sin ataduras, que enfrente sus miedos, que ame con intensidad sin importar las circunstancias, que perdone incluso a los que no merecen ser perdonados porque ellos lo necesitan más que nosotros. No crean todo lo ven, ni todo lo que escuchan, aprendan a investigar por si mismos, a descubrir la verdad. Porque después de todo lo único que los hará libres es eso; La verdad.
Hoy puedo decir con certeza que no soy de papel, he abierto los ojos, me convertí en hombre, en un hombre de carne y hueso.
Me gustaría que todos lleguen a sentir algún día la inmensa felicidad que estoy sintiendo en estos momentos, porque todos han luchado por una causa, sea grande o pequeña. Todos merecen sentirse vivos, sentirse vivos, sentir que son de carne y hueso.
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