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☁️Capítulo 22☁️

Jungkook se quedó estático en el pasillo del hospital, las lágrimas fluían como torrentes de agua, sus labios temblorosos al igual que sus piernas se acercaron a aquel hombre con el que compartió el vientre de su madre durante nueve meses. Yoongi, al verlo, corrió a abrazarlo. Ambos se sintieron completos y rebosantes de alegría, el tiempo pareció detenerse en ese instante, mientras que en medio de lágrimas de felicidad les era devuelta esa pieza que les faltaba. Yoongi era distinto a como lo recordaba, la mirada llena de energía y espontaneidad fue suplantada por un par de ojos tristes, y las expresiones que irradiaban alegría cambiaron a unos ensombrecidos gestos de dolor, confusión y temor. Sus caderas eran más anchas, pero estaba muy delgado, tanto que las clavículas se marcaban a través de la ropa, lucía frágil, y lo era. Jungkook no quería imaginar el infierno por el que pasó, lo único que pensaba era «Está vivo, está vivo»

—La fuerza para no rendirme en aquel lugar, eras tú... Hermanito —murmuró Yoongi entre sollozos.

—¿Estás bien? ¿Estás herido? —preguntó preocupado al recordar que la trabajadora del hotel que lo atendió no tenía un par de dedos en los pies. Al decir eso se separó de él para hacer una escaneada con la mirada.

—Solo tengo cicatrices de guerra, pero no estoy herido. —Sonrió con tristeza.

Con el corazón estremecido se quedó estático, no pudo formular palabras debido al nudo en la garganta. Jungkook no quería llorar más frente a Yoongi, quería ser fuerte porque después de todo lo que pasó necesitaba un hombro en que apoyarse. Y Yoongi conocía a su hermano mejor que nadie, por eso levantó el dedo pulgar en señal de "Todo está bien" obligándose a sonreír aún más. Jungkook esbozó una leve sonrisa y estuvo a punto de romper el silencio, sin embargo Bianca lo interrumpió.

—Vamos, tenemos que hacerte el examen general —dijo tomando a Yoongi por los hombros con delicadeza.

—Estoy bien, mamá. Pero si quieres vamos.

Jungkook notó que las piernas de Yoongi temblaban e incluso caminaba con dificultad, como si algo le doliera. Su corazón se estremeció al pensar en todo el sufrimiento que vivió durante esos cuatro años. Observó a su madre servirle como apoyo mientras avanzaban hacia el consultorio. Y sin pensarlo, gritó:

—¡Yoongi! —Él se estremeció al escuchar su nombre por primera vez luego de mucho tiempo. En el Hotel Estela lo llamaban estrella, y cuando pidió el cambio para bailar comenzaron a llamarlo "El bailarín" Con lágrimas contenidas se giró para ver a su hermano, quien ya iba caminando hacia él—. Nadie va a hacerte daño nunca más, me aseguraré de eso.

—Ya nadie puede lastimarme, tonto... —La expresión de Jungkook ante el comentario de su hermano cambió a una de total confusión—. Quiero decir, estoy con ustedes. Ya estoy a salvo. —En realidad Yoongi sufrió tanto dentro del hotel que sentía que nada podía lastimarlo más porque vivió un verdadero infierno.

—Claro mi hermoso niño, ahora vamos que el doctor nos espera —dijo Bianca sonriendo de oreja a oreja.

—Nos vemos —susurró Jungkook.

Jiho se acercó a Jungkook palmeándole la espalda cuando madre e hijo se marcharon. La felicidad que ambos tenían era sumamente notoria, incluso para los que pasaban cerca de ellos y no conocían nada acerca de sus vidas.

—¿Sabes a quién más capturaron? —preguntó Jiho y Jungkook lo miró desconcertado—. A Samuel Davenport, se comprobó que era médico de los chicos que explotaban en el hotel.

—Maldito infeliz. —Jungkook apretó los puños.

—A decir verdad, tu madre y yo nos dimos por vencidos en la búsqueda de Yoongi hace mucho tiempo. Pero gracias a ti lo encontramos. —Jiho sonrió agradecido.

—Gracias a Jimin, si no lo hubiera conocido jamás encontraría a Samuel, y tampoco al hijo de puta de Jeimy.

—Es cierto, ¿cómo está él?

—Vivió toda su vida creyendo que tenía a la mamá perfecta, descubrir que fue maltratado, engañado y que además Camile murió... Eso lo tiene destrozada.

—A eso añádele el hecho de que es cómplice del Hotel Estela. —Jiho suspiró—. No permitas que encienda la televisión, la noticia y el rostro de esa mujer está en todas partes. Si Jimin descubre eso se pondrá peor.

—Tienes razón, de hecho creo que debo ir con él. No me gustaría que despierte y se sienta solo.

—¿Cuándo la dan de alta? —preguntó.

—El doctor dijo que cuando despierte puede irse a casa... Yo, quiero llevarla a nuestra casa.

—¡Claro! —exclamó Jiho—. Ese chico inocente merece que alguien cuide de él y quién mejor que tú.

—Gracias papá...

—De nada hijo, por cierto. Namjoon me pidió permiso para organizar una fiesta de bienvenida a Yoongi, él está en casa con tus amigos preparando todo.

»¿Quieres que la fiesta de bienvenida también sea para Jimin? Digo, después de todo será un miembro más de nuestra familia. —Jungkook sonrió ante el buen corazón de su padre. Él pudiera rechazar a Jimin por ser el hijo de Camile, la mujer que privó a Yoongi de la libertad. Sin embargo estaba dispuesto a abrir las puertas de su casa y darle la bienvenida.

—Sí, papá. Estaría genial que Jimin también se sienta cómodo y recibido al llegar a casa.

—Entonces yo les aviso a tus amigos, ahora ve con él.

Jungkook se marchó con una sonrisa en los labios, tomó el elevador y caminó directo a la habitación privada que pagó para Jimin. Sin embargo la sonrisa en sus labios desapareció al deslizar la puerta y darse cuenta de que él estaba parado frente al televisor con lágrimas en el rostro mientras le temblaban las manos. En la pantalla se visualizaba el rostro de Jeimy y Camile, y con letras grandes decía: Obligaban a cientos de hombres y mujeres a vender sus cuerpos en el Hotel Estela, muchos de ellos fueron mutiladas en aquel lugar.

—Es ma... —Jimin se interrumpió a si mismo—, ni siquiera sé cómo llamarla ahora.

—Apaga el televisor. —Jungkook se acercó a él pidiéndole el control mientras extendía la mano.

—No Jungkook, estoy cansado de secretos y mentiras. Todos me tratan como un estúpido, incluso los médicos, ¡Y probablemente lo soy! —Agitó las manos desesperado—. Ahora que he comprendido que mintió todo el tiempo, quiero saber todo lo que hizo. De esa manera su muerte no será difícil de sobrellevar, de esa manera lograré superar el dolor que estoy cargando...

—Dame el control —Jungkook repitió tomando a la fuerza el control de la televisión y apagándola.

—Que la apagues no es impedimento para que mi corazón se rompa, Jungkook. Sé que lo haces para evitar que vea malas noticias, pero las noticias siguen existiendo aunque yo no las vea y no puedo hacer caso omiso a...

—Shh... —Jungkook colocó su dedo índice en los labios de Jimin para que se callara—. Cuando estás enojado hablas muy rápido...

—Lo sé —murmuró mirándolo a los ojos.

—Tus manos están temblando —dijo al tomarlas, después depositó un dulce beso en sus nudillos.

—Me gustaría cerrar los ojos y recibir por lo menos una buena noticia entre tanta calamidad, es que estos días han sido caóticos.

—¿Te digo una buena noticia? —Jungkook alzó las cejas y se acercó más a Jimin, pasando un mechón de su cabello atrás de su oreja.

—Por favor...

—Yoongi está de regreso, sano y salvo. —Jimin no pudo evitar sentirse feliz por Jungkook.

—¿Y dónde está? Quiero conocerlo...

—Lo conocerás pronto, por ahora quiero llenarte de mimos y cumplir tus caprichos para que no pienses en lo sucedido. —Lo tomó de la barbilla con dulzura.

—No es fácil, Jungkook...

—De eso estoy seguro, pero servirá de algo, ¿no? —al decir eso, la abrazó y Jimin suspiró.

—De verdad me siento estúpido, toda mi vida viví engañado.

—Eres una luz brillante en medio de un mundo de mierda. —Besó su frente con amor—. Por eso estoy seguro de que vas a superar todo el daño que recibiste.

—Eso espero.

Horas más tarde...

Las manos sudorosas de Jimin demostraban el latente nerviosismo, se encontraba en el auto de Jungkook afuera de su casa. A dos calles de ahí vivió durante toda su vida, y en los próximos minutos comenzaría una nueva vida en la casa de su novio. Además conocería a Yoongi, estaba ansioso porque en las fotografías era muy parecido a él, sin embargo los nervios por ser rechazado lo invadieron porque le gustaría llevarse bien con el hermano del hombre que cautivó su corazón. Cuando entraron a la casa los recibieron con ruido, música y aplausos. En la pared había un par de mantas que decían: "Bienvenidos Yoongi y Jimin" Taehyung, Hobi, Seokjin y Namjoon organizaron la pequeña reunión. Jimin se sintió avergonzado, pero feliz, olvidó por un momento todo el caos que estaba viviendo y tomado de la mano de Jungkook decidió esbozar una sonrisa tímida que estremeció el corazón de los presentes. El muchacho era inocente, cualquiera podía notar que no fingía, que era genuino. Todos caminaron al patio trasero de la casa, el césped verde emanaba una paz al alma del muchacho, no se sentarían en mesas porque la idea de la reunión era "picnic familiar" por eso una manta enorme de cuadros rojos y blancos estaba tendida en el pasto verde, en el centro canastas con fruta y comida. Esperaron con paciencia a Yoongi, hasta que llegó con sus padres. A él no lo recibieron con gritos de alegría y carcajadas porque cuando Namjoon lo miró corrió para abrazarlo en medio del llanto, el resto de los chicos hicieron lo mismo, y Jimin comprendió que realmente lo estuvieron esperando durante mucho tiempo. Cuando todos terminaron de darle la emotiva bienvenida Jungkook rompió el silencio.

—Bienvenido a casa, —Yoongi sonrió y caminó tembloroso hacia él y hacia Jimin. Mientras tanto el resto se sentaban a la mesa—. Te presento a Jimin, mi novio.

—Jungkook me habló de ti... —dijo Jimin avergonzado.

—Papá me dijo que vivirás con nosotros un tiempo. —Suspiró—. También que tuviste días difíciles al igual que yo, espero que nos llevemos bien. Por el bien de este baboso. —Miró de reojo a Jungkook y él frunció el ceño.

—Baboso significa; persona que echa mucha baba por la boca —musitó Jimin y Jungkook soltó una carcajada.

—¿De verdad nunca habías escuchado decir a alguien Baboso? —preguntó Jungkook.

Jimin repetía lo que leyó en el viejo diccionario cada vez que escuchaba una palabra que sonaba extraña para ella, o que escuchaba por primera vez.

—Nunca... —contestó.

—¿Me pierdo de algo? No entiendo —Yoongi sonrió.

—Jimin memorizó un diccionario, menciona cualquier palabra. Te aseguro que él sabe el significado.

—Estrella. —Fue lo primero que a Yoongi se le vino a la mente, los bellos de sus brazos se erizaron al instante.

«¿Por qué dije estrella? Debería olvidarme por completo de esa palabra», pensó Yoongi.

—Astro o cuerpo celeste que brilla con luz propia en el firmamento. También; Figura dibujada de una estrella, que consiste en varias líneas que parten de un centro común y que pueden formar picos entre sí —Jimin contestó en automático.

—Que interesante...

—Es curioso —susurró Jimin.

—¿Qué cosa? ¿Saber un diccionario completo? —preguntó Yoongi y Jimin negó rápidamente.

—No, es que... Eres la primer persona que no me ha preguntado acerca de la herida en mi brazo. Todos los que me han conocido me preguntan.

—Las heridas de guerra hablan por si mismas, no necesito preguntar lo evidente. Te heriste, o te hirieron. No importa la causa, simplemente tienes que seguir en la batalla llamada...

—Vida —Jimin terminó de citar las palabras que dijo Yoongi.

—¿Cómo lo...

—Mamá me decía esa frase todo el tiempo.

—¡Bueno, es hora de ir a la mesa! —Jungkook los interrumpió porque no quería que hablaran de Camile.

Yoongi no sabía que Camile tenía algo que ver con Jimin, y averiguar que era su madre no era conveniente en esos momentos. Además, Jimin no estaba enterado del infierno que vivió Yoongi a causa de su madre.

La luz cálida del sol escondiéndose golpeaba los rostros de los presentes. Estaban sentados en círculo en el siguiente orden: Jiho, Yoongi, Bianca, Jungkook, Jimin, Namjoon, Seokjin, Hobi y Taehyung. Todos conversaron como si nunca hubieran pasado los años. Sin embargo el Yoongi de antes que cuidaba su figura desapareció, él comía sin fijarse en las calorías, bebió Coca Cola e incluso casi se ahoga con los baguettes de lo rápido que comía. Mientras tanto Jimin comió muy poquito porque su estómago sensible no pudo soportar tanta comida. A pesar de que el par de muchachos sonaban tímidos en su hablar de vez en cuando reían, hasta que...

—Te he traído un regalo —le dijo Namjoon a su Yoongi.

—¿De verdad? —preguntó Yoongi en un hilo de voz

—Espero que te guste. —Namjoon le entregó un obsequio a su amigo. Yoongi sonrió al ver la caja envuelta con papel dorado, agradecido por las atenciones brindadas.

—¡Yo te di el dinero para el regalo! —se quejó Taehyung.

—Y yo la idea de comprar lo que contiene la caja —Hobi cruzó los brazos.

—¿Ah sí? —Seokjin alzó las cejas—. ¡Yo llevé a Namjoon a la tienda departamental!

—¡Cierren la boca! ¿Quién compró el regalo? —Namjoon preguntó para apuntarse a si mismo—. Yo lo hice, ¿quién envolvió el regalo? Ajá, exacto: ¡Yo también!

—Chicos... —Yoongi sonrió, sus ojos comenzaban a enrojecerse porque quería llorar—. Los extrañé tanto. —Todos se quedaron callados.

—¡Pero vamos, abre el regalo! —exclamó Jiho alentando a su hijo para que se distrajera.

Con dedos temblorosos rompió el papel, después abrió la caja. Todos lo miraban esperando su reacción, pero nadie esperaba que fuera una negativa. El muchacho ni siquiera sacó el regalo de la caja, él miró a su mamá pidiendo ayuda con la mirada porque un nudo en su garganta apareció inesperadamente.

—¿Qué pasa? —cuestionó Jungkook alarmado.

Bianca tomó la caja entre sus manos para ver qué le habían obsequiado. Eran un par de zapatillas de ballet y una nota que decía: Para la estrella del escenario.

Las coincidencias a veces son extraordinarias, y quizás milagrosas. Sin embargo para Yoongi fue un golpe duro porque él ya no amaba el ballet, él odiaba el ballet. Y que le dijeran estrella le hizo recordar todo el sufrimiento en el hotel. Sin previo aviso rompió en llanto, era un llanto desgarrador, todos lo miraron preocupados. Jiho lo cargó entre sus brazos llevándolo al interior de la casa, Jungkook se puso de pie siguiéndolo acompañado de su madre mientras sentía un pinchazo en el corazón.

—¿Qué le regalaron? —preguntó Jimin gateando a la caja. Al ver las hermosas zapatillas no comprendió porqué se puso de esa manera.

—Él ama el ballet, la danza contemporánea... —murmuró Namjoon—. ¿Qué hicimos mal al comprar eso?

—Ahora si compramos entre todos el regalo, ¿no? —Taehyung alzó las cejas.

—¡Tú me diste el dinero! —lo acusó.

—Tú lo compraste, Nam —dijo Seokjin y Nam lo miró frunciendo el ceño.

—Lo importante aquí es que Yoongi necesita de nuestro apoyo, será mejor no mencionar el ballet durante un tiempo mientras se... ¿Recupera? —sugirió Hobi.

—¡Ese estúpido Hotel Estela! Obligarlo a trabajar ahí lo dejó destrozado. —Namjoon se puso de pie de un salto apretando los puños.

—¡Namjoon! —gritaron Taehyung, Hobi y Seokjin al mismo tiempo para que se callara porque sabían que Camile era la madre de Jimin.

—¿El hotel de la televisión? —preguntó Jimin mirando a Namjoon—. ¿Ahí estuvo Yoongi todo este tiempo?

—¡¿No pueden mantener la puta boca cerrada?! —gritó Jungkook llegando al jardín.

—¿Tu hermano fue víctima de mi mamá? —preguntó horrorizado y conteniendo las lágrimas.

—Jimin... —Lo miró sin saber qué responder.

—¡Contesta, Jungkook! Te dije antes que estoy cansado de ser tratado como un idiota, ¡¿Me crees tan débil como para no poder soportarlo?! —Jungkook no dijo nada, Jimin cansado de ser tratado como un niño se giró para mirar a Namjoon directo a los ojos—. ¿Yoongi fue víctima de Camile Park? —Namjoon miró a Jungkook preguntando con la mirada qué contestar.

—Sí —contestó Taehyung en su lugar. Jimin llevó sus manos a la boca para evitar llorar audiblemente—. Él merece saber la verdad, y lidiar con ella —añadió cuando Jungkook endureció la mirada molesto por la confesión.

Jimin se dejó caer en el pasto, sus rodillas le dolieron, pero le importó poco. El dolor en su alma era mucho más fuerte.

—Era un verdadero... Monstruo —musitó para él mismo.

Sí, Camile Park fue un verdadero monstruo que no pensó que las consecuencias de sus actos no la lastimarían a ella, sino; a su hijo. En su intento para protegerlo terminó siendo ella la persona que más daño le causó, terminó siendo la causante de las heridas de guerra en el cuerpo y alma de Jimin.

Jungkook abrazó a su novio brindándole su apoyo, no lo dejaría nunca. Lo amaba, a pesar de estar ligado a la causante del daño en su familia porque estaba cien porciento seguro de que era inocente.

Jimin era una víctima más.

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