☁️Capítulo 21☁️
Camile arrastró a Jimin por el pasillo de la casa como si de un costal se tratara, dejando manchas de sangre a su paso, ¿qué planeaba hacerle? Ella planeaba llevarlo lejos de la ciudad para huir de Aarón, sabía que el negocio estaba a punto de caer y que era cuestión de horas para que Jeimy soltara información valiosa a la policía. Claro que no iba a delatar a Aarón, pero sí la iba a delatar a ella y eso implicaba un cabo suelto. ¿Cuál cabo suelto? Bueno, Camile no sería la tapadera del hombre que hizo su vida miserable y sin dudarlo revelaría la identidad del verdadero jefe monstruoso que no era dueño únicamente del Hotel Estela, sino de una red hotelera por todo el mundo. Por eso anhelaba huir. Además Jungkook conocía la existencia de su pequeño e inocente niño. Mataría dos pájaros de un tiro, al menos eso es lo que creía porque no contaba con que el causante de sus más profundos miedos estaba a punto de romper el pomo de la puerta principal de su casa con un disparo.
El sonido de la bala resonó en los oídos de Camile poniéndola en estado de alerta, con rapidez corrió a la cocina para tomar un cuchillo y de esa manera defenderse, pero Aarón llevaba una revólver.
—¡Cam, Cam! —canturrió Aarón—¡¿Dónde estás?!
Él era muy alto, delgado, y a diferencia de su hermano tenía el cabello negro y un buen gusto para vestirse, con pasos cautelosos entró a la casa. Camile con manos temblorosas se escondía en la cocina esperando que él se distrajera para atacarlo. Sin embargo su aliento se detuvo un par de segundos al recordar que Jimin yacía inconsciente en la sala de la casa.
—¿Qué has estado haciendo, traviesa? —Aarón soltó una risita al ver a Jimin ensangrentado en el piso. Con la punta del zapato pateó el brazo del muchacho levemente para ver si estaba con vida.
—¡No lo lastimes! —gritó Camile al salir de la cocina sosteniendo el cuchillo.
—¿Te trajiste a una de mis estrellas a tu pocilga? —Alzó las cejas—. ¿Después de la confianza que deposité en ti? ¿Después de noches desenfrenadas de sexo antes de que te convirtieras en una mujer asquerosa?
—¡Basta Aarón! —Él era capaz de descomponer los sentimientos de Camile como nadie podía hacerlo. Camile era sociópata gracias a él, pero Aarón era mucho peor, desde niño diagnosticado como psicópata, pero sus padres poseían un rango alto en la sociedad y ocultaron el padecimiento del niño que disfrutaba ver sufrir al prójimo. Eso desencadenó su ruina, porque cuando Aarón cumplió dieciséis años los asesinó y de esa manera heredó sus bienes usándolos de maneras atroces.
—Voy a matarla enfrente de ti, después te mataré y cuando la policía venga. —Sonrió de oreja a oreja con malicia—. Cuando ellos lleguen, tu boca estará sellada. Estoy seguro de que mi hermanito no revelará mi identidad para protegerme.
—Jeimy es capaz de muchas cosas, Aarón... —Camile murmuró.
—Okay, adiós estrella... —Aarón apuntó la pistola directo a la cabeza de Jimin dispuesto a finiquitar su vida.
Era verdad que Camile quería proteger a Jimin de su padre, por eso lo ocultó durante tantos años, por eso fingió su muerte. Pero ya no podía callar más, si lo hacía Aarón lo mataría, y eso era peor que verlo enredado en el mundo de la hotelería ilegal.
—¡Es tu hijo! —gritó desesperada. Revelando el secreto que ocultó durante veintitrés años. Aarón sonrió con diversión y lamió la comisura de sus labios—. En 1996, no murió... Yo te mentí.
Aarón cambió el semblante que irradiaba diversión transformándose por completo. Estaba furioso, su rostro enrojeció al igual que sus ojos. Años atrás lloró la muerte de su hijo, incluso se operó para no tener más hijos porque por absurdo que sonara para alguien con su trastorno psicológico, no quería darse el lujo de sentir amor por alguien y ese niño había logrado lo que nunca nadie logró en él. Quería ser un buen hombre para él, y Camile le arrebató la oportunidad de cuidarlo, de protegerlo.
—Eres una hija de perra —dijo apretando los dientes.
—Él no podía crecer contigo, necesitaba mantenerlo fuera del peligro.
—Camile, tú eres igual de peligrosa que yo. —Con paso firme se acercó a ella mirándola a los ojos—. Te convertiste en un monstruo por dentro y por fuera. ¡¿No te das cuenta?! —En ese punto Camile ya estaba llorando—. Disfrutaré aún más tu muerte...
—Ni siquiera sabes su nombre, y jamás lo sabrás. —Camile se mofó.
—¡Manos arriba! —gritó una voz desde la puerta y Camile sonrió al sentirse rescatada.
—Al parecer no podrás terminar lo que viniste a hacer, Aarón.
—¿Quieres apostar? —Sonrió mostrando todos sus dientes.
El descanso para Jeimy había terminado, despreocupado regresó a la sala de interrogatorio sentándose frente a la fiscal con el abogado Tomás por un lado suyo. María inició la grabación de la conversación y con las preguntas.
—Dijiste que Yoongi trabajó con ustedes, ¿dónde está?
—¿No me vas a preguntar cómo estoy? —Jeimy se estiró en su asiento—. En realidad quince minutos de descanso fueron muy pocos y mi mente no logra recordar por completo a ese chico. —María suspiró, seguido de eso frunció el ceño endureciendo su facciones. Ya no tenía tiempo para rodeos, necesitaba conocer la verdad en cuanto antes.
—El hotel fue clausurado y está siendo investigado, ¿sabías eso? —Alzó las cejas.
—Entonces no tiene caso que me preguntes por ese chico.
—Él está ahí, ¿cierto? —Jeimy se mordió el interior de la mejilla pensando en su respuesta.
—El chiquillo se portó muy bien al inicio, después se cansó de ser una estrella. Camile le cumplió su capricho de bailar para nuestros clientes en lugar de prestar sus servicios sexuales porque era educado y obediente —soltó al fin.
—Entonces, ¿está vivo?
—Claro. —Encorvó los hombros.
—¿Quién es Camile?
—La otra al mando, si quieres te doy su dirección. No quiero ser echado a la cárcel solo. Alguien más debería compartir la culpa por mis pecados, ¿no crees?
—Escribe la dirección. —María deslizó hacia Jeimy un papel en blanco y un bolígrafo. Él escribió la dirección de Camile, pero antes de entregársela dijo:
—¿Segura que quiere seguir con esto, señora fiscal? Tengo millones de dólares, si cancela la clausura y mi captura, será recompensada. —María se puso de pie estirando el brazo para arrebatarle de la mano la hoja con la dirección.
—Le agregaré a su expediente un cargo más, por intento de soborno a las autoridades. Lo veo en el juicio para que le dicten la sentencia.
Al decir eso salió de la sala de interrogación, un par de policías entraron para esposar a Jeimy y llevárselo del lugar.
Jungkook llegó frente a la casa de Jimin, la puerta principal estaba abierta, el par de guardias que Taehyung había dejado vigilando acababan de entrar a la casa cuando el sonido de un disparo proveniente del interior estremeció el corazón de Jungkook, quien acababa de bajarse del auto de Hobi. Aturdido corrió al interior sintiendo que cada vez iba más despacio, sentía que no llegaría para salvar a Jimin. Corrió sin importarle los riesgos que conllevaba ir en búsqueda de su novio. Mientras Jungkook entraba a la casa la policía apareció con las sirenas silenciosas, pero con las luces prendidas.
—¡No puedes entrar! —gritó un miembro de seguridad de Tae.
—Lo tienen controlado. ¿No? —preguntó al ser retenido en la puerta. Pudo ver que en el pasillo estaba un hombre arrodillado con una revólver tirada justo al lado suyo y frente a él la madre de Jimin en el piso.
—¡¿Dónde está Jimin?! —gritó Jungkook empujando al guardia de Taehyung. Él al saber que era el mejor amigo del hijo de su jefe no le hizo nada y lo dejó pasar.
Al entrar lo miró tendido en la alfombra de la sala, estaba inconsciente y su brazo sangraba. Se arrodilló junto a él tomándolo entre sus brazos, acarició su rostro mojado porque aunque estaba inconsciente tenía lágrimas que no paraban de fluir.
—Estoy aquí, nunca más volveré a dejarte solo, mi príncipe... —susurró a medida que lo elevaba en el aire para salir del lugar.
Aarón desde el piso observó que el hijo que creyó muerto durante años estaba vivo y en buenas manos. Con rapidez tomó su celular enviando un par de mensajes de texto que eliminó de inmediato y se puso de pie extendiendo las muñecas cuando la policía entró a la casa. Ellos lo esposaron y el murmuró:
—Su nombre es Jimin. —Sonrió como desquiciado y al salir de la casa miró por última vez a su hijo siendo subido a una ambulancia junto con Jungkook.
Fue irónica la captura de Aarón Therrien, él fue a la casa de Camile para asesinarla porque temía que revelara su identidad, pero en ese momento fue capturado por asesinato y aceptaría la culpa. ¿Y qué fue lo que envío por mensaje de texto? Ese es un misterio que se revelaría más tarde.
Lo primero que Jimin miró al despertar fue el techo blanco del hospital, ¿lo segundo? A Jungkook dormido sentado en una silla a su lado sosteniendo su mano. Sonrió adolorido del brazo y apretó su mano al mismo tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas. Lo último que recordaba era el rostro furioso de su madre, sus uñas largas reabriéndole la herida del brazo y la gasa con cloroformo que lo dejó dormido. ¿Cómo fue que Jungkook lo rescató a tiempo? ¿Dónde estaba Camile? Sus preguntas serían respondidas pronto. Jungkook abrió los ojos, y al notar a su novio despierto besó su mano respirando aliviado. Lo miró con ojos de amor y carraspeó para aclarar la garganta.
—¿Qué pasó? —preguntó Jimin ganándole la palabra.
—Eso quiero saber yo, ¿qué pasó anoche? —Él lo miró confundida—. Cuando llegué a tu casa estabas en la sala, inconsciente.
—Mamá me durmió porque descubrí una habitación con... —Se quedó callada, no pudo decir en voz alta lo que descubrió porque se le erizaba la piel de solo pensarlo.
—¿La habitación de puerta azul? —preguntó al recordar que los policías dijeron que una tétrica alcoba con muñecos tejidos en tamaño real y cenizas se encontraba en la casa. Jimin asintió con timidez—. Por suerte estás a salvo, no se qué hubiera sido de mí si algo malo te sucediera. Nunca, escúchame Jimin. Nunca me quiero apartar de tu lado, ¿entiendes?
—Lamento hacerte pasar por esto... Yo solo quería tener una vida de cuento de hadas acompañada de las dos personas que más amo. —Bajó la mirada.
—La tendrás, te prometo que seré no solo tu príncipe; seré tu rey... Y tú mi reina. —Los ojos de Jimin centellaron mientras asentía con la cabeza.
—¿A mamá la capturaron? —Jungkook no supo que responder a esa pregunta porque Camile murió de un disparo directo al corazón aquella caótica noche.
—Necesito que seas fuerte para lo que te voy a decir. —Suspiró preparado para contarle a Jimin lo sucedido.
Al escucharlo sintió un hueco en el corazón, no podía creer tal noticia. A pesar de que Camile mintió y maltrató a Jimin, el amor que sentía hacia su madre no desaparecería de un día para otro. Él lloró sintiendo que el mundo se le caía encima, la inmensa tristeza era indescriptible, Jimin sintió que le arrancaron un pedazo de su corazón, y lo único que Jungkook podía hacer era abrazarlo e intentar consolarlo. Hasta que, luego de llorar durante horas y rechazar la comida que los cocineros del hospital prepararon; se durmió.
Jungkook se quedó acariciando la cabeza de su novio mientras tarareaba una canción tratando de calmarlo, de pronto el teléfono en su pantalón comenzó a vibrar, apresurado contestó la llamada, era su padre.
—¡Lo encontramos! —gritó eufórico al otro lado de la línea. El corazón de Jungkook latió más rápido—. ¡Encontramos a Yoongi!
—¿Dó... Dónde está?
—¡Conmigo, hijo! —Jiho soltó una carcajada de alegría—. Estaba escondido junto con otras chicas abajo de la tarima del teatro porque tenía miedo. ¡Hijo, encontramos a tu hermano!
—¡Voy para allá!
—No, no te muevas. Llevaré a tu hermano al hospital, no es conveniente dejar a Jimin solo en estos momentos.
Jungkook miró a su novio dormir y asintió con la cabeza para decir:
—Está bien papá. Cuando llegues al hospital me marcas.
Con euforia dio saltos de alegría al terminar la llamada. Después comenzó a llorar de felicidad, Yoongi estaba de regreso... Estaba vivo.
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