☁️Capítulo 20☁️
"Confiar en las palabras de las personas a las que amamos es fácil, aun así deberíamos desconfiar, incluso de ellos."
Mely Lim
Yoongi fue llevado con violencia al interior de la van blanca. Mientras los hombres golpeaban a su hermano, impotente le suplicó a Jeimy que no le hicieran daño. Este, para ganarse su confianza accedió ordenando a sus empleados que dejaran a Jungkook tirando en el pavimento. Instantes después lo amordazaron para que no gritara, el resto del camino lloró en silencio maldiciendo el instante que decidió ir al parque el día anterior, maldiciendo el hecho de aceptar la oferta del friki que resultó ser Jeimy para ir a audicionar al Hotel Estela. Lloró con amargura, con arrepentimiento, lloró deseando que los corazones de sus familiares fueran fuertes.
Minutos después fue arrastrado por el estacionamiento al interior del hotel, en las puertas lo esperaba Camile con brazos abiertos, ella los guío a las habitaciones del sótano del lugar. Los pasillos tenían luz tenue, todas las puertas estaban cerradas y en cada habitación dormían distintas chicas y chicos que fueron contratados o quizás obligados. Al entrar a la que fue durante mucho tiempo su habitación, se encontró con un par de chicas que aparentaban su misma edad. La primera tenía piel morena, oscura como la noche e irradiaba como si tuviera iluminador en la frente, nariz, hombros y clavículas, sus labios gruesos y ojos marrones hipnotizaban a quien la viera. La otra chica tenía la piel tan blanca que sus venas se reflejaban incluso con la luz tenue, pecas en todas partes, era muy delgada, con las clavículas muy marcadas, su cabello rubio y lacio le llegaba a los hombros y sus ojos color miel anunciaban que previamente había llorado. Las dos compañeras de cuarto eran muy altas, con perfil de modelos, si no hubieran caído en las garras de esos mafiosos su vida sería distinta. Las camas del lugar tenían sábanas blancas y un par de almohadas del mismo color, el respaldo era acolchado, cada cama tenía una mesita de noche por un lado y frente a ellas un clóset enorme con vestuarios de todo tipo con puertas corredizas en forma de espejo. A la izquierda un peinador con maquillaje, brochas y artículos para que se embellecieran más de lo que ya estaban. Una puerta guiaba a un baño en el que productos de aseo personal se encontraban disponibles para ellos. Incluso tenían un pequeño refrigerador con snacks y bebidas para que disfrutaran la estancia en el lugar.
—No llores cariño —Camile limpió las lágrimas de Yoongi con la punta de sus dedos—. Aquí estarás bien, nada más tienes que realizar tu trabajo. Puedes pedir lo que quieras y voy a concedértelo.
—Quiero irme a casa, eso es lo que quiero —contestó y Camile soltó una carcajada.
—Todo, menos salir del hotel.
—¿Un teléfono tampoco pueden darnos? —preguntó la morena sexy desde su cama.
—Mizzy, ese privilegio lo obtienen únicamente las chicas a las que les tenemos confianza, y falta mucho para confiar en ustedes.
—Si hago lo que dices, ¿me tratarás diferente? —preguntó la rubia.
—Si son obedientes las premiaré sin importar el precio.
—¿Qué clase de trabajo tengo que hacer? —preguntó Yoongi.
—Primero conocerás a Jeimy, brindando tus servicios por primera vez a él. —Yoongi amplió los ojos.
—¡No quiero ni verlo en pintura!
No importaba lo que Yoongi quisiera porque de todas formas Jeimy había pagado por él, además quería probar su cuerpo y nadie lo impediría. Camile vistió al chico con una bata de seda blanca porque todas las estrellas que trabajaban por primera vez eran vestidas de ese color para anunciarle al cliente que eran los primeros en conseguir sus servicios. Camile tomó el elevador acompañada de Yoongi, quien llevaba la mirada hacia el suelo durante todo el trayecto. Al llegar ala habitación 32 empujó al muchacho a la fuerza obligándolo a encontrarse con Jeimy. Esa noche Yoongi fue abusado y amenazado «Si no haces lo que yo digo iré por tu hermano y lo asesinaré», murmuró Jeimy en su oído.
Los días, semanas y meses pasaron. Yoongi aprendió a sobrevivir complaciendo a los clientes en sus más oscuros deseos sexuales, tal fue su desempeño en el hotel que se convirtió en uno de las consentidos de Camile. Eso le ayudó a no caer en las garras de uno de los clientes más masoquistas y enfermos que visitaban el lugar. Mizzy, la sexy morena fue quien lo atendió, él hizo lo que quiso con la pobre muchacha. Momentos después aquel hombre se duchó tranquilamente, se colocó su traje importado, sus zapatos Gucci limpios y pulidos, su reloj Armani, los lentes de sol y salió de la habitación con pasos tranquilos dejando a Mizzy tirada en el suelo, envuelta en sangre e inconsciente. Camile entró al cuarto al verlo salir porque sabía que ese cliente era grotesco, con el corazón estremecido miró a su estrella ser apagada. Se puso de cuclillas para revisar su respiración y por fortuna estaba viva. Mal herida, pero viva. Camile tomó su teléfono marcándole a Jeimy con preocupación.
—¿Hola?
—La dejó hecha trizas como era de esperarse. ¡Te dije que no quería que ella atendiera a ese sujeto!
—¿De verdad? ¿Qué le hizo?
—Le arrancó todos los dedos de manos y pies. Llama al médico, esta niña está en estado crítico. También tiene heridas en el abdomen, necesita una valoración general.
Cuando Mizzy despertó estaba en su habitación habitual. Anestesiada, limpia y con Camile al frente suyo, bastaron unos segundos para que se diera cuenta que las palmas de sus manos estaban vendadas, al igual que sus pies y abdomen. Al notar la ausencia de sus dedos comenzó a llorar desconsolada, refugiándose en el pecho de su comadrona. Yoongi y Xio estaban al pie de la cama y se estremecieron al escuchar a su amiga sollozar acompañándola con sus lágrimas.
—Tranquila nena, son cicatrices de guerra... —susurró Camile.
—¡Ya no quiero trabajar aquí, te juro que intenté dar lo mejor, pero esto es demasiado!
—No te preocupes, luego de consultarlo con Jeimy ambos coincidimos en que ayer fue tu última vez trabajando en el Hotel Estela. —Acarició la espalda de Mizzy.
—¿De verdad?
—Sí, cariño.
—¿Puedo regresar a casa? —preguntó esperanzada.
—Sí, linda. —Mizzy sonrió de oreja a oreja creyendo las mentiras de Camile.
Claro que terminó su estadía en el Hotel Estela, sin embargo su despido no sería como ella lo imaginaba, no volvería a ver a su familia, tampoco regresaría a casa.
Esa misma madrugada, Yoongi despertó al sentir que alguien entró a su habitación; era Camile. Ella con pasos lentos se acercó a la cama de Mizzy, con una jeringa inyectó un medicamento en su pecho. La jovencita comenzó a convulsionar y después de varios minutos murió. La muchacha no pudo despedirse, tampoco supo quién terminó con su vida. Al poco tiempo fue arrastrada por los hombres de Jeimy al espacio que tenían en el hotel en donde incineraban a sus estrellas, porque después de todo; las estrellas que brillaron alguna vez se conviertían en polvo. Camile lamentó la perdida de Mizzy porque era una niña brillante, pero el show debía continuar así que envío a Jeimy para que buscara una chica que la reemplazara. Sus restos fueron colocados en una urna junto a cientos de urnas más de víctimas que murieron en circunstancias semejantes a la de ella. Tuvo un final triste, una muerte injusta y desgarradora. Yoongi no quería tener el mismo destino que su compañera de cuarto, por eso tenía que ser inteligente y sobrevivir para quizás, algún día; volver a casa.
Jimin forcejeó con su madre tratando de zafarse de su agarre, pero Camile encajó sus uñas en la herida del brazo de su hijo, con violencia le quitó la venda abriendo nuevamente su herida. La sangre escurría por el brazo del muchacho mientras gritaba de dolor apartándose de su madre y huyendo a una esquina del cuarto.
—¡Enloqueciste por completo! —gritó Jimin.
—¡Oh no, muñequito. Tú no sabes lo que es conocer a un verdadero loco de remate! —contestó con ojos desorbitados.
—Ahora comprendo porqué me dices muñequito —dijo señalando a los muñecos a escala humana tejidos—. ¡¿Quiénes son ellos?! —exigió saber—¡¿Son mis hermanos?!
—Son hijos de mis estrellas, no llevan tu sangre. —Jimin no comprendió lo que Camile quiso decir, pero sabía que estaba en grave peligro.
—¿Y yo soy tú hijo? —cuestionó en un hilo de voz.
Camile no contestó a la pregunta de Jimin, ella lo único que quería era dormirlo para llevárselo de la casa a un lugar en donde Jungkook no lo encontrara. Tenía que mudarse, además Jeimy podía delatarla en cualquier momento y no podía arriesgarse a seguir viviendo en la misma ciudad. Por eso tenía un barco esperando por ellos para llevárselos lejos.
—¡Contesta! ¡¿Soy tu hijo?! —Insistió.
Camile endureció la mirada acercándose con paso firme a Jimin. Agarrando con fuerza la gasa con cloroformo hizo un movimiento rápido colocando el líquido en la boca y nariz del muchacho durante varios minutos. Jimin luchó, pataleó e incluso rasguñó a Camile, pero ella ya estaba acostumbrada al dolor y el débil muchacho no era rival para ella. Cuando Jimin cayó al suelo Camile depositó un dulce beso en su frente y suspiró.
—Eres hijo de Aarón, por eso debes ocultarte —murmuró—. Si él descubre que estás vivo va a asesinarme por ocultarle tu existencia, pero él lo merece cariño.
»Aarón me obligó a formar parte de las estrellas, yo... Prometí al darte a luz que no permitiría que un monstruo como él se convirtiera en tu padre, por eso te oculté. Para que vivieras alejado de él y del Hotel Estela que tanto daño me ha hecho.
»Protegerte es lo único que me mantiene viva, eres mi razón de ser. Y si tengo que ser la villana de tu historia para que Aarón no te encuentre, entonces lo seré.
Jungkook terminó de dar su declaración, la fiscal todavía no salía de realizar el interrogatorio a Jeimy, Jeon Jiho estaba en el Hotel Estela realizando la clausura e investigación y sus amigos estaban esperándolo en la sala de espera. Taehyung se acercó a él con pasos apresurados.
—Tengo tres noticias, ¿cuál quieres saber primero?
—¡Habla!
—El Hotel Estela salió en televisión, encontraron a cientos de hombres y mujeres que eran obligados a vender sus cuerpos. Muchos de ellos darán entrevistas y todos serán interrogados.
—¿Cuál es la otra noticia?
—Todavía no encuentran rastros de Yoongi, tu padre está en el hotel buscando y preguntando si alguien lo conoce, pero todavía no encuentra respuestas.
—¿Y la tercera?
—Ya me enviaron la información acerca de Camile Park.
—¡Chicos! —gritó Seokjin sosteniendo el teléfono en su oído, pues estaba en una llamada con Namjoon.
—¡¿Qué?! —preguntaron Jungkook y Tae al mismo tiempo.
—Tenemos que ir a casa de Jimin. ¡Ya!
—¡Yo conduzco! —dijo Hobi elevando en el aire las llaves de su auto.
Todos lo siguieron, era más práctico ir en un mismo auto que ir en distintos. Mientras iban en camino, Taehyung le contó a Jungkook cada detalle acerca de Camile.
—Ella tuvo dos hijos anteriormente, pero ambos murieron. Camile estaba obsesionada con su cuidado, les daba medicinas, incluso cuando no las necesitaban.
»Los llevaba al médico regularmente diciendo que tenían fiebre, dolor de cabeza o de estómago, los niños fueron medicados erróneamente durante mucho tiempo.
»Su primer hija murió a los seis años de edad, la causa; falta de aire en los pulmones. Pero ahí no termina todo.
»El segundo hijo murió por lo mismo, fue entonces que servicios infantiles intervino. Se descubrió que Camile tenía una enfermedad mental llamada síndrome de Munchausen con poderes.
»Enfermedad que consiste en inventar síntomas de enfermedades a sus hijos y medicarlos, de esa manera ella no se sentía sola, de esa forma ella tenía el control total sobre las decisiones de los infantes.
»Además las personas que sufren ese trastorno mental creen que protegen a sus hijos cuando lo único que hacen es herirlos.
»Tuvo un tercer niño, pero se comprobó que no era su hijo de sangre y fue enviado al orfanato para mantenerlo alejado de ella, no se sabe quién era la verdadera madre del niño, pero muchos médicos coincidieron en que creían que los anteriores niños tampoco eran suyos.
»Camile tomó medicamentos recetados por el psiquiatra durante años porque aparte de ese síndrome resultó ser sociópata, se autolesionaba e incluso lesionó a un enfermero.
»Esa mujer no tiene escrúpulos y tampoco se tocará el corazón porque lo único que quiere es que las cosas se hagan a su manera.
Jungkook pasó sus manos por encima de su cabello, estaba desesperado porque quería llegar rápido a la casa de Jimin, quería sacarlo de ahí, abrazarlo y decirle que nunca más se apartaría de su lado, pero. ¿Sería eso posible?
Momentos atrás...
Namjoon y Olivia llegaron a la puerta de la casa de Jimin con la dirección que los chicos les dieron. Se sentían seguros porque entre los arbustos se encontraba el equipo que Taehyung había enviado para vigilar la casa, así que tocaron el timbre varias veces y a pesar de que las luces estaban prendidas nadie salió a recibirlas. Rendidos decidieron regresar al auto que estaba estacionado frente al parque. Esperaron durante varios minutos hasta que decidieron volver a bajar para tocar la puerta nuevamente, pero no lo hicieron porque una camioneta Explorer negra con vidrios polarizados aparcó ante la puerta de la casa sin importarle obstruir el paso de la calle. El dueño lucía elegante, era alto y delgado, su caminar sereno, pero confiado. Dejó las luces de la camioneta encendidas, eso permitió que los chicos vieran que sostenía una revólver en la mano. Namjoon le marcó rápidamente a Seokjin para decirle lo que estaba sucediendo.
¿Quién era ese hombre? ¿Qué hacía en la casa de Camile y Jimin?
Esto se puso color de hormiga...
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