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☁️Capítulo 18☁️

Era muy temprano cuando Yoongi se preparó para ir a la dirección que tenía escrita la tarjeta que le dio el hombre friki un día atrás. Con rapidez se acercó a la cocina tomando un pan tostado, a él le encantaba comerlo sin mantequilla o mermelada porque cuidaba su figura. Bianca se estaba sirviendo café mirando a su hijo beber leche apresurado. Nunca hubiera imaginado que esa mañana sería la última vez que lo vería.

—Te vas a atragantar —dijo Bianca riendo.

—Hoy es un día importante, mamá.

—¿Puedo saber la causa?

—Aplicaré para un empleo. —Sonrió de oreja a oreja.

—No necesitas dinero cariño...

—¡Lo sé! Simplemente quiero esforzarme y distraerme. Es para mantener la mente ocupada. —Bianca se acercó a su hijo depositando un tierno beso en su frente.

—Como desees cariño.

—Grazie madre.

Al terminar el desayuno Yoongi de dirigió a la dirección de la tarjeta tomando un taxi. Se sorprendió al ver que era un hotel lujoso, en la entrada habían dos guardias que le pidieron identificación, pero en su lugar les mostró la tarjeta de invitación. Ellos muy amables lo guiaron al auditorio en donde sería la audición. El lugar era enorme, con asientos, telón y toda la producción necesaria para llevar a cabo una obra de teatro. Nervioso se sentó en la tercera fila junto a veinte chicas y chicos que también fueron convocados, momentos después fueron invitados a pasar al frente de uno en uno siendo interrogados por una mujer de cabello teñido de rojo, era regordeta, lucía una blusa de seda color rosa palo, una falda larga blanca, un saco del mismo color y sandalias cómodas. Al parecer era la encargada de contratar nuevo personal. Lo que se le hizo extraño a Yoongi era que no había ningún hombre en el salón, a excepción de un sujeto que vestía un ostentoso traje de lentejuelas negras. Él veía a los aspirantes con malicia y lujuria, entrecerrando los ojos logró reconocerlo gracias al cabello rizado. ¡Era el friki que lo invitó a trabajar! Pero se veía totalmente diferente, darse cuenta de eso le dio mala espina, era como si el friki estuviera disfrazado para no ser reconocido, lo miró directo a los ojos color café que irradiaban desconfianza, él le sonrió con complicidad al enterarse que lo había reconocido, sintiéndose incómodo prefirió irse del lugar, sin embargo la coordinadora la llamó.

—¿Te vas, lindo? —Yoongi se crispó deteniéndose en seco.

—Oh bueno... Yo...

La mujer se acercó a él a mitad del pasillo del auditorio extendiendo su mano con amabilidad.

—Soy Camile, ¿Cuál es tu nombre?

—Yoongi —respondió al estrujar su mano.

—Verás Yoongi, no te voy a mentir porque me agradas. —Suspiró—. No somos un hotel común y corriente, aquí vienen hombres y mujeres de altos mandos para descubrir nuevos placeres.

»Te aseguro que te sentirás cómodo, además el pago es muy alto. ¿Tú eres bailarín, cierto? Aquí vienen los dueños de academias y teatros importantísimos del país.

»Puedes conseguir una oportunidad en el mundo artístico siempre y cuando sigas mis indicaciones.

—¿Indicaciones? ¿Exactamente qué clase de trabajo es este? —Frunció el ceño.

—Somos estrellas, nos dedicamos a cumplir los placeres de nuestros clientes para hacerlos brillar y en el proceso brillaremos juntos. —Sonrió de oreja a oreja. En ese momento Yoongi debió huir del lugar rechazando la oferta de inmediato, pero Camile tenía algo que provocaba que confiara en ella y quería escuchar más de lo que tenía por decir.

—¿Me estás diciendo que son sexo servidores?

—¡Bingo! —Camile aplaudió—. Yo en estos momentos me he retirado porque he de decir que algunos clientes son exigentes, ahora me dedico a cantaaaaar —dijo eso último cantando—. En un par de años podrás dedicarte a organizar eventos de baile contemporáneo.

—¿Qué pasa si no acepto? —Alzó las cejas.

—No pasa nada lindo, de todas formas los elegidos estarán con nosotros tarde o temprano. —Sonrió significativamente.

—Espero no ser elegido, me retiro. Gracias por sus atenciones.

Yoongi dio media vuelta y avanzó a la salida del lugar. Camile anotó su nombre en la libreta seleccionándolo como nuevo empleado, en ese lugar no importaba lo que las estrellas querían porque las tomaban incluso a la fuerza y Yoongi era hermoso, además al ser bailarín era flexible y podría complacer a los clientes con mayor facilidad. El hombre con traje de lentejuelas se acercó a Camile para decirle que lo había reconocido.

—La quiero aquí más tardar a media noche. —Camile señaló a Yoongi, quien estaba saliendo del auditorio.

—También me agrada, es bonito. —Se lamió los labios con lujuria.

—¡Cierra la boca, Jeimy! Ese chico me pertenece, por lo tanto mantendrás tus asquerosas manos lejos de él. —Lo señaló con el dedo índice.

—Puedo probarlo si pago por él. —Guiñó el ojo—. Además yo lo traje y al parecer me reconoció.

—Así que es listo, esperemos que no sea un problema —murmuró Camile.

—¿Problema? Los problemas se entierran, ¿lo olvidas? —Ambos sonrieron con complicidad.

Yoongi se sentía enfadado, engañado y aturdido mientras se dirigía a la academia de baile para quitar un poco el estrés que le causó descubrir que la audición para trabajar en el Hotel Estela no era lo que esperaba. En la academia habían muy pocas personas porque era temprano, entre ellas se encontraba Namjoon, lo conoció en la preparatoria y fue él quien lo invitó a formar parte de la academia de ballet. Juntos se prepararon para practicar hasta que sus compañeros llegaran. Horas después llegó Jungkook con sus amigos para ver su ensayo, después disfrutaron una cena en casa de uno de ellos y por último se encaminaron a casa, pero esa noche sería imposible llegar a dormir a su cuarto ya que la desgracia en la vida de los hermanos Jeon fue desatada en el momento que Yoongi pisó el Hotel Estela.

Jungkook observó el interior de la casa de Jimin con ojos minuciosos, los pisos de madera color vino iban a juego con las paredes del mismo material, olía a limpieza, a madera y a tabaco para pipa. La sala y muebles eran de la década de los noventa, incluso el televisor, era color plata y las antenas estaban perfectamente acomodadas en el centro. Las ventanas tenían barreras de protección y cada esquina de las mesas o muebles tenían gomas de protección. Sin lugar a dudas Camile puso todo su empeño para cuidar de su hijo, Jungkook imaginó a Jimin correr por los pasillos de la casa siendo un pequeño de dos años, después de seis, ocho, doce, quince... Pero lo que él no sabía era que Camile pocas veces le permitía correr o salir de su habitación.

—Entonces se conocieron en el balcón —dijo Camile después de escuchar a Jimin contarle la historia de cómo conoció a Jungkook.

—Sí... —contestó.

—¿Por qué lo ocultaste, mi niño? —cuestionó con voz dulce. Jungkook dejó de observar los detalles de la casa al escuchar eso.

—Porque no me dejarías salir, porque tú dijiste que yo era de papel y eso... —Jimin apretó la tela de su camisa con la punta de los dedos enrollando con nerviosismo—. Eso no es cierto, yo no soy de papel.

—Mi niño... —Los ojos de Camile se llenaron de lágrimas—. Hay personas peligrosas en el exterior que pueden lastimarte, por eso quise evitar que salieras. —Suspiró y volteó a ver a Jungkook directo a los ojos—. El padre de Jimin es peligroso, lo que trato de hacer es ocultarlo de él.

—Comprendo la situación —dijo Jungkook al recordar las palabras del doctor Samuel Davenport.

—Es cierto que no eres de papel y pensaba decírtelo, lamento que hayas creído que te tenía en casa sin ningún motivo.

—Pero... Un médico me revisó en el hospital. —Camile tensó el cuerpo al escuchar eso—. Él me dijo que tengo diabetes tipo uno y desnutrición... Enfermedades causadas por ti. —Jimin estaba tratando de contener las lágrimas—. Si tú no hubieras mentido yo podría comer lo que mi cuerpo necesita y ahora no estaría padeciendo esta enfermedad.

—Cariño, tú tienes esa enfermedad desde los diez años. —Camile mintió—. No querías comer, te cuidé días y noches enteras cuando enfermaste. ¿Recuerdas?

Jungkook se puso de pie para comenzar a curiosear la casa, Camile lo miró de reojo cuando se acercó al librero que estaba cerca del mueble de televisión.

—Entonces, ¿no le molesta que Jimin y yo tengamos una relación? —preguntó Jungkook.

Seguido de eso tomó un libro completamente nuevo y sin ningún rastro de polvo. En ese libro estaba escrita una nota que decía:

«Para: Camile Park, espero que atesores las palabras de este libro

De: un admirador»

—¡Para nada! El único requerimiento es que no le digas a nadie acerca de...

—¿Mi existencia? —preguntó Jimin y Camile asintió con timidez.

Jungkook colocó de nuevo el libro en su lugar, se acercó a la sala sentándose a la par de Camile con una sonrisa radiante. Ambos hicieron contacto visual por un par de segundos hasta que Jimin rompió el silencio mientras se ponía de pie.

—Quiero ser libre, mamá. —Jungkook y Camile voltearon a verlo—. Por eso he decidido apartarme de tu lado e irme a vivir con Jungkook.

Los ojos de Camile enrojecieron todavía más, ella se puso de pie rápidamente sosteniendo a su hijo del brazo que no estaba herido mientras lloraba.

—¡No puedes hacerme esto, no puedes irte de esa manera! —gritó en medio del llanto.

—Teóricamente puede, ya que es mayor se edad y sufrió maltrato viviendo con usted. —Jungkook tomó el brazo de Camile para que soltara a Jimin.

—¡Él es como todos los hombres, quiere utilizarte!

Jimin vivió toda su vida acompañada de su mamá, le era difícil apartarse de ella. Momentos atrás cuando le pidió a Jungkook que la llevara a su casa estaba decidida a decirle que no volvería a casa, iba a despedirse. Sin embargo verla llorar le partía el alma, no quería ser el causante del sufrimiento de la mujer que lo cuidó durante tantos años, pero tampoco quería seguir viviendo en la misma situación. Además Jungkook le ofreció vivir en su casa y apoyarlo a superar sus traumas y enfermedades.

—Difiero con usted en eso. —Jungkook se defendió—. Para mí sería tan fácil apartarme de todo este drama y hacer como si Jimin no existiera, pero aquí estoy.

—¡Entonces hazlo, finge que nunca lo conociste!

—¡Jamás!

—¡Basta, los dos! —gritó Jimin—. Es a mí a quien están lastimando con sus palabras. Mamá, amo a Jungkook y no me quiero apartar de él —dijo mirando a Camile con ojos vidriosos.

—Entonces vámonos. —Jungkook lo tomó de la mano.

—Jungkook... Amo a mi madre y tampoco me quiero apartar de ella —murmuró sosteniendo su mano mientras lo veía a los ojos. Camile sonrió al escucharlo decir eso. Jimin se acercó a Jungkook abrazándolo con fuerza mientras susurraba—: Estaré bien, mamá ha cuidado de mí y no quiero herirla con denuncias. —Jungkook apretó la quijada.

—Yo solo quiero protegerte —murmuró. Jimin se separó de él y sonrió con inocencia.

—Toda mi vida me han tratado de proteger y mira el resultado. Llegó mi turno de tomar decisiones.

—Si te quedas aquí mensajéame...

—¿Tú le diste el teléfono? —preguntó Camile al sacar el Nokia de su bolso—. Toma cariño, después de todo es tuyo. —Se lo entregó a Jimin y él lo tomó entre sus manos.

—¿Viste? Te llamaré, con mamá arreglaré las cosas, iremos al médico y solucionaremos los inconvenientes anteriores.

—De acuerdo. —Los labios de Jungkook decían una cosa, pero sus pensamientos otra. Él quería arrastrar a Jimin hacia la puerta y sacarlo de ahí, pero no podía hacerlo, no podía obligarlo.

Confiar en las palabras de las personas a las que amamos es fácil, aun así deberíamos desconfiar, incluso de ellos. Y Jimin estaba a punto de darse cuenta de esa gran lección de vida.

Jungkook se despidió cabizbajo, dirigiéndose a la cita que tenía para reconocer a Jeimy, en el trayecto tomó su teléfono marcando el número de Taehyung, él le contestó de inmediato.

—Voy directo a la rueda de reconocimiento —dijo sin saludar, pues estaba apurado.

—¿Cómo estás Tae? Bien ¿Y tú? —dijo al otro lado de la línea notando la falta de modales de su amigo.

—Jimin se quedó en casa de su madre. Necesito que investigues todo acerca de ella, su nombre es Camile Park.

—Estoy anotando el nombre....

—Taehyung, no confío en esa mujer, ¿puedes enviar a alguien que vigile la entrada y salida de la casa de Jimin?

—En seguida lo hago, ¿vas a la delegación?

—Así es, Namjoon también fue citado porque fue de las últimas personas que miró a Yoongi y dice que recuerda escucharlo mencionar el Hotel Estela en su último ensayo. —Apretó el volante del auto con fuerza.

—Yo fui citado a las siete, junto con Hobi y Seokjin para dar declaración de lo que miramos en el hotel. Tu padre nos dijo que seguramente lo clausuran en menos de 24 horas. —Taehyung suspiró—. Llamé a mis padres para contarles y me dijeron que lo que sea que necesites cuentes con su apoyo.

—Entiendo, agradece de mi parte y Tae. Nos vemos en un par de horas.

Ambos colgaron. Taehyung eran muy ricos, ellos tenían distintas empresas de fármacos a su nombre y al nombre de su único hijo, pero lo interesante de ellos no era todo el dinero que poseían, sino que eran agentes de alto rango del gobierno americano, nunca estaban en casa porque tenían misiones secretas en otros países, y por eso Taehyung tenía la mejor seguridad del país al alcance de una llamada. Por ese lado Jungkook se sentía relajado. Al llegar a la delegación Olivia lo esperaba en la puerta para guiarlo, caminaron juntos hasta llegar frente a su padre, quien era el abogado de Jungkook, frente al abogado defensor, y frente a la fiscal a cargo del caso quien se presentó y los presentó.

—Mucho gusto, mi nombre es María, soy la fiscal a cargo del caso. —Jungkook estrechó su mano—. Él es Tomás, abogado defensor de Jeimy Therrien. —Jungkook estrechó la mano de Tomás muy cordialmente—. Él es Jeon Jungkook, ya conoces a su abogado. —María le dijo a Tomás y él asintió con la cabeza.

—¿Quién es ella? —preguntó Tomás mirando a Olivia.

—Olivia, mi asistente. —Jungkook la presentó y todos la saludaron.

—Ella no puede entrar a la rueda de reconocimiento. —Señaló el abogado defensor.

—Eso que usted dice es correcto, Olivia nos esperará afuera. —Jiho aclaró con amabilidad.

—¿Entonces todos estamos de acuerdo con comenzar? —preguntó la fiscal.

—Está todo listo. —Asintió el abogado defensor.

—¿Tienes algún problema con reconocer al acusado? —preguntó María a Jungkook.

—Fui a terapia dos años, creo soportarlo.

La rueda de reconocimiento era una actividad de investigación muy importante en el proceso penal, por eso realizarla de acuerdo a la ley era de vital importancia. Dicho procedimiento podía realizarse aun si el acusado no estaba de acuerdo, pero siempre debía estar presente su abogado defensor, asegurándose que el imputado no hiciera nada para alterar o modificar su apariencia a la hora del reconocimiento. Era necesario que el imputado fuera presentado junto con otras personas de características físicas similares. Si a la hora de realizar el reconocimiento no había personas semejantes al acusado, no debería ser impedimento para llevarlo a cabo. Simplemente el reconocimiento de esa forma corría mayores riesgos para el acusado. Jeimy no vería a Jungkook pues estaría en una habitación con un espejo unidireccional, el cual permitía ver al acusado, pero no al demandante. Con pasos firmes se dirigieron a la habitación, María dijo «Pueden pasar» De inmediato aparecieron cinco hombres sosteniendo carteles enumerados del uno al cinco. Todos iban vestidos con camisas blancas y pantalón de mezclilla. Únicamente se les podía ver el perfil, pero la fiscal María golpeó el espejo y ellos se giraron para que los vieran de frente. Tenían el cabello rizado color rubio, todos eran flacuchos y altos, con características similares, pero Jungkook identificó a Jeimy de inmediato y sin dudar un segundo lo señaló.

—Es el número cuatro. —Las manos de Jungkook comenzaron a temblar de impotencia, quería ir y golpear a Jeimy. Su padre al notarlo alterado lo tomó del hombro en señal de "estoy aquí, relájate"

—¿Está completamente seguro de eso? —preguntó el abogado defensor.

—Sí. —Apretó la quijada.

—¿No tiene dudas? —volvió a preguntar.

—No, estoy totalmente seguro de que es el número tres.

El lugar se quedó en silencio un par de segundos hasta que la detective habló.

—¿Alguna otra pregunta, abogado?

—No, prosigamos.

—Entendido. Jungkook. ¿Me repites por favor el número?

—El tres, es el número tres.

Jungkook había acertado, Jeimy era el número tres. Reconocer al acusado daba pie al siguiente paso que era el interrogatorio policial. María estaba lista para preguntar acerca de Yoongi y si resultaba que Jeimy lo había llevado al Hotel Estela entonces sería clausurado. Mientras María realizaba el interrogatorio Jungkook respiraba con dificultad en los asientos del pasillo y Jiho estaba averiguando si su hijo acertó al identificar al acusado. Olivia le llevó agua para que su jefe se tranquilizara sentándose junto a él esperando cualquier indicación.

Luego de beber agua se tocó la cabeza con desesperación porque estaba seguro de que Jimin corría un gran peligro y deseó regresar el tiempo atrás para no dejarlo en casa con Camile. Abruptamente se puso de pie para dirigirse a la salida, pero fue detenido por su padre.

—¡Acertaste! —dijo acercándose a él—. El acusado es el mismo hombre del hotel, probablemente es el sujeto que dices que se llevó a Yoongi.

—¡¿Probablemente?! —Jungkook preguntó indignado—. ¡Ese hombre se llevó a mi hermano!

En ese momento Namjoon salió de una puerta, reuniéndose en el pasillo con los Jeon, él acababa de terminar de dar su declaración. Con educación saludó a Jiho, Olivia y Jungkook.

—Me preguntaron hasta lo que almorcé esta mañana —dijo tratando de aligerar el ambiente—. ¡Oh! Ahí viene Jin, Hobi y Tae.

Los amigos de Jungkook llegaron ante ellos portando en sus cuellos un gafete que les dieron en la entrada, todos tenían puesto uno para ser identificados como visitantes. Luego de saludarse Jungkook murmuró al oído de Taehyung:

—¿Hiciste lo que te pedí?

—Claro, la casa está vigilada y cualquier cosa me llamarán por teléfono. —Sonrió confiado.

—¿Por qué tanto secreto entre tú y Tae? —Namjoon le preguntó a Jungkook con los brazos cruzados.

—Le pedí a Taehyung que pusiera vigilantes frente a la casa de Jimin.

—¿Eso por qué? —cuestionó Namjoon.

—Porque él se quedó en casa de su madre.

—¿Lo dejaste ahí después de todo lo que descubriste? —preguntó Jiho con semblante severo.

—Él quiso quedarse con su madre...

—Era obvio que iba a hacerlo, después de tantos años no iba a dejarla tan fácil —opinó Hobi, pues todos estaban al tanto de la situación.

—Cuando Taehyung nos contó que lo dejaste en ese lugar me quedé indignado. ¿Es ese lugar realmente seguro? —cuestionó Seokjin.

Era cierto, Jimin no estaba seguro con su madre. Por eso Jungkook iría de inmediato por él.

—¡Debo ir por Jimin!

—No puedes. —Jiho negó con la cabeza—. Tú y yo no podemos movernos de aquí porque también daremos declaración.

—¿Cuánto tardaremos?

—A lo mucho tres horas.

—Si quieren puedo ir. —Namjoon se ofreció—. Entretengo a la madre para que no haga estupideces con Jimin en lo que ustedes terminan de dar declaración.

—No puedes ir solo, es peligroso. —Seokjin lo tomó del brazo.

—Iré contigo —dijo Olivia—. La historia de Jimin conmovió mi corazón y quiero ayudarlo.

—Además, los guardias de Taehyung rodean la casa. Si sucede algo ellos nos ayudarán. —Namjoon sonrió positivo.

—Y el reloj marca las siete, creo que ya nos van a comenzar a llamar —anunció Hobi.

—Cualquier cosa, me marcan —dijo Jungkook dando por hecho que irían.

—No sabemos qué tan peligrosa sea la madre de Jimin, así que manténganse en contacto. —Advirtió Jiho.

Namjoon y Olivia asintieron, después se marcharon juntos. Ese día se estaba formando un caos que ninguno de los involucrados olvidaría.

Traducción Italiano español:
Grazie: Gracias

NO ME JUZGUEN OKI???? Es de mis primeras novelas escritas. Nada más que la estoy resubiendo adaptada al ff Kookmin.

De verdad que he mejorado porque mientras la adaptaba encontré bastantes errores y noto que la narración no es muy buena pidoperdon y estoy contenta también porque mejoré.

(La escribí hace 6 años aproximadamente)

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