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☁️Capítulo 16☁️

Jungkook y Jimin entraron a la habitación reservada, el piso era de mármol con líneas grises que hacían la simulación de ser madera, en el techo las luces escondidas en las esquinas de la habitación, una sala pequeña, pero lujosa los recibió con una caja de chocolates envueltos en papel ostentoso, también había una mesa redonda con más obsequios por parte del hotel. Jimin ignoró los chocolates y los regalos dirigiéndose a la siguiente habitación, ahí se encontraba la cama, era King size, la luz tenue daba una sensación de calidez en medio de tanto lujo, siguió caminando para encontrarse con un enorme baño que tenía una tina con hidromasaje y una gaveta con vinos de alta calidad. Miró a Jungkook boquiabierto. Él sonrió haciéndole una señal con la cabeza que indicaba que lo siguiera. Ambos entraron a otra habitación, Jimin no pudo evitar decir «Wow», al ver un jacuzzi con luces en el interior, habían cuatro escalones para poder entrar, también una pequeña barra con más bebidas, una máquina de hielos y distintas botanas que los empelados dejaron para el disfrute de la pareja. Jungkook tomó una caja de la barra, al presionar el botón rojo el Jacuzzi comenzó a burbujear. Dejó la caja en su lugar, luego apagó su teléfono dejándolo justo al lado de la caja, miró a su novio a los ojos mientras se quitaba el reloj de la muñeca seductoramente, luego comenzó a desabotonarse la camisa con lentitud.

—¿Vas a meterte al agua? —preguntó Jimin.

—Vamos a meternos al agua —Ronroneó Jungkook, después sonrió de lado mostrando todas sus intenciones pasionales.

—¿Me quito... —Jimin no terminó de formular la pregunta, sin embargo Jungkook entendió lo que quería decir.

—No, yo te quito la ropa... —La camisa de Jungkook ya estaba totalmente desabrochada cuando se acercó para quitarle el saco a Jimin—. Tú me vas a quitar la mía —susurró en su oído.

—¿Lo hago... Ya? —murmuró y él soltó una leve risita.

—Sí. —Se relamió los labios con la punta de la lengua dando un paso hacia atrás. Jimin tomó la camisa con cuidado, deslizándola por sus brazos hasta que por fin se la quitó.

Con sus delicadas manos se acercó a la hebilla del cinturón intentando desabrochar con torpeza, y fallando en el intento. Él lo tomó de las manos elevándolas hacia su boca para besarle los nudillos.

—Yo lo hago.

El corazón de Jimin palpitaba al mil por hora, él no sabía qué hacer porque era su primera vez en intimidad, pero quería, anhelaba con todas sus fuerzas estar con Jungkook. Quería pertenecerle, quería que le perteneciera, quería hacer el amor porque cayó perdidamente enamorado de él.

—¿Me permites? —La voz de Jungkook lo sacó de sus pensamientos, se perdió tanto pensando en cuanto lo quería que no se dio cuenta que se quitó el pantalón, los zapatos y los calcetines.

En esos momentos Jungkook vestía únicamente un bóxer negro.

—Sí...

Él se acercó como un vampiro directo a su cuello, dando delicados besos que fueron aumentando de intensidad mientras lo tomaba por la cintura con fuerza pegándolo a su cuerpo. Jimin quiso tomarlo de las mejillas para direccionarlo a sus labios, pero él sonrió haciéndose para atrás y negando con la cabeza.

Después tomó la pijama de Jimin quitándosela con habilidad y viendo por primera vez sus cuerpo desnudo, los pezones rosados de Jimin estaban duros por la excitación, pezones que Jungkook ansiaba por mordisquear. Luego de verlo un par de segundos caminó a las escaleras del Jacuzzi, lentamente entró al agua y cuando estuvo adentro extendió los brazos hacia Jimin invitándolo a entrar junto con él.

Ruborizado y con piernas torpes lo imitó acercándose a él. Jimin nunca antes había estado en un Jacuzzi, ni siquiera se había metido a la tina de su casa con agua al tope, los baños que su madre le daba eran estrictos y vigilados. Estar adentro de un Jacuzzi burbujeante con agua tibia lo hizo sentir relajado, emocionado y feliz. Añadiéndole a eso que no estaba ahí dentro solo, sino con Jungkook, lo que provocaba que sus emociones se alteraran todavía más porque tampoco había estado con un hombre semidesnudo, mucho menos con uno tan sexy como su novio. Jungkook se acercó a Jimin enredando sus piernas alrededor de si cintura, después se acercó a su cuello dándole besos y leves mordiscos indoloros, pero llenos de excitación.

—Delicioso. ¿Verdad? —preguntó Jungkook a su oído estremeciéndole las entrañas.

—Sí...

—¿Quieres probar algo nuevo?

—Todo lo que me has mostrado es nuevo para mí —contestó riendo.

—Bueno, entonces te mostraré de poco en poco lo maravilloso que puede ser hacer el amor, pero primero... —Se separó de él moviéndose misteriosamente abajo del agua, después con la mano derecha alzó fuera del agua su ropa interior—. Debemos estar piel con piel.

Jungkook tomó la cintura de Jimin deslizando la punta de los dedos encima de sus boxers blancos, después los deslizó en su interior sintiendo su suave intimidad mientras lo veía a los ojos para grabar en su memoria cada reacción. Jimin tomó una bocanada de aire al sentir los dedos traviesos moverse con delicadeza de arriba hacia abajo a lo largo de su tronco y entonces soltó un gemido que despertó los instintos primitivos de ambos.

Sin palabras, jadeantes, entre besos, mordiscos, abrazos se tocaron mutuamente aumentando el placer, aumentando el deseo de convertirse en un solo ser. De pronto Jungkook tomó los muslos de Jimin con fuerza sentándolo en sus piernas, acarició su rostro, le dio un beso en la punta de la nariz y sonriendo con perversión se puso de pie cargándolo a medida que se acercaba a las escaleras del Jacuzzi. Seguían jadeantes, embelesados, Jimin estuvo a punto de preguntar a dónde lo llevaba tan pronto, pero fue Jungkook quien habló.

—Vamos a terminar esto en la cama...

Jimin se recargó en su pecho mientras era llevado a la habitación principal de la suite. Se acostaron juntos en la cama con delicadeza, las respiraciones de ambos estaban aceleradas porque sabían lo que estaba por acontecer, y no perderían más el tiempo para devorarse los labios como si no hubiera un mañana.

Jungkook tomó con brusquedad los boxers de Jimin rompiéndolos para después acercar su rostro a la intimidad de él. Con pasión devoró su cuerpo saboreando del fruto prohibido que en ese instante era nada más suyo. Los gemidos por parte de Jimin no tardaron en aparecer, con placer se retorcía en la cama aferrándose con fuerza a las sábanas que cada vez arrugaba con más fuerza. Y cuando estuvo a punto de gritar, cuando estuvo a punto de llegar al orgasmo Jungkook se detuvo. Apresurado se acercó a la mesita de noche de la habitación pues ahí tenía una caja de preservativos que previamente pidió que dejaran como parte de servicio del hotel. Con delicadeza abrió el empaque colocándose el plástico en su miembro. Regresó a la cama, tomó las rodillas de Jimin recorriendo sus muslos que lentamente se abrían invitándolo a poseerlo.

Junto a los preservativos había una lubricante con sabor a cereza que abrió rápidamente y colocó en suavidad mano extendida.

—Sentirás frío —dijo antes de colocarlo en el aro rosa de Jimin y este gimoteó levemente—. Es un lubricante, me ayudará a entrar en ti. ¿Estás seguro de que quieres hacerlo?

—Por supuesto, he venido hasta aquí contigo anhelándolo —contestó ruborizado.

Jungkook asintió sonriendo.

—Bien, entonces comenzaré... —ronroneó masajeando con suavidad el círculo rosa de Jimin con sus dedos para comprobar que estuviera lo suficientemente húmedo.

—Hazlo ya —soltó Jimin en un susurro relamiéndose los labios.

Jungkook puso la punta de su miembro en la entrada de Jimin, deslizándose en su interior con lentitud. Una lentitud que quemaba, que ardía. Jimin cerró los ojos con fuerza tratando de soportar el dolor propio de la primera vez teniendo sexo. Con sus uñas se aferró a la espalda de su novio y cuando se unieron por completo, cuando se introdujo hasta lo más profundo de su ser lo mordisqueó en el cuello dándole permiso de mover las caderas. Pronto sintonizaron sus cuerpos disfrutando de la noche, de sus cuerpos, del fruto delicioso que saciaba sus deseos más lujuriosos, más perversos y placenteros.

Jungkook fue dulce, fue sutil, fue cuidadoso.

Fue una primera vez placentera e inolvidable para ambos porque Jimin no tenía experiencia y Jungkook trató con todas sus fuerzas darle una noche inolvidable porque no mentía cuando decía que lo amaba.

Juntos llegaron al orgasmo, después se quedaron dormidos y abrazados, deseando que ese momento de intimidad fuera eterno, sin importarles las consecuencias de sus actos, sin importarles nada más que el deseo de estar juntos, el deseo y la necesidad de amarse.

Jimin abrió los ojos y se asustó al notar que Jungkook no estaba en la habitación. Cubriéndose el cuerpo con las sábanas blancas se puso de pie yendo al jacuzzi en búsqueda de su ropa, sin embargo no había nada. Cabizbajo regresó a la cama, justo en ese momento Jungkook entró al lugar vistiendo un traje formal color azul y sosteniendo entre sus manos un par de bolsas con ropa recién comprada. Con pasos largos se acercó a Jimin depositando un dulce beso en su frente.

—¿Dormiste bien? —le preguntó en un susurro.

—Sí, pero... —Suspiró al mismo tiempo que se miraba la punta de los dedos—. No regresé a casa, seguramente mamá ya se dio cuenta de que no estoy...

—Lo sé, pero eso es bueno. ¿No crees? —Se sentó al lado de él—. De esa manera no regresarás al encierro y comenzaremos con demandas y juicios por todo el daño que te ha hecho.

—Pero Jungkook... Es mi mamá, no quiero denunciarla. Simplemente quiero salir de ese lugar y hacer una vida a tu lado. —Bajó la mirada.

—Jimin, necesitas avalar ante la ley que fuiste maltratado para que estudies, para que te valgas por ti mismo. El exterior no es fácil, yo te quiero conmigo, pero también quiero que seas capaz de vivir solo, que no dependas de mí.

—¿Qué le sucederá a mamá si la denuncio?

—Será llevada a juicio, condenada en prisión y el juez te dará formas legales de obtener un título universitario en menor tiempo para que comiences a trabajar. —Acarició el rostro de Jimin—. Créeme que es lo mejor para ti, para nosotros.

—Ha-Hagámoslo. —Las palabras de Jimin decían una cosa, pero su corazón no quería lastimar a su madre.

—Bien. —Jungkook se puso de pie—. Vístete, yo realizaré un par de llamadas, después vamos juntos al bufete de abogados para comenzar los trámites.

Jimin entró al baño tomando entre sus manos un pantalón de vestir, una blusa elegante a juego y un par de zapatos a juego. Luego de peinarse salió del baño encontrándose con Jungkook luciendo preocupado, mirando al vacío.

—Lo capturaron anoche... —soltó de pronto. Jimin ladeó la cabeza sin entender—. Al sujeto que secuestró a mi hermano hace cuatro años. ¡Está detenido!

—¡Jungkook, felicidades. Eso significa que están un paso más cerca de encontrarlo!

—Sí. —Sonrió con tristeza—. Espero encontrarlo.

Los rayos del sol se filtraban por la ventana del cuarto de Jimin golpeando las sábanas de su cama que se encontraba perfectamente tendida y en la cuál se encontraba sentada su madre esperándolo con furia contenida mientras sostenía entre sus manos el Nokia que Jungkook le había regalado. El secreto tan valioso del par de enamorados había sido descubierto el mismo día que decidieron unir sus cuerpos y enlazar sus corazones de la manera más profunda que una pareja puede hacerlo. Camile era feroz cuando se trataba de defender a su hijo, pero sin darse cuenta durante años su mayor enemigo fue ella misma y aquel día no se contendría para castigarlo y hacerle entender que cada cosa que hacía era para su bien. Al paso de las horas la mujer se imaginaba los peores escenarios, Jimin lastimado, Jimin muerto, Jimin entre los brazos de un extraño.

—¡Es mi pequeño y nadie lo va a apartar de mi lado! —gritó al ponerse de pie.

El amor de una madre hacia un hijo es uno de los amores más genuinos y puros, cualquier padre se alarmaría al notar que sus hijos no llegaron a dormir a casa, que se fueron de novios y obviamente salir sin autorización cuando eres menor de edad no es correcto porque los adolescentes no están preparados para enfrentar la maldad que oculta el mundo. Todo depende del tipo de padres o tutores que tienen los jóvenes porque he de admitir que en ocasiones salir de casa es el mejor acto de supervivencia que se puede realizar ya que la maldad puede ocultarse en el corazón de los seres que te dieron la vida. Este último caso era el que vivía Jimin. Su madre estaba trastornada desde hacía muchos años atrás a causa de todo el sufrimiento por el que pasó desde su niñez. Ella nunca estuvo preparada para ser madre, por eso Jimin tuvo mucha suerte al mantenerse con vida durante veintitrés años. A pesar de que era mayor de edad su mente era inocente y vivía sin malicia. El muchacho creció creyendo que vivía en un castillo de cuentos de hadas, su hogar se convirtió en su fortaleza. Sin embargo al darse cuenta del abuso que su madre le hacía al evitar que saliera, al tratarlo como un enfermo, al descubrir las mentiras ese castillo se convirtió en arena, cayendo ante sus pies, dándole un golpe de realidad directo en el estómago. Era indignante pensar que ese dulce muchacho estuvo con los ojos vendados durante muchos años, y era todavía más indignante darse cuenta de que Camile, su madre estaba dispuesta a recuperar a su hijo privándolo de la libertad. Furiosa llamó al único número telefónico que tenía registrado el Nokia que encontró en la habitación de Jimin. Después de un par de segundos la voz de un hombre contestó al otro lado de la línea.

—¿Hola? —Era Jungkook.

—Mi hijo está contigo. ¿Cierto? —Camile trató de mantenerse serena.

Al otro lado de la línea se escucharon balbuceos que Camile reconoció de inmediato.

—Está contigo, quiero hablar con él —dijo apretando los puños.

Un silencio incómodo se generó en ese momento, pero Jungkook le entregó el celular a Jimin para que enfrentara a su madre.

—¿Mamá?

—¡Cariño! ¡¿Estás bien?! ¿¡Dónde estás?!

Lagrimas escurrieron por las mejillas de Camile, y sus sollozos no tardaron en escucharse al otro lado de la línea logrando conmover el corazón de Jimin, quien deseó en esos momentos abrazar a su madre con fuerza y decirle que no llorara, que estaba bien, que estaba sano y salvo, que Jungkook era un maravilloso hombre, que la noche anterior dejó de ser niño, que se convirtió en hombre y que fue una experiencia maravillosa.

Ahora sí se viene lo chidooOoOoOoOooooo!!!!

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