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☁️Capítulo 12☁️

—Contesta, Jimin —instó Taehyung.

—Bueno... Saldría con alguien de aquí... —bajó la mirada ruborizado.

—¿Con quién? —preguntó Hobi curioso y Jungkook apretó la quijada.

—Con... Namjoon. —Todos se quedaron perplejos. ¿Por qué había elegido a Namjoon? —. Me gustaría tener un amigo como en las historias... Todo protagonista tiene un amigo y él parece ser amable —murmuró y todos comprendieron la inocencia del joven. Jungkook sonrió orgulloso de la respuesta porque no sabía que sería de él si su querido Jimin estuviera severamente atraído por alguno de sus amigos.

—No creo que Jimin sea inocente, al contrario. Creo que es muy inteligente, muy inteligente. —Taehyung cruzó los brazos mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Bueno es el turno de Jimin. —Namjoon lo señaló con una brocheta de carne y él miró a Tae con diversión.

—Quiero preguntarle a Jungkook.

—¡Nosotros también queremos jugar! —se quejó Hobi.

—Déjala que pregunte. —Jungkook lo apretó de la pierna dándole su apoyo.

—¿Verdad o reto?

—Ya que preguntas tú. Diré: Verdad.

—¿Quién es Yoongi? —Todos se quedaron en silencio.

Jungkook comenzó a hiperventilar al mismo tiempo que apretaba los puños y tensaba el cuerpo. Con la mirada fija al suelo negaba con la cabeza, Namjoon trató de tomarlo por los hombros para calmarlo, pero él empujó su mano con rudeza asustando a Jimin en gran manera.

—Que pregunte por alguien no debería ser razón para que te pongas de esa manera. Estás asustándome... —dijo Jimin al ponerse de pie.

—¿Cómo sabes su nombre? —preguntó finalmente mirándolo con ojos rojos. Jimin señaló a Namjoon y Jungkook exhaló pues estuvo conteniendo todo ese tiempo las ganas de irse a llorar en un rincón.

—¿Llevo a Jimin a su casa? —Taehyung le susurró a Jungkook en el oído.

—No. —Apretó la quijada—. Todavía tengo una sorpresa para él. —Se puso de pie y lo tomó de los hombros mirándolo a los ojos.

—Jungkook... ¿Qué te pasa...? —cuestionó Jimin en un hilo de voz.

—¿Seguro que quieres llevarlo? —Hobi parecía preocupado.

—Sí, Hobi. Yo lo llevo.

—Confías en mí, ¿cierto? —Jungkook le preguntó mirándolo a los ojos.

—No sé si debería confiar en estos momentos... —Jimin bajó la mirada.

—Te contaré acerca de Yoongi, solo... Confía en mí y vámonos. —Jimin suspiró.

—Tengo que cambiarme, esta ropa es de Namjoon...

—¡Oh! Puedes quedártela, voy por la tuya. —Namjoon subió corriendo las escaleras para bajar la ropa de Jimin que se encontraba en el baño.

—¿Debería? —Jimin señaló su atuendo y Jungkook asintió con la cabeza.

—A donde vamos vas a necesitarlo. ¡Namjoon! —Lo apresuró mientras caminaba junto a Jimin y sus amigos a la salida de la casa.

Los muchachos los acompañaron al auto, despidiendo a Jimin con un cálido abrazo. Después subió a su asiento y cómo pudo se puso el cinturón de seguridad, sonrió ante ese pequeño logro, porque era la primera vez que se lo ponía él solo. Afuera del auto Tae, Hobi y Jin palmearon la espalda de Jungkook amistosamente, Namjoon llevó la bolsa con las pertenencias de Jimin, y luego de intercambiar palabras inaudibles para el copiloto del auto; Jungkook subió.

Jimin estaba nervioso, nunca antes había visto a Jungkook molesto, nervioso, o en cualquier estado de ánimo que no fuera felicidad. Jungkook al notarlo tenso deslizó su mano libre con delicadeza para pasarla encima de su pierna, Jimin se erizó ante el toque y lamió sus labios para después morder el inferior conteniendo el gemido que iba a soltar por la sorpresa. La mano de Jungkook estaba fría, eso causó una doble sensación en Jimin.

Jungkook miraba el rostro de Jimin de reojo mientras conducía por la ajetreada ciudad, y cuando llegaron a un semáforo hizo lo que había querido hacer durante toda la noche: Giró su cuerpo acercándose a él, con las manos la tomó por ambas mejillas besándolo con fervor, como si fuera una esencia mágica de la que dependía su vida. Se aferró a sus labios succionando el inferior, y Jimin le siguió el ritmo. Colocó la mano en el pecho de Jungkook arrugándole la camisa e hizo algo que recordaría toda la vida; lo mordió. Fue una mordida suave, excitante, y pasional que activó todos los sentidos del joven, por eso se apartó de Jimin regresando a su lugar como si no hubiera pasado nada. Sonrió con satisfacción acariciándose el labio inferior, pues ese fue la víctima de los dientes de Jimin.

—¿A dónde vamos? —Luego del beso Jimin tomó el valor para preguntar lo que tanto rondaba su cabeza desde que subieron al auto.

—El que espera no desespera. —Sonrió y pisó el acelerador cuando el semáforo cambió a verde.

Minutos después Jungkook aparcó cerca del puente de Brooklyn, y bajaron del auto tomados de la mano. Mientras caminaban, Jungkook se quitó el saco poniéndoselo a Jimin sobre sus hombros, en vísperas de otoño el clima tendía a ser cambiante, y esa noche el frío estaba haciéndose notar. Caminaron juntos por la orilla del puente, Jimin no paraba de hacer gestos de sorpresa, ni de ver cada detalle del hermoso lugar. El cielo estrellado hacía del momento aún más memorable. Al llegar al centro del puente se detuvieron a contemplar el panorama, mientras que Jungkook lo abrazaba por la espalda, metiendo sus manos entre el saco y su cintura, Jungkook dejó caer su barbilla en la cabeza de Jimin, pareciera que sus cuerpos fueron diseñados para encajar perfectamente como un rompecabezas.

—Estamos en el puente de Brooklyn, este lugar es parte fundamental de New York porque cruza el Earth River de la ciudad conectando Manhattan y Brooklyn. —informó al ver el River junto con Jimin.

—Gracias por mostrarme. —Agarró el barandal con ambas manos.

—Te traje aquí porque me gustaría que construyamos juntos un puente entre tu corazón y el mío. Un puente indestructible que nos ligue como una sola persona. —Jungkook se separó de Jimin para tomarlo de los hombros y girarlo, de esa manera podía verlo directo a los ojos—. Mereces todo lo hermoso del mundo, y me gustaría mostrarte que vivir bajo cuatro paredes no es una buena vida, me gustaría mostrarte lo capaz, valiente y valioso que eres, cada instante de tu vida.

»Incluso me atrevo a decir que me gustaría estar a tu lado el resto de tu vida. Porque, Jimin: Te quiero muchísimo. Tanto que mi corazón está a punto de estallar cada vez que pienso en ti, cuando te veo, ahora mismo.

»Antes me he enamorado, antes me he ilusionado, pero te aseguro que nunca antes había deseado con tanta intensidad hacer feliz a un hombre con cada poro de mi piel. Dame el honor, la dicha, la confianza de permitirme ser tu novio... —Jimin se llevó ambas manos a los labios—. ¿Quieres ser mi novio?

—¡Jungkook, sí! —contestó sin dudar y lo abrazó con fuerza hundiendo su rostro entre su cuello. Ambos sentían el palpitar acelerado de sus corazones, corazones que sin saberlo estaban formando un puente que dentro de poco sería indestructible.

Minutos después caminaron de regreso hasta llegar a una pequeña expendedora de café que estaba cerca del puente. Tomaron un vaso cada uno y se sentaron en las mesas del pequeño restaurante con vista al River.

—Te diré quién es Yoongi —Jungkook soltó de pronto haciendo que la espalda de Jimin se tensara.

—¿Tu ex novio? —Él negó con la cabeza al mismo tiempo que sonreía—. ¿Entonces, quién es?

—Mi hermano. —Suspiró, después dejó el café en la mesita recargando los codos en ella y sus mejillas entre sus manos—. Somos mellizos, un día... —Las manos de Jungkook comenzaron a temblar, tragó saliva y se armó de valor para contarle a Jimin lo sucedido—. Un día caminábamos juntos de la casa de Taehyung a la nuestra, de pronto unos delincuentes nos asaltaron, y a él... Se lo llevaron.

—Jungkook...

—No pude hacer nada por él, quise, pero ellos me golpearon tan duro que perdí la conciencia mientras se lo llevaban. Desde aquel día no volví a hablar de él porque simplemente no me salían las palabras.

»Las autoridades lo buscaron durante un año, ¡Un puñetero año! Después pararon y lo dieron como muerto, yo... Quiero encontrarlo, encontrar aunque sea su cuerpo.

»Mis padres me confiaron su bienestar y les fallé. Por eso desde esa fecha nunca estuve con nadie, porque no quería fallar, no me sentía capaz de proteger o de... Volver a amar.

—No sabía qué habías pasado por todo eso. —Jimin se puso de pie y abrazó a Jungkook mientras besaba su cabeza con dulzura.

—En ese entonces teníamos cinco de años de habernos mudado desde Italia. Yoongi era mi otra mitad, crecimos juntos desde el vientre de mi madre, incluso compartíamos la ropa, y nuestros amigos eran los mismos. —Rodeó la cintura de Jimin con su mano y lo jaló para sentarlo en sus piernas.

—Yoongi. —Jimin miró al cielo y Jungkook lo miró desconcertado—. Dónde quiera que estés, te aseguro que te vamos a encontrar. Y ese mismo día me tatuaré tu nombre en el pecho, en señal de agradecimiento por volver a la vida de Jungkookie.

Ninguno dijo nada más. Se quedaron abrazados por un par de minutos hasta que decidieron irse. El viaje de regreso a casa fue más rápido de lo que esperaban, pero estaban felices y seguros de que se volverían a ver. Luego de que Jungkook se fuera Jimin se quitó la ropa que le había prestado Namjoon y lavó su rostro con jabón y agua directo del grifo del lavamanos. Se sorprendió al ver qué nada le pasó al hacerlo sin ayuda de su madre. Después se limpió los pies y manos, escondió la ropa abajo del colchón de su cama, se puso la pijama y se acostó para dormir.

Jungkook conducía hacia su casa con una sonrisa en los labios, al aparcar el auto entró una llamada de Olivia, su asistente. De inmediato contestó.

—¿Dime, Olivia?

—Encontré al doctor. —Jungkook se sorprendió ante la velocidad de Olivia—. Pasé todo el día y toda la noche tratando de localizarlo, estoy frente a su consultorio y...

—¡Voy para allá, dame su ubicación!

—Pero, señor. El lugar está cerrado.

—¡Iré de todas formas, dame tu ubicación!

—De acuerdo, señor. Se lo envié por WhatsApp.

—Gracias. —Jungkook encendió de nuevo el auto para dirigirse hacia el consultorio—. Y Olivia, ¿qué dijimos sobre hablarme de usted?

—¡Oh, lo siento, Jungkook! Aquí te espero.

Jungkook aceleró el motor del auto para llegar en cuanto antes al consultorio. Quería copiar la cédula médica que estaba en el exterior de cada consultorio el mismo, quería con un poco de suerte encontrar alguna incidencia en el lugar para de esa manera usarla en contra del doctor. Era el inicio a la verdad acerca de Jimin y de todas las preguntas y misterios en las vidas de ese par de muchachos enamorados.

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