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☁️Capítulo 11☁️

La madre de Jimin estaba haciéndole curación en la herida causada por el bisturí, él hizo una mueca de dolor y apretó los labios para no gritar. Camile canturreaba para distraer al muchacho y que de esa manera no se centrara en el dolor, pero en ese instante el muchacho aprovechó para preguntar el nombre del médico que la había visitado con anterioridad.

—¿Por qué quieres saber eso? —Preguntó mientras cambiaba las gasas.

—Quizás él pueda hacer una mejor curación...

—Yo puedo hacerla, mi muñequito.

—¿Por qué ocultas su nombre? ¿Me escondes algo? —Camile lo miró con el ceño fruncido mientras tomaba las vendas para ponerlas encima de las gasas.

—No oculto nada, su nombre es Samuel Davenport. Además es médico cirujano, no tendrá tiempo para venir a atenderte y tú no puedes salir porque...

—Soy de papel, lo sé —La interrumpió.

—¿Por qué tengo la sensación de que ocultas algo, Park Jimin? —preguntó al terminar de colocar la venda.

—Quizás porque tú ocultas algo.

—Cariño, toda mi vida he cuidado de ti, he echado mis sueños a la basura por tu bienestar. No me gusta que comiences a pensar cosas que no son. —Acarició el cabello de Jimin.

—No puedo salir, mamá. Me gustaría ir al parque con libertad, salir es un sueño para mí.

—Ya hablamos de eso, muñequito, y la herida en tu brazo demuestra lo frágil que eres.

—Un bisturí puede herir a cualquiera. No es porque soy de papel. —Cruzó los brazos.

—¡¿De dónde sacaste eso?! —preguntó sorprendida ante la inteligencia de su hijo.

—Es metal y termina con punta. No soy estúpido.

—¡No me estés hablando de esa manera! —Se puso de pie y caminó al baño.

Jimin la esperó con paciencia, luego de unos segundos salió con el bisturí en la mano. Elevándolo en el aire y lo encajó en la palma de su propia mano.

—Voy a sangrar, pero no me duele. No soy como tú. Entiendelo, eres de papel y nunca serás un chico normal. Crecerás y morirás aquí. —Jimin amplió los ojos al ver la mano de su madre sangrar.

—Dime mamá. ¿Qué sucedería si salgo de casa?

—¡Morirías al instante! Incluso si alguien que no sea yo te toca... Tú morirás.

—Entiendo.

—Te traeré la comida, más vale que olvides esos pensamientos suicidas, Jimin . —Al decir eso salió de la habitación azotando la puerta y dejando en el piso gotas de sangre que le escurrían de la mano.

Jimin aprovechó para marcarle a Jungkook y decirle el nombre del doctor. El resto de la semana se le hizo eterna, pero gracias a sus acuarelas y lápices lograba distraerse, tanta fue su distracción pintando paisajes preciosos que no se dio cuenta cuando llegó el viernes en la noche. Su madre se despidió de él ayudándole a arroparse y metiéndolo en la cama. Con cuidado se acurrucó, Camile le dio un beso en la frente, seguido de eso salió de la habitación cerrando la puerta con llave. El muchacho envío un mensaje de texto a Jungkook diciéndole que lo extrañaba, después cerró los ojos un par de minutos hasta que un par de manos acariciaron su rostro. Al principio creyó que estaba soñando, pero no sé trataba de eso: Era Jungkook. Con premura se sentó abalanzándose hacia él abrazándolo con fuerza.

—¿Qué haces aquí? —preguntó en un susurro.

—Es viernes —contestó.

—¡El tiempo pasó volando! —gritó feliz—. ¿Qué haremos hoy?

—Primero encenderé la luz. —Jungkook caminó con paso firme hacia el interruptor dando vida a la habitación—, segundo... —Se subió a la cama gateando hasta quedar cara a cara con Jimin, para decir—: Tu madre ya se fue de la casa, y tercero... Voy a besarte. —Al decir eso tomó su rostro con delicadeza depositando un dulce beso en sus labios.

Jimin enlazó sus manos detrás del cuello de Jungkook al mismo tiempo que se recostaba en la cama, permitiendo que él quedara encima de su frágil cuerpo. El beso poco a poco fue aumentando de intensidad, sensaciones, pero no de toqueteos. Jungkook separó sus labios de Jimin pegando su frente contra la de suya. Esa era una manía que le gustaba.

—Mis amigos quieren conocerte y prepararon una velada... ¿Te gustaría ir? —preguntó en un susurro.

—¿Tus amigos? ¿El viernes pasado huimos de ellos y hoy quieres que los conozca?

—Son amables, divertidos, y estoy seguro que se llevarán bien. Si te sientes incómodo me dices y doy por terminada la velada. ¿Qué dices?

—Digo que... Tendré que llevar una pijama puesta porque la ropa que me trajiste el viernes pasado sigue sucia en una bolsa abajo de mi cama. —Él rio ante el comentario de Jimin.

—Eres fabuloso, ¿lo sabías?

—Lo sospechaba, pero ahora que lo dices lo he confirmado. —Jimin depositó un tierno beso en el lunar de la barbilla de Jungkook y después ambos se pusieron de pie dispuestos a disfrutar de una nueva aventura.

Bajaron juntos por el balcón. Jimin llevaba puesta una pijama rosa con brillos en forma de estrellas que le llegaba hasta los talones, Jungkook lucía un pantalón de vestir gris, camisa a juego con él y el saco parte del traje estaba en el respaldo de su asiento del auto. Las pantuflas blancas de conejito de Jimin pisaban por primera vez el exterior de la casa y deseó internamente que no se arruinaran. Jungkook puso música en el estéreo del auto provocando que Jimin diera un brinco asustado, después captó el sonido y cada frase con atención ampliando los ojos sorprendido de tal belleza. Con lágrimas a punto de desbordarse por los ojos sonreía mientras meneaba la cabeza al ritmo de cada nota. Al llegar frente al súper mercado en el que comprarían meriendas y refrescos, Jungkook apagó el auto, por ende la música se terminó y Jimin bajó la mirada con tristeza.

—¿Qué pasa? —le preguntó preocupado.

—Mamá solía cantar para mí canciones de cuna y de todo tipo... —Suspiró con desgana al levantar el rostro para ver los ojos de Jungkook—. Nunca había escuchado melodías de ese estilo, esto es... ¿Una canción? —Jungkook parpadeó perplejo ante la confesión de Jimin. Él fue privada, incluso de la música y eso le partía el corazón.

—¿Nunca habías escuchado música? —Jimin negó con la cabeza—. Bueno, si quieres puedes quedarte en el auto escuchando más. De esa manera voy más rápido a comprar las cosas.

—Pero...

—¿Tienes miedo de quedarte solo?

—No. —Agitó la cabeza con rapidez—. No sé utilizar ese dispositivo. —Con el dedo señaló el estéreo del auto.

Jungkook le mostró pacientemente la forma correcta de utilizar el estéreo del auto, cuando Jimin por fin comprendió, se quedó solo y Jungkook se marchó para comprar lo necesario para la reunión. El interior del auto se convirtió en una fiesta individual porque Jimin bailaba al ritmo de la música con inmensa alegría.

Cuando Jungkook regresó no dijo nada, simplemente condujo hasta la casa de Taehyung, dejando que Jimin disfrutara de la música lo que quedaba del camino.

Al llegar, Jimin caminó tambaleante al ver la casa gigantesca de Taehyung. ¿Cómo alguien podría vivir en un lugar así de enorme? Samuel abrió la puerta de la casa saludando al muchacho con una sonrisa amable al mismo tiempo que hacía una reverencia educada con la cabeza. Jimin levantó la mano moviendo los tres dedos de en medio con timidez. De pronto una avalancha humana se acercó a ellos, Namjoon fue el primero en rodear a Jimin con sus brazos provocando que gritara a causa de la sorpresa.

—¡Que gusto volver a verte! —gritó en el oído de Jimin.

—Basta Nam, lo asustas —dijo Tae al notar la cara de susto de Jimin.

—Lo siento, lo siento. —Namjoon se separó de Jimin—. ¡Pero que monada! —La elogió.

—Hola Jimin, soy Hobi —saludó, extendiendo la mano, Jimin la estrechó con timidez.

—Yo soy Seokjin. —El muchacho se acercó para estrechar su mano.

—Yo Namjoon. Aunque ya nos conocíamos —Sonrió y Jimin le devolvió la sonrisa.

—¿Me recuerdas? —preguntó Taehyung, Jimin asintió.

—Eres Taehyung, pero te puedo decir Tae —dijo sonriente.

—¡Así es! —Él parecía animado.

—¿Ahora que se conocen podemos pasar a lo que sigue? —preguntó Jungkook.

—¡Oh sí! Jungkook me dijo que vendrías en pijama. Por eso traje un cambio de ropa para la ocasión, ven. Sígueme. —Namjoon tomó a Jimin de la mano arrastrándolo a las habitaciones de arriba. El muchacho miró a Jungkook pidiendo ayuda con la mirada, pero él solo levantó los pulgares en señal de aprobación y él lo único que hizo fue obedecer a Namjoon y seguirlo.

Llegaron a un baño que a Jimin le pareció gigantesco, pues cómo no. Si la casa era enorme. Nam le entregó unos jeans rotos y una camisa otoñal con pequeñas florecillas rosa pastel como estampado, también le entregó un par de botas color café y se giró para que se cambiara.

—Jungkook no quería contarnos acerca de ti porque sabe lo alborotadores que somos —dijo Namjoon, mientras Jimin sustituía la bata para dormir por los jeans—. Fue fácil descubrir que se había enamorado. —Jimin se sonrojó—. ¿Ya me puedo girar?

—Ah, sí...

—¡Pero te queda bellísimo el atuendo! —Lo elogió—. Me recuerdas tanto a Yoongi, ya veo porqué Jungkook te quiere tanto.

—¿Yoongi? —Jimin preguntó mientras se colocaba los botines.

—El tatuaje en forma de Y que lleva en su pecho es en honor a él... Yoongi era muy querido por nosotros.

—Entiendo...

—¿Qué te sucedió en el brazo? —Jungkook había omitido contarles la parte de la herida del brazo de Jimin a sus amigos.

—Oh... Yo tengo una enfermedad y me lastimé gracias a ello.

—¿La piel de papel? No pareces tener dicha enfermedad. Investigué un poco y el término científico para ese padecimiento es: Epidermólisis bullosa. Te aseguro que no luces para nada como se supone que deberías.

—¿De verdad? —Jimin alzó los ojos incrédulo y colocó sus manos en la cintura.

—Ajá. Averigüé que la Piel de papel o Epidermólisis bullosa son una serie de ampollas que salen en el cuerpo con cualquier toque o rozadura, todo depende del grado de gravedad del paciente. ¿Qué clase de médico diagnosticó eso en ti?

—Ugh...

—Bueno no importa, hoy vamos a celebrar que te conocimos, y que Jungkook por fin nos presentó un novio. —Namjoon sacó de su bolso un gloss color durazno y se puso en los labios.

—¿Jungkook no ha tenido novios antes? —preguntó curioso.

—Claro que ha tenido, un montón. —Rio—. Pero hacía mucho tiempo que no nos presentaba uno, no después de lo que sucedió con Yoongi. —Suspiró—. ¿Quieres labial? —Estiró el brazo tendiéndole el gloss.

—Nunca he usado uno... —Lo tomó con manos temblorosas.

—Bueno, hoy será tu primera vez.

—¡¿Namjoon, dónde carajos dejaste las luces?! —preguntó Taehyung en un grito desde la planta baja de la casa.

—¡En la caja morada! —gritó de regreso.

—¡No las encuentro! —Namjoon rodó los ojos para después decir:

—Si quieres utiliza mi maquillaje, yo iré a ayudar a estos imbéciles. —De su bolsa sacó una cosmetiquera y se la entregó a Jimin en las manos—. Usa sombra en los ojos, rubor en las mejillas, iluminador, labial. Algo así como lo que yo llevo puesto. —Namjoon señaló su rostro y Jimin asintió con la cabeza.

—¡Namjoon, necesitamos tu ayuda! —gritó Seokjin.

—¡Mierda, ya voy! —Namjoon salió del baño corriendo a la planta de abajo.

Jimin contuvo la risa, después tomó de la cosmetiquera cada producto de maquillaje y sonrió admirada. Los colores eran muy parecidos a las pinturas que utilizaba en casa, pero tenían textura, aroma y brillos. Con la esponja que es para aplicar la base se colocó el rubor en las mejillas, desde ahí ya había comenzado mal la aplicación. Después con una brocha tomó sombra café colocándola en el párpado de su ojo, puso iluminador blanco en el lagrimal, exactamente igual a qué tenía Namjoon en los suyos. —Inocentemente creía que se vería igual—. Y con el gloss durazno pintó sus labios sin importarle salirse de las comisuras. Aunque se salió muy poco, el maquillaje no fue perfecto. Jimin sonrió al espejo divertido, pues creía que maquillarse era para divertirse y no para cambiar el aspecto a uno mucho mejor. Comenzó a guardar las pertenencias de Namjoon en su lugar y caminó a la planta baja para encontrarse con los chicos. Jungkook estaba ajustando los cables del karaoke, mientras que Namjoon y Seokjin colocaban las luces en el techo, Taehyung tomaba fotografías de sus amigos trabajadores y Hobi servía los refrescos. El primero en darse cuenta de la presencia de Jimin fue Hobi y su reacción fue un poco... ¿Escandalosa, incómoda?

—¡Santa virgen María, ya es Halloween? —Todos giraron sus rostros para ver a Jimin ante el comentario de Hobi.

Seokjin estuvo a punto de estallar en risas, pero Namjoon le dio un codazo que lo dejó sin aire. Taehyung amplió los labios sin saber que decir, pero Jungkook... Jungkook corrió a pararse frente a Jimin.

—¿Qué es Halloween? —preguntó con dulzura.

—Te ves bellísimo. —Acarició el rostro de Jimin—. Solo déjame ajustar un par de cosas. ¿Puedo? —preguntó en un ronroneo alistando su pulgar para limpiar el rostro de Jimin.

—¿Hice mal el maquillaje? —preguntó sonrojado al bajar la mirada.

—Es tu primera vez intentando, te apuesto que si yo intento realizar un dibujo como los tuyos me saldría mal. —Depositó un tierno beso en la punta de la nariz de Jimin.

—Me la vas a pagar Hobi, debiste ahorrarte ese comentario —murmuró Namjoon mientras Jungkook arreglaba el maquillaje de Jimin.

—Pero...

—Opino que tome mil jugos como castigo. —Aconsejó Taehyung.

—Todo menos eso —suplicó.

—Y que Jimin se lo sirva —dijo Seokjin agregándole más dramatismo a la situación.

—Me parece perfecto —contestó Jungkook mientras seguía en su intento de arreglo personal a Jimin—. ¿Notaron que es hermoso incluso con esta plasta de maquillaje? —Suspiró.

—Te perdí, te perdimos. —Taehyung se burló, y los cuatro amigos rieron.

—Oye, Nam. ¿Quedó bien? —preguntó al "terminar"

—¡Oh, no! El maquillaje es discreto, y el secreto es difuminar. Siempre difuminar —susurró Namjoon al acercarse a a Jimin con una servilleta para quitarle los excesos.

—Gracias... —Jimin estaba sinceramente agradecido por la amabilidad de Namjoon.

Minutos después, cuando Jimin estuvo listo, Hobi se acercó a ofrecerle una disculpa, pero antes de que le contestara Jungkook habló.

—Aún así luces mucho mejor sin maquillaje, los vanidosos como Namjoon lo utilizan para tapar sus imperfecciones. Pero tú al parecer no tienes ninguna. —Jimin se sonrojó.

—Lo dices porque...

—Te quiero —Terminó la frase.

—Si siguen de melosos voy a tener que vomitar, mejor vamos a servirle el mil jugos a Hobi, que se lo merece —anunció Tae.

—¡Perdonen a este ser humano que metió la pata! —suplicó Hobi.

—El único que puede perdonarte es Jimin. —Seokjin cruzó los brazos.

—¿Qué es mil jugos? —preguntó Jimin.

—Una bebida asquerosa en la que mezclamos lo que sea que encontremos en nuestro refrigerador —informó Taehyung.

—Por favor, Jimin. Perdona mi ofensa. —Hobi lo miró suplicante y él sonrió.

—Bien, no habrá castigo para Hobi. —El muchacho comenzó a dar saltos de alegría—. La próxima vez no seré indulgente contigo.

—Ese es mi chico. —Jungkook lo tomó por la cintura.

Los muchachos se divirtieron cantando en el karaoke, bailando y disfrutando de la larga noche. También cenaron, aunque Jimin cenó muy poco para cuidar la dieta estricta que seguía, después de hacer un desorden en la sala se tumbaron en la alfombra en círculo listos para jugar a verdad o reto. Luego de explicarle las reglas a Jimin; comenzaron.

—Empiezo yo —Tae levantó la mano y todos asintieron—. ¿Verdad o reto, Jimin?

—No seas cabrón... —murmuró Seokjin al notar que Jimin y Jungkook se tensaron.

—Ah... Pregunta —contestó Jimin.

—Será fácil la pregunta, relájense. —Rodó los ojos, después prosiguió—: Si pudieras salir con cualquier persona de está habitación, excepto Jungkook. ¿Con quién saldrías?

—¿De verdad quieres jugar así? —preguntó Jungkook molesto.

—Recuerda la fiesta con Mariana, tú hiciste lo mismo y estuve esperando este momento durante años —contestó burlón, y Jungkook rodó los ojos.

—Contesta, Jimin —instó Tae.

—Bueno... Saldría con alguien de aquí... —bajó la mirada ruborizado.

—¿Con quién? —preguntó Hobi curioso y Jungkook apretó la quijada.

MEMESSSSSSS DEL CAP QNDVSKSKKS

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