Jungkook y Jimin tardaron aproximadamente treinta minutos intentando trepar el balcón, entre risas y quejas finalmente lo lograron, mejor dicho: Finalmente Jimin lo logró. Agitados se miraron a los ojos e intentaron hablar al mismo tiempo para despedirse. Sin embargo la torpeza y la coincidencia los hicieron partirse de la risa una vez más. Recobrado el aliento Jimin fue el primero en hablar.

—Fue una linda noche, gracias por todo —dijo sonrojado.

—No agradezcas, que para mí es un placer. —Se acercó para tomarlo de las manos.

—Jungkookie...Te quiero. —Jimin soltó las manos del muchacho para abrazarlo con fuerza. Él no hizo nada más que sonreír al sentirse pleno de una manera como nunca antes.

—¿Me dijiste Jungkookie? Dicen que cuando los apodos en pareja inician ya no hay retorno —dijo a su oído provocando que la piel de Jimin se erizara.

—¿Somos pareja, Jungkook? —preguntó nervioso, intentando dar por terminado el abrazo. Pero Jungkook lo abrazó con fuerza impidiendo la separación.

—Lo somos, una muy peculiar.

—Eso significa que ya no puedes besar a otras chicos, tampoco a ninguna chica —murmuró—. Además, no me pediste ser tu novio, mamá tenía novelas antiguas y en todas cortejaban a las doncellas. Te estás saltando un paso muy importante.

—Jimin, contigo no me importa el orden, ni las etiquetas. Lo que importa es lo mucho que te quiero en tan poco tiempo.

—Bueno...

—¿Te enojaste? —preguntó divertido.

—No. —Suspiró—. Nosotros no somos como los chicos de cuentos de hadas, nos conocimos distinto.

—Somos reales, Jimin. —Él asintió con la cabeza y finalmente dieron fin al abrazo.

—¿Vienes el viernes?

—Al caer la noche. —Sonrió de oreja a ojera.

—Ya te extraño y todavía no te marchas.

—Si me extrañas envía un mensaje de texto.

—Lo haré.

Después de un par de mimos más, Jungkook bajó del balcón dirigiéndose a su casa. No sabía que al llegar le esperaba una emboscada en la puerta de su habitación. Eran sus tres amigos, Taehyung estaba tumbado en la alfombra jugando PlayStation, Seokjin y Hobi lo tomaron de las manos cuando entró tumbándolo en la cama como si estuviera arrestado. Exigiéndole respuestas acerca del chico del parque. Rendido ante los cuestionamientos de sus amigos accedió a contarles.

—Su nombre es Jimin —dijo recobrando el aliento.

—¿Por qué huyeron? —Hobi cruzó los brazos ofendido—. Siempre nos presentas a tus novios.

—Oh bueno...

—Namjoon dice que es lindo—dijo Seokjin, después giró el cuerpo en dirección al baño—.  ¡¿Verdad, Nam?! —Jungkook amplió los ojos sorprendido. «¿Esos malditos trajeron a Namjoon a mi casa?», se preguntó confundido.

—¡Y dulce! —gritó Namjoon desde el baño. Jungkook cerró los ojos molesto al confirmar que  estaba en casa. El sonido del retrete anunciaba que Namjoon estaba próximo a salir.

—¿Por qué lo invitaron? —preguntó en un susurro.

—Él se invitó solo. —Articuló Tae desde la alfombra para que Nam no escuchara.

—Guau, hace mucho tiempo que no venía a tu casa. —Namjoon se estaba secando las manos con el borde de su camisa al salir del baño—. Cambiaste la pintura del cuarto y por fortuna ya no tienes posters de los videojuegos que te gustan. —Señaló las paredes con rostro de aprobación.

—Es obvio. ¿A caso tú todavía duermes con tu osito de peluche? —Alzó las cejas.

—¡Pues sí, no puedo dormir sin pancho! —Ambos rieron—. Le he dicho a Hobi en nuestra clase de comercio que quiero verte porque... Te extraño. —Se sonrojó—. Incluso le di mi nuevo número, y estuve esperando tu llamada, pero nunca llamaste.

—Oh bueno. —Jungkook se rascó la cabeza incómodo—. Digamos que cerré ese capítulo en mi vida, ya sabes en el que moría por ti. —Rio nervioso.

—Comprendo, Jimin es lindo... Yo solo quería verte porque eres como un hermano para mí. ¿Entiendes eso? —Ambos se miraron a los ojos sonriendo con la mirada.

—¿Entonces nunca quisiste coger con Jungkook? —preguntó Tae y todos lo miraron con el ceño fruncido—. Perdón, perdón. Re formularé la pregunta: ¿Entonces nunca quisiste una cita con Jungkook?

—No Tae —contestó Namjoon rodando los ojos.

Namjoon era amigo de Jungkook desde que llegó de Italia. Él estuvo enamorado de Nam durante mucho tiempo, pero el mayor lo veía como a un hermano y nunca correspondió sus sentimientos. Por eso sus amigos lo molestaban constantemente, aunque estaban muy sorprendidos por el cambio repentino y el desinterés, todo causado por Jimin.

—Mañana tengo reunión con los socios de papá... —murmuró Jungkook insinuando que se fueran.

—Pero es temprano —dijo Seokjin desde el sofá, después metió a su boca un puñado de palomitas con caramelo.

—Además nos interesa saber acerca de Jimin. ¿Dónde la conociste? —inquirió Hobi.

—Ya sabía que al conocerlo comenzarían a hacer preguntas, por eso no quería presentarlo...

—Pues ni modo. Ahora cuéntanos cada detalle. —Namjoon recargó su cabeza en las piernas de Jungkook elevando sus pies para pegarlos al respaldo de la cama.

—¿Quieres que yo les cuente? —preguntó Tae notando la incomodidad de Jungkook.

—¡¿Tú sabías acerca de esto y no nos dijiste?! —Seokjin le arrojó palomitas sintiéndose traicionado por el par de amigos.

—¿Quieren saber o no?

—Cuéntales —Jungkook autorizó a su amigo para que contara la historia de Jimin.

Luego de escuchar el cómo se conocieron y la situación en la que vivía Jimin quedaron atónitos. Namjoon sugirió denunciar a la madre, Seokjin lo apoyó, Hobi le dijo a Jungkook que lo sacara de su casa, que en México era muy común que los novios se llevaran a sus novias de la casa de sus papás y que esa ocasión lo ameritaba, y Taehyung, él seguía insistiendo en querer conocerlo.

—Así que no era un fantasma... —musitó Hobi refiriéndose a qué creían que el chico de la ventana era un ser paranormal.

—Ustedes saben que me ha costado relacionarme sentimentalmente con alguien después de lo que sucedió... Por eso estoy sorprendido. —Suspiró—. Jimin es inocente, puro y confiable. Conocerlo sin lugar a dudas ha sido la mejor de mis suertes.

—Ya lo perdimos. —Seokjin contuvo la risa.

—¿Piensas decirle a tus papás? —preguntó Namjoon y él negó con la cabeza.

—Van a querer saber todo, y Jimin es muy inocente como para responder sus preguntas.

—¿Sabes qué pienso? —cuestionó Tae—. Pienso que estás actuando igual que su madre, tratas de protegerlo y él no necesita ser protegido. Necesita ser amado.

Jungkook se mordió los labios al recordar qué horas atrás Jimin le dijo que no necesitaba ser cuidado. Él asintió y cubriéndose el rostro preguntó:

—¿Qué he de hacer?

—¡Tráelo a casa, haz que conozca más personas. Puede comenzar con nosotros! —Aconsejó Namjoon.

—¿Y si no quiere?

—Por lo que veo, también está enamoradísimo de ti —Jungkook se sonrojó ante el comentario de Hobi—. Supongo que aceptará.

—Le haré la invitación.

—¡Yo preparo la reunión! No tengo nada que hacer estos días y me gustaría ayudar. —Namjoon se apuntó una vez más sin ser invitado.

—También comenzaremos la investigación acerca de la enfermedad que dice tener. Sus riesgos, todo. —dijo Tae.

Todos estuvieron de acuerdo, luego de un par de diálogos y risas más, uno a uno se marcharon hasta que el muchacho por fin logró acostarse en la suave cama, tomó su teléfono para enviarle un mensaje a Jimin, pero su sorpresa fue grande cuando leyó que él le había enviado uno primero.

Jimin: Mamá no sospechó en absoluto. Ella entró a mi habitación como de costumbre, revisó que estuviera dormido y se fue a la cama. Gracias por este día, Jungkookie. Descansa que yo dormiré pensando en las maravillas que mis ojos presenciaron en el exterior.

Jungkook veía el mensaje una y otra vez, pero no sé atrevía a contestarlo porque no tenía palabras precisas para explicar lo que sentía en ese momento, y las que tenía podían lucir muy apresuradas. Se quedó dormido con el celular en la mano.

Pareció que la noche fue fugaz pues el sonido de la alarma lo despertó, deseó dormir un momento más, sin embargo su madre estaba tocando la puerta mientras gritaba que el desayuno estaba listo.

—¡Voy, mamá!

Después de asearse bajó a desayunar con sus padres cuidando de no manchar el traje gris que llevaba puesto. Él y su padre comieron apresurados, después subieron cada uno a su respectivo auto. El auto de Jungkook era un BMW serie 2 color negro, cuando subió a Jimin la noche anterior no abrió la capota temiendo que se asustara, pero estaba decidido a hacerlo la próxima vez que lo viera. Antes de encender el auto le envío un mensaje deseándole los buenos días y pidiéndole que se cuidara, además le dijo que si estaba de acuerdo le presentaría a sus amigos. Al terminar de enviar el mensaje arrancó el auto dirigiéndose al despacho de abogados. Cuando llegó le entregó al chófer las llaves del BMW y con estilo se encaminó a las puertas del lugar, ahí estaba su padre esperándolo para entrar juntos. Jungkook apenas estaba conociendo el edificio por completo y los movimientos internos porque se acababa de graduar, aún así era respetado por ser el hijo del dueño. Además presentaba calificaciones excelentes y dominaba cinco idiomas tales como: Español, inglés, Italiano, Francés y por supuesto, Coreano. Jungkook le abriría paso sin lugar a dudas en cualquier sitio en el que pusiera el pie.

—¡Señor —La secretaria de Jiho corrió apresurada cargando un montón de documentos para entregárselos a su jefe. Ella era bajita, un poco rechoncha, tenía el cabello rizado color rubio y corto hasta los hombros, piel bronceada y un par de tacones que hacían mucho ruido a medida que avanzaba—. En esos documentos viene información valiosa contra el caso que llevamos a favor del bienestar de los animales del zoológico —dijo agitada.

—Gracias, Grace. —Los tomó mientras seguían avanzando.

—También encontramos asistente para su hijo, ella está esperando en su oficina. —Ella siguió caminando a la par de su jefe—. Por fortuna conoce el bufete como la palma de su mano porque ha trabajado aquí desde hace varios años atrás, además hizo su pasantía aquí.

—Entiendo, Grace. La reunión con los socios es dentro de treinta minutos. ¿Por qué no llevas a Jungkook para que conozca a su asistente? De esa manera podrán estar los dos en la reunión.

—Oh claro, señor.

—Ve con ella, Jungkook.

—Okay. —Palmeó la espalda de su padre mientras los tres tomaban el elevador.

Jungkook y Grace bajaron un piso antes que Jiho. Al entrar a la oficina una mujer de piel oscura, ojos grandes color aceituna, cabello negro peinado en una coleta sin ningún cabello suelto, sonrisa amable y mirada astuta estaba sentada en el asiento frente al escritorio.

—Ella es su nueva asistente —dijo Grace. Jungkook estrechó la mano de su nueva empleada.

—Háblame de tú, Grace. Me has visto crecer —dijo al sentarse en su silla.

—Lo haré. Por ahora los dejo solos para que se conozcan, con permiso —dicho eso, salió de la oficina.

—¿Tienes tu currículum? —preguntó Jungkook y ella le entregó una carpeta.

Su nombre era Olivia Nash, era un año mayor que Jungkook y al parecer no tenía ningún antecedente negativo en el área laboral. El muchacho estaba absorto leyendo cada detalle acerca de su nueva empleada cuando su celular comenzó a sonar.

—Un momento. —Levantó la mano en señal de disculpa al mismo tiempo que sacaba el celular de su pantalón.

—Oh, no se preocupe.

Era Jimin quien estaba llamando, Jungkook contestó sin dudarlo al ver su contacto, esperando que nada malo le hubiera sucedido.

—¿Jimin? ¿Qué sucede? ¿Estás bien? —preguntó preocupado al levantarse de su asiento para caminar al enorme ventanal transparente de la oficina mirando la ciudad a sus pies.

—Estoy bien, llamo para decirte que mamá me ha dicho el nombre del médico que me ha tratado y diagnosticado —contestó en un susurro, Jungkook respiró aliviado y relajó los hombros.

—Creí que algo malo...

—No, estoy bien. Lo prometo. ¿Tú cómo estás?

—Estoy en mi oficina, y bien porque puedo escuchar tu voz. —Olivia quien estaba escuchando apretó los labios para no reírse ante en romanticismo de su nuevo jefe.

—Ay Jungkook. También me alegra escuchar tu voz.

—¿Me puedes decir el nombre del médico? —Le hizo una señal a Olivia con los dedos para que le pasara pluma y papel del escritorio. Ella con eficacia se los entregó.

—Sí. Es médico cirujano. Se llama Samuel Davenport. ¿Quieres que lo describa? —preguntó mientras Jungkook escribía.

—Sí, por favor.

—Es alto, tiene mucha barba, usa lentes, piel amarillenta y ojeras.

—Pero Jimin, esos rasgos son muy generales...

—¡Oh sí! Tiene mucho bello en los brazos, además de un lunar exactamente en el centro de la palma de su mano. Lo recuerdo porque siempre me distraía con eso. —Rio del otro lado de la línea.

—Entiendo. Gracias, ¿desayunaste?

—Ajá. Mamá anda muy amable conmigo, incluso me ha dado cereal de colores. Esos actos hacen que sienta culpa por desobedecerla al salir.

—Tranquilo, que encontrando al médico sabremos qué es lo que en realidad le pasa a tu cuerpo y de esa manera podré ir a hablar con tu mamá.

—Te dejo porque escuchó sus pasos —susurró y colgó.

—Adiós... —Jungkook se despidió cuando Jimin ya había colgado.

Guardó su teléfono en su chaqueta y se sentó en el escritorio para retomar la conversación con Olivia. Le regresó la carpeta y le entregó las anotaciones que hizo acerca del médico de Jimin.

—Espero poder trabajar en armonía, Olivia. Tratemos de no tener etiquetas empleado-jefe. Me gusta la cordialidad sin exageraciones. —Apoyó los codos en el escritorio y recargó la barbilla en sus manos.

—Entiendo, Jungkook. —Ambos sonrieron.

—Ese es un doctor que necesito encontrar. ¿Puedes ayudarme? Es tu primer tarea asignada, sé meticulosa, y que nadie se entere porque es un asunto privado.

—Entiendo. —Leyó con atención lo que Jungkook escribió en la hoja.

—Te agradezco.

—Será fácil encontrarlo. Google es una buena herramienta, pronto tendré su nombre y dirección.

—Estupendo. La reunión es en diez minutos, ¿vamos? —Se puso de pie y abrió la puerta.

—Más vale llegar antes que tarde. —Ella rio.

Ambos se dirigieron a la sala de juntas, Jungkook quería cumplir con sus deberes como abogado, pero quería todavía más cumplir sus deberes como hombre.

Y conseguir información acerca del médico de Jimin sería el primer paso.

Espero que te esté gustando la historia.🫶🏻