[ 2 ]
Lo único que Namjoon escuchaba era el propio sonido de su llanto mientras ocultaba su rostro contra la almohada. Había estado aguantando esa sensación durante días, pero no pudo soportar más tiempo.
Empujó la almohada aún más contra sí, permitiéndose llorar y de alguna manera liberar todo lo que aconcojaba su corazón. Dolía, su pecho dolía incluso cuando trataba de respirar, pero no podía parar, y no iba a hacerlo.
Tenía la sensación de que no pararía de llorar por días, se preguntaba cuánto tiempo más resistiría hasta explotar en la universidad en medio de sus amigos. Siempre había tenido ese miedo, y ahora, que se estaba volviendo difícil de ocultar se preguntaba cuánto tiempo pasaría para que sucediera. Rogaba por que no. ¿Qué se supone que les diría? Ni siquiera sabía cómo arreglar todo el laberinto de emociones que tenía dentro.
La alarma de su teléfono sonó indicando que era hora de ir a la universidad, no recordaba cuando se había quedado dormido. Cuando se levantó, sintió una punzada en su cabeza, hizo una mueca de dolor que no hizo más que crecer al momento de verse en el espejo del baño.
El reflejo no mentía; sus ojos estaban hinchados, sus ojeras se habían profundizado, su pecho seguía doliendo y ahora también su espalda. A como pudo, se arregló para verse mejor de lo que se sentía y bajó para tomar un rápido desayuno en la cocina. Escuchó a su madre platicando con su padre, ambos reían de algo, así que intentó dar su mejor cara.
—Buenos días —le respondieron sus padres al unísono cuando él les saludó.
—¿Vas a desayunar? —preguntó su madre.
Namjoon asintió tomando un plato hondo para servirse cereal. En contra de todo, tuvo que sentarse frente a su padre en la pequeña mesa que había en la cocina; se sintió incómodo.
Pensó en la posibilidad de irse de una vez, pero tenía hambre por no haber cenado la noche anterior, así que optó por quedarse hasta terminar. No pasaron ni diez minutos cuando su padre comenzó a discutir con su madre, procuró comer rápido para salir de ahí lo antes posible.
Caminó hacia la parada del autobús mientras escuchaba música a través de su auriculares. Era un día fresco, las pocas nubes no cubrían con totalidad el sol, pero de alguna forma lograba funcionar.
Siempre había una manera de hacerlo funcionar.
───────•••───────
—¿Qué harás saliendo? —le preguntó Hoseok a Namjoon a solo una clase de terminar la jornada.
—¿Por qué? —preguntó, pero Namjoon ya tenía la respuesta, sea lo que sea.
—Tengo que quedarme a enseñar, tenemos una presentación de baile pronto en el teatro de la universidad. Todos están emocionados.
—Genial, hermano. Ahí estaré.
—No te he invitado —se apresuró Hoseok a decir, pero después se carcajeó al ver la ceja levantada de su amigo—. Aún no nos dan las fechas, pero nos hace falta mucha práctica. En fin, es hasta las seis y son las dos. No quiero tener que ir a casa y regresar. Qué flojera.
—¿Vamos por un café? —preguntó Namjoon.
—Seguro —dijo Hoseok—. Ahora, ¿cuál es la respuesta de la cinco? —prosiguió con su tarea echando un vistazo a la de Namjoon.
Namjoon solo pudo suspirar y negar con su cabeza, pero una sonrisa pequeña se asomó en su rostro.
───────•••───────
La cafetería estaba cerca de la universidad, era bonita y tenía un aspecto vintage. Iban caminando a la par con sus mochilas sobre sus hombros, Namjoon escuchaba a Hoseok hablar de los preparativos, y de algunas cosas que había hecho el día anterior en su casa como jugar con su mascota. Así era Hoseok, y a Namjoon no le molestaba en absoluto. Además, era mejor para él, ¿qué podía contar? ¿Que se la pasó llorando toda la noche hasta que se quedó dormido?
Namjoon abrió la puerta, pero permitió a su amigo pasar primero. Siempre lo hacía. Él lo consideraba un buen gesto, y aunque pequeño lo hacía sentirse feliz.
Hoseok se adelantó a pedir las órdenes mientras Namjoon iba a sentarse en una de las mesas más alejadas del lugar, fue cuestión de segundos para que se encontrara con un par de ojos conocidos.
—Hola —saludó Namjoon cuando estuvo delante de Jungkook.
Fue como un impulso, él solo caminó hasta estar lo suficientemente cerca. Jungkook tenía un libro en sus manos, y demás cosas esparcidas por toda la mesa. Probablemente estuviera estudiando.
—Hola —murmuró.
¿Era eso un sonrojo?
Namjoon prefirió no pensar mucho en eso.
—¿Estudiando? —preguntó mirando los cuadernos y lápices regados por el lugar.
—Algo así —dijo Jungkook dejando el libro a un lado—. Tengo un tipo de prueba mañana.
—Ya veo, yo...
—Tu amigo nos está viendo —lo interrumpió Jungkook.
Namjoon hizo amago de no entender, pero pronto recordó que Hoseok lo estaba esperando. Volteó a verlo y le saludó con la mano.
—Es Hoseok —dijo volviendo a Jungkook—. Somos amigos desde primer semestre.
—Eso es genial, pero debo seguir con esto —dijo arrugando el ceño a su libro.
—Entiendo. Verás que aprobarás. Nos vemos.
Namjoon estaba seguro que sí, Jungkook lo lograría. Escuchó un «nos vemos» de parte de este justo cuando se estaba marchando.
Los primeros veinte minutos no pudo concentrarse del todo porque lo único que quería era mirar a ese joven con el libro en sus manos. Hoseok lo reprendió porque realmente quería un consejo acerca de qué hacer con su madre porque... Cielos, la madre de Hoseok era todo un caso. Namjoon tuvo que disculparse, y pensó qué aconsejarle a su amigo.
—Llevamos una hora aquí y ese chico sigue leyendo. Impresionante —murmuró Hoseok viendolo de reojo.
Namjoon no comprendió al principio, pero no tardó mucho para darse cuenta de quien estaban hablando.
—Se llama Jungkook.
—Espera, ¿lo conoces? —preguntó Hoseok asombrado.
Namjoon asintió. —Podría decirse que sí —dijo decidiendo contarle brevemente cómo lo conoció.
—Sería un lindo gesto si le compraras algo para que almuerce —opinó Hoseok como quien no quiere la cosa—. Una bebida y un sándwich. ¿Qué te parece?
Namjoon le lanzó una mirada de «debes estar bromeando», pero al final aceptó la propuesta. Fue directo hacia el mostrador explicándole al joven que debería entregarlo en la otra mesa, también le pidió un bolígrafo y un post-it para escribir una nota de aliento.
Namjoon comenzó a sentirse nervioso por lo que acababa de hacer, el chico del mostrador ya estaba caminando hacia Jungkook. Hoseok, que no quería perder detalle del suceso miraba atentamente, sin embargo Namjoon optó por mirar hacia afuera de la ventana. ¿No era un lindo día?
—Miró hacia acá, pero ha sido la única vez. Creo que lo molestamos —dijo Hoseok entre enojado y triste—. ¿La gente ya no valora gestos como estos?
—Eres un romántico empedernido. La gente ya no hace cosas como esta desde que... —lo pensó un momento—, desde que surgió Snapchat.
—Eso crees tú —refutó Hoseok con una brillante sonrisa—, sin embargo, no entiendo por qué ese chico está viniendo hacia nosotros ahora.
Namjoon estaba a punto de preguntar a qué se refería cuando notó la presencia de Jungkook frente a ellos.
—Hola —saludó Jungkook tímidamente haciendo que ambos le devolvieran el saludo.
—Yo... —Jungkook pausó un segundo, tomó aire de manera notoria y continuó—: Quería agradecerte por el almuerzo, no tenía que hacerlo —dijo muy rápidamente.
Namjoon notó ese sonrojo en las mejillas, y al parecer Hoseok igual pues no dejaba de mirar entre ambos con una sonrisa pícara.
—No hay problema —dijo Namjoon ignorando a su amigo—. Ahora estamos a mano.
Jungkook frunció su ceño ligeramente antes de comprender a qué se refería.
—Eso no cuenta —dijo y sin querer infló sus mejillas. Namjoon casi ríe por la manera tan adorable en que se miraba—. En todo caso a quien le debes es a él, no a mí.
—Pero él no nos interesa. —Namjoon escuchó que Hoseok decía por lo bajo, casi quiso golpearlo.
—¿Qué? —preguntó Jungkook mirando a Hoseok.
—Nada, nada —interrumpió Namjoon con un gesto de mano—. Es medio raro.
Hoseok lo miró con indignación, lo que hizo a Jungkook reír un poco.
—De acuerdo, tengo que irme a casa ahora. Así que... Gracias de nuevo —dijo Jungkook sonriendo—. Y gracias por la nota.
───────•••───────
Después de media hora ambos iban rumbo a la universidad, Namjoon decidió acompañar a su amigo por un rato más.
—¿Qué decía la nota? —preguntó sin poder aguantar más tiempo.
—Que te importa.
Namjoon miró a Hoseok antes de reírse un poco, este ya tenía su boca hecha un triángulo por el disgusto.
—Qué mal amigo eres —le dijo Hoseok.
—Le deseé buena suerte y quizás haya escrito mi número de teléfono.
Hoseok soltó un chillido de emoción.
—¡Ese es mi chico! —Secó algunas lágrimas falsas de su rostro.
Namjoon solo suspiró. Quizás había sido una pésima idea.
───────•••───────
Espero que esto no sea demasiado raro, pero te he visto algo cansado. Quizás esto te ayude a recuperar tu ánimo. Verás que te irá muy bien, te deseo lo mejor.
Espero verte de nuevo alguna vez.
###-###-###
Kim Namjoon இ
───────•••───────
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro