Ethan.

—Odio mi vida. La detesto.

Se quejó una vez más, el tipo de cabello blanco y ojos agotados, lanzando su manuscrito a la basura. Estaba muy frustrado por todos los errores en él. No había tenido tiempo para ponerse al corriente con sus historias, las dejó prometiendo mucho para el siguiente capítulo, pero no tuvo tiempo para subir nada. Me dejó tres semanas en este mundo, con todo pausado, conmigo vagando con los demás ayudantes por una ciudad fantasma, y ahora que volvió no podía escribir nada.

¿Debería asesinarlo? No me conviene... aún.

—¿Debo preguntar la razón por la qué...? —volteé a ver su escritorio. Tenía los ojos llorosos. ¡Por un ser omnipotente, era un joven que parecía anciano, ¿y estaba llorando?! Aún seguía siendo un adolescente, un puberto—. ¿Estás frustrado por la exportación de Parahell? Te dije que no debías comenzar a escribir libros complicados para el entendimiento y con una narrativa complicada... El lugar del que hablas en la historia ni si quiera es posible.

Hizo una mueca amarga. Supuse que estaba molesto porque alguien le dijera las cosas como son y más cuando alguien perfecto como yo se lo recalcaba sin piedad.

—¡Claro que existe, genio! —se levantó de golpe azotando la palma de sus manos contra el escritorio— ¡Es un mundo diferente el de ustedes! ¡El mío es real, y este lugar existe ahí! Todos éramos sólo inteligencias vagando en medio de la nada, hasta que sucedió lo que conocemos como "Big Bang" o a lo que yo llamo "Luz". Nos fue conferida una meta, de progresar y entrenar hasta tener la capacidad de llegar a lo que conocemos como "La vida". Ese lugar es la pre-existencia, un lugar en el que nadie existe, en el que se preparan para existir. Al que he llamado Nonato, y la sede de progresión Parahell.

Explicó casi terminando sin aire. Suspiré al escuchar todas sus pavadas.

En serio... si iba a ser tan largo mejor no le hubiera preguntado.

—¿Y qué? ¿Me sacaste de ese lugar o algo parecido? —comencé a reír. Él me vió como si me estuviera burlando de algo importante. Debería haberme callado—. ¿Matt?

Frunció su ceño y caminó hasta mí con un aura oscura y tenebrosa. No, no, no, no, no, para eso, podemos hablarlo. Esta no es la solución. Rodeó mi cuerpo con sus brazos y me tiró por la ventana de a lado, aventando también mi pluma robótica y el instrumento nube.

—¡VE A HACER TU CENSURA TRABAJO! —gritó a todo pulmón.

Y lo dice un maltrabaja... –Persona perezosa, haragana–.

—¡HEY! —le grité desde abajo, acomodando el pedazo de rama enterrado en mi hombro. Los transeúntes se espantaron por la escena, pero el portero del edificio lo vió muy normal. Él se asomó como si fuera Rapunzel, pero su cabello blanco y ojos azules eran más hermosos—. ¡¿Near es heterosexual u homosexual?! ¡Los lectores tienen esa duda!

—¡ES BISEXUAL! —gritó volviendo adentro, azotando la ventana.

N/T: Sí, Matt, sigue negando su verdadera naturaleza.

~•~•~•~

Evelyn.

Todas las mañanas veo por mi ventana al señor sol. ¡Doy gracias a Matt, por dejarme narrar! Y si me buscas, recuerden que yo ya no estoy, pues me he ido a Marte a suicidar.

Me levanté con un brinco alegre, esperando verme como una chica hermosa y cliché que despierta por lo rayos de sol como la más bella del planeta, con una sonrisa que dejaba impactado al mundo, una mirada... que hipnotizaba a quien sea. ¿Cómo se deletrea hipnotiza?

Pero como soy una nerd... Ay... Soy horrible. Tengo cuerpo de modelo pero sigo siendo horrible, soy una vaca... En realidad estoy más plana que una tabla.

—Despertar como alguien perfecta no es mi caso, ni si quiera me he bañado.

Caminé al baño intentando quitarme las babas y el cabello de la boca. Era una completa censura, pero ya no importaba pues mi dignidad se había perdido desde que acepté trabajar con Matt y Ethan. En ese año yo aún no lo sabía, pero estaba por saber lo que era encontrar un lugar al cual pertenecer después de tanto tiempo apartada.

Tomé una ducha veloz, tan veloz que incluso me dió tiempo de depilarme, de exfoliarme, y de intentar suicidarme con jabón en la garganta. ¡Aún así duré 10 minutos en el baño! Y a pesar de que lo hice todo tan veloz... llegaré tarde a clases. ¿La razón? ¡Por qué soy una censura chica cliché! ¡Ahuevo!

WHOAJAJAJAJ, MATT TIENE UN LÍMITE DE CENSURA SI ES UNA NARRACIÓN POR EL PROTAGONISTA. –¿Tu cerebro solo funcionó para adivinar eso?–

Tomé lo primero que encontré en mi armario cruzando los dedos por suerte de protagonista. Un vestido informal de color negro, un suéter gris, y unas botas del mismo color que el suéter. ¿Este es el atuendo cliché de nerd que la hace ver linda? Si no hubiera agarrado lo primero que vi, me hubiera puesto unos pantalones gigantes y fingiría ser cholo. –la descripción será escrita por mí cuando la tonta protagonista sepa el significado de "cholo"–.

Bajé a la sala principal a toda velocidad, lista para desayunar aire con sudor y correr al instituto para no volver a tener la mala asistencia del año pasado. Y... Oh, había un desayuno perfecto en la mesa. Era como si los dioses hubieran cocinado solo para mí un montón de barbaridades deliciosas.

Los beneficios de ser un cliché andante son buenos.

Sin pensármelo dos veces, corrí a atragantarme con el desayuno como si no hubiera comido en tres días. Entedí la expresión "hambre de perro", riendo. Me distraje leyendo la caja de leche y la imagen de las vacas comiendo césped, aún sabiendo que la leche estaba llena de hormonas.

Nunca desayunaba, nunca me duchaba tan rápido, siempre parecía payaso, y siempre me veía como indigente. Tener ahora una vida perfecta me era desagradable. Pero la pregunta aquí era...

—¿Quién cocinó si padre está haciendo quien sabe que desde que soy protagonista? —me cuestioné  mirando al vacío, pensando en mí envenenada.

Probablemente fue Ethan, él hacía todo por el cliché en aquel entonces. Agh, la vida de un protagonista era demasiado sencilla, como un respiro del verdadero desastre de la vida. Muchos decían que "los libros" estaba cargados de dramas innecesarios, pero no había un día de mi vida antes de ser protagonista que no estuviera cargado de dramas que me hacían chillar y luego reír. Una montaña rusa de emociones reales.

No, no debería decir eso, debería decir algo como:

"Ay, mi vida es tan miserable. Mi padre no me quiere, el badboy me odia, soy una nerd fea con cuerpo de vaca, mis ojos morados son repugnantes, NADIE ME AMA, soy pobre... ¡IRÉ A LLORAR EN EL **** STARBUCKS!"

Jeje... conseguí la censura en estrellitas... –se refiere a los asteriscos–.

~•~•~•~

Crucé la puerta del instituto, poniéndome las gafas de fondo de botella que consiguió Mía para mí, e intenté recordar las clases de Percy sobre actitud cerrada y depresión. Se suponía que mi personaje siempre estaba deprimido a falta de atención...

Antes, en las clases yo siempre estuve metiéndome los cheetos por la nariz y conseguí que Ethan comiera papas con helado. Era una decepción ahora, madre, lo sabía.

Val se encontraba al otro lado del pasillo, jugando con una pluma entre sus dedos, recargado en un casillero. Parecía venir hacia mí, con una sonrisa de desprecio.

La primera impresión que tuve de Val fue una terriblemente mala, pero cuando pude ver los hilos que tenían y yo maduré supe más allá de lo que era él, Ethan, Matt, y los demás. Aunque en ese tiempo aún me seguía metiendo Cheetos por donde fuera sin darme cuenta.

Es realmente desagradable.

Ethan: Y comienzas a narrar lo que digo en 1...

¡ESPERA, AÚN NO ESTOY LISTA! Sentí la voz del narrador dentro de mí. Era escalofriante.

Ethan: 2...

¡Si no te detienes juro que te mato en la salida, hijo de perra!

Ethan: Todo el mundo quiere más tiempo y desea tomar pausas. Excepto por Ethan, a él le importa un carajo y no se afana. ¡3!

Ya sabía que me odiabas, Ethan.

Val caminó hacia mí, con una actitud hipnotizante, como si nada la importara en el mundo, pero aún así, me estaba viendo entre la multitud. El siempre me había hipnotizado desde que lo vi recorrer estos pasillos con una actitud relajada hace tiempo, y hasta estos momentos había logrado saber de mi existencia. Pero claro, él nunca me miraría como algo más que una molestia y un estorbo en la obra. Una nerd cuatro ojos... era de ley que nunca sería vista por semejante Dios griego extraído de los libros que tanto amaba leer.

Solo me quedaba ponerle una muralla cada vez que cruzáramos, y no volver a hablar cuando la obra terminara. Esa fue mi primera regla, y la primera que rompí.

Mi dignidad se ha roto...

Se paró frente a mí mirando hacia bajo. Mi estatura era humillante. Una pequeña curva se formó en la comisura de sus labios, y dijo con una voz varonil que derretía a chicas y chicos:

—¿Hoy harán las pruebas con la fogata? —no respondí. Estaba en shock solo por su voz. ¡¿Por qué?! ¡Da una vuelta y no me hables!—. ¿Eres tonta? Le preguntaré a alguien más.

Me dió una palmada con molestia en la cabeza y se retiró sin mirarme más. Mi voz no salió, ¿era tan idiota? ¿Cómo una palmada podía causar que mi corazón latiera de esta manera?

A veces la vida no era lo que yo esperaba, y mis nervios de aquello eran difíciles de tratar. Desde la muerte de mi madre, todo lo que funcionaba diferente aterraba. La realidad y sus cambios constantes me mataban, y Val sabía eso.

¿Cómo pudo Matt escribir una censura como ésta? Estoy decepcionada, querido escritor...

~•~•~•~

Si lo pensaba dos veces, ser protagonista no era tan malo.
Malo era ser escritor crucificado.

—¿Cómo rayos pudieron poner una fogata aquí?... —preguntó Ethan a un lado mío, girando su cabeza confundido.

Estábamos sentados en el escenario, jugando con nuestros tenis. Dijo que quería ver la escenografía y asegurarse de que fuera segura para que yo no saliera herida. Claro, nunca nadie sabría que un chico misterioso se encargaba de que la vida de los actores no corriera peligro por las estupideces que hacían.

¡¿Quién enciende una fogata real para una obra?! Estúpidos mocosos, ¡hasta yo soy más madura!

—No lo sé... pero casi queman todo. —Suspiré, abrumada por los recuerdos de la mañana y el gato quemado.

—Sí... la pólvora estaba mal aplicada. Tuve que retirar un poco pues se pasaron del límite. —Respondió anotando algunas ideas en su libreta.

Se veía cansado, sé que él no podía sentirlo, pero incluso si ya moriste tu cuerpo lo resentía de una manera u otra. Algo así dijo Matt, a veces les afectaba vivir aún en este mundo, sin permitir que sus cuerpos ascendieran. Matt había comenzado a desahogarse conmigo algunas noches de insomnio por mensaje, y mi yo dormida lo trataba pues nadie más sabía lo que pasaba con él.

—¿Evelyn?

—¿Ah? Perdón, estaba pensando en la inmortalidad del cangrejo... —comenté intentando concentrarme.

Debo cuidar lo que pienso, él puede leer mi mente si lo desea. ¡Vamos, tonta, concéntrate y deja de pensar en el albino deprimido!

—¿La inmortalidad de que...? —¡Vaya, algo que no sabía! Quién es la inteligente ahora, ¿Eh?—. Por favor, deja de perder el tiempo, Evelyn. Ven, vamos por una cubeta grande al almacén para apagar esto.

—Pero no podemos mojar el escenario.

Me miró como si estuviera viendo al ser más estúpido del universo, y quizás... si estaba haciendo eso.

—Solo es para quitarle el oxígeno al fuego con la cubeta y que se apagara... Farraguista. –persona que tiene la cabeza llena de ideas confusas y mal ordenadas–.

Algún día sabré que significan todas esas palabras... Yo lo sé, no pierdo esperanza.

Me ayudó a bajar del escenario aún tambaleando y caminamos a paso lento hacia el almacén que se encontraba al fondo del teatro detrás de las cortinas rojas y pesadas. Estaba oscuro aquí dentro. Moví mi mano por la pared intentando buscar el interruptor, pero Ethan entró rápido, tomó la cubeta más grande y salió de forma ágil dejándome como tonta con las manos en el interruptor.

¡¿Este tipo puede ver en la oscuridad?!

Me hizo señas y comencé a seguirlo como pollito bebé. Quise hacerle unas preguntas.

—¿Cuándo se supone que será nuestro primer beso? —pregunté, sin dudar de más. Era raro que estuviera preguntado, lo sé—. Hablo de mí y Val. Ya sabes, siempre debe haber un primer beso lleno de fuegos artificiales y bombillas estallando.

—Creo que Matt lo tiene planeado para el viaje que se hará al bosque para "conectarse con la naturaleza" o esa tontería que dijo el profesor. —Respondió rodando los ojos. Soltó aire por la boca dejándome en clase su estrés—. Y van a comenzar a salir o algo así después de la obra, aunque va a ser una relación no oficial, en la que él solo quiere algo físico.

—¡¿Eh?! ¡¿Y cuándo se supone que los protagonistas se enamoran en esta clase de historias?! —bucé indignada trepándome al escenario.

Le quité la cubeta y me paré delante de la fogata que ardía con fuerza, pero no más que mi enojo.

—Tu personaje ya lo está, y él probablemente lo estará desde la primera vez que te bese, pero aún no lo sabrá. Los hombres protagonistas están ciegos. —Dijo molesto subiendo al escenario.

Se dirigió hacia mí, para tomar la cubeta. Su piel pálida y su camiseta banks me distrajo un momento, habiéndome pensar que su piel era más blanca, igual que la de Matt.

—¡ESA ES UNA TONTERÍA! —intenté apartar la cubeta pero trastabillé perdiendo el equilibrio.

Si... Definitivamente valí caca, seré una caquita quemada por esta fogata.

Sus ojos se contrajeron y su expresión parecía de terror. Estaba aterrado, como si Matt le fuera a matar si algo me pasaba con el fuego. Extendió sus brazos por mi espalda empujándome hacia un lado, causando que él cayera en la pequeña fogata. Tomó el balde de inmediato y la cubrió totalmente, provocando que ésta se apagara.

Grité del susto.

—¡Hey! —me levanté de inmediato cojeando hasta él por el impacto sobre mis piernas.

Tendría que acostumbrarme a ver semejantes escenas así más seguido, pues con el pasar de la historia yo sin darme cuenta me vi involucrada en problemas de narradores heridos.

Todo su brazo estaba quemado, al igual que su camisa. Sus poros... era como si estuvieran sangrando por la quemadura y su piel fuera a explotar—. ¡¿Vamos a la enfermería, al hospital, o con Matt?! —grité desesperada tomándolo de la otra mano.

Él mantuvo una mirada sombría. No se movió por el espacio de varios segundos, no me dejó hacer nada como si no tuviera fuerza. Una sonrisa nostálgica se formó en su rostro, y él jala su manga con cuidado.

—Mira. —Habló con voz baja mirando su brazo, el cual parecía que dejar de sangrar—. No duele, no se siente. No se siente absolutamente nada —comenzó a reír levemente.

Su brazo se estaba curando de forma rápida. Era como si se estuviera restaurando por una magia más allá del conocimiento humano, algo como las locuras del escritor combinándose en él. Mi pequeño cerebro no entendía nada. Una pequeña marca quedó al final de la restauración de su tejido.

Él miró su brazo de forma triste, el cual ya se había recuperado totalmente. A veces me pregunto... si él ya sabía en el fondo que estaba muerto. Una parte de él deseaba descansar en paz, y la otra quería vivir como una persona normal, una persona que era capaz de sentir alegría cuando estaba feliz y tristeza cuando ya no podía más.

¿Cómo alguien puede vivir de esa manera? Oh, escritor, ¿qué mierda te pasa?

—¿Ves? —dijo llamando mi atención. Limpié mi lagrima con la manga de mi sudadera, él no se percató—. Estoy como nuevo, soy muy perfecto. Solo queda una cicatriz si me lastimo... es el efecto que Matt dejó en mi cuerpo para hacerme sentir bien. —Dijo levantando sus músculos—. Incluso me creó con una cicatriz perfectamente masculina.

Comenzó a reír levantando su camisa.

Como él dice, lo crearon a la perfección, con mucho amor. Según Matt, ellos no tienen sangre; si sacudes mucho ese líquido rojo, solo lograrás ver un azul claro y brillante, del color del agua, del color de las estrellas. Energía a la que él amaba llamar lux calí.

—Tengo una cicatriz en mis costillas como narcotrafricante desde que aparecí. ¿No crees que me hace ver misterioso? —reí ante sus palabras. Era realmente tonto—. Pero en serio, si vuelves a causar otra herida en mí, definitivamente renunciaré.

Articulé una mueca alegre.

Si, definitivamente es hermoso.

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¡TERMINÉ MIS EXÁMENES!
Heladería, ahí te voy.
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Nah... Tengo actualizaciones pendientes. ¡Nos leemos pronto! ¡Gracias por su lectura! <3

~MMIvens.