Capítulo 12: Viaje escolar. {SEGUNDA PARTE}
Ethan.
Una prisión en la que se había ido la luz, la única que estaba presente. Las paredes llenas de moho y suciedad mantenían adormecidos a los prisioneros en sus pesadillas. El agua comenzó a ingresar por todas partes, llegando a las pantorrillas de algunos que se mantenían de pie.
Los ahogará.
—¡ALGUIEN, ALGUIEN DÉJEME SALIR! AYUDENME —gritó dolorosamente alguien cubierto por cabellos negros—. ALGUIEN... Necesito a alguien...
Golpeó una y otra vez los barrotes, soñando con romperlos y ser libre de la prisión del olvido. Quería salir al mundo paradisiaco y recibir la luz del sol naciente.
ALGUIEN... ¡ALGUIEN AYÚDEME!
SÁQUENME DE AQUÍ.
—¡Ya llegamos, mocosos! Escuchen las instrucciones de la profesora en el campamento al bajar. Cuiden sus trasero —oí los gritos del profesor.
Me hicieron sentir un verdadero alumno al escuchar "mocoso".
Abrí los ojos lentamente. Lo sabía... estaba dormido. –¿de nuevo? No me sorprende–. Escritora, no use mis herramientas para avergonzar a los protagonistas. Soy un narrador, no un zascandil.
—Zascandil: Qué va de un lado a otro sin hacer nada de provecho—.
Junto a mí estaba... ¿Percy? ¿Terminó con el escenario de Parahell ya?
—¿Dormiste bien, Ethan? —preguntó sin apartar la mirada dulce—, acabo de terminar una parte de mi trabajo, así que los alcancé para apoyar en lo que pueda. El capítulo no pudo ser publicado porque Matt está recayendo de nuevo. Ya sabes, siempre se hace las mismas preguntas. "¿Qué estoy haciendo mal ahora?", algo como eso. Realmente me preocupa. Cuando volvamos, por favor, cuida de él.
Percy...
Un ayudante literario que amaba los cuentos para niños y la poesía. Había ayudado a Matt en casi todo con las historias "El árbol de jacaranda en medio del bosque verde", y "el monstruo de la montaña". Libros acerca de aceptar a las personas diferentes, independientemente de su aspecto o preferencias. Incluso con "No me olvides". La historia que parecía ser un mensaje para alguien, pero... nosotros no conocíamos a nadie en realidad. Así que... solo Matt sabía para quien era ese mensaje o suplica para no ser olvidado, porque ni si quiera él tenía idea.
—¿Dónde está Evelyn y...? —me incorporé en el asiento y miré a los lejos—. ¿Hace cuanto llegó Erick y porque está manejando la cabeza de Val? —interrogué, señalando a los zopencos de Demian y Erick.
Estaban manipulando los sentimientos de nuevo. Para un cliché no se respetaba mucho el albedrío de las personas, siempre había sido así. Porque... ¿Quién se comportaría realmente de esa manera?
—Matt ordenó eso —explicó Percy—. Estuvimos revisando su expediente. Su familia parece ser muy cariñosa, tiene una hermana de 5 años, es religioso, y hace servicio comunitario... ¿No te parece raro que tenga el papel del badboy? Lo he estado pensando desde que me asignaron estar al pendiente de su historial.
Volteé a verlo sorprendido. ¿Esto era un cambio de trama o algo así? Porque de ser así, no lo entendía y mejor me mataría.
—Y odia a las mujeres. —Terminó de explicar.
Esto era muy raro... debería investigar también al respecto. Con que las odiaba, ¿no? ¿Por qué sería eso? ¿Religioso y aún así se acostaba con todas? ¿Servicio comunitario y odiar a la humanidad? ¿Familia cariñosa y él tan tiesto? –Malvado, ruín–. ¿Era uno en su casa y otro en la institución?
O es que acaso en realidad él era... No, no lo creía. No tendría coherencia. Matt nunca escogería a alguien así. Solo pasaría vergüenza igual que Drax en "¡Deténte!".
—En fin, tenemos que bajar ya. —Me reincorporé de pie, sin apartar la vista de esos dos.
Recogían sus cosas en silencio, ni si quiera se miraban o se hablaban, no había pasado nada. Esto no llegaría a ningún lado si no hacía algo. ¡Era mi trabajo, y mi deber es hacerlo perfectamente como siempre lo hacía!
—Buscaré a los demás afuera. Nos vemos en un momento —me dió una ligera palmada—, no olvides nuestro lema.
—Sí, sí. "Somos ayudantes literarios, y nuestro único propósito es ayudar al escritor". —Chasqueé ignorando a Val y a Evelyn finalmente, decido a seguir a Percy fuera del autobús. Nadie nos notaría siquiera.
¿Por qué estoy tan molesto de repente?
—Exacto, así e... —interrumpí sus labios.
—¿No sientes que siempre ha sido muy vacío ese lema? ¿Por qué lo habrán inventado? —cuestioné irritado, bajando por completo del autobús. Llevó su mano al pecho sin decir mucho.
—Eso... por favor, no digas eso, Ethan. —sus ojos eran caídos, deprimidos—, Por favor, no vuelvas a decir eso sí yo estoy cerca —lo miré perplejo. Cambió su expresión—. Bueno, yo... iré por Mía.
Percy... ¿Qué clase de ayudante eres?
~•~•~•~
—Los chicos se quedarán en esa cabaña —el profesor señaló al este—. Y las chicas por allá. La profesora Yeís estará a cargo de ese dormitorio, así que comuníquense con ella las jóvenes. —Señaló al oeste.
—Agh... Hace mucho calor. Odio estar al aire libre.
Evelyn no dejaba de quejarse, cubriendo su piel detrás de mi sombra a causa de mi altura. Sudaba como cerdito cediendo, matando mosquitos.
—¿Es que acaso no tienes amigas y por eso estás siempre detrás de tu narrador? Es molesto. No te acerques, sudorosa —le di un empujón, molestándola sin ocultar mi sonrisa malvada. Ella me miró molesta.
—¡Claro que tengo amigas! ¿Recuerdas la chica de la clase F que te tiró el licuado por accidente cuando me enseñabas historia? ¡Pues era ella!
Clase F...
Era como dice el dicho. "Dios los cría y ellos se juntan"
Matt: ¿Las está llamando estúpidas?
Mei: Sí... eso hace.
—Profe, una duda. —Interrumpió un tipo debajo de la sombra de un árbol.
—¿Ahora que quieres, Tam? —preguntó el profesor, llevando una mano a su rostro. "Ahí viene de nuevo", era lo que pensaba. Un narrador debía tener el talento de pensar como lo hacían los demás.
Solo que a veces no funcionaba con las personas babiecas. —Bobo. Pero lo traduciré como ESTÚPIDA—.
—Estamos el pleno siglo XXI. Que separe a los hombres y mujeres está mal visto —explicó el inepto, con una cara realmente... Agh... no tenía palabras, nunca había visto a alguien tan zopenco.
—De nuevo con tus pend... ¡Es para que no tengan sexo como conejos en las noches! ¿Así o más claro? —todos lo miraron sorprendidos. Val a lo lejos, solo lo ignoró—. Estamos en pleno siglo XXI. Los maestros ya podemos ser directos. ¡Ahora a sus cabañas!
—Pero, profe. —lo interrumpió nuevamente, sentándose en el césped.
—¿¡De nuevo!? Eres un... —prefirió callar—, Habla, Tam, habla antes de que te expulse.
—¿Y qué hay de los chicos que se sienten niñas? ¿No tienen derecho a ir del otro lado? —preguntó de nuevo esas cosas tan retrógradas. En serio, los mosquitos a mi alrededor eran más soportables que él.
—¡Me refiero a que un una cabaña dormirán quienes nacieron con pechos y en el otro los que tienen pene! —gritó nuevamente el profesor, haciendo que los alumnos quisieran cortarse las orejas.
Algo estaba mal...
Miré alrededor buscando la causa con irritación. Los árboles nos rodeaban y la intensidad del sol amenizaba con dejar seca a Evelyn. Otros alumnos fingiendo ser peces del agua dormían en el césped mientras los otros se movilizaban a las cabañas. Allí lo vi, al fondo, debajo de las hojas caídas...
¡ERICK! LO ESTÁ CONTROLANDO.
—¿Y si me lo corto? —preguntó Tam nuevamente.
—¡YA CÁLLATE, TAM! —y lo volvió a callar el profesor.
Evelyn se acercó hasta mí, con ojos brillantes y sonrisa deslumbrante. Parecía que había encontrado su utopía, un mundo plagado de palabras vulgares.
—¿Por qué no censuraste pene? —murmuró ella, como si estuviera enamorada de algo. Hacía tiempo que no escuchaba esa palabra.
—Porque no es algo que necesite ser censurado. Es parte del cuerpo masculino. Algo hecho por la naturaleza, y no le veo sentido a censurarlo como si fuera algo malo —expliqué seriamente, acomodando mi cabello. Sudaba. pero no sentía calor.
—Oh... —sus ojos brillantes volvieron a hacerse presentes—. ¡Pene, pene, pene, PENEEEE!
No paró de gritar mientras brincaba de un lado a otro. Ganó miradas y risas de los jóvenes cerca y la chica que antes le había buscado pelea. Traté de asegurarme que los gritos no fueran escuchados por Val, quien usaba audífonos como de costumbre, sentado a la penumbra de un árbol.
—¡Vivan los penes! —gritó el tal Tam parándose a brincar con ella.
¿Qué rayos está pasando?
Es que acaso... ¡¿AHORA TÚ DEMIAN?! ¡¿QUÉ DIABLOS LE HICISTE A EL TAM PENE?!
—¡Pene, pene, pene, PENE! —ahora gritaban al unísono. Gracias a Matt que Val ya de había retirado para ese momento—. ¡Censura! —Evelyn se quedó callada al ver que la censuré. Cayó rendida al suelo, con ojos llorosos.
—YA NO PUEDO MADRE. Este censura hijo de censura no deja de ser tan censura. —Ella y el Tam estaban llorando con fuerza ante mis acciones. El profesor se ahorró sus palabras y se alejó dando instrucciones, ya tenía muchos problemas con Evelyn
—No tengo madre, zopenca. Soy narrador. —Recogí su mochila. Debía encargarme en este viaje de que no perdiera nada. Incluso olvidó el folleto en el camión con todas las actividades que se realizarían estos tres días.
—¡Este hijo de Matt! —no dejó de llorar como niña pequeña.
En serio...
—¡Evelyn! —habló la otra chica rara de la clase, a quien también le llamó amiga—. Nosotras compartiremos cama. Ya me dieron nuestras tareas, así que debemos comenzar a seguir las actividades asignadas —explicó ésta, acercándose con una sonrisa y un par de bolsas con alimentos en sus manos. Su voz era risueña igual que su cabello.
—Les toca preparar comida —murmré, inclinándome un poco hacia Evelyn. Ella comenzó a sudar en seguida al recordar mis palabras antes de venir—. Debes encargarte de que tú, y las otras 4 personas preparen algo con carne que parezca "casero". Tal vez eso necesita Val.
Trató de acomodarse rápido el cabello, y evitar parecer nerviosa, pero sus dedos sacudiendo con torpeza lo dejaron muy claro. Le sonrió a su compañera diciéndole con palabras ligeramente vacilantes: "Ah, sí, claro. ¿Vamos ya? Ah... Que bien".
Espera...
Necesito unos segundos...
¡ESPERA UN SEGUNDO!
ES UNA LEÑA.
—Evelyn, espera un segundo... —caminaba lejos de mí, ignorándome —, ¡hey, inútil, ven aquí y dímelo!
Tomó a su amiga del brazo y siguió de largo intentando evitarme, pisando hojas a su alrededor. Me retiré el sudor de la frente, suspirando.
No sabe cocinar nada, ¡¿verdad?! ¡DESGRACIADO ESCRITOR MENTIROSO!
~•~•~•~
—Nunca, en toda mi censura vida he sido gay. Y no lo soy, y no lo seré. —explicaba mientras cortaba los vegetales. Me pregunté porque aún lo seguía escuchando—. Me gusta ser liberal pero no me gusta limitarme.
Los chicos seguían asando la carne y las chicas cocían arroz ya que era lo único que sabían hacer—.
Soy alguien... como decirlo. Atractivo. Sin rodeos. Y como sabrás, me gusta mucho coquetear con Mía, a pesar de que ella me ignora y dice que sus preferencias son otras Por alguna razón, los que me rodean tienen los mimos rasgos que yo. Somos casi idénticos, excepto tú.
Así que desde ahora quiero aclarar, que por ti, Ethan... no me molestaría el arroz con popote.
Matt: No quiero ser explícito... pero se refiere a que no le molesta el semen.
—Felicidades... —susurré, desganado.
Ese tipo era tan molesto, pero si comenzaba una pelea con él, sabía que entraría en huelga. Y para esta historia tan cliché y pornográfica lo necesitábamos. Tomé una bocanada de aire, clavando el cuchillo sobre una zanahoria. Recargué una mano en la mesa y con la otra maté al mosquito cerca de mí.
—Ya cállate, Demian. Estamos en frente de niños. Que no te noten no significa que debas hablar así —habló Percy, tirando un poco de su mezcla en el rostro de Demian. Estaba haciendo unos panqués con el horno que encontró dentro de una cabaña. Se los daría a Evelyn para que pudiera dárselos a Val. Percy siempre fue el mejor cocinero de la casa.
—Agh... deja de hacerte el santo. Todos sabemos que no eres la "perfecta creación de Matt". —respondió Demian molesto, picando más fuerte los vegetales.
—¡Paren! —ordené dejando de moldear la carne—, Todos saben que yo soy la creación perfecta de Matt. El primero, y a quien le puso más esfuerzo. Así que dejen de discutir acerca de eso.
—Mira, el anciano engreído nos está corrigiendo —masculló Percy, sin si quiera voltear a verme.
—Es bellísimo —también le siguió Demian—. Apuesto a que su censura es muy flexible. Podría entrar fácilmente...
Volví a clavar el cuchillo sobre la zanahoria.
—¡CÁLLATE! —gritamos Percy y yo al mismo tiempo, intentando soportar las cosas asquerosas que salían de su boca.
El problema de un tipo como Demian, era simple. Era un lujurioso. Por alguna razón, el escritor pensó que lo necesitaba cuando comenzó a escribir, así que creó a un ayudante amante del sexo. Sin embargo, Matt moriría de vergüenza si llegaba a escribir algo R-18, gran ironía viniendo de alguien que pasaba las noches fuera. Pero el cliché que deseaba, tenía una escena así alrededor del capítulo 45.
Claro, de no ser que algún perfecto narrador quemara el escrito y no quedara nada que terminar. –Eres un grano en el trasero–. Pensé en diferentes formas de deshacerme del cliché, hasta que consideré las posibilidades de obtener los ingresos que Matt deseaba tanto para nosotros.
—¡Cabeza de nepe! —oí el grito a lo lejos de Eric, obligándome a ver con molesto. Cuando cambiaban las letras de posición yo no podía hacer nada.
—Deja de referirte al protagonista Rind Vibes —contesté irritado, concentrándome en la preparación de los alimentos y los otros dos mosquitos a mi alrededor.
—Me refería a ti, cabeza de excremento blanco —repitió nuevamente, haciendo que me temblara la ceja de la molestia—, Terminé con la cabaña de los chicos. Acomodé sus cosas de la mejor forma, ya que... al parecer los protagonistas no tienen suficiente energía para "ordenar".
—Bien —traté de ignorarlo, pero él posó sus manos en mis hombros para treparse—. Si te subes a mi espalda te rompo tus lentes de chico malo.
Él se retiró rápidamente, como un gato—. ¡NO TOQUES A MIS BEBÉS! —gritó—, por cierto, tengo que ir a cuidar que Mía no esté dejando contenido GL en la habitación de las chicas mientras decora infantilmente. Me lo encargó Matt hace unos días —asentí ante sus palabras, aún viendo la comida— Ah, y Evelyn quemó el arroz.
Volví a suspirar, y fue cuando me percaté.
—¡¿De nuevo?! ¡YA ES LA TERCERA VEZ EN 40 MINUTOS!
—Sí, sí... no me importa, anciano. Eso es problema tuyo. Yo buscaré a Mía.
—¡Y tráela para acá! ELLA COCINARÁ EL ARROZ SI NO LO HAGO YO. —Expresó soltando una albóndiga y con la poca paciencia hice volar la zanahoria.
Percy y Demian agacharon la cabeza de forma temerosa al ver mi actitud. Me retiré el mandil, acomodé mi cabello, y me dirigí a la cocina que se encontraba a menos de 10 metros, dentro del edificio viejo junto al asador.
Dos cosas, DOS SIMPLES COSAS le pedí a Evelyn Clark.
Primera: Haz un arroz con zanahorias, que parezca hecho por una madre muy cariñosa. Segunda: Que tu "amiga" te ayude a prepararlo, no lo hagas sola.
PERO NOOOO, ella tenía que estropearlo. Como todo lo que hace el leño de Rind en sus exámenes. –De verdad que no soportas a los tontos, eh–.
Crucé la puerta corrediza, indignado.
Lo que vieron a mis ojos aquel día fue tráumate: un pollo con una pata de pollo en su boca, y la compañera rara intentando quitarle esa pata mientras repetía entre gritos: "¡CANIBAL!".
El techo cubierto de nubes de humo, una arrocera descompuesta... y a la zonza de Evelyn corriendo de un lado a otro con la olla de arroz quemado.
—ETHAN... ¡Mi salvación! —sus ojos se llenaron de lágrimas mientras corría hacia mí con la expresión más feliz del mundo.
Pardiez... ¿Por qué le dieron ojos tan lindos a una acéfala? —Que carece de cabeza—.
El pollo brincó y se atravesó en su camino, causando que ella enrollara sus pies y tropezara. El arroz cayó en mi cabeza, escurriendo un poco de agua y los pedazos quemados por mi rostro.
Primero vomito, luego el pollo asno, y ahora Evelyn y el arroz asesino. ¡LOS ODIO A TODOS!
Matt: Asno: Dicho de alguien muy rudo y de poco entendimiento, como el asno
Mei: O sea... quizo decir "pollo estúpido".
—Eh... Ethan... —susurró Evelyn, al ver que me mantuve con los ojos cerrados, sin respirar—, Jeje... No sabía que te gustaba el arroz con popote.
—Lava más arroz... —hablé entre dientes— Lava... lávalo...
—¿Qué?
—15 TAZAS DE ARROZ. —ordené enojado, empujando el arroz de mi perfecta cabellera sobre sus prendas—. ¡Tú, zonza! —me dirigí a la chica que tenía una zanahoria en su boca—, TRAE 10 TAZAS DE CALDO DE POLLO, ESTÁN EN LA MALETA DE EVELYN. ¡Y busca dos mantequillas dentro del pequeño refrigerador que tienen los maestros! NECESITAMOS PAPAS, ZANAHORIAS, ¡Y CONSIGAN QUESO PARMESANO! Y NO, NO ME IMPORTA SI ORDEÑAN UNA VACA. ES POR USTEDES, AZOPILATADAS, QUE LOS ESTUDIANTES MUEREN EN VIAJES ESCOLARES.
–Azopilatado.a: Persona que tiene aire de zopenco–.
—¡Sí, anciano! —se acomodaron en fila, sacudiendo sus cabelleras.
~•~••~•~
—Hazlo con cuidado. —Susurré intentando no generar una corriente de aire—. Ahora ponlo ahí. Más cuidado, el paciente puede morir. Hey, te estoy diciendo que con mas cuidado o puedes matarlo...
—Entendido, doctor. —Susurró Evelyn de igual manera.
—Espera... el vinagre. —murmuré nuevamente aplicando una cucharada. Retrocedí unos pasos junto con Evelyn y Get, su compañera, admirando el resultado—. Señoritas, esta operación fue un éxito. Ha sido un placer trabajar con ustedes.
¿En qué momento comenzamos a jugar como doctores? Ah... Ja, ja, ja.
—¡YEI! —Clamaron ambas tomándose de las manos, sonriéndose de oreja a oreja. Los ojos iluminados de Evelyn hicieron sonreír a Get.
Era una belleza el arroz, pero aún le faltaba el toque final.
—Ahora solo agregaré una zanahoria cortada en forma de flor. —Tomó un cuchillo con ambas manos, dirigiéndome a la tabla— Bueno, zonzas, ya saben cómo se prepara el arroz Ethan. El más rico de este extraño país, así que no arruinen la receta preparándolo en otra ocasión de mala manera. Espero volvamos a tener encuentros culinarios.
—ESTAMOS ORGULLOSAS, SEÑOR. —gritaron nuevamente, riendo.
Bueno, pensé que sería más complicado, pero incluso me divertí con estas torpes aunque me hicieron pasar malos ratos. Les pedí sal muchas veces y me terminaban pasando azúcar o bicarbonato, por lo que tuvimos muchas cosas que corregir.
Evelyn se recargó detrás de mí, dándome un abrazo. —Gracias por todo, censura Ethan.
—Mira zopenca, esto fue porque no puedo arruinar mi hermosa imagen de narrador. No te sientas tan Feliz. ¡Y cuida tu lenguaje cerca de mí! —giré en mis pies para recalcarle mis palabras, sin soltar el cuchillo. El filo dió con mi dedo índice—. Ah...
Miré fijamente la herida al percatarme de la sensación. Di un leve brinco al sentirlo. Evelyn me vió confusa ante tal reacción, apretando los labios con nerviosismo.
¿Qué?
¿Qué fue eso?
¿Por qué pasó?...
—Mira, ya está cerrando de nuevo. ¡Felicidades, tipo que se regenera fácilmente! —exclamó Evelyn sarcástica, tomando la zanahoria decorativa para ponérsela a la gran cazuela de arroz.
—Sentí... —susurré, perplejo.
Tengo... miedo.
Miedo...
—¿Qué? —murmuró ella también sorprendida. Get nos miraba sin entender, masticando su pieza de pollo—. Imposible. Tú no puedes... —se calló al ver mi expresión.
Estoy raramente asustado.
—Fue sólo un segundo... —hablé distraído, revisando mi dedo—, tienes razón, es imposible. Tal vez fue solo algún error. ¿No? Solo un... —no pude respirar—. UN ERROR.
Que... ¿Qué?
—Ethan... —interrumpió ella, viendo a Get espantarse por mi grito—. Estás subiendo mucho tu tono de voz.
Estoy... subiendo mucho mi tono de voz.
~•~•~•~
La primera vez que sentí... deseé no sentir nunca más.
—¿Estás mejor? Mi madre siempre decía que sentarse al aire libre en un momento así era bueno; eso fue antes de que se atragantara con una caja de papas fritas y muriera por la falta de aire. Aunque yo siempre he creído que en realidad se ahogó con el pepino de mi papá pues no tiene sentido que muriera alrededor de las 3:30 am —explicó ella con una gran sonrisa, ayudándome a sentarme en una roca junto al río. El sol había bajado—. Te traeré un poco de agua.
Se incorporó nuevamente y corrió como si fuera un pato con los pies chuecos hasta la cabaña más cercana, dejándome solo con el aire y el sonido dela hay corriendo. La brisa llenó mis pulmones, dándome alivio.
—No sabía que tenía una forma de hablar tan vulgar.
La voz irritante borró mi sonrisa con marcador.
Maldición... no sabía que este tipo estaba aquí. Me concentré más en mí.
—Ah... En realidad fui yo quien hice que dijera esas cosas, Val. Después de todo, soy un narrador. —Respondí molesto, volteando a verlo con una sonrisa mal dibujada—, pero eso ya lo sabías, ¿cierto?
—¿Tiene el papel de chica mala una chica inocente? Bah, que ridícula historia. —Chasqueó la lengua volteando la vista al otro lado del río, observando el nido de pájaros en el árbol con ramas similares al cerebro.
Como si tú no fueras el badboy, genio...
—Ja... sí, es eso.
Traté de ignorarlo para mantener la paz, sin apartar la vista del apósito en mi dedo. Me cuestioné por un rato lo que sentía, el ardor que había en mi herida. Un cosquilleo punzante y doloroso.
—Creo que el escritor Matt es un inútil, ¿no te parece? —se hizo más préndete—. Leí un par de sus escritos, y aparte de no tener coherencia la redacción es mala al igual que la narrativa. Sus historias apestan y su fama comenzó a decaer hace unos meses, pues nuevos escritores están surgiendo y la mayoría no puede mantener un puesto famoso por más de un año cuando la fiebre baja. Parecen ridículos intentando mantener a "fans" que sólo comenzaron una historia porque tenían tiempo libre.
¿En serio que no sabe cuándo callarse?
—¿Y tú? Hablas y hablas entre quejas acerca de los demás, cuando en realidad el problema eres tú mismo —interrumpí, exaltado por lo que decía, haciéndole recordar los días de investigación sobre él—. Estás molesto porque no puedes aceptarte, y odias a Matt el escritor, por hacerte de esa manera. O tal vez solo eres un amargado que no puede tomar sus propias decisiones, contagiando tus alrededores. Mírate primero, antes de juzgar a quienes son libres y no un tonto atado a sus problemas. —Terminé irritado, jugando con mis dedos para no perder más la paciencia.
Me molestaban tanto las personas que no era capaces de aceptarse como lo que eran: desastres.
—Tú... —me arrepentí de lo que había dicho cuando lo escuché—. ¡Eres un pedazo de censura!
Escupió furioso tomándome del cuello de la camisa, levantándome de la roca y haciéndome colgar los pies. Mi existencia no era capaz de defenderse en estos momentos, no fui creado para "poder pelear".
Me empujó con fuerza al río después de morder sus propios labios, que para mi suerte, parecía más un lago que río.
—No... ¡No vuelvas a decir eso, ¿entendido?! —vi su rostro mientras caía, un rostro frustrado por algo que no podía cambiar y aun seguía cometiendo. Parecía estar soportando mucho, que lo tenían encerrado dentro de sí mismo con una llave lanzada al océano.
El agua me tragó, ingresando por mi nariz y boca dejándome soltar aire. El sol se reflejaba en el agua como un remolino luchando, todo era borroso allí abajo. La visión del agua haciéndome parte de ella... era desagradable.
No puedo respirar...
NO PUEDO RESPIRAR.
Traté de elevarme o flotar, pero era imposible, el agua me extraía como gelatina. Nunca había nadado desde mi despertar, ni si quiera había entrado a una tina, Matt nunca me lo había permitido si él no estaba cerca y obviamente no nos íbamos a bañar juntos en los baños de la editorial.
¿Por qué no?
El oxígeno se terminaba, y yo me pregunté mientras perdía la conciencia porqué sucedía aquello sí yo no era humano, sí yo no tenía lo mismo que todos ellos tenían. Me moví desesperadamente intentando salir. Mi peso era más grande y comencé a chocar contra las piedras en lo profundo, siendo azotado por la corriente.
Tengo miedo...
Tengo mucho miedo...
—¡ALGUIEN, AYU–! —traté nuevamente, en vano. Las palabras de ahogaban igual que yo.
Al agua... me dana tanto miedo el agua y todo lo relacionado con ella, por eso... era por eso que Matt nunca me había dejado bañarme en una tina o narrar en una playa. Sí, era por eso... porque no soportaba esa sensación en la que me esforzaba por salir pero el agua me sostenía para no escapar, hundiéndome más.
—¡AYUDEN–! —seguí sin poder pedir ayuda.
Se siente horrible.
Hubiera muerto temporalmente, y luego vuelto a la vida en un tiempo. El sistema sólo fallaría un momento y se reiniciaría, pues nada que fuera de este mundo podía hacernos daño gracias al tipo de creación que éramos. Aunque yo aún no sabía lo que vendría después.
—¡Traje agua de calzón y papitas! —oí los gritos alegres de Evelyn acercándose.
—¿Agua de calzón?
Y también escuché a Percy.
—Ah, es un amarre. —Le respondió ella.
—¡SÁQUE—!
Por un momento la desesperanza huyó. Me seguí moviendo desesperado azotando las manos contra el agua, haciendo que dirigieran sus vistas hacia mí. Necesitaba que alguien me sacara rápido, no creía aguantar una tortura cómo esa. Era como si fuera una pesadilla ya vivida.
—¡ETHAN!
Unas cosas de cayeron fuera, el sonido del dental cayendo a un lado. En el reflejo causado pude ver la silueta de Evelyn adentrándose en el agua. Tras haber sido arrastrado de la muñeca hasta la superficie el agua no dejó de salir por mi boca como si fuera un pescado, haciéndome escupir varias veces sobre el césped lleno de tierra.
—Llamaré a Silver. —Percy corrió de inmediato hacia otro lado. Silver... era único que sabía que cosas arreglar en nosotros al igual que Matt, su personalidad gélida pero de buen servicio lo hizo candidato.
—¡Hey, no te mueras! —mis párpados comenzaron a cerrar mientras la cabeza me daba vueltas—. ¡QUE NO TE MUERAS ESTÚPIDO! Y sí, no puedes usar tu botón de censura de esa manera, ¡puto! —exclamó Evelyn enojada, dándome una cachetada para mantenerme consciente.
Escupí aún más, girándome de lado al recibir el golpe en mi estómago. No tenía idea de lo mal que nos ponía el agua, pero ahora tenía otra razón para evitarla y cancelar proyectos que la involucraran. Sentí un ardor por las arcadas.
—Yo...
La abracé sin más, agradecido porque no me apartara o me correspondiera por estar empapado. Quise quedarme así más tiempo, queriendo sentir algo. Su cabello y sus hombros delgados eran todo lo contrario a Matt o alguno de nosotros. Tal vez me sentí así por su ayuda desinteresada.
Tengo tanto miedo y no sé de qué.
Quería algo, algo para abrazar y no soltar... solo quedarme así más tiempo. Los recuerdos de las plantas de Val me hirieron, recordándome la razón de mi existencia y mi trabajo para el escritor. Val siempre había sido un poco raro, pero la forma en la que habló me puso los nervios de punta.
¿Qué quiero?
—Apártate, leña. —Le doy un ligero empujón, haciendo que me mirara confundida por mi reacción. No era cosa mía portarme así, no debía portarme de esta manera—. Ya sé que quiero... MI RENUNCIA.
DETESTO AL PROTAGONISTA VAL Y LO BIPOLAR QUE ME HE HECHO.
—¡Te hubieras ahogado! —y me devolvió un grito Evelyn, rompiendo mis tímpanos y el poco afecto que le había tomado.
•••••••••••••••••••••••••••••••••
Y así fue cómo esta historia volvió de su Hiatus, al igual que todos los problemas en mi vida. :'v
Merezco que me maten. :'v
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