Capítulo 1
DOS AÑOS DESPUÉS
Laura
Estoy realmente estresada.
Tengo una prueba en la universidad hoy muy importante, estuve toda la noche estudiando. Estoy nerviosa por empezar.
Subo en mi antiguo Volkswagen de estilo Vocho blanco recién pintado, fue un obsequio de papá cuando recién cumplí los 21 años, es decir, ya voy para un año con el. El sol había deteriorado la pintura en verano, pero mi hermano menor lo mandó a pintar hace un par de semanas. Este carro es mi gran amigo, mi pequeño escarabajo.
Conduzco hasta la universidad con tiempo de sobra, ya que me niego rotundamente a llegar tarde a esa maldita prueba que me esta carcomiendo el cerebro.
En ese preciso momento mi móvil suena dejándome ver que mi padre me está llamando, lo cual no es raro, suele llamarme casi todos los días por la mañana para saber cómo comencé mi día. Desde que me mudé de casa (a los veinte) ha sido así. Él es viudo, mi madre murió cuando yo tenía ocho años y a los dos años papá se enamoró de una española, arrastrándonos hasta el hermoso país de España. Papá, Lucas y yo somos de Panamá, pero ya tenemos mucho tiempo aquí en Zaragoza. Mamá en cambio era venezolana, papá la conoció cuando decidió partir del país para una buena educación en el exterior.
—Buenos días, manzanita—Yo reí al escuchar el monótono apodo.
De niña me gustaban mucho las manzanas, un día llegué a comer veinte de ellas, es por eso que papá siempre me ha llamado así.
—Hola, papá.
Apagué el auto y bajé de el caminando a la entrada de la universidad.
— ¿Lista para la prueba de hoy?
—Eso creo...
Miré la carpeta con apuntes e hice una mueca.
—Te irá bien, hija...Oye, quiero pedirte un favor.
—Ni pienses que voy a extirparte ese grano de la espalda—Él soltó una carcajada haciéndome sonreír.
—No, hija. Solo que... Me iré de viaje con Nelly a Australia, quiere visitar a su familia de parte de padre, sabes que tiene mucho tiempo sin verlos—Es cierto, lleva meses diciendo que quiere verlos. Su padre es australiano y actualmente vive allá en Australia, pero su madre era española y desde que murió ella no ha visto a su familia de parte de padre.
—Sí, entiendo. Debes acompañarla, seguro que está emocionada—Sonreí imaginándome lo entusiasmada que debe estar en este momento.
—Sí, lo está...El problema es tu hermano—Fruncí mi entrecejo sin responder—Quisiera saber si puede quedarse un corto tiempo mientras no estoy contigo...
—Papá, Lucas tiene veinte años...Puede defenderse solito—No puedo creer que quiera ponerme de niñera de mi hermano...Que por cierto... ¡Tiene veinte años!
—Lo se, lo se. Pero ha estado muy rara últimamente, Laura... Quisiera que tu estuvieras pendiente de él...No se en qué está metido, pero tengo una corazonada...No quiero arriesgarme, manzanita—Joder.
Mi hermano desde los doce ha tenido problemas de disciplina a raíz de que mamá murió, empezó a drogarse a los catorce y nos enteramos porque un profesor le consiguió un par de gramos de cocaína en su cartuchera. Seguido de eso se metió en distintas peleas, papá habló con un psicólogo y él le recomendó que viajaran un tiempo a Panamá para recordar sus raíces, eso hizo mi padre. A sus diecisiete años papá lo llevó un par de semanas a Panamá, parecía haberse apartado de las malas juntas, pero yo creo que tan solo aprendió a disimularlo.
—Está bien, papá. ¿Cuándo te vas?
—Mañana en la tarde, pero debo estar desde temprano en el aeropuerto. Le diré que vaya para tu piso hoy en la noche ¿Te parece?
Suspiré, espero que no me meta en líos.
—Está bien, lo espero en mi piso.
—Gracias, manzanita. Suerte en el examen. Te llamo luego para saber cómo te fue.
Sonreí, adoro a mi padre.
—Está bien, saludos a Nelly.
Colgué la llamada y vi a David, mi mejor amigo desde segundaria.
— ¿Preparada para el examen? —Yo reí e hice una mueca volviendo a mirar mis apuntes.
—Pues...Sí, supongo ¿Y tu? —Volví mi vista a sus ojos marrones.
Es un chico apuesto, pero mas que apuesto es gracioso. Pasar una conversación con el es una cagada de risa asegurada, como diría mi madre.
Su pelo castaño oscuro está desordenado, es una de las cosas que mas me gusta de él, sus rizos que le dan el aspecto simpático.
— ¡Muy preparado! ¡Me he tomado dos jarras de café! Así que si me notas un poco eufórico es la cafeína ¡No he dormido nada, mujer! La información en mi cerebro no para, estoy en constante movimiento cerebral ¡Ni siquiera se de lo que hablo! ¿Tienes una aspirina? —Yo solté uno carcajada al ver su cara de espanto.
—Te dije que no tomaras tanto café, David—Se acercó Raquel, su novia.
—No tomé tanto...—Hizo un puchero observando a su novia.
Ellos me deprimen.
—Todos saldremos bien, después de esta maldita prueba iremos a una fiesta y nos embriagaremos—Propuso Raquel haciéndome reír.
— ¡Me apunto! —Grité emocionada.
Ellos rieron y David despeinó mi cabello como si de un perro se tratara.
—Vayamos a la clase, nos queda un tiempo para estudiar un poco.
Raquel tenía razón, debía repasar mis apuntes.
Caminamos al salón donde sería el examen y ya había un par de estudiantes iguales o peores de aspecto que nosotros. Lo triste de todo esto, es que después de aquí debo ir a trabajar, lo que significa que cuando llegue a mi piso caeré en un largo y profundo coma.
Me senté en uno de los puestos del medio y saqué todos mis apuntes para continuar estudiando, pero recordé que hoy vendría mi hermano a vivir un tiempo conmigo.
Espero que no sea tanto tiempo, adoro a mi hermano, pero también adoro la soledad.
Espero que todas las sospechas de papá no sean mas que eso...Sospechas, no quiero verlo metido en un lio. Le quiero, y mucho.
Papá y él son mi familia. Mi pequeña pero única familia.
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