Si pensó que soportar a aquellos dos sería sencillo, realmente se equivocó. Y es que durante el transcurso de las clases al menos pudo encontrarse tranquilo... Un poco.

Todo gracias a que NamJoon no paraba de mirar hacia donde SeokJin, riendo de vez en vez, cuando SeokJin hacia algo que solo NamJoon entendía.

Lo peor vino cuando llegó el descanso, y es que al ser el amigo de toda la vida de NamJoon, SeokJin se unió a ellos en el almuerzo, y no es que aquello molestará a Jimin, no, lo que realmente le hacía sentir mal, era el ver como aquellos dos se perdían en su mundo conversando como si fuesen los únicos en la mesa, sonriéndose de aquella manera que hacía que el estómago de Jimin se revolviera de incomodidad, eso, eso era lo que realmente le hacía sentir mal. Por ello, Jimin prefirió evitar escuchar y prestar atención a aquellos dos.

En cierto punto entendía el porque de su comportamiento, ya que habían pasado mucho tiempo sin ver al otro, teniendo llamadas de manera ocasional y sin poder conversar como solían hacer. Pero tener conocimiento sobre esa cercanía que tenían antes, igual le hacía sentir una rueda más en aquella carreta.

—Y dime, Jimin —escuchar su nombre ser llamado por el bonito muchacho lo hizo volver a la realidad—, ¿Cómo haces para soportar a este tonto?

—¡Yah! —NamJoon se quejó cuando sintió el pinchazo de SeokJin en su mejilla—, no soy un tonto.

—Lo que sea —sonrió SeokJin, encogiéndose de hombros y girando su atención a Jimin.

—Bueno —Jimin carraspeó—, no es como si tuviese que soportarlo, Nam es agradable —sonrió tímido.

—Eso no le quita lo tonto —Jimin sonrió ante aquello, borrando su sonrisa en cuanto vio a NamJoon picar las costillas del castaño.

—No soy un tonto, tú eres el tonto —decía NamJoon entre risas, jugueteando con SeokJin, viviendo a olvidar por completo la presencia de Jimin.

—Yo, iré a caminar un rato —dijo en voz baja el menor, sin esperar alguna clase de respuesta por parte de los chicos y se alejó de la mesa.

Y casi al instante, SeokJin y NamJoon detuvieron sus juegos, observando la figura del pelinaranja alejarse encorvado.

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Había pasado una semana, tan solo una semana y Jimin ya quería golpear a alguien, realmente.

No sabía cómo, no sabía quién, pero alguien, alguien malditamente había iniciado un rumor, un estúpido rumor que en definitiva, le molestaba.

Todo había comenzado una semana después de la llegada de SeokJin. Las cosas habían tomado forma nuevamente, incluyendo a SeokJin en la ecuación, pues claro, al ser el mejor amigo de NamJoon, SeokJin se había vuelto una constante en su pequeño grupo de dos.

Todo marchaba de maravilla, NamJoon había aprendido a dividir su atención entre ambos chicos, SeokJin se había vuelto tan amigo de Jimin como lo era de NamJoon y las cosas aprecian ir a mejor.

Pero entonces, Jimin había escuchado aquello en el baño. Y si, no solo las mujeres iban a los sanitarios a chismear, no, también los chicos, y Jimin lo comprobó aquel día.

Cuando sentado en el retrete mientras hacía sus necesidades había escuchado a aquellos chicos hablar sobre el shipp más famoso y cute de la institución.

Al principio, Jimin no había entendido realmente a qué se referían aquellos chicos con aquello de shipp, sin embargo, todo tomó forma en cuanto escucho los nombres de SeokJin y NamJoon ser unidos en una clase de nueva palabra, formando el famoso NamJin.

De ahí, todo había ido en picada. Los chicos comentaban cuan lindos se miraban aquellos dos, la conexión que había entre ambos y lo lindos que se miraban el uno con el otro, haciendo comentarios hirientes hacia la persona de Jimin, diciendo que solo era un estorbo entre su amado shipp.

Y si, fue justo en ese momento en el que Jimin quiso asesinar a alguien por primera vez porque, ¿Cómo se les ocurría semejante estupidez? ¿Acaso no veían que NamJoon era de la misma manera con él? ¿Donde quedaba él?

Cuando escucho que aquellos chicos dejaron de hablar y salieron del lugar, Jimin se apresuró a salir del baño, pues ni siquiera había podido hacer sus necesidades a gusto después de haber escuchado aquello.

Y así, fue como todo comenzó, fue ahí cuando Jimin se dió cuenta de cómo les miraban los demás. Ahora entendía porque las chicas y chicos le miraban feo o murmuraba tras sus espaldas en los pasillos. Todo era por eso, por el NamJin, por el inexistente shipp, por la inexistente relación entre su amado y su amigo, por las fantasías de un par de chicas que habían vuelto famoso algo que no existía y a él, a él lo hacían parecer el malo de la película, la tercera rueda, la piedra en el zapato de aquellos dos, cuando en realidad, no era de esa manera.

—Puta mierda —escuchó a alguien maldecir, seguido de un golpe en uno de las puertas.

Asustado y sin saber que sucedía, Jimin pegó un brinco, observando a su compañero Yoongi a través del espejo.

El peliazul palideció aún más al verle por el espejo, fingiendo no haber tenido la rabieta que había tenido hacia unos minutos camino hasta detenerse a un lado de Jimin, lavo sus manos y al percatarse de que el pelinaranja seguía observándole, se giró para encararlo.

—¿Qué tanto me miras? —dijo enojado, y sin esperar respuesta se giró y abandono el lugar.

Jimin no sabía exactamente que había sucedido, pero estaba casi seguro de que aquella rabia en su compañero, era debido a lo mismo por lo que él se encontraba furioso.

Todo era debido a la frase que aquellos chicos habían dicho, todo era debido al mentado NamJin.

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Bueno mis amores, acá les traigo un nuevo capítulo de esta pequeña historia. Espero les haya gustado ❤️

Gracias por leer, les recuerdo que l@s amito mucho y les mando muchos besitos cariñositos 😘

✿Kim☆Palomita✿