Operación Cosplay
- ¡Yui, Yui, Yui, Yui!
- ¡¿Qué pasa, Kyoko?! ¡Deja de hacer tanto escándalo!
- ¡Mira esto!
La inquieta rubia sostenía algo en sus manos mientras daba saltitos.
- ¡Kyoko, estate quieta! ¡No puedo leer!
- Je, je, lo siento. Es solo que esto es lo mejor de lo mejor.
Una vez que su amiga se detuvo, Yui pudo leer lo que esta tenía.
- ¿Un anuncio para una competencia de cosplay?
- ¡Sí! Es este fin de semana. ¡Ya me veo con el primer lugar!
- No me digas que te disfrazarás de un personaje de Mirakurun otra vez.
Kyoko emitió una risilla de suficiencia.
- Por supuesto. Aunque me gustaría más ganar el premio con el disfraz que usará mi Chinatsu-chan.
- ¿De verdad piensas involucrar a Chinatsu-chan? Ya sabes que odia el cosplay.
- ¡Pero ella es la mejor para hacer de Mirakurun!
(...)
En otro salón:
- Chinatsu-chan, ¿qué te pasó?
- Sentí un escalofrío en mi espalda, Akari-chan –respondió la pelirrosada con la cara azul.
- Quizás fue una corriente de aire.
- ... Eso espero.
(...)
Volviendo con las de segundo:
- Kyoko, no puedes forzar a Chinatsu-chan.
- Tengo un método infalible. Solo mira.
De su mochila, la rubia sacó una gran cantidad de fotos de Yui haciendo distintas actividades.
- ¡¿CUÁNDO SACASTE TANTAS FOTOS?!
- Todas las veces que he ido a tu casa. Sabía que podría necesitarlas en algún momento.
- Kyoko..., a veces das miedo.
La rubia solo rio con aire de suficiencia.
- Esto debería ser más que suficiente para convencer a Chinatsu-chan de usar el disfraz de Mirakurun.
- Sí, realmente puedes ser siniestra –reafirmó Yui.
En medio de la conversación, Ayano y Chitose ingresaron al salón.
- Buenos días, Funami-san y Toshino-san.
- Buenos días, Chitose. Buenos días, Ayano.
- Buenos días, Funami-san...
- ¡¿CÓMO ESTÁS, AYANO?!
- ¡TOSHINO KYOKO, SUÉLTAME AHORA MISMO!
La rubia se había aferrado a la pelimorada como un koala a un árbol. Tal reacción causó que Ayano enrojeciera a niveles nunca antes vistos y fuera incapaz de moverse.
- ¡Deja de molestar a Ayano, Kyoko!
- Pero, Yui, no la había visto desde esa vez en el cine. ¿O acaso no me extrañaste? –le preguntó insinuante a Ayano.
- Kyoko, eso fue este sábado.
- ¡Pasó mucho tiempo! –dijo la rubia haciendo un puchero.
Lo único que pudo detener la conversación fue la riada de sangre que brotó de la nariz de Chitose.
- ¡CHITOSE!
- Cine... ¿Y si hacemos nuestra propia película, Ayano-chan? –dijo la peliblanca en un alegre delirio.
Tras varios minutos de reanimación, Chitose pudo ser salvada de la muerte otra vez y la conversación se retomó:
- ¿Y de qué hablaban antes de que llegáramos?
- Este fin de semana habrá una competencia de cosplay y pienso participar –respondió Kyoko.
- Qué interesante. ¿Y de qué te disfrazarás?
- Posiblemente de Mirakurun, aunque prefiero que Chinatsu-chan use el disfraz.
Ayano recordó entonces cuando acompañó a Kyoko al Comiket en Tokio. Nunca se había avergonzado tanto por usar un traje, pero conocer un poco más sobre las aficiones de la rubia y verla feliz había sido suficiente para ella.
- Oye, Ayano-chan, ¿por qué no acompañas a Toshino-san al evento? –le preguntó Chitose al oído. Por supuesto, la reacción de la pelimorada fue la usual.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué querría hacer eso?! No es como si quisiera pasar tiempo con Toshino Kyoko...
- Oye, Ayano, ¿te gustaría acompañarnos? –le preguntó la rubia sin previo aviso.
La invitación pilló a la vicepresidenta del consejo estudiantil con la guardia baja. De todas maneras, una nueva oportunidad estaba al alcance de la mano.
- Podría prestarte el disfraz de Rivarun que usaste la otra vez.
- ¡Eso nunca!
- Oye, Kyoko, si quieres que Ayano te acompañe, no la fuerces a cumplir tus caprichos. Y tampoco lo intentes con Chinatsu-chan –opinó Yui.
- Qué aburrida eres, Yui –se quejó la ojiazul.
Ayano no quería volver a usar un disfraz tan revelador como el de aquella vez, pero si no lo hacía, se le escaparía una buena chance de acercarse a Kyoko. Haciendo acopio de valor, dijo con una voz muy suave:
- Iré.
- ¿Qué dijiste, Ayano?
- ¡Dije que iré! Necesitas que alguien te ponga algo de orden, ya que los esfuerzos de la pobre Funami-san parecen no ser suficientes.
- Por fin alguien me entiende –dijo Yui–. No sabes cuánto tengo que aguantar por culpa de Kyoko.
- Como si fuera una chica problemática. Yo soy un amor.
- ¡Kyoko!
Por su amada rubia, Ayano se sacrificaría y se vestiría con lo que ella quisiera. Por su parte, Chitose fantaseaba con su mejor amiga usando trajes provocativos para llamar la atención de su amada.
- Toshino-san, ¿cómo me quieres ver? ¿Como porrista, como conejita, como enfermera o sin ropa?
- ¡CHITOSE, SILENCIO! –exclamó la pelimorada llena de vergüenza.
(...)
Ayano se encontraba en su casa mirando el traje de Rivarun que Kyoko le había prestado. Había unas cuantas modificaciones con respecto a la vez anterior que lo usó, y si bien no estaba convencida del todo sobre ir, ya había dado su palabra. Además, estaría con su amada rubia compartiendo uno de sus pasatiempos.
- Además..., quizás pueda ganar el premio para ella.
Kyoko le había hablado muy superficialmente sobre aquello. Ni siquiera sabía qué era; pero bien podría ser algo que le diera puntos con ella.
- Por avanzar en mi relación con Toshino Kyoko –dijo para sí misma mientras colocaba su mano sobre su corazón.
(...)
Llegó el día del evento y se veían muchos disfraces de lo más estrafalarios. Kyoko, Ayano y Yui se encontraban en el lugar, estando las dos primeras con trajes de la serie de Mirakurun. También habían invitado a las otras chicas del consejo, pero todas se excusaron diciendo que tenían otras cosas que hacer. En cuanto a Akari y Chinatsu, llegarían más tarde.
- Es increíble que Chinatsu-chan accediera a venir –le dijo Yui a Kyoko–. ¿Cómo la convenciste?
- Jo, jo, jo, tengo mis trucos –respondió la rubia con suficiencia.
- Espera... No la habrás sobornado con las fotos, ¿verdad?
La sonrisa maliciosa de Kyoko fue suficiente respuesta para Yui.
- ¡Kyoko!
Mientras la pelinegra regañaba a su fastidiosa amiga, Ayano aprovechaba de ver los disfraces. Muchos parecían de mejor calidad que el suyo, sin tener que mostrar tanta piel. Además, las personas que los usaban se veían mucho más cómodas que ella.
- Ojalá Toshino Kyoko haga algo menos revelador para la próxima vez... Un momento... ¿Por qué estoy pensando en la próxima vez? ¿Acaso quiero seguir acompañándola a eventos como este aunque no me llamen la atención?
Ayano no era capaz de responder a esa pregunta. Por desgracia, sus pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de la presentadora en el micrófono:
- ¡En pocos minutos más daremos inicio a la competencia de cosplay! ¡Toda la gente interesada empiece a prepararse desde ya!
Escuchar eso no solo alteró a Ayano, sino también a Kyoko. Su gran baza para ganar era Chinatsu con su disfraz de Mirakurun, pero la pelirrosada todavía no llegaba al lugar.
- ¡Yui, se supone que Chinatsu-chan me haría ganar el premio!
- Kyoko, gana tus cosas por ti misma. Tú también estás disfrazada, ¿no?
- ¡Chinatsu-chan se parece más a Mirakurun que yo!
Si había un momento para que Ayano ayudara a la chica que le gustaba, ese era aquel.
- Toshino Kyoko..., sé que confías en ganar con el traje que le hiciste a Yoshikawa-san..., pero... –Se detuvo un momento– ambas estamos aquí ahora y creo que una de las dos puede ganar ese premio, sea lo que sea.
- Ayano tiene razón, Kyoko. Ahora no puedes depender de Chinatsu-chan. Solo están ustedes dos.
La rubia miró a sus dos amigas. Al clavar sus ojos en Ayano, se fijó en que estaba algo nerviosa, pero de todas maneras estaba dispuesta a participar. Viendo eso, Kyoko se animó.
- Ayano, hagámoslo.
Tomó la mano de la pelimorada y la llevó a la tarima. Por supuesto, esta estaba exageradamente roja.
- No hago esto porque te vi preocupada ni porque me intereses, eso que quede claro.
Kyoko sonrió.
- ¿Sabes, Ayano? Te ves muy linda vestida de Rivarun. De hecho, creo que estás mejor que en el Comiket.
Ni el volcán Krakatoa en sus erupciones más violentas había lanzado tanto humo como la enrojecida vicepresidenta del consejo estudiantil.
- ¡Cállate y apresúrate, Toshino Kyoko!
Todos los participantes subieron a la tarima para que el público evaluara sus disfraces. El ganador sería elegido por aplausos.
- Quiero ganar por Toshino Kyoko... De verdad lo quiero.
- ¡Un aplauso para esta chica! –gritó la anunciadora mientras señalaba a Ayano. La reacción fue instantánea.
- No me digan que...
- ¡Parece que ya tenemos gana...!
- ¡YUI-SENPAI!
El chillido ensordecedor de Chinatsu se escuchó en todo el recinto. Llevaba puesto el traje de Mirakurun tal y como había acordado con Kyoko a cambio de las fotos. A su lado, estaba Akari.
- Chi... nat... su... chan..., me... estás... as... fixian... do...
- ¡Yui-senpai, te prometo que cuidaré y atesoraré cada una de esas fotos con mi propia vida!
Tanto escándalo se generó que la gente en el lugar volteó a ver qué ocurría, encontrándose con la pelirrosada y con algo que no esperaban ver.
- ¡Miren, miren!
- ¡Es genial!
- ¡Eso debería ganar la competencia!
Un espontáneo clamor surgió y la presentadora no pudo hacer oídos sordos a eso.
- ¡Parece que ya tenemos a una ganadora! –dijo señalando a Akari.
Por alguna extraña razón, la pelirroja se convirtió en el centro de todas las miradas.
- Por fin... Por fin me están prestando atención –pensó con lágrimas de alegría.
- ¿Sabes? Nunca había visto un disfraz de fantasma tan bueno.
La fantasía de Akari se rompió de golpe.
- ¡No es justo! ¡Ni siquiera estoy usando disfraz!
(...)
- ¿Y qué fue lo que ganaste, Akari-chan?
- Dos pasajes para una posada con aguas termales en las montañas.
Las chicas comenzaron a mirarse unas a otras.
- Yo no tengo con quién ir, así que podría dárselos a alguna de ustedes.
- ¡DÁMELOS A MÍ! ¡QUIERO TENER MOMENTOS INOLVIDABLES CON YUI-SENPAI!
Mientras la pelinegra se ponía azul, Akari vio que alguien más tenía ojos anhelantes, alguien que no diría en voz alta que quería esos pasajes; pero que podría darles un mejor uso, o al menos uno menos aterrador.
- Tú puedes quedarte con ellos, Sugiura-senpai.
La aludida se sorprendió.
- ¡¿Qué?! ¡¿Yo?! Pero... no somos tan cercanas. Quizás...
- Descuida, no veo por qué no te los pueda dar.
Aunque dubitativa, Ayano aceptó el regalo de Akari.
- Muchas gracias, Akaza-san.
- Je, je, no hay de qué.
- ¡AKARI-CHAN, ARRUINASTE MI OPORTUNIDAD DE ACERCARME A YUI-SENPAI! ¡NO TE VOY A PERDONAR!
- Chi... Chinatsu-chan...
El miedo se apoderó de Akari mientras Chinatsu se abalanzaba sobre ella. En cuanto a Ayano, estaba feliz, porque sabía muy bien cómo aprovechar el regalo.
- Vaya, vaya, Ayano, ¿acaso tienes a alguien en mente para viajar? –preguntó una insinuante Kyoko al ver a su ilusionada compañera.
La pelimorada quedó paralizada de la impresión.
(...)
Lejos de ahí, se supo de una pequeña ola de sangre de origen misterioso.
Sigo aceptando ideas para las próximas operaciones, pero ya quedó claro sobre qué tratará la siguiente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro