Pensaba que al salir de esa superficie, que al llegar a un país nuevo, conocer gente nueva y un nuevo aire, todo podría cambiar para mí, pero al entrar a ese salón por primera vez me sentí chiquita frente a los demás, sabía que no iba a ser fácil y ahí me di cuenta que sería un infierno para mí y gracias a ese infierno, gracias a toda esa indiferencia, yo era quien tomaba el puesto para reinar los demonios que me habían pisoteado imploraran perdón...

《Uy eso sonó arrogante》

*¿Y te sorprendes?*

Estaba agotada por tanto daño que recibía, me enferme física y mentalmente, duraba casi una semana acostada, sin salir de casa, sin salir de mi cuarto y sin querer comer, mi única salida era escuchar música.

—Liv, mama que bajes a comer —se asoma mi hermano en la puerta de mi cuarto.

Ignorándolo me incorporo para sentarme y perder mi vista en cualquier rincón del cuarto, mi hermano entra acercándose a mi preocupado, se sube a la cama y se sienta al frente de mi.

—Liv, Lia¿Estás bien?¿Tienes algo? —Stephan pregunta captando toda mi atención en él.

—S-si, no te preocupes. Dile a mamá que ya bajo —sonríe y asiente, pero se queda.

—¿Pasa algo? —ladeo la cabeza.

—Sé que tienes algo —me sorprendo —no soy bobo como para no saber el tipo de comportamiento que tienes últimamente y el tipo de ropa que vistes, siempre andas suelta no cubierta, pero sé que podrás solucionarlo y yo te protegeré si te pasa algo —decidido me mira fijamente asegurandose de sus palabras.

Se me humedecen los ojos por sus palabras y le creo, creo en lo que dice, porque él es más fuerte que yo.

—Cada dia me sorprendes mas y lo se... voy a estar bien pequeño, vamos mamá nos espera —me levanto de la cama agachándome en el piso, le hago señas de que se suba a mi espalda. Al subirse trato de no demostrar dolor. Bajo por las escaleras dando saltitos a la de Dios, al llegar a la primera planta de la casa escucho una voz femenina, mi madre. Bajo a mi hermano de mi espalda cuidadosamente, le digo en señas que se quede callado y quieto, me acerco lentamente a la cocina...

—Sisi, ya se —le ríe al teléfono coqueta.

Frunzo el ceño

《¿con quién habla? No es mi padre.》

*Más lógico no puede ser*

《¿Otra vez tu?》

*Sip*

—Yo también te extraño —mi madre canta en el lugar. Me sorprendo ante su comentario, apoyo mi espalda a la pared, me inclino apoyando mis manos en mi rodilla escondiendo mi cabeza, alzo la cabeza sin tener emoción alguna, inexpresiva me enderezo y entro a la cocina.

—Hola mi mami linda ¿con quien hablabas querida? —digo ladeando la cabeza —No me digas que tienes polvo ya, ¿no? —le alzando la ceja, tomándome un vaso de agua y ante mi comentario se sorprende —Mmmm ¿Un cacho a estas alturas? —espero una respuesta, pero solo hay silencio —Eres increible.

《Con que eso ¿eh?》

—¿Pero de qué hablas Livia?, hablaba con una amiga, que no ves -me enseña su celular y efectivamente tiene de nombre a una tal "Bffa"

《¿Eres arepera? Dioss》

—Claro, el ciego ve —levantando el plato de mi hermano y el mío del mesón —Después de tantos sermones sobre la "Orientación sexual" y lo maaalo que es, que no debemos juntarnos con ese tipo de personas ¿Y tu me sales con esas? Cariño entonces no debiste tener hijos, tu eres el peligro aquí y además ti te gusta es otra cosa.

Al salir de la cocina dejando a mi madre atrás me encuentro a mi hermano en donde lo deje y sin haberse movido de su lugar. Le sonrío por lo juicioso que es, me devuelve la sonrisa tímida. Sé que sabe lo de mi madre.

—¿Qué te parece si vemos películas? —lo animo.

—¡Pero yo las elijo! —con emoción salta apuntandome.

—Aja, como siempre —giro los ojos riéndome.

Subimos las escaleras y nos dirigimos hacia el cuarto de mi hermanito, su habitación es... muy... azulado, me dañan los ojos por Dios, pero bueno son sus gustos. La paredes son de color azul, el piso de madera color café brillante 《más lindo que el mío por cierto》 su ventana es el más grande de todos los cuartos 《parece un cuarto principal jajaj, vive como un rey》 su cama es doble, también azul, almohadas azules, en fin todo azul, 《Dios este niño tiene una enfermedad azulada jajaja》pero tiene muy pocos juguetes, lo unico que ve son ilustraciones de angeles y es lo que me causa intriga.

Desde muy pequeño no les gustó los muñecos, fue más de escuchar música, leer, ver tele y colorear.

Luego de dos horas de película viendo el Rey León y Shrek el pequeñín se quedó dormido y claro que sí, mis caricias son la magia, duermen a cualquiera. Me lo quedo mirando por unos minutos, le miro su preciosa cara, una igual a la mía y antes de levantarme Stephan me detiene con su pequeña mano, me giro para mirarlo preocupada agachándome para estar en su nivel en la cama acariciándole la cara.

—Liv, cántame algo —dice algo dormido —Cántame porfa —implora.

—Mmm no lo he hecho desde hace mucho —me lo pienso y este me sacude mi mano —Dale pues -digo.

Si les soy sincera mis colegas, sé cantar, no parece pero si, tengo más cara de que me vaya mal en todo o en que no pueda ser capaz en algo, PUM BITCH.

Me río y empiezo a cantar una canción suave de Ariana Grande - Pov, unas de mis artistas favoritas pero a este niño, le encanta esa mujer y sí que tiene buenos gustos.

- I wanna love me (ooh)

The way that you love me (ooh)

Ooh, for all of my pretty

And all of my ugly too

I'd love to see me from your point of view

I wanna trust me (trust me)

The way that you trust me (trust me)

Ooh, 'cause nobody ever loved me like you do

I'd love to see me from your point of view

Empiezo cantando con el coro, en tono suave saltándome algunas partes de la canción.

- I couldn't believe it or see it for myself

Boy, I be impatient, but now I'm out here

Fallin', fallin', frozen, slowly

Fallin', got me right

I won't keep you waitin' (waitin')

All my baggage fadin' safely (my baggage fadin')

And if my eyes deceive me

Won't let them stray too far away, I

—Cualquiera pensaría que fuera su madre —termino la canción dándole un beso en la mejilla.

Me levanto saliendo del cuarto de mi hermano, dando paso a mi habitación cansada y con sueño, al subir por las escaleras suena la melodía de una notificación en mi celular, rara vez me mandarían un mensaje. Al prender la pantalla de mi móvil, tengo tres notificaciones de un número desconocido.

+6974686****

<< No todo es como parece, no todo es un arcoíris, siempre hay engaños, mentiras, falsedades, hipocresía, corrupción, no todo es una cara bonita>>

<< ¿Sabes? Jajaja, la familia es el peor enemigo que puede existir, ten mucho ojo >>

<< Cuida de tu espalda y sobre todo... del ser que más amas, pisaste un terreno peligroso>>

Al leer tal cosa, no pude reaccionar en el momento, lo releí una, dos, tres y varias veces, buscando evidencia en sus palabras. Algo así nunca me había sucedido, es la primera vez que me pasa una cosa como ésta, mensajes como estos ya se me están yendo de las manos.

A altas horas de la madrugada no podía pegar el ojo. Mirando el techo y la mente en el vacío y de repente la imagen de un arma despierta en mi mente, sabía que tenía que hacerme más fuerte. Me levanté y tomé mi portátil en busca de institutos de defensa.

Y así fué que en ese momento conocería al hombre de mis pesadillas.