CAPÍTULO 4
Antes de salir de la escuela el sonido del relámpago retumba mis oídos, me encojo del susto y me tapo mis orejas. Después de un rato me vuelvo a levantar caminando con la pierna adolorida, bajo las escaleras grandes quejandome. La fuerte lluvia solpea mi cuerpo, una fuerte lluvia solitaria, el frio del agua me hace estremecer, haciendome arder todo el cuerpo, por las heridas en mi rostro y en mi abdomen, aun con el aire contenido en mis pulmones aguantando el sufrimiento.
Suena por segunda vez un relámpago y me paro de golpe, trato de avanzar, pero mi cuerpo no responde, me quedo congelada ahí, en el mar del llanto de la soledad, en las cuerdas de la guitarra por la melodía de su lluvia, chocando con el piso como tambor golpeado por su fuerte rabia.
—Por...porque... —la humedad en mis ojos hace borrosa mi vista, tiemblo del frio con la voz cortada.
—¿Que hice?¿Por qué yo? —exploto en llanto sin contenerme mas.
Lloré tan fuerte como nunca lo había hecho en mi vida, sin duda esta fué unas de las cosas más feas que me ha pasado en mi vida, las lagrimas hacen que mis mejillas ardan de dolor por su caliente agua, me encojo del dolor apretando los dientes y me desplomo hasta quedar de rodillas, balanceándome de adelante hacia atrás, miro al cielo recibiendo las fuertes gotas de agua en mi rostro, un grito...un grito de dolor, un dolor de vida, una vida cansada, un cansancio en vano.
Teniendo la respiración acelerada se me dificulta llenar mis pulmones de aire por el dolor y la fuerte brisa, la fría de la lluvia hacen que tosa tratando de respirar. Me encojo pegando las piernas a mi pecho y escondo mi cabeza entre ellas tratando de recuperar el calor en mis pulmones. Después de varios minutos me recupero, teniendo un poco de energia me pongo de pie y comienzo a caminar. Derepente el recuerdo evaden en mi mente.
—Zorra —me bofetea la pelirroja —Llenen el recipiente de agua —le dice a sus amigas.
—Natasha eso es mucho, deberiamos de parar ya —dice una de sus amigas.
—Así que Natasha, ¿eh? —rio quejandome del dolor al saber su nombre.
—Cállate, hija de puta —me golpea en mi abdomen, doy pasos para atrás, se acerca y me coje por el cabello.
Me empuja hacia unas de las puertas del baño y caigo.
—¡Levántate maldita! —grita dibujando una sonrisa perturbadora.
—Cof cof —toso por el dolor tratando de levantarme, pero mi cuerpo no puede.
Al levantar la cabeza me tiran un balde de agua fria y sucia, alcancé a taparme el rostro pero aun asíllego hasta mis ojos. Temblando por la helada agua se me acerca Natasha y me coje por el cuello levantándome del piso, haciendo que quede de pie.
—Las tijeras —abro los ojos de golpe —¡LAS TIJRAS DIJE! —les grita a sus amigas sobresaltándose.
—Ya es suficiente Natasha —con miedo comenta una de sus amigas.
—Lárgate entonces —la amenaza aun sosteniéndome por el cuello - Silvia, pásamelas- demanda.
—Claro que sí, no me quiero perder de esto —responde riendo.
Les pasa las tijeras.
—Te metiste en donde no debiste niña —dice ella.
—Ohh si sé en donde me metí estúpida, pero al menos yo no lo haria en juego, si no enserio —riéndome en su cara con dolor y sin poder respirar bien.
—Te vas a arrepentir —dice abriendo las tijeras —Agárrenla —demanda y le hacen caso.
—Juro que lo harás tu —digo.
—Ay de por Dios, ya cállate —me golpea en mi estomago haciéndome caer.
—Vaya pero si la pelirroja se hartó tan rapido —me levanto del piso con dolor.
—Perra —dijo dándome un puño en mi mejilla haciéndome sangrar. empiezo a llorar sin saber la razon.
—¡La nena esta llorando! —explota de la risa.
—¿Ay no, que te pasa? Es de felicidad.
—Estas loca —mira con asco.
—Ya me lo han dicho, gracias por el halago.
No digo mas nada , siento que se me cierra la garganta de ardor, la sangre cae por mi cuello haciéndo que me preocupe, trato de zafarme, pero no puedo. Realmente necesito tocar mi cuello para verificar si tengo una herida abierta, el ardor hace que rompa mas en llanto y pegué un grito ahogado.
—¿Hay alguien ahí? —hay una preencia al otro lado de la puerta, pego un grito, un grito sin que nadie puede sentir y me tapan la boca. Natasha hace una seña llevándose su dedo índice a su bosa refiriéndose al silencio, y mueve sus tijeras abriéndolas y cerrándolas.
—No...no... —sucurro riendiendome por el dolor en mi garganta.
—Tu pelo me fastidia ¿sabes? Le viene un buen corte de cabello —empiezaa por el primer mechon para cortarlo.
No puedo moverme por tanto dolor, no puedo responder a tal cosa.
《Mi cabello no, mi larga melena no...》
*Vaya Livia después de tanto te importa más tu cabello*
Habla otra voz en mi mente.
《Ay tu callate》
—Natasha.... —una habla con voz de preocupacion — Natasha mira esa marca en su ojo... ¿Que es eso?
《Por la madre que me pario, era todo menos esto》
*No supiste ocultar bien al lobo*
《¿Lobo? ¿Que mierda fue eso?》
—Así que la niña que demuestra se perfecta ante los demas, no es tan perfecta.
Me alegro sonriendo.
—¿Por que no hablas, te cortanron la lengua los ratones?
《¿Se hizo llamar raton o estoy escuchando por los ojos?》
*Definitivamente si*
Ladeo la cabeza aun con mi sonria alzando la ceza.
—Natasha su garganta.
Todas quedaron estupefactas al darse cuenta de lo que habia hecho la bruta, sin una palabra todas se voltearon a verse cada una asintiendo con la cabeza. Por otro lado yo queria saber que putas iban hacer.
Me dejan caer en el piso arrodillada, una de las amix de la "demonia" se acerca a mi dandome un golpe en la parte de atras de mi cuello y lo ultimo que alcancé a escuchar de ellas fué "las cenizas no quedan" y yo pienso que si porque no me quedare de brazos cruzados. Hasta que mi visión de oscureció.
El sonido del relámpago hizo volverme a la realidad aun cerca de la escuela, pensando en si quedarme o seguir y al voltear hacia atrás, mi visión capta a alguien.
《Es... un tipo》
*La intligencia hace al hombre*
《Estaba mejor cuando dormías》
*Ya ves que me levanté*
《pues donde estás que no te veo》
*Muy graciosa*
El tipo tiene la vista fija en mí y lo noto indeciso, debatiéndose para querer acercarse no. Me giro rápidamente para avanzar hacia mi hogar, ya con las nubes despejadas.
—No, no, no me sigas —asustada volteo para asegurarme si no lo está haciendo y ahí esta el a mitad de camino parado, me sorprendo y salgo corriendo.
《¿Quién será el?》
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