Capítulo 8
Después de aquello no supe qué hacer con aquel dibujo. ¿Me lo quedaba? ¿Lo volvía a vender? ¿Qué podría hacer? Mi mente se quedó en blanco y me vino una imagen de "Él". ¿A qué estaba jugando? ¿Acaso tendría derecho a venir sin avisar después de lo tanto que me hizo sufrir? Claro que no lo tenía.
Cuando me dejó ir me propuse ser la peor persona del mundo, aunque por dentro seguía siendo aquella chica inocente que un día fui.
¿Quién era Josh realmente? ¿Era "Él"? Mi mente sólo me respondía con un "no" a aquella pregunta. No podría ser "Él" ya que estaba lejos de donde yo vivía.
Creía que mi cabeza me iba a explotar de tanto darle vueltas a esa situación y ver aquel dibujo solo me producía pensarlo.
Me dirigí a mi habitación y me dejé de caer sobre mi cama. Amaba hacer eso ya que me gustaba el impacto de mi espalda al caer al suave y blando colchón.
De pronto mi móvil empezó a sonar. Lo cogí de mi mesita de noche y miré primero para ver quién era, pero era un número que no tenía añadido a mis contactos. Descolgué el teléfono y con voz temblorosa respondí a aquella llamada.
- ¿Sí?
Sentí como al otro lado de la línea una suave respiración que se volvió más fuerte cuando tuvo que responderme.
- ¿Avril?- Preguntó una voz masculina muy familiar.
- ¿Quién es?- Sentía como mis rodillas flaqueaban.
- "Sirena", ¿estás bien?
Al escucharlo algo dentro de mí hizo que me hechara a llorar me pude mantenerme fuerte. Estaba esperando ese momento para alejarlo de mi vida.
- No tienes derecho a venir después de todos estos años-. Repliqué firmemente.
- "Sirena", lo siento, yo...-. Le interrumpí.
- No me llames "Sirena" ya que eso se lo dirás a todas con las que has estado en todo este tiempo.
- No es verdad, no he podido estar con nadie más-, hizo una breve pausa-, tú eres todo lo que quiero.
- Pues no lo parecía cuando me dejaste ir. Me alejaste de tu vida.
- Y ahora eres tú la que me estás alejando-. Dijo con un tono de voz inaudible.
Nos quedamos callados por unos momentos, se notaba que no teníamos nada que decir, hasta que "Él" decidió romper aquel silencio.
- No me daré por vencido, sólo quiero que lo sepas.
Tras decir eso colgó dejándome las palabras en la boca. Dejándome sin aliento. Había vuelto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro