Me dirigí al armario de mi habitación donde saqué una caja grande de cartón, ahí tenía guardado todo lo que fue de la vieja Avril, de la Avril que murió al mismo tiempo que mi corazón cuando "Él" me dejó.

Cuando saqué el dibujo estaba medio dibujado, le faltaba algunos cuantos retoques y colorearlo.

Me puse con ello y en menos de dos horas ya lo tenía terminado. Tardé tanto ya que no recordaba con exactitud de qué color era su ropa, pero de tanto hacer memoria lo terminé recordando.

- Creo que está bien ese dibujo-. Comentó mi padre mientras se recargaba en el marco de la puerta de mi habitación.

Yo me asusté ya que no sabía que estaba ahí. Lo miré con cara de pocos amigos pero su sonrisa me hizo cambiar mi cara y pintar una sonrisa en ella.

- ¡Me has asustado!- Exclamé mientras me levantaba de la silla.

- ¿Quién es ese chico?-. No pude contestar aquella pregunta-. Cariño, yo no sé qué pasó con el vecino, pero deberías darle una segunda oportunidad.

- ¿Por qué?- Pregunté con el ceño fruncido.

- Porque todos merecemos remendar nuestros errores, aunque sean muy grabes y sientas que nunca lo puedas perdonas. Si cometieras un error, ¿no te gustaría remendarlo con una segunda oportunidad?

- Sí-. Contesté un poco indecisa por mi respuesta.

- Cariño, somos humanos y cometemos errores, no podemos remediarlo, es parte de nosotros-. Con aquellas palabras, mi padre me besó la frente y se fue de mi habitación meditando de lo que dijo.

Parecía que él tenía razón. Me somé a la ventana y ahí pude volver a verlo. Después de cinco minutos observándolo, nuestras miradas conectaron. Guardó el libro que estaba leyendo, no sin antes poner el marcapáginas por dónde se quedó, se quitó sus cascos y los dejó en algún lado de su habitación y me miró.

Me sonrojé cuando él me empezó a mirar con esa sonrisa que tanto me gustaba y se me ocurrió una idea.

Cogí el dibujo y bajé rápidamente las escaleras. Me fui a la cocina ya que allí se encontraba mi madre pero no la encontré, luego corrí hacia el salón y ahí estaban los dos.

- Papá, mamá, me voy de casa, no sé cuando vaya a volver-. Les avisé.

Mi padre se dio la vuelta para mirarme, se dio cuenta que llevaba el dibujo en mi mano y me sonrió.

- Tarda lo que tengas que tardar-. Dijo sin quitar su sonrisa de su cara.

Me fui a casa de "Él", no sin despedirme antes de mis padres. Cuando llegué, llamé al timbre y me abrió su madre.

- Avril, ¡cuánto tiempo! Pasa, voy a llamar a mi hijo-. Me recibió con una gran sonrisa.

No tuve que esperar mucho ya que en cuestión de segundos ya estaba bajando por las escaleras.

- Avril...-. Le corté.

- Te lo debía desde hace mucho tiempo-. Le dije mientras le entregaba el dibujo.

- ¿Me...me lo das?

- Eres tú quien aparece en el dibujo, no es justo que me lo quedara yo. Lo terminé a propósito.

- ¿Quieres decir que esto será nuestro fin?

- Quiero decir que...-. No pude más y lo besé, besé sus tiernos labios.

Cuando nos separamos él tenía una dulce sonrisa en su rostro y mis mejillas me ardian. Lo abracé y me fui para mi casa, pero fui parada por "Él" quien me dio otro beso.

- No volveré a soltarte-. Dijo mientras juntaba su frente con la mia.

- Por favor, no lo hagas.

Dibujo en multimedia de FlightOfFantasy. Vende sus dibujos, si queréis alguno sólo tendréis que hablar con ella.