Capítulo 5. Los soñadores
A Zed le invadía un sueño que le impedía despertar y abrir los ojos. La noche anterior quedó dormido sin percatarse de ello por dejarse llevar por el sueño. Al oír el mar empezó a tomar conciencia. Nelly y él en la feria, disfrutando, para los dos sería un día difícil de olvidar.
—Nelly, ¿estás despierta? —preguntó aún sin abrir los ojos.
No contestó, ¿seguía durmiendo?
—Ne... —dijo sin acabar su nombre.
Nelly no estaba. La barca estaba en medio del mar, no muy lejos de la orilla pero tampoco cerca ¿Cómo podría haber salido ella de la barca? No creyó que fuese nadando. ¿Cómo era posible? ¿Dónde podría haber ido si estaban en medio del mar?
Asustado fue con la barca hacia la orilla. La chica no estaba allí, no podía ver ni distinguir las huellas en la arena para seguir el rastro de Nelly. Por la desesperación, fue hacia la feria con la esperanza de que estuviera, pero no estaba. La feria estaba sola, no había nadie. Llamó a Nelly al móvil por si había ido a casa, pero no contestaba porque no daba señal la línea de teléfono.
Preocupado pensó en ir a casa de Nelly, al barrio de la Sagrera. Pero no sabía dónde vivía exactamente, recordó que le dijo la dirección en una de las conversaciones que tenían. Para llegar hasta su casa lo mejor era ir en tren. En el trayecto, todo le resultaba muy extraño porque era casi imposible que Nelly hubiese podido salir de la barca, a no ser que hubiese salido nadando, aunque la barca estaba lejos de la orilla para nadar hasta allí.
Salió del tren para buscar la calle en la que vivía Nelly. Intentaba recordar por donde se situaba, se orientó más fácil de lo que pensaba y por fin encontró el bloque de pisos donde vivía. Entró dentro del bloque y pudo ver la puerta, llamó al timbre varias veces para que le abriera, pero nadie contestaba ni abría la puerta.
—Perdone, joven —le dijo una señora mayor de la puerta de al lado—, ¿qué hace llamando al timbre? Aquí no vive nadie.
—Sí —respondió convencido—. Vive mi amiga Nelly.
—Aquí no hay ninguna Nelly —le contradijo—, en esta puerta nunca ha vivido nadie.
Tuvo que salir del bloque de pisos, no había otra dirección en la que podía ir y buscarla, pensó que se habría equivocado. Fue a casa a que pasara el tiempo, aún era temprano. Zed pensó que la chica a lo mejor estaría durmiendo cansada de la noche anterior y no le quiso decir nada. Pero aún se preguntaba el cómo pudo salir de la barca. Al entrar en casa, vio que no había nadie como le era de costumbre, ya le era normal estar solo y se empezaba a preocupar bastante por si a sus padres les hubiese pasado algo.
Tenía hambre y empezó a comer, se puso a ver la televisión y a jugar a los videojuegos al mismo tiempo que escuchaba música para relajarse. Al ponerse los auriculares, una voz en su cabeza le dijo: Todo ha cambiado. Se los quitó asustado por la voz que le invadió por unos instantes la cabeza. Era la misma voz de la visión, la misma voz de la chica de la feria que les entregó un atrapasueños. Eran las tres de la tarde y todavía no tenía señales de Nelly, a estas horas siempre habían hablado antes. La llamó de nuevo con el móvil, pero no pudo hablar con ella.
Era como si se hubiese quedado solo. Tuvo la idea de ir a una tienda de teléfonos y así poder comprobar el número de móvil de Nelly y por qué no daba señal. Cuando llegó se dirigió a la dependienta.
—He llamado siempre a este número de móvil y ahora no me da señal —le comentó—. ¿Es problema de mi teléfono?
La chica empezó a mirar en el ordenador los datos y el número de móvil que Zed le dio.
—Este número no existe —le explicó—. ¿Cuál fue la última vez que llamó?
—¿Cómo que no existe? —le cuestionó—. Llamé ayer mismo y recibí llamadas. Mire, tengo el registro de llamadas y aquí...
Observó que no había registro de llamada alguna, ni de Nelly ni de que hubiese llamado estos días. Asustado, se marchó deprisa de la tienda de teléfonos, el número de teléfono de Nelly no existía, en la dirección de su casa nunca había vivido nadie y lo más horrible fue que empezó a sentir un vacío profundo porque Nelly había desaparecido. No era capaz de recordar nada más que los cuatro días pasados con Nelly. No había tenido contacto con sus padres y su hermana Gisele también estaba desaparecida.
¿Esto es una visión como la que tuve hace unos días? No, todo esto no puede formar parte de un sueño. Pero, ¿y si todo ha sido un sueño? No era posible, todo es demasiado real para ser un sueño, pensaba constantemente.
La desesperación se apoderaba más de Zed. No tenía ganas de hacer nada, pensaba en Nelly todo el tiempo. Sus pensamientos eran tan reales y auténticos que parecía que viajaba al instante a los lugares en los que había pasado momentos con la chica. Por donde pasaba veía espejismos donde estaba ella, no podía caer todo en un sueño y que nada en realidad hubiese existido.
Zed apareció en la cafetería de Sagrera donde se tomaron un chocolate. El lugar donde la conoció y sentía un intenso misterio por ella. Allí observándola y conociéndola encontró su amistad. Al momento, apareció en el cine en el que aquel día fueron a ver una película y pasearon por el Puerto Viejo de Barcelona, pudo ver de nuevo la adorable emoción de Nelly al acabar de ver la película. Al instante, apareció en el parque cercano a Las Arenas, en ese lugar Nelly se compró el vestido que al final se lo puso por primera vez para ir a la feria. Luego apareció en la feria del Fórum, viendo las diferentes atracciones en las que disfrutaban los dos juntos.
Seguidamente, apareció en la playa, por el paseo que daba al mar, lugar en el que por última vez la vio. Zed mirando al horizonte notaba que le faltaba una parte de su ser y que no podría seguir mucho más tiempo en soledad. Sentado en la arena de la playa desenterró un cuaderno y un lápiz ¿Qué hacían ahí? Solo tenía deseo de escribir para desahogarse y de quitarse la angustia que le invadía el cuerpo.
Recordó lo que le dijo Nelly ayer en ese mismo lugar: Cuenta la leyenda que si escribes una frase al mar, las palabras que se tragan las olas se hacen realidad. Zed no sabía cuánto tiempo tardó en escribir la carta, solo sabía que debía poner el papel dentro de una botella vacía que había cerca de él abandonada en la arena y lanzarla al mar para que sus palabras se hiciesen realidad y Nelly volviese. Dos lágrimas cayeron de los ojos del chico para hundirse en el papel y perderse. Arrojó la botella al mar con fuerza para que cayera lo más lejos posible.
Se sentó de nuevo en la arena mirando las olas, esperando a que el mar leyera el mensaje escrito en la botella y le entregara la chica que echaba de menos. Sentía que no sabía dónde se encontraba, no podía notar en sus manos la arena de la playa, no era capaz de ver la feria ni la ciudad, podía ver el vacío y el mar enfrente de él. Algo extraño estaba pasando, solo podía escuchar el sonido de las olas y quería entender lo que le decían.
Hasta que detrás suyo, escuchó la voz de la visión y la chica de la feria.
—Ahora despertarás y sentirás todo esto —dijo la voz.
Zed se giró y se levantó por el impacto que le causaron esas palabras, eran cinco personas, pero esta vez podía ver sus aspectos. ¿Serían ellos las cinco sombras que vio en la visión? Situados en fila horizontal, medio juntos, esperaban hablar con él, eran tres chicos y dos chicas de su edad, tenían alrededor de veinte años.
—No tengas miedo de nosotros —le comentó la chica que le había hablado estos días.
Eso no le tranquilizó ni bajó sus nervios. No sabía que querían de él. ¿Miedo? ¿Acaso creían que iba a huir de ellos? Se preguntó.
—¿Has visto que has hecho, Yolanda? —preguntó enfurecido un chico que parecía ser el líder del grupo—. Nos has metido en un buen problema, él no nos debería de ver.
—No te preocupes, Said —dijo Yolanda para calmarle—. Él es diferente a los demás.
—¿Cómo puedes saberlo? —cuestionó otra chica—. Parece una persona normal.
—Yo también noto algo especial en él, Christel —dijo otro chico del grupo para añadirse a la conversación—. Yolanda puede tener razón.
—Yo no noto nada, Takeshi —dijo el tercer chico que habló—, deberíamos volver a Desireland, tengo que hacer unas cosas.
—De eso nada, Jayden —le detuvo Said—. No nos moveremos de aquí, hasta que Yolanda haga lo que tenga que hacer con el chico.
—¡Callad! —ordenó Yolanda—. Al final en vez de estar asustado se va a reír de nosotros.
Eran un grupo muy peculiar. Zed esperó a que hablaran entre ellos, pero no tenía idea de lo que se decían. Lo único de lo que se enteró fue de sus nombres. Cuando Zed tuvo a Yolanda enfrente de él, la chica estuvo unos segundos observándole como si hubiese en él algo que no había percibido nunca en alguien.
—Soy Yolanda Sandoval, encantada —dijo presentándose.
—Yo soy Zed Frost.
Los otros cuatro también se acercaron más al chico que para ellos era desconocido y mantenían una distancia de seguridad, como si mordiera o desconfiaran un poco de él sin saber realmente por qué.
—Sabemos que eres Zed —añadió Said—. Yolanda te ha estado siguiendo y observando tu comportamiento durante un tiempo.
—No le hagas caso —dijo Yolanda para quitarle importancia—. Mira, él es Said Azikiwe, Takeshi Nishimura, Christel Schulz y Jayden Singh. Somos soñadores.
—¿Soñadores? —cuestionó extrañado.
Zed no entendía lo que decían, pero quería saber más ¿Qué significaba?
—No deberías habérselo dicho, Yolanda —le recriminó Takeshi.
—Cálmate —le tranquilizó Yolanda—, no sabe ni lo que significa ser un soñador, él viene del otro mundo.
—¿Qué otro mundo? ¿Qué estáis hablando? —preguntó Zed sin saber qué estaban diciendo.
—Ahora tendremos que resolver a tu querido desconocido miles de preguntas que no entenderá —dijo Said aburrido.
—No lo llames así —le ordenó Yolanda—, su nombre es Zed y está perdido.
—Es verdad, Said —dijo Christel dándole la razón—, debemos ayudarle.
—Pero, vamos a ver —dijo Jayden que no entendía nada— ¿Cómo podemos saber que Zed es un soñador?
—Eso es lo que queremos averiguar —respondió Yolanda—, pero primero tenemos que dejar que Zed entienda algunas cosas.
—Tiene tanto que saber que no sabría yo por dónde empezar —suspiró Takeshi.
—Bueno, ahora que este sitio está tranquilo es el mejor lugar para explicárselo. Empieza tú Yolanda, ya que has sido la que ha empezado esta confusión —ordenó Said.
Miles de cosas de las que hablaban y Zed no entendía se las iban a explicar. Le trataban como si fuera un bicho raro, nunca se había sentido tan perdido, el otro mundo, los soñadores, Nelly había desaparecido...
—Vale, bien —dijo Yolanda para empezar—. Escúchame Zed, debes creer todo lo que te diga por muy irreal que te parezca.
—¿Y si nos sentamos mientras se lo explicamos? —sugirió Jayden.
—Que buena idea, Jayden —contestó Said con ironía—. ¿Cómo no se nos ha ocurrido antes?
—Eh, no te pases —dijo Christel bajándole los humos—, no eres el único que tiene ideas brillantes.
—Está bien —asintió Said.
Se sentaron en círculo en la arena de la playa, para explicarle a Zed todo lo que tenía que creer y entender.
—Yo empezaría primero por explicar lo que somos —sugirió Takeshi—. Él nos ve como personas normales.
—Zed, los soñadores somos las personas que vivimos en el mundo de los sueños, en el mundo en el que la gente del mundo real sueña y descansa —explicó Yolanda.
—Tenéis razón —comentó—, es difícil de creer. ¿Me estáis diciendo que esto es un sueño?
—Exactamente. La gente del mundo real, como tú, no sabe que cuando está durmiendo entra a nuestro mundo, el mundo de los sueños. Los dos mundos están conectados por todas las mentes humanas del mundo real, todo lo que se ha visto se refleja en este mundo, a diferencia de que aquí lo que los humanos han imaginado o inventado en el mundo real, aunque no exista en la realidad, aquí existe, es lo que hace más especial al mundo de los sueños. Por eso, todo lo que pase en vuestra realidad o en el mundo de los sueños tiene influencia en los dos mundos —explicó Yolanda.
—Muy bien, Yolanda —le felicitó Said—, yo no podría haberlo explicado mejor.
—Bien —continuó Yolanda—. Si tienes alguna pregunta o duda me lo dices, sé que es difícil al principio.
—Hasta aquí lo he entendido —dijo—. Pero, ¿qué sois vosotros?, ¿qué significa ser un soñador?
Zed permanecía callado y atento.
—Ser un soñador, significa que nuestra capacidad de imaginar es muy alta por eso debemos ser prudentes y reservados por el peligro que podemos llegar a generar. Los sueños los utilizamos para comunicarnos con el mundo real, incluso a veces podemos guiar o cambiar el destino de una persona por adentrarnos en su sueño. Porque mientras una persona está soñando puede vivir antes su futuro sin tener la seguridad de que ese sueño se pueda hacer realidad en su vida —explicó Yolanda.
—Es alucinante, nunca creí que cuando dormimos realmente nos vamos a otro mundo —dijo quedándome sin palabras.
—Sigue Yolanda, lo haces muy bien —agregó Said.
—Ahora te toca a ti —le ordenó—, se me cansa la voz de tanto hablar. Explícale más de nosotros.
—Está bien —asintió Said—. Zed, debes saber que a los soñadores siempre se nos ha tratado como seres estúpidos por creer en lo imposible y tener mucha fe en nosotros mismos. Solemos esperar a que se cumplan nuestros deseos, aunque sepamos que no van a suceder nunca por mucho que luchemos para lograrlos. Todos piensan que vivimos sin tener en cuenta la realidad, porque tenemos el don de imaginar con facilidad, por eso, a veces, cuando han ocurrido sucesos que podrían haber dañado a los dos mundos se nos ha acusado de culpables. Al tener un alto nivel de imaginar, según el poder de nuestra imaginación de lo que se oculta en nuestra mente, lo podemos crear en el mundo de los sueños.
—Lo explicas tan bien como yo —dijo Yolanda felicitándole—. Si te encuentras algo extraño como un dragón, no te asustes Zed, en la realidad muchas cosas no existen, pero aquí sí.
—También habría que decir —intervino Takeshi— que los soñadores solemos compartir nuestras emociones con unas pocas personas, por eso estamos dispersos por el mundo y podemos parecer débiles o fríos con los demás. Aquí puedes ver nuestro pequeño grupo de soñadores, somos cinco en una escala de valores y principios claros que para ser un soñador como nosotros hay que cumplir.
—Exacto —comentó Christel— aquí no puede venir cualquiera.
Zed, seguía callado, le era difícil asimilar lo que le estaban explicando. Todo este tiempo lo había soñado. Estaba durmiendo y todo era un sueño. Pero, ¿quién era Nelly?, ¿qué pasaba con ella?
—Entonces —agregó Takeshi—, Zed, ¿puede ser un soñador como nosotros?
—¿Ahora captáis por qué lo he estado observando? —preguntó Yolanda para que vieran la razón de sus actos.
—Bueno —dudó Said—, aún no lo sabemos, no hay suficientes pruebas.
—Yo lo que te puedo decir, Zed —comentó Jayden—, es que el mundo de los sueños no respeta la edad, o sea, puedes tener ochenta años y estar aquí con el aspecto de cuando teníamos veinte años.
—Entonces —añadió curioseando—, no tenéis la edad que aparentáis tener, ¿verdad?
—No —respondió Christel—. Pero, ¿a qué no se nos notan los años?
—Para los soñadores la edad no representa ningún inconveniente para cumplir un sueño y hasta el último instante de nuestra vida lo intentaremos realizar. Debemos tener confianza y cada una de nuestras experiencias servirán para que nuestros sueños no sean una efímera ilusión. Al hacernos mayores ganamos claridad y sabiduría de lo que queremos y cómo lo queremos hacer —explicó Said
—¿Qué edad tenéis en realidad? —preguntó por curiosidad.
—No nos gusta revelarlo —dijo Jayden.
—Lo mejor del mundo de los sueños, es que puedes viajar por tus recuerdos para vivir repetido un momento o una época de tu vida o cambiar ese momento y seguir soñando para averiguar qué hubiera sucedido si hubieras tomado esa decisión, pero en cuanto despiertes nada habrá cambiado, solo lo habrás soñado. Por eso, los soñadores utilizamos los sueños como esperanzas para las personas, para que sigan teniendo la ilusión de vivir —explicó Christel.
—Vaya —dijo admirado—, eso es genial.
—Pero para ello —informó Takeshi—, necesitas un nivel alto de concentración, si no algunos detalles se te pueden escapar.
—No os enrolléis hablando y vamos al tema —interrumpió Said.
—Venga —comenzó Yolanda a explicar—. Zed, debes saber que ser un soñador tampoco es fácil, pero eso nos hace ser diferentes, nuestros deseos de la vida suelen ser imposibles o prohibidos para algunos. Todos los sueños implican una lucha constante, nos enfrentamos contra el destino, contra las adversidades, lo obvio y lo indudable. El sueño es nuestra identidad, porque podemos imaginar fácilmente.
Zed, estaba asombrado, el mundo de los sueños que decían era increíble, pero parecía ser difícil y complicado estar. Todo lo que ocurrió, había sido un sueño sin él haber sido consciente de ello y se había perdido. ¿Nelly forma parte de mi sueño? Se preguntaba.
—Exacto —afirmó Said—. Nosotros los soñadores como la mayoría, nunca esperamos a que nuestros sueños se cumplan, luchamos por ellos sin descansar, porque los grandes sueños son los que merecen la pena y al hacerlos realidad tienen la recompensa para nuestros deseos que están colgando en las estrellas del cielo de los soñadores, en lo eterno de nuestras ilusiones y en lo invisible de la realidad.
—Los soñadores estamos hechos de sueños que suspiran vivirlos —dijo Takeshi—. Hacer realidad un sueño conlleva un largo camino y este estará lleno de aventuras que desconocemos, de éxitos y fracasos. Pero no importará nunca cuantas veces triunfes o pierdas porque nuestra alma siempre se levantará con más fuerza para seguir hacia adelante. Hay quienes se enfrentan a los obstáculos y abandonan rápido su sueño. Nosotros los soñadores no pensamos así. Amamos nuestros sueños hasta la locura y nos sentimos invencibles.
—Amar a un sueño es amar el tiempo que estás intentando cumplirlo. Todo dependerá de tu confianza y tu fe para no abandonar lo que te propones —explicó Christel—. Cuando naces nunca sabes qué sueños se te cruzaran a lo largo de tu vida pero al encontrarlos sentirás la magia y transformaran tu viaje en otros muchos sueños que aun tienes dormidos en tu interior y se van creando nuevos caminos que nos hacen aprender a ser más inteligentes para crear aquello que nos hará realizarlos.
—Los sueños están hechos de retos y de sacrificios. De levantarte por las mañanas y dar pequeños pasos entre lo visible y lo invisible. Deberás esforzarte mucho e igual pasarás por grandes sufrimientos pero nunca olvidarás que tu sueño está esperándote y al no rendirte será tuyo para siempre —dijo Jayden—. Deberás arriesgarte porque si no lo haces puede que no vuelvas a perder, pero tampoco tendrás la oportunidad de vivir tus sueños.
—Por esa razón, Zed —dijo Yolanda—, no te dejes influenciar por lo que te digan los demás, nadie tiene el derecho de querer destruir tus ilusiones mediante críticas o prejuicios. Lo importante es seguir con tus propios sueños satisfaciendo tus valores y creencias. Sigue tu intuición y pasión por aquello que quieres conseguir, así complacerás a tu yo interior.
—¡Claro, Zed! —exclamó Christel—. No cortes las alas a tus deseos que están volando por tu cabeza y no frustres los sueños que viven en ti. Solo aquellos que tienen el valor de vivir sus sueños pueden llegar a ser felices y no aquellos que los han abandonado por tener miedo.
—Creo que ya sabe suficiente —sentenció Said.
El chico aprendió lo que significaba ser un soñador. Y él sin darse cuenta, podría ser uno de ellos. Tras la conversación pudo intuir las personalidades de cada soñador.
Presintió que Said era el líder del grupo, sobresalía en los demás nada más verle y escucharle hablar. Tenía rasgos africanos. Su piel era oscura como la noche, su complexión era atlética de que amaba mantenerse en forma y podía deshacerse de situaciones de riesgo. Lo que le transmitió Said, fue que tenía un espíritu muy valiente e intentaba conquistar todo lo de su alrededor. Se observaba que era una persona inteligente que intuía las intenciones de los demás con frecuencia y que todas las discusiones de ese grupo pasaban por él.
Yolanda era la chica que le había hablado estos días a Zed, la causa no la sabía, supuso que se lo diría ahora que se dirigía un poco más a él para hablar más íntimamente. Sus rasgos eran de Sudamérica. Llevaba el pelo suelto, era morena y delgada. Pudo notar que invadía a los demás con su energía, parecía ser la segunda líder del grupo, ya que se observaba que era una líder nata junto con Said. Observó que poseía una gran iniciativa y era capaz de asumir riesgos para lograr su objetivo, se podía ver que ella tenía como ley que el único que podía mandar en ella, era ella misma. Zed, no la conocía, pero el carácter le pareció ser alegre y amable.
Takeshi tenía rasgos asiáticos. Era el chico que Zed lo clasificaba como la persona que destacaba por la inteligencia. Su mundo estaba bien ordenado para sentirse tranquilo y relajado. Vio que era el que se adaptaba mejor a las normas del grupo, aunque observó que a veces pecaba de ser negativo porque estudiaba demasiado el origen de los problemas.
Christel tenía rasgos del norte de Europa. Era una chica delgada y rubia que llevaba el pelo suelto. Christel, parecía tener menos jerarquía que los tres anteriores por su peculiar visión de las cosas. La primera impresión que se pudo llevar de ella, es que era la más expresiva e inquieta de los cinco. Era la que provocaba siempre los dilemas en el grupo para tomar una decisión, pero a la vez provocaba entendimiento entre opiniones contrarias para captar lo bueno de cada situación.
Jayden tenía una constitución robusta con los pómulos marcados. Era de piel cobriza, ojos oblicuos y pelo lacio. Aunque todos parecían de la misma edad, vio que Jayden era el más juvenil de los cinco y aún no había madurado lo suficiente. Era extrovertido y parecía tener impulsos torpes y despistados que solían meter la pata en algunas situaciones. Se observaba que era una persona generosa y sincera, pudiendo llegar a ser un buen amigo a veces insoportable.
—Os he entendido —dijo—. Pero, ¿por qué estoy yo aquí?
—No lo sabemos —respondió Said—. Yolanda cree que puedes ser un soñador.
—Zed, ¿recuerdas por qué estás en este mundo? —preguntó Yolanda intrigada.
El chico se quedó pensativo. Un día se levantó y no vio a nadie por las calles de Barcelona. Había visto a su abuelo correr por la ciudad a toda velocidad por encima del agua y traspasando paredes y muros. Muchos sucesos extraños le habían pasado los últimos días, como perder la memoria, no saber nada de sus padres, que el tiempo se le pasara muy rápido y conocer a Nelly.
—Creo que estoy aquí porque hace unos días conocí a alguien y dentro de mí una energía que no puedo controlar hace que necesite estar con ella —les explicó.
—¿A quién? —preguntó Said misterioso.
—A Nelly —respondió.
—¿Nelly? —preguntó Christel.
—No sabemos nada de ninguna Nelly —comentó Takeshi.
—Es la chica con la que fuiste en la feria, ¿verdad?, ¿es alguien que conoces de tu realidad? —preguntó Yolanda.
—No —respondió—. Realmente no la conozco, no la he visto nunca, solamente aquí en el sueño.
—Bueno —dijo Jayden—, a veces aquí vemos cosas que inventa nuestra mente como puede ser una persona.
—¡No! —exclamó— Nelly debe de ser real.
Si esto era un sueño, Nelly podía ser real o no. Zed no podía creer que todo lo hubiese inventado su mente. La duda le inquietaba bastante, el hecho de que Nelly desapareciese de repente le hacía dudar más, pero ella debía de ser real. ¿Dónde estaría?
—¿Sabes dónde podemos encontrar a Nelly? —preguntó Yolanda—. Siempre iba contigo.
—Nelly... —suspiró—. Desapareció y la he estado buscando, pero no sé dónde está.
—Está claro que estás aquí por ella —dijo Said—, pero desconozco la razón.
Zed notó que se estaba desvaneciendo, como si fuese a desaparecer.
—No hay más tiempo —dijo Takeshi dando prisa—, está a punto de despertar.
—Escúchame, Zed —dijo Yolanda mirándole a los ojos—, cuando despiertes recuerda esto, busca a Nelly y aunque creas que todo lo que has visto lo has soñado, no es verdad, todo esto es real...
El chico despertó sin acabar de escuchar lo que le tenía que decir Yolanda. Debía buscar a Nelly.
***
¿QUÉ OS PARECE EL CAPÍTULO? ¿QUE OS HAN PARECIDO LOS CINCO SOÑADORES, SAID, YOLANDA, TAKESHI, CHRISTEL Y JAYDEN? ¿VOSOTROS TAMBIÉN OS IDENTIFICAIS COMO PERSONAS SOÑADORAS? MUCHOS MISTERIOS ESTAN POR RESOLVER. ZED Y LOS SOÑADORES DEBEN ENCONTRAR A NELLY QUE A DESAPARECIDO...¿DONDE ESTARÁ? ¿A QUE MUNDO PERTENECE NELLY?
TODOS ELLOS TIENEN UN SUEÑO QUÉ CUMPLIR... YO OS PREGUNTO: ¿CUAL ES EL SUEÑO O DESEO QUE QUERÉIS REALIZAR VOSOTROS COMO SOÑADORES QUE SOIS?
GRACIAS POR LEER! AGRADEZCO COMENTARIOS CRITICAS Y VOTOS! :D
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