Prefacio
La casa de los Archvetl está formada por una familia de nobles que son capaces de utilizar magia sin necesidad de usar varitas o de recitar hechizos.
Son considerados de la realeza y protegen a su pueblo desde hace más de mil años, gobernando con autoridad y llevando la justicia a los malvados.
Josef Archvetl Rivereti y su esposa Stephanie Crow son los líderes de la familia y por años se dedicaron a cuidar rigurosamente el pueblo y sus habitantes más que cualquier otro mago.
Su hija Natalia, de 18 años, es una prodigio dentro de su familia en el ámbito de la magia, aunque aún se esfuerza por alcanzar a su padre Josef a quien lo consideran el mago más poderoso sobre la tierra.
Josef amaba mucho a su esposa e hija y se esforzaba por hacerlas felices sin importar que tan agotado terminará después del trabajo, pero un día todo cambio con el repentino embarazo de Stephanie.
Fue una noticia impactante para toda la familia Archvetl, pues Josef no se había acostado con ella, por lo que no era posible a no ser que engañara a su esposo con alguien y es lo primero que se le vino a la mente a todos dentro de su lujoso castillo.
Tanto Stephanie y su hija afirmaban que ella jamás lo había engañado y que de un día a otro ya estaba embarazada, solamente que ella lo oculto por miedo.
Un día antes de notar que estaba embarazada, una luz brillante entro por la ventana asustando a Stephanie y a Natalia, aquella luz emitió una voz que les dijo lo siguiente:
"Dentro de ti nacerá una parte de mí y una vez que se convierta en adulto, tendrá que cumplir con su destino"
La luz entró dentro de la mujer y al día siguiente Stephanie comenzó a dar signos de embarazo y por si fuera poco el niño crecía rápidamente hasta que dentro de una semana ya se podía apreciar su panza.
Josef no les creyó y nadie dentro de la familia tampoco, esto era humillante para todos y por supuesto no querían que este dato se diera a conocer.
Tacharon a Stephanie como una ramera y Josef ordenó su ejecución una vez que el niño naciera.
El día llego y el niño nació, pero antes de ser ejecutada frente a toda la familia, le dio un nombre al hijo que acababa de nacer.
"Su nombre será Stephen Archvetl Crow"
Este fue el único deseo que Josef le permitió antes de mandarla de manera fría hacia la hoguera dónde sería quemada viva, esto por petición de sus propios padres para expiar el pecado de su hija, según ellos.
Todos, a excepción de su hija Natalia, gritaban una y otra vez:
"¡Muerte a la ramera!"
Fue el mismo Josef quien le prendió fuego a la hoguera una vez que Stephanie fue atada con cadenas mientras era apedreada por todos.
Natalia suplicaba entre lágrimas que la dejarán vivir al igual que su madre, quien deseaba ver crecer a sus dos hijos y cuidarlos con amor, pero Josef no quiso escuchar.
Todos fueron testigos de la muerte de Stephanie, quien solo podía gritar mientras las llamas la consumían.
Josef en un principio pensó en tirar a un pozo al hijo bastardo de su esposa fallecida, pero pudo notar que dentro del bebé fluía magia de la más pura que haya visto alguna vez y con la idea de que podría servir a la casa, Archvetl decidió cuidar de él.
Aunque en realidad fue su hermana Natalia quien cuidaba de Stephen, pues Josef apenas miraba al niño a los ojos y el resto de la familia no quería cuidar de un hijo bastardo.
Stephen paso toda su niñez dentro del castillo de los Archvetl y su padre Josef nunca le permitía salir ni jugar con los demás niños, además lo instruyó en las artes de la magia de una forma rigurosa y estricta.
Si Stephen no lograba realizar un hechizo simple, Josef lo dejaba sin comer todo el día y lo encerraba dentro del calabozo hasta el día siguiente.
Esto ocurría muy seguido, pues aún no entendía del todo como funcionaba la magia; sin embargo, su hermana Natalia siempre le llevaba comida y una almohada más cómoda.
Natalia le enseño magia de la forma más sencilla que pudo. El primer hechizo que aprendió Stephen fue arrojar una carta cualquiera al aire y está enseguida se convirtió en una flama con forma de fénix, mismo que tomo vuelo hasta desaparecer.
Las aves fénix simbolizan el legado de la familia Archvetl y son el escudo de su bandera, además estás criaturas viven en las montañas a las afueras del castillo.
Desde el incidente en la casa Archvetl, Josef quien alguna vez cuidaba con amabilidad a su pueblo, ahora lo gobernaba con puño de hierro y todos empezaron a tener miedo a todo aquel que vivera en el castillo.
La primera vez que Stephen que intento escapar del castillo para conocer el pueblo, su padre lo atrapó y de castigo lo azotó cien veces con un látigo en la espalda.
Stephen siempre observa por las mañanas a los fénix volar por los aires completamente libres, sin ataduras, cosa que le causaba felicidad y tristeza por saber que jamás sería capaz de volar hacia su libertad.
No obstante, Stephen no sabe de lo que realmente es capaz de hacer y de que la idea de volar junto a esas aves fénix no está muy lejos de volverse real.
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