Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18: ¿Fiore dónde está?

LEER LA NOTA DE AUTOR, POR FAVOR.

―Me dijo que me ama.

―Algo medio obvio para todo el mundo, pero sí, lo dijo ―dice mi hermana Iris.

―Pero estaba bajo los efectos de los remedios ―arguyo.

Bostezo por incontable vez y acomodo mi almohada en contra de la pared para apoyarme en ella y no quedarme dormida; la charla con Iris estaba lo bastante interesante para merecer un par de minutos más despierta. Habían pasado casi cuatro horas desde que llegué del campamento del colegio y tengo bastantes cosas que contarle a ella y a Fiorella, que la visitaré el día de mañana para ponernos al día.

Sorprendentemente mi hermana me invitó a comer y dormir en su cuarto, por lo que acepté algo dubitativa y a gusto a la vez. A pesar de que me lleva casi cinco años, solíamos hacer esto muy a menudo hasta que Iris cumplió los 19 años y las cosas cambiaron entre las dos, entre ella y todo el mundo, en realidad. No, ella nunca fue una mala hermana y nunca lo será, solo que pasó por una circunstancia personal que lo derrumbó todo y puedo con felicidad afirmar que las cosas hace un tiempito que comenzaron a tomar otro rumbo. Nos volvimos a acercar y ella no solo lo hizo conmigo, sino que con la familia, con sus sueños y proyectos también. Volvía a ser Iris de nuevo... y yo extrañaba a Iris. Mi corazón comenzó a palpitar frenéticamente en el momento que golpeó la puerta de mi habitación para decirme que comamos pizza en la suya.

Ella también acomodó la almohada y me dijo:

―Sería algo así como estar borracho y dicen que los borrachos no mienten ―asegura.

―¿Pero no es apresurado? Digo, una persona ama verdaderamente cuando conoce a ese alguien y con él comenzamos a hablar un par de semanas atrás. No sé qué te parecerá a vos, pero para mí es raro ―disiento.

―Puede que no haya tenido trato con vos frente a frente, pero si con Juli, y desde los 13 años que se la pasa casí los trecientos cincuenta y tres días del año en casa. Te conoce muchísimo, quieras o no aceptarlo, es así.

―En el campamento, después de que pasó eso, cambió totalmente. Te juro que pensé que estaría avergonzado y que de nuevo no me hablaría como la otra vez, pero fue todo lo contrario, me miraba y sonreía, ¿entendés? ―Iris levantó las cejas sorprendida―. Fabricio Clas sonreía. Es... su sonrisa...

―Sigo sosteniendo la teoría de que nunca dejaste de tener sentimientos hacia él, solo que después de lo que te hizo, los enviaste al fondo de tu corazón y te hiciste la desentendida por años ―expone mi hermana―. Cuando a una persona le da igual otra, justamente eso: le da igual, en cambio cuando Fabricio está en casa, evitás a toda cosa estar presente y lo ignorás de pie a cabeza.

―Parezco una tonta cuando pienso en él, y aunque no quiera aceptar lo que me decís, me parece que nunca me dejó de gustar realmente. Más bien, era la costumbre de que nos ignorábamos mutuamente desde los 13 años la que me hizo pensar que lo había olvidado ―concuerdo con sus dichos―. Enamorarse es incómodo y frustrante...

―¿Cuándo creciste tanto? ―De la nada, Iris me pregunta con una notable melancolía en la voz.

―¿Qué?

―Me perdí muchas cosas. Tengo que pedirte perdón ―aseguró ella.

―¿De qué exactamente? ―apunto.

―Ya sabés... ―apenas susurra.

―No, ni se te ocurra, Iris ―La señalo irguiéndome.

―Pará, dejame hablar, porfa. Estaba tan metida en mi mundo que me olvidé de nosotras, me olvidé de cuidar a Julián. También de la abuela, mamá y papá, hasta el punto de pasar por alto su separación y que casi ni me importó. No es fácil sentirme así ―Miró hacia arriba como quien intenta no llorar, y era exactamente lo que trataba de hacer―, simplemente aprendés a vivir con todo aquello...

―¿Seguís arrepentida por haber...? ―No hay manera de que pueda terminar la oración completa―. ¿Y él... todavía duele?

―Sí para ambas preguntas, es como si te quisieran arrancar las entrañas, si lo digo de modo vulgar y poco poético ―contesta.

―Por eso no me tenés que pedir perdón, para nada, yo entiendo por todo lo que tuviste que...

―Pero te dejé de hablar de la noche a la mañana, ya no estaba ahí para vos y no fui capaz de ir a tu fiesta de 15 años... ―Suelta una lágrima sin detenerla―. No fui a la fiesta más importante de mi hermanita y no me lo voy a perdonar jamás.

―¿Quién dijo que es la más importante? La fiesta más importante de mi cumpleaños la decido yo. Esa fiesta estaba llena de compañeros que solo querían quedar bien conmigo y yo solo quería estar con mi familia y mis poquitas amigas ―Le aseguro―. Y si me querés pedir perdón, te perdono, pero yo no veo el motivo.

―Gracias...

―Si no estuvimos juntas durante mucho tiempo, podemos recuperar todo. Mamá ayer estaba muy feliz de verte practicando en el garaje, como solías hacerlo, y que a la tarde la ayudaras con el bizcochuelo. A todos nos hizo feliz... Esperá, ahora que me doy cuenta, hay un motivo por el cual podría enojarme ―Su rostro se transforma del susto―. ¿Por qué nunca me contaste acerca de Byron?

Apenas sonríe y baja la cabeza.

―Byron es tan bueno y no sé qué sucederá todavía, pero vamos con calma. Pienso demasiado en él desde que lo conocí, pero el pasado es difícil de dejar atrás y lo sabe... Le conté todo.

―¿Todo, todo, todo? ―pregunto asombrada.

―Todo. Cualquier otro chico ya me hubiera mandado a volar por todas las idas y vueltas que le dí, pero él no ―dice algo aliviada y triste a la vez.

―No digás eso, él es afortunado de haberte encontrado y seguro que debe querer muchísimo como para dejarte ir.

―Y no sé si de mi parte es lo suficiente... ―su melancolía casi es palpable―. ¿Si nunca los olvido?

―Tal vez nunca lo hagas, pero va a dejar de doler. Olvidarás tus sufrimientos por completo, y si acaso los recuerdas, será como recordar cosas sin importancia...

Ladeó la cabeza sin entenderme, pero después de unos segundos, por fin me sonrió mostrando sus dientes. Este pasaje era algo que nos repetíamos la una a la otra cuando estábamos tristes. Hacía muchísimo tiempo que no lo recitábamos juntas.

―Tendrás una vida muy feliz y tus pesadillas más horribles se convertirán en dulces sueños...

―Vivirás en paz y protegido por Dios; dormirás confiado y lleno de esperanza sin miedo a nada ni a nadie. ―termino.

―Gracias, Matilda, no podría tener una hermana mejor que vos.

La abracé tan fuerte, deseando que cada uno de sus dolores se esfumen, rogando que cada día ella puede ser más feliz que el anterior.

Mati: ¿Estás en el café?

Fiore: ¡Obvio! ¿Te venís para acá?

Mati: Sí, esperame para que te cuente todo.

Fiore: ¿Es sobre quien creo que es?

Mati: Exacto...

Fiore: ( ͡ ͡° ͜ ʖ ͡ ͡°)

Mati: ¡Salgo del cole y nos vemos!

Fiore: ¡Apurate que no puedo de la emoción!

―¡Acá estás! ―grita Florencia casi en mi oído haciendo que tire el celular al piso.

―¡Florencia! ―Me quejo.

―Ni vos ni Nadi atienden el teléfono y estoy desesperada... ¡Matices! ―espeta.

―Nadi tiene entrenamiento extra por el campeonato. ¿Qué pasó con Matice? ―inquiero.

―Conseguí entradas ―expone casi pálida.

El mundo parece detenerse a mi alrededor cual película de ficción.

―¡Sos lo más! ―chillo de emoción. Esta chica cada día me sorprende más.

―Pero hay un problema: solo pude obtener dos ―expone con pena.

La emoción se debilita al instante.

―No... ¿solo dos? ―balbuceé.

―Solo dos. Intenté de mil formas, pero nada ―contestó Flor.

―Vayan ustedes; vos y Nadi ―suelto.

―No, vos...

―¡Nada, Flor! No podría disfrutar del concierto sabiendo que una se quedó en casa, además estoy atrasada con muchas cosas del cole, el centro estudiantil y tengo que ponerme al día ―confieso―. Solo les pido que me traigan un autógrafo para mí, porfis.

―¡Obvio! Es una lástima...

―Fue, no importa. Cambiemos de tema, ¿cómo vas con la edición de este mes del periódico escolar? ―pregunto.

―Muy bien, pero me parece que te tendré que contar luego porque viene Clas y el bombón de tu hermano...

Ignorando el "bombón de mi hermano", volteo mi cabeza automáticamente el escuchar que nombra a Fabri. Ellos no nos ven y extrañamente parecen estar discutiendo par algo, cosa que es bastante extraño viniendo de ellos. Julián es el primero que nos ve y vienen directo a nosotras.

―Eh, chicas ―dice mi mellizo.

―Me parece a mí o ustedes estaban peleando. ¿Problemas en el paraíso? ―indago.

―No, Julián tiene que darte explicaciones ―indica Fabricio mirándolo con seriedad.

―Explicaciones nada porque sé lo que hago, y si me disculpan, debo irme porque se me hace tarde ―suelta mi hermano antes de irse disparando.

―No entendí nada ―profiere Flor.

―Yo no sé si quiero entender ―confieso.

―Presidenta, créeme que si quieres entender, pero yo no soy quién para contarlo ―Me dice Fabri―. Ah, ¿puedo hablar contigo un momento... a solas? ―Mira a Flor a decir lo último.

―Prometo no molestar y mantenerme calladita y bonita ―recalca ella.

Me rio, pero a Fabri no le hace gracia.

―Florencia...

―Está bien, hablamos después ―suelta queándose.

Sin embargo, antes de que ella se aleje, Fabri le dice:

―Y nada de subirte a ese árbol para leernos los labios.

―Golpe bajo, Clas, golpe muy bajo ―Le señala―. Matilda, creo que este chico no te conviene ―Se retira acomodando su cabello teatralmente.

―Esa chica es muy rara... ―sisea él.

―¿Qué tenés que decirme?

―Apa, que estás apresurada ―Sonríe. ¿Alguna vez me acostumbraré a esa peculiar sonrisa con hoyuelos? ―. Quiero darte una sorpresa y no voy a obtener un no como respuesta.

―Voy a dejarte algo bien en claro, Clas ―Me crucé de brazos―: ningún chico me dice qué debo o no hacer... pero en este casi si acepto.

―Tendré en cuenta ese detalle.

―¿Cuándo es la sorpresa? Pregunto.

―El sábado por la tardecita, te paso a buscar, pero te confirmo la hora después ―avisa.

Me parece que las tareas y la organización del centro quedará para después.

―Está bien, ¿me visto formal? ―inquiero.

―Como quieras, usa el atuendo indicado como para recibir un anillo de compromiso... ¡Mentira, mentira!

―Ay, Clas...

―Sí, por ahora nada de anillos, además están caros y viste cómo está el dólar, dependo de mis padres. No creo que David o mamá quieran que me case tan chico...

―¡Fabricio, callate! ―espeto.

―Cállame con un beso... ¡Está bien, mentira! ―Vuelve a reir―. Por cierto, ¿quieres que te lleve? Mi mamá hoy me prestó el auto. Cada día tengo más privilegios, ¿eh?

―Gracias, pero me voy al café de Fiore a visitarla ―comento.

No sé por qué, pero Fabricio cambia su expresión de risueña a una algo desorientada.

―¿En serio irás hasta el café? ―cuestiona.

―Sí, ¿por qué te mentiría?

―No, no me refiero a eso, es solo que... Nada, nada. Ve y diviértete, ¿quieres que te lleve? ―propone.

―No, prefiero caminar, no hay problema.

Luego de despedirme de Clas, camino aproximadamente media hora hasta "El amor en tiempos de café". Agradecí tener zapatos planos esta vez, aunque detesté caminar con todo mi ser. Sin embargo, no iba a aceptar aquella invitación por el mero hecho de que todo el viaje me la iba a pasar nerviosa ante su presencia y es algo que no quiero; no estoy acostumbrada a sentirme nerviosa frente a ningún chico. Muchas veces lo vi como debilidad y algo demasiado absurdo, hoy no puedo creer que me esté sucediendo a mí. Pero no es que me disguste ni nada por el estilo, es solo que tengo que aprender a lidiar con esos sentimientos que comienzo a tener, así que por el momento no quería estar a su lado.

Abro la puerta haciendo sonar la característica campanita avisando que un cliente llega. Aunque me gusta más el té, me quedo extasiada ante el aroma al café mezclado con la pastelería casera del lugar. Hay pocas mesas libres y quiero sentarme en la que siempre ocupamos con Fiore, pero lo primero que hago es ir a saludar a la mamá de mi mejor amiga, que se encuentra detrás del mostrador.

―¡Hola! ―exclamo.

―¡Hola, Mati! ¿Cómo estás?

―Muy bien... y con hambre ―ambas reímos―. ¿Fiore dónde está?

―Debe estar entre los libros, algunos clientes necesitaban ayuda ―explica.

―Bueno, gracias. La voy a buscar ―Le aviso.

Camino hasta las estanterías y entre ellas estaba mi mejor amiga usando su típico suéter durazno con apliques blancos. Al verla de espaldas me pareció todo normal, pensando que hablaba con un cliente. Técnicamente lo hacía, pero no era cualquiera, era nada más ni nada menos que mi copia barata, quién me había quitado espacio en la panza de mi mamá durante casi nueve meses. Sí, hablo de Julián. Sinceramente, no se me hizo raro porque Julián sin un libro en la mano no es Julián, pero de pronto algo me extrañó, así que por las dudas me acerqué muy disimuladamente asegurándome de no espantarlos.

Claramente no lo hice, porque Julián besó a mi mejor amiga.

JULIÁN LE DIO UN BESO A FIORELLLLAAAAAAAAA YYY NO SÉ POR QUÉEEEEE.

Weno ci ce pero no te wa desi.

IMPORTANTE UNO: Sé que muchas/os de ustedes no entienden nada del tema de IRIS, la hermana de Matilda, y es porque ella tendrá su propia historia: Lo que sucedió cuando me rompiste el corazón. Ahí se atarán los cabos sueltos que dejará esta historia.

 Y LAS AMO, pero aunque me escriban "ACTUALIZA" NO lo voy a hacer. Y hablo por las demás escritoras: COMENTAN AL PURO VICIO "ACTUALIZA", porque esa simple y detestable palabra solo te dan ganas de no actualizar y dejarlos esperando. Posta.   

Por ende que espero que sepan entender mi situación, no voy a publicar por publicar, tengo una vida; trabajo y estudio y no es fácil.

PROMETO que SI PUEDO, SOLO SI PUEDO, publicaré alguna que otra vez dos veces por semana o más.

 Gracias, gracias, gracias por cada comentario y voto, no saben cuaaaanto lo valoro. 

Las/los quiero muchoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.

Recuerden que pueden pasarse por el grupo de Facebook:


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro